27 abril 2012

La segunda al mando

¿A qué se dedica el vicepresidente de Estados Unidos? Todos sabemos que es el que debe asumir las tareas del presidente cuando él no esté, y ocupar su puesto si le ocurre algo, pero, ¿mientras tanto? ¿Qué hace? ¿Y qué se siente siendo el número 2 y no el número 1, ocupando una posición como esa porque, esencialmente, perdiste las elecciones que te daban la oportunidad de pelear por ser el número 1, el presidente de Estados Unidos? Armando Ianucci, el creador de "Veep", ha comentado en alguna entrevista que la idea se le ocurrió leyendo libros sobre Lyndon B. Johnson, el que fue vicepresidente de Kennedy y asumió la presidencia cuando éste fue asesinado. Empezó a preguntarse a qué había estado dedicándose hasta que llegó ese momento, y así nació Selina Meyer, la protagonista de esta farsa política de HBO.

Porque la serie es eso, una farsa, una sátira sobre las personas que trabajan en los pasillos de los lugares donde se concentra gran parte del poder mundial. Pero esas personas, como le ocurre a Selina, en realidad no tienen ningún poder; ella es la segundona a la que el presidente ignora, que ni siquiera tiene sus oficinas en la Casa Blanca y a la que todo el mundo recuerda que perdió las primarias. Y de ahí proviene el humor de la serie, pero un humor que no busca un público masivo. Todos sus personajes son mezquinos, manipuladores, torpes, listillos, supervivientes natos, ambiciosos y "Veep" no tiene ninguna compasión ni simpatía por ellos. Están ahí sólo para ridiculizar la idea de que trabajar en Washington se parece más a un capítulo de "El ala oeste de la Casa Blanca" que al entorno laboral de cualquier oficina de una gran corporación. E Ianucci tiene experiencia en este campo de las sátiras políticas.

Como recuerdan en "Basura and TV", la obra más conocida de este guionista escocés es "The Thick of It", una comedia que satiriza la política británica siguiendo las miserias diarias de los empleados del 10 de Downing Street, y que tiene en su centro a un personaje tan salvaje como el deslenguado Malcolm Tucker. Tucker fue trasplantado después a "In the loop", un spin off en formato de película de esa serie donde la farsa alcanzaba a las relaciones diplomáticas entre el Reino Unido y Estados Unidos, y donde aparecía Anna Chlumsky, rescatada luego para ser la jefa de gabinete de Selina en "Veep". Habiendo visto la película (pero no la serie), es muy cierto que la comedia de HBO tiene el mismo aroma y la misma atmósfera que ella. No hay ningún Malcolm Tucker comportándose como un matón por los pasillos, pero se mantiene el nivel de torpeza y mezquindad de sus personajes y ese aire de semi-improvisación en la interpretación de sus actores.

Jamás se ve al presidente y nunca se dice a qué partido pertenece Selina Meyer, pero eso es lo de menos. Lo que se busca aquí es hacer reír a través de la vergüenza ajena (no tanta como podría parecer), unos diálogos imaginativos y la búsqueda de sus personajes de alguna pequeña victoria, como sustituir los cubiertos de plástico del edificio por otros hechos con almidón (con consecuencias imprevistas). Y "Veep" tiene la duración justa, porque más de media hora sí puede resultar repetitiva y agotadora.

ACTUALIZACIÓN:  Se me olvidó avisar de que este blog va a estar en standby durante unos días, hasta el martes o el miércoles. Portaos bien hasta entonces.

