"The fighter" es una de esas películas que se hacen de vez en cuando en Hollywood que, desde que empiezan a gestarse hasta que se estrenan, pasan años en escrituras y reescrituras del guión, cambios de protagonistas y de director y plazos que se van alargando sin que se sepa con seguridad si alguna vez se rodará una sola página. Mark Wahlberg empezó a poner en marcha el proyecto en 2005, citando su amor por las películas de boxeadores y su decisión de "hacer justicia" a la historia de Dickie Ecklund, ex boxeador que dilapida su carrera por su adicción al crack, y su hermano Micky Ward, que intenta hacerse un hueco como profesional del ring. Originalmente, Wahlberg intentó atraer a Martin Scorsese, que lo declinó para no repetirse tras "Toro salvaje", y después consiguió a Brad Pitt y Darren Aronofsky.
Pero las diferentes reescrituras del guión iban alargando el tema, y tanto Pitt como Aronofsky tuvieron que desvincularse del proyecto (el director, no obstante, tiene un crédito de productor en la cinta). Así entraron en escena Christian Bale y David O. Russell, que venía de un batacazo mayúsculo, tanto a nivel crítico como de público, con "Extrañas coincidencias", en la que ya había trabajado previamente con Walhberg (y ambos habían colaborado también en "Tres reyes", la película que hizo conocido a Russell). Entre los tres crean esta historia de perdedores intentando salir adelante, una historia de boxeadores buscando su oportunidad de alcanzar el éxito muy clásica y que, en realidad, ya hemos visto contada muchas veces antes. Aquí no tenemos un giro inesperado que convierte la película en otra cosa, como pasaba en "Million Dollar Baby", y es un claro ejemplo de esas cintas que un reparto muy bien elegido y muy convincente logra vender como mejores de lo que realmente son.
Melissa Leo y Christian Bale repitieron en los Oscars algo que no se veía desde "Hannah y sus hermanas", y es que dos actores de la misma película se llevaran los premios a los mejores secundarios. Ellos están muy bien y, encima, sus personajes tienen personalidades excesivas, lo que siempre vende de cara a la Academia de Hollywood. Los dos quieren sólo el bien de Micky, sin darse cuenta de que, a lo mejor, no es lo más apropiado, y él se debate entre la lealtad a su familia y la opción de ganar un poco más de independencia y tomar las riendas de su propio camino. Con una Amy Adams que se quita la etiqueta de "princesa" que pendía sobre ella desde "Encantada", el clima que los cuatro consiguen construir entre ellos es la razón del éxito detrás de la película.
P.D.: Por cierto, ya que hablamos de una de las triunfadoras de la última gala de los Oscars, me hizo mucha gracia ver que Steven Spielberg presentaba a las nominadas a mejor película diciendo que sólo una podría ganar, uniéndose a títulos como "Cowboy de medianoche", "La ley del silencio", "El padrino" y "El cazador", mientras las otras nueve se verían en compañía de "perdedoras" tales como "Las uvas de la ira", "Ciudadano Kane", "El graduado" y "Toro salvaje", lo que fue recibido por risas y aplausos del público. Ninguna de las dos listas es mala.
Creo que Spielberg se olvido de meter en esas listas otras tantas películas muy olvidables.
ResponderEliminarThe Fighter me gustó principalmente por los actores. Creo que con un final más potente me hubiera dejado mucho más satisfecho. Al final no deja de ser la típica película de auto superación.
Hombre, chico, es que si hace una lista con Shakespeare in love y cosas así no suena igual de bien, no seamos quisquillosos :)
ResponderEliminarSiempre hay grandes perdedoras en todas las ediciones.
ResponderEliminarMás que como una crítica lo digo con una sonrisa irónica. Aun así me pareció una comparación un poco desacertada.
ResponderEliminarFue un bonito detalle de los guionistas (o de Spielberg) lo de dejar claro que perder era algo muy honorable.
ResponderEliminarY si tengo que ser sincero... soy fan de Shakespeare in Love. Tengo la impresión que por culpa de ser una película un tanto cómica y por encima de todo romántica, que la gente se la toma a cachondeo y por eso se ríen de ella. Da igual que Fiennes corra por allí. El resto del reparto es espléndido y es de las mejores historias de amor de los últimos años.
Crítico, Shakespeare in love es una comedia romántica muy estimable. Nuestro problema es que le dieran el Oscar por delante de Salvar al soldado Ryan.
ResponderEliminarInjusticias mayores ha habido. ¿Por qué nadie recuerda Las Horas cuando se habla de Chicago, por ejemplo? Es por cosas así que la victoria de Shakespeare in Love me parece de lo más digna. Y no soy fan del género bélico, también hay que decirlo.
ResponderEliminarLa de Chicago fue otra victoria como la de Shakespeare in love, y la de Una mente maravillosa...
ResponderEliminar