Al final de "Harry Potter y el misterio del príncipe", hay un par de escenas que me hicieron reafirmarme aún más en mi impresión de que Severus Snape guardaba aún un as bajo la manga, y que las cosas no eran como nos hacían creer. Enfrentado al desmayado Dumbledore en la batalla final, y al parecer listo para matarlo, el director de Hogwarts le murmura un "por favor" que a mí me sonó más a "no dudes y mátame" que a un ruego por su vida. De la misma manera, cuando Snape huye con el resto de Mortífagos y Harry le da alcance, enfrentándose a él y descubriendo que el profesor es el Príncipe Mestizo, Snape parece enfadado más que por Harry, por lo que Dumbledore le ha obligado a hacer, y la tarea que aún le queda por delante. Lo que no me podía imaginar es que toda su labor como agente doble al servicio de Dumbledore estaba motivada por su trágico amor por Lilly, la madre de Harry, a la que conoce cuando aún son niños, antes de entrar en Hogwarts, y de la que sigue enamorado toda su vida, hasta el punto de que su Patronus es el mismo que el de ella.
La figura trágica y romántica de Snape se adueña totalmente del final de "Harry Potter and the Deathly Hallows" y, como bien habéis comentado por ahí, se convierte quizás en el mejor personaje de toda la saga. Una saga que, para mí, se podría dividir en dos partes. La primera llega hasta "El prisionero de Azkaban", y son historias en las que Harry va viviendo diversas aventuras sin ser del todo consciente del destino que le espera. A partir de "El Cáliz de Fuego" y, especialmente, del primer enfrentamiento directo con Voldemort (en el que muere Cedric Diggory), la cosa cambia. No sólo porque Harry empieza a darse cuenta de la naturaleza de su conexión con el Señor Oscuro y el ascenso de éste hace que todo se vuelve más peligroso, sino porque parece que Rowling empieza al final de ese libro a poner las piedras decisivas del camino hacia la resolución definitiva de la saga (aunque el primer Horrocrux destruido, el diario de Tom Ryddle, aparece en "La Cámara Secreta"). Con cada nuevo título, coindiendo con el crecimiento de Harry y el mayor poder que va ganando Voldemort, la trama se vuelve algo más oscura, hasta llegar a un séptimo que resulta ser bastante diferente a los demás.
Para empezar, durante casi todo el libro sólo seguimos las evoluciones de tres personajes: Harry, Ron y Hermione, en lo que Harry describe muy bien como una Búsqueda. Los tres se dedican a huir y a intentar averiguar cómo descubrir y destruir los Horrocruxes y, a lo largo del camino, son sometidos a diversas situaciones límite que los ponen a prueba (las apariciones del relicario robado por Régulus Black que intentan mortificar a Ron antes de que éste lo destruya o la tortura de Hermione a manos de Bellatrix Lestrange). El relicario, por cierto, tiene unos poderes muy Anillo Único, que provocan la primera crisis seria entre los tres cuando Ron se larga, frustrado. La sensación de estancamiento de Ron es la misma que tenemos nosotros hasta que Hermione y Harry van a Godric's Hollow y, de golpe, la trama se acelera y ya no para hasta el final. Éste transcurre, cómo no podía ser de otro modo, con una gran batalla en Hogwarts, implicando a casi todos los personajes y haciendo que algunos de ellos adquieran una gran estatura, como Neville Longbottom (y esa actitud muy Starbuck de "luchar hasta que no podamos más") o la sorprendente señora Weasley. Todo termina resultando bastante coherente con el resto de la saga y, en mi caso, bastante satisfactorio. Y la imagen final del Harry adulto despidiendo a sus hijos en el andén 9 y 3/4 de King's Cross, y tocándose la cicatriz...
Antes de que se me olvide, no digo nada de Ron y Hermione porque era muy evidente que iban a acabar juntos, y no está nada mal que el esperado beso se demore casi hasta el final (motivado por un comentario afectivo de Ron hacia los elfos domésticos) y en el momento más inoportuno, hasta el punto de que incluso Harry les pregunta: "¿Tenéis que hacer eso ahora?". A lo largo del libro se van dejando muchas más pistas de la relación entre estos dos, y yo llegué a pensar que, durante el verano, había pasado realmente algo entre ellos, que guardaban en secreto.
Pues hasta aquí hemos llegado. Voy a echar de menos la espera de un nuevo libro y el momento de abrirlo para empezar a leerlo. Como decían en Pop Candy, en cuanto pones tus ojos en las primeras líneas, es como si tuvieras de nuevo 10 años. Esa sensación no se consigue con las películas.
Y, ahora, empecemos el libro-fórum...
Veamos...
ResponderEliminarTodos teníamos claro que Voldemort sería derrotado por la fuerza del amor, lo que nadie se esperaba es que tal amor fuera el de Snape por la madre de Harry. Se confirma por tanto que Snape es el gran personaje de la saga, reforzado por el curioso desmontaje que hace la autora de la figura de Dumbledore.
Otra cosa que me gusta mucho del libro es lo que no cuenta. A pesar que se centre totalmente en los tres protagonistas, el resto del mundo sigue rodando, y lo que pasa mientras tanto en Hogwarts (con Neville y compañía) daría para otra novela.
¡Y qué escabechina! Que Lupus estaba sentenciado tras declarar a Harry el padrino de su hijo era clarísimo. ¡Pero hay que ser valiente para cargarse a uno de los Weasley!
Añado que el momento más triste del libro es aquél en que el destino de Lily y Snape queda sentenciado, al tocarles casas diferentes. ¡Qué gordo me cae desde entonces el sombrero de los cojones!