26 abril 2012

Una NBA de series

Seguro que muchos de vosotros ya estáis familiarizados con dos pequeñas excentricidades de este rincón bloguero; comparar las series con fenómenos astronómicos y, sobre todo, hacerlo con equipos de la NBA. Como son tres cosas que consumen una parte muy importante de mi tiempo, es inevitable que acaben mezclándose (en las series, por cierto, no es nada raro encontrarse con cameos varios de jugadores de baloncesto, como el del fotograma de arriba de Kobe Bryant en "Modern Family"), y a veces dan lugar a conversaciones como la que tuvimos ayer por la tarde en Twitter con @ferkanzai, en la que intentábamos averiguar qué franquicias NBA se parecían más a determinadas series. Él terminño lanzando un meme al respecto en su blog, buscando una serie para cada uno de los 30 equipos que compiten en la NBA, y basándose en su rendimiento en la última temporada. Yo confieso que soy incapaz de encontrar 30 comparaciones que tengan algún sentido, así que voy a hacer algunas menos (bastantes menos, que es bastante complicado) y cambiando un poco los términos; en vez de adjudicar una serie a cada equipo, será un equipo a cada serie, y no todos actuales. Por cierto, que en "The Bleacher Report" ya hicieron hace tiempo algo así.

- "Mad Men": Esta es la comparación original que ha dado pie a todo esto, la de la serie de AMC con los Chicago Bulls de 1995/96, lo que ostentan el mejor récord de victorias y derrotas en la historia de la NBA con 72-10 y el primero de la segunda racha de tres campeonatos consecutivos logrados por Michael Jordan, Phil Jackson y sus secuaces.

- "The Good Wife": En realidad, las comparaciones baloncestísticas con las series empezaron con ésta, que siempre me ha parecido muy del estilo de San Antonio Spurs porque se la descarta por "vieja" y se la suele subestimar, pero quienes la vemos sabemos perfectamente del nivel que puede alcanzar, y mantener. Como Tim Duncan, no busca el espectáculo de cara a la galería, sino la máxima eficiencia.

- "Justified": Quizás por el modo de vida que describe y los personajes que la pueblan, con ella me vienen a la cabeza los Detroit Pistons de los "Bad Boys", los que ganaron dos anillos seguidos basándose en una dura defensa y en la genialidad del "asesino sonriente", Isiah Thomas.

- "The Walking Dead": No sólo porque los propietarios de AMC sean co-propietarios de la franquicia, pero los New York Knicks de esta temporada tienen ciertas similitudes con esa serie, sobre todo en cuanto a exposición mediática y a explotación de su potencial.

- "Modern Family": La maquinaria bien engrasada de esta comedia podría compararse con otros que proporcionaban alegría y ganaban premios (títulos, en su caso) como los Lakers del showtime de mediados de los 80.

- "House": Ésta la he copiado de "The Bleacher Report", pero es que es muy cierto que su trayectoria descendente es muy parecida a la de los Boston Celtics del ocaso del "Big Three" de Kevin Garnett, Ray Allen y Paul Pierce. Tuvieron un momento de gloria muy brillante y, ahora, su nivel ya no es el mismo, aunque todavía son capaces de ráfagas de gran calidad. Y serie y "Big Three" van directos a acabar esta campaña.

- "Smash": La última, por hoy, es esta serie con un piloto muy prometedor que no ha terminado de mantenerse a la altura en el resto de sus episodios. Equipos que empiezan la temporada con altas expectativas y luego acaban decepcionando hay muchos todos los años, y no sé por qué creo que el "Smash" de la NBA este año van a ser los nuevos Clippers de Blake Griffin y Chris Paul.

25 abril 2012

Mostrar todo sin enseñar nada

Una de las cosas más divertidas que puede hacer cualquier fan de las series es leer las entrevistas que Robert y Michelle King, creadores y showrunners de "The good wife", dan sobre el modo en el que esa serie trata el sexo y, más en concreto, sobre sus negociaciones con el departamento de Standards & Practices de CBS sobre lo que pueden mostrar y lo que no cuando deciden hacer una escena de sexo. Es muy divertido leerlo porque, teniendo en cuenta la fama de conservadora y tradicional que tiene la cadena, y que la serie se emite los domingos a las 9 de la noche, se han permitido tres escenas de bastante alto voltaje en las que no sólo los personajes estaban de pie y únicamente los vemos en un plano medio corto, sino que, para rematar el asunto, iban completamente vestidos.

