17 septiembre 2009

A tiempo

Con la muerte de Patrick Swayze, ha sido bastante habitual leer recordatorios de la carrera del actor que hablaban del impacto que podía producir en una adolescente el visionado por primera vez de "Dirty Dancing". No les interesaba comentar sus posibles virtudes artísticas (o mencionar la presencia de dos grandes secundarios como Jerry Orbach y Kelly Bishop), sino recalcar que es una película de las que hay que ver a cierta edad para darse cuenta, siempre a posteriori, del indeleble recuerdo que dejan. Esas historias de amor de verano (efímeras por su propia definición) que superan todo tipo de adversidades y hacen crecer al protagonista llegan más cuando se ven a determinada edad que diez años más tarde, cuando a lo mejor ya sabemos más por viejos que por diablos, y no le vemos la gracia al invento.


Hay muchos ejemplos de películas, series o libros cuyo impacto disminuye si nos enfrentamos a ellos unos años más tarde de cuando es recomendable. "El guardián entre el centeno" puede ser fundamental si lo leemos siendo unos adolescentes, pero Holden Caulfield quizás nos parezca insufrible cuando entremos en la veintena. Este verano, desde "Diamantes en serie" pedían consejos sobre series para ver y, al llegar a "Buffy", se preguntaban si no habría demasiada distancia generacional para disfrutarla en condiciones. Más que a "Buffy", me da la sensación de que eso podría aplicarse a "Es mi vida", una serie mítica entre quienes éramos adolescentes a mediados de los 90. Yo no he vuelto a verla desde que Canal+ la emitió en su momento, y sospecho que si hiciera una revisión ahora, gran parte de su encanto se perdería. Su captación de la angustia generacional, de las dudas e inseguridad que implican dejan atrás la infancia y adentrarse en un mundo adulto que a veces no se comprende, la presencia de Jordan Catalano... No sé cómo habrá respetado el paso del tiempo todo eso.

También hace poco, con el estreno de la película de "Harry Potter y el misterio del príncipe", comentaba con otra fan de la saga que da la sensación de que los filmes no consiguen trasladar a la pantalla el espíritu de los libros. Si eres un fan de los que ha ido leyéndolos según salían, los personajes han ido creciendo contigo y las tramas han ido evolucionando según los lectores se hacían mayores. Las películas parecen haberse quedado estancadas, o ésa es la sensación que me da a mí, desde "El prisionero de Azkaban", que sigo considerando la mejor.

12 comentarios:

Ruth dijo...

¡¡Jordan Catalano forever!! XDD

Rebeca Sánchez dijo...

esta es mi vida es una de esas series que recuerdo con especial cariño y con la que me sentía a gusto cada vez que lograba ver un capítulo. Jordan catalano, k recuerdos. Tal vez no aguante una revisión pero estoy tentada a hacerla :)

Álex dijo...

Lo que comentas me pasa con Dawson Crece, cuando la volví a ver me siguió gustando, pero ya no era la misma sensación que cuando tenía 16 años y me sentía muy identificado con cosas de Dawson. En cambio, ahora no puedo ni ver a ese personaje.

Y El guardián entre el centeno lo leí con quince años y su protagonista me pareció insufriblemente imbécil. A saber lo que me parecería ahora si lo volviese a leer.

satrian dijo...

Yo tampoco he vuelto a ver My So Called Life, pero es posible que tuviera esa sensación, pero con Buffy no la tuve.
El guardián entre el centeno, sigue pareciéndome bueno.
La última de Harry Potter me encantó, debo ser de los únicos, y la dirección de la película me parece de las mejores, sobre que debió de salir y que no, y el desajuste de hormonas adolescentes, ya no entro, pero a mí me pareció muy buena.
Y la banda sonora de Dirty Dancing la tenía gastada de tanto oirla.

OsKar108 dijo...