ResponderEliminarEl libro me gustó sobre todo por el final y por su primera parte en la que han de conseguir que Harry escape de su casa sin se atrapado por los mortífagos. Ahí ya se ve que la Rowling va en serio y no duda en cargarse a un personaje y herir a un Wesley.
ResponderEliminarPero luego la trama se pierde un poco y cuando finalmente empiezan la búsqueda la historia parece volverse interesante pero termina por aburrir. Excepto por los dos encuentros con Voldemort, el resto es un tanto soso. Hasta llegar al final con esa batalla en Hogwarts (que por cierto me muero de curiosidad por verla en cine) que era imposible parar de leerla.
Pero también, junto a la falta de ritmo de la parte media, ha habido otros detalles que no me han gustado mucho, como el asunto de las Reliquias de la muerte que no han aportado gran cosa, la parte de la espada en el lago y el regreso de Ron que me pareció muy cogido por los pelos, tampoco me convenció la muerte de Snape justo cuando Harry está escondido y así puede coger los recuerdo, ni ese nuevo Neville líder de la resistencia o ese momento tan anticlimático al final, cuando se le aparece Dumbledore a Harry.
Y por último está el epílogo, que me pareció cursi a más no poder, y que como leí en algunas opiniones, parecía más el final de un fanfic que de un libro.
En cuanto a la relación Ron - Hermione, yo la di por echo durante toda la novela, aunque no se confirma hasta el final con el beso. Pero sus discusiones eran propias de una pareja.
Por último decir, que al final no muere ni Harry, ni ninguno de sus dos amigos como tanto se rumoreaba. Pero era de esperar, es un libro para niños, no era cuestión de producir suicidios en masa de adolescentes traumatizados XDDD, aunque la autora canaliza sus instintos asesinos en ese porrón de secundarios que no llegan al final. Mejor que nada.
PD: Como cojan a un buen director, la película de este libro puede ser muy interesante (bueno, y si el Daniel Radcliffe aprende a actuar), porque tiene momentos muy buenos. Me quedo con la escena en la que Harry acepta que va a morir, pero antes invoca a los fantasmas de sus padres y amigos muertos para que le den fuerza.
El epílogo es un poquito maripuri, es verdad. Pero la frase final me parece acertada, porque muestra a Harry todavía pensando en Voldemort, marcado por él. Y se me ha olvidado decir que el retrato de los Malfoy también está muy logrado, y las Reliquias son un macguffin como una catedral, una excusa para que Harry pierda el norte y se pelee con Hermione.
ResponderEliminarEn cuando a lo de Dumbledore, en alguna de las críticas que he leído por ahí decían que lo distingue a Rowling de Narnia y otras series parecidas es que no hay dioses, ni seres inmortales que ayuden a los protagonistas, y que la gente con una aureola parecida tienen también su parte muy malvada. A mí Snape siempre me ha caído bien (y desde que lo interpreta Alan Rickman, más), y Hermione, qué queréis que os diga, Es que a veces Ron y Harry son un rato petardos.
Partiendo de la base que este libro me iba a gustar, hiciese lo que hiciese, ahí van los puntos patilleros:
ResponderEliminar- Ida y Vuelta de Ron. Sobra.
- Muerte innecesaria de Hedwig. ¿Tanto le hubiese costado llevarse el buho con él?
- Poca interacción antes de la muerte de Snape. Ahí hacía falta una pequeña redención.
- Aunque sea una batalla épica, el último enfrentamiento entre Voldemort y Harry es totalmente anticlimática.
- Innecesaria muerte de Lupin y Tonks de golpe. Lo de Fred jode, la verdad, pero Rowling quería matar a uno de los Wesley. Aunque su primera elección siempre fue Arthur.
- El desfile final de personajes, aunque emocionante, es un poco forzado con todo el equipo de Quidditch, medio Londres y la abuela que fuma.
- En cuanto al epílogo, aunque no era necesario, no deja de ser un regalito a todos aquellos que querían ver a Harry de mayor.
So say we all, Irene. Lo de Lupin y Tonks es un poco... Raro. Pero lo de Fred es un palo. Los gemelos eran realmente divertidos (¿qué me decís de George haciendo bromas sin parar después de perder una oreja?).
ResponderEliminarLo de Lupin y Tonks no es raro, es cerrar un círculo: Harry es un huérfano cuyo padrino tuvo un significado muy importante para él, y es lógico que él se convierta a su vez en el padrino de un niño.
ResponderEliminarYo querría volver dos semanas atrás y poderme leer de nuevo el libro. Seguramente es con el que más he disfrutado, pero eso también es, seguro, porque era consciente de que era el último. Lo de la ida y vuelta de Ron no lo sacaría. Nosotros sabemos que en algún momento los acontecimientos tienen que precipitarse porque el libro se acaba, pero los tres buscadores creen que su situación se puede alargar años. Eso, unido a los efectos malignos del relicario... vaya, que veo lógico que a Ron le entrase morriña. Su vuelta está bien, le enfrenta a él mismo y a sus posibles complejos cuando se carga el Horcrux y le une más al resto.
ResponderEliminarEs que saber que era el último libro hace que tengas sentimientos contrapuestos: por un lado, quieres avanzar rápido para ver cómo termina pero, por otro, preferirías que se quedara estancado para demorar ese final.
ResponderEliminarY yo que creo que, de los tres protas, es Ron el que más evoluciona en este libro (y por fin se lleva a la chica, claro) :-)