Las constricciones de una network han hecho mucho para que se conozca a los King como los reyes del subtexto; hay un montón de cosas que no pueden enseñar explícitamente, pero ellos se las arreglan para insinuarlas, a veces de un modo mucho más claro que si las viéramos al completo. El primer "aviso" lo dieron al principio de la segunda temporada, con una escena de sexo oral entre Peter y Alicia que dejó ojipláticos a buena parte del público y de la crítica; el segundo llegó al principio de la tercera temporada, con una escena entre Will y Alicia en la que sólo vemos sus caras y escuchamos un diálogo perversamente trufado de dobles sentidos, y el tercero lo hemos visto en el penúltimo episodio de esa tercera entrega, en un momento entre Kalinda y esa agente del FBI con la que flirtea, pero que la está investigando, desde casi los inicios de la serie.

(A partir de aquí, si no has visto ese capítulo. "The penalty box", igual puede ser que te tragues algún spoiler).

En "Entertainment Weekly" tienen otra entrevista con los King en la que explican cómo lograron llegar a un compromiso con Standards & Practices para mostrar una clarísima escena de sexo entre Kalinda y Lana en la que, por otro lado, no se ve nada (nuestra imaginación es la que se encarga de darse cuenta de lo que está pasando ahí. Algo que, por cierto, se ve venir en cuanto la agente del FBI abre la puerta en bata). Esa escena, por cierto, además de volver a sorprendernos con las cosas que la CBS le deja hacer a "The good wife", ha levantado en los comentarios cierta polémica porque hay quien cree que Kalinda está, otra vez, utilizando el sexo como arma para conseguir sus propósitos, y aunque al principio es muy cierto (me recordó mucho a una escena de la segunda temporada de "Mad Men" entre Don Draper y la representante del cómico), también es verdad que, de repente, su actitud cambia y parece que entrevemos una fractura, otra más, en su armadura.

Kalinda se ha visto más desvalida esta temporada, probablemente por la ruptura de su amistad con Alicia, y la evolución de esa escena con Lana, y sus ojos empañados en lágrimas, nos enseñan un poco más esa vulnerabilidad. La investigadora se ha metido en un avispero del que la salida no está nada clara, y en el que parece que lo único en lo que va a poder contar es en esa relación con la señora Florrick que se va recuperando poco a poco. De todos modos, hay que reconocer que Kalinda ha quedado un poco en segundo plano durante buena parte de la temporada, y se la echaba de menos en el entramado de "The good wife". Eso sí, si las paredes de esa serie hablaran...

24 abril 2012

La carta de presentación



Los títulos de crédito no están de moda en las series. Eso es algo en lo que todos estamos de acuerdo desde hace bastante tiempo. Hay quien le echa a culpa a "Perdidos" por convertir en mundialmente famosa una careta de sólo once segundos con el nombre de la serie y una música disonante e inquietante, y hacer que las series de networks se decantaran cada vez más por esa opción minimalista y dejaran de lado aquellas clásicas secuencias iniciales, que podían durar más de un minuto. Éstas han ido quedando relegadas cada vez más al cable y, de hecho, la tendencia hasta se ha contagiado al cine. Blockbusters como "Los juegos del hambre" o la primera de "Sherlock Holmes" no tienen títulos de crédito, ni siquiera un rótulo con el nombre de la película. Lo que es una lástima, porque a veces esos créditos son auténticas maravillas como los de "Watchmen" o "Los hombres que no amaban a las mujeres".

En "Vanity Fair", dentro de sus especiales sobre su número dedicado a la televisión, hacen un breve recorrido por la evolución de los títulos de crédito de las series, desde los 70 hasta las cabeceras reducidas a la mínima expresión de la actualidad, y también cuentan el proceso de realización de los créditos de "A dos metros bajo tierra". Los utilizan como ejemplo de lo que una secuencia de este tipo busca conseguir, que es no sólo presentarnos la serie, sino introducirnos también en su atmósfera. Y también de lo que puede llegar a ser una secuencia de este tipo; una pequeña obra de arte en su propios términos. Además, hay series que se sirven de los créditos realmente como un elemento más, y los modifican para que se ajusten mejor a los capítulos que dan inicio.