Dirty Dancing la recuerdo con ciert cariño, pues cuando yo era pequeño (relativamente, estando en 8º de EGB si no recuerdo mal) mi hermana se paso unos meses viendola hasta la saciedad con la excusa de que ibana hacer una represantación similar al baile final en su instituto, cosa que aprovechaba para verla entera una y otra vez jajajaja, y así la vi yo también varias veces.
El Guardian Entre El Centeno se que lo leí en la adolescencia, sobre los 16-17 creo y me pareció que estaba bien, pero que tampoco es para tanto como se solía /suele decir, no se si es por la época en la que se escribió también.
Es Mi Vida la veía de vez en cuando por tv3/canal 33 y la descargué hace un tiempo a ver si un día le echo un vistazo como toca, pues en su momento me gustaba, no se que tal ahora por lo que dices.
A Buffy le tengo ganas y se que algún día me pondré con ella, espero que no llegue tarde.
Con las películas de Harry Potter, no puedo valorar la diferencia con los libros, pues no los he leído.
A mi esta última película me gustó, me entretuvo mucho, aunque también es mi favorita El Prisionero De Azkaban.

¡Saludos!

Unknown dijo...

Lógicamente, "El guardián entre el centeno" tuvo mucho más impacto cuando se publicó (creo que en los 50). Pero algo parecido puede pasar también con "Rebeldes", que no he vuelto a leer desde que la leí con 14 ó 15 años.

Álex dijo...

Oh! Rebeldes me encantó. Tengo pendiente de ver la película y eso que la tengo en casa porque mi hermano la compró después de leerse el libro.

Nahum dijo...

¡Qué curioso! A mí "El guardián entre el centeno" me gustó más, mucho más, en la relectura, ya con 25 ó 26 años.

Quizá más que "a tiempo" es "a sentimiento". Hay obras artísticas que te tocan más no tanto por la edad, como por la etapa emocional en la que uno esté inmerso. Claro: lo habitual es que a los 13-16 años todo el mundo sienta el hervir de la adolescencia...

Juanan dijo...

Es mi vida ha envejecido muy bien, aunque yo solo la he visto de veinteañero.

Le da mil vueltas al 99% de series del estilo que se hicieron despues que ella.

Quiza solo Freaks & Geeks le hace sombra.

PD = Bueno, y Skins, pero eso es algo totalmente diferente e irreal pero por eso mismo es grande.

alguien dijo...

Creo que en Buffy el salto generacional no se nota demasiado, la estoy viendo de nuevo con 22 años y me divierte, entristece, emociona...pero supongo que es lo que nos pasa a los fans fatales.
El guardián entre el centeno quedó anticuado; lo sustituye Las vírgenes suicidas,con la misma angustia existencial adolescente (y hablo de la novela)

Filolga dijo...

Por algún extraño motivo que no llego a comprender no vi Esta es mi vida de adolescente, pero cuando la pillé con 23 años me hizo volver a los 15. Pasé tres días viéndola una y otra vez encerrada en mi habitación pasando de la depresión a la euforia en cuestión de segundos (y vuelta a empezar). Fue como volver al colegio, pero a lo bestia.

De todos modos, supongo que la identificación es siempre mayor para los que teníamos la edad de los protagonistas en el momento de la producción. La ropa y la música hacen mucho. Es ver unas mallas y ya te ves sentada delante de la pizarra del cole. Allí, con tus mallas azul cielo y tu camiseta hasta las rodillas...

Para recibir más nostalgia ruego se pongan a oler madalenas.

Anónimo dijo...

Ufffff... vi My so Called life ya entrada en la treintena y porque había leido en este blog hablar sobre ella. No dudo de sus virtudes porque te traslada instantaneamente a la adolescencia. Pero es que la adolescencia es un periodo insufrible donde se le otorga trascendencia infinita hasta a la chorrada más inmensa... Y al tercer capítulo les hubiera soltado un guantazo a cada uno.

Mr. Guardian entre el centeno me pareció insoportable, lo leí cuando ya había cumplido sobradamente los veinte. Pero con 16 idolatré Rebeldes (el libro, que no la peli.

Nika