Ya se ha hablado mucho sobre "Volver", sobre el regreso de Almodóvar a las temáticas, personajes y colores de "¿Qué he hecho yo para merecer esto?" o "Mujeres al borde de un ataque de nervios", sobre la buena actuación de Penélope Cruz (cuyo aspecto es todo un homenaje a las grandes mammas italianas del cine de los 50 y 60, y cuyo personaje es un poco como el que hacía al principio de "Carne trémula", pero ampliado), sobre la omnipresencia de la muerte...
En esta película está todo el universo almodovariano, incluidos esos encuadres marca de la casa (como el plano cenital de Penélope Cruz fregando los platos) y esos cameos de amigos (aquí, su propio hermano, Agustín, haciendo de ferretero). Éstas son las que a mí, en particular, más me gustan de Almodóvar, porque tienen un toque surrealista muy atractivo y unos personajes muy bien dibujados. Y, a veces, viendo la película me parecía estar ante cosas que yo ya había vivido (y las señoras de los pueblos de verdad dan esos besos tan ruidosos, que he oído quejas por ahí de que estaba muy exagerado, que un poco sí lo está, de todas maneras), pero pasadas por el tamiz particular de Almodóvar.
La verdad, mi veredicto es bastante favorable, o más bien diría que muy favorable, porque de las películas más recientes de Almodóvar, hay algunas que no me terminan de convencer (la misma "Carne trémula", por ejemplo, o incluso "La mala educación", aunque me gustó, tenía algunos aspectos que no terminaban de encajar bien, como pasa con el final de "Todo sobre mi madre"). Y me atrevo a decir que, cuando se estrene en el Festival de Cannes, a los franceses les va a encantar.
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