
El ejemplo más claro que yo recuerdo últimamente es "Lost in translation". Nominada a mejor película, directora, actor y guión original, terminó llevándose éste último, tal vez lo más flojo de toda la película, que es lo que es por la dirección y, sobre todo, el trabajo de Bill Murray y Scarlett Johansson, que sólo con miradas y pequeños gestos expresan a la perfección lo que son y sienten sus personajes. Ese año (2004), la mejor película fue "El retorno del rey", el mejor actor, Sean Penn ("Mystic River"), y el mejor director, Peter Jackson. Al año siguiente, volvió a pasarle algo parecido a "Diarios de motocicleta", al hacer que Jorge Drexler ganara el Oscar a la mejor canción (lo que, por otro lado, fue toda una hazaña para una canción en español). Está muy bien que te reconozcan, peo parece que te dan una palmadita en la espalda por haber conseguido escalar la cima y te dicen que ya eres muy afortunado por estar sentado entre los nominados en el Teatro Kodak.
3 comentarios:
Comparto contigo esto. Siempre parece que hay que dar alguno de consolación para intentar parecer que se abre el abanico, aunque cuando hay ocasión el que triunfa siempre es el cine de Hollywood. Todo queda en casa.
Saludos
Tiene mucha razón, doctor. Al fin y al cabo, son una celebración de Hollywood paar Hollywood.
Concuerdo totalmente con vosotros, pero lo más coraje me da es ese esfuerzo por aparentar que son abiertos cuando en realidad es todo una fachada para tener a todo el mundo contento. Lo siento pero no puedo con la hipocresía hollywoodiense.
Saludos!
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