El ejemplo más claro actualmente es el mapa de Poniente de "Juego de tronos", que añade más ciudades según la acción se desplaza de un lado a otro de ese continente ficticio. Pero también tenemos "Fringe", que tiene hasta siete versiones diferentes de su intro, dependiendo en su caso de si van a dar un salto interdimensional o temporal. En series como "Weeds", lo que cambiaba no era la secuencia, sino la versión de la canción que usaban, y lo hizo casi cada capítulo creo que durante tres temporadas ("The Wire" lo hizo de temporada a temporada), y "Verónica Mars" varió sus créditos en la tercera entrega para representar el cambio que experimentaba su protagonista, que pasaba del instituto a la universidad.

Los títulos de crédito "roban" preciosos segundos al episodio, segundos que pueden dedicarse a incluir un anuncio o a expandir el capítulo, y por eso muchas veces no se hacen. Pero como carta de presentación no tienen precio. Si hasta sirven de recordatorio de qué va la serie, como hacían los de "Alias" en su inicio y ahora hacen los de "Awake".

23 abril 2012

Los locos capítulos 19 de "Fringe"


Desde la segunda temporada, cada vez que "Fringe" llega al capítulo 19, los espectadores se preparan para que les salgan con alguna excentricidad. Esos episodios siempre dividen radicalmente a los fans entre quienes aceptan el experimento y quienes creen que la serie pierde el tiempo en esos fillers cuando debería estar dando respuestas a todos los enigmas planteados hasta ahora (la moda en esta cuarta temporada, en la que su futuro está más en el aire que nunca, es decir "con lo poco que les queda y lo desperdician en esto"). Ambas corrientes representan diferentes modos de enfrentarse a "Fringe", modos ambos perfectamente respetables, pero justo es avisar que yo me encuadro más en la primera. No siempre estos episodios especiales me convencen al 100%, pero mi satisfacción con la serie no depende tanto de un único capítulo y prefiero esperar a ver qué hacen y dejarme llevar.

Esta especie de tradición se inició más en la segunda temporada que en la primera, con "Brown Betty", aquel musical noir con toques steampunk que se hizo para entrar dentro de una maniobra promocional de la cadena llamada "Fox Rocks" (o algo así). Fox quería aprovechar el tirón de la primera temporada de "Glee" y consiguió que "Fringe" y otras dos series más tuvieran episodios musicales. Sin embargo, mientras "House" y "Bones" sólo tuvieron momentos musicales, en "Fringe" abrazaron el concepto por completo y se lanzaron a aquel alucinado cuento contado por Walter, que en realidad estaba mostrando los sentimientos de todos los personajes en aquel punto. "Brown Betty" dividió, por supuesto, a los fans, pero ese recibimiento no fue nada comparado con los que vendrían.

Los dos siguientes capítulos 19 se han dedicado a poner pistas sobre la dirección que puede tomar el arco mitológico de la serie. En la tercera temporada nos encontrábamos otra historia impulsada por las drogas, en este caso, por el LSD, aunque "Lysergic Acid Diethylamide" venía también a cerrar una de las subtramas más lisérgicas que habían hecho hasta ese momento, la de la posesión de la mente de Olivia por parte de William Bell (esa Bellivia que a mí me divertía mucho porque nunca me la tomé demasiado en serio). Que de repente buena parte del episodio fuera animado (en una animación tipo el videojuego de "XIII") dejó de nuevo confuso, como mínimo, al fandom. Y el más difícil todavía culmina con ese salto al futuro de "Letters of transit", ya en la cuarta temporada, un salto que parece mostrarnos el punto hacia el que confluyen las tramas y que puede convertir la hipotética quinta entrega (si la hay) en una historia de líneas temporales dobles al estilo de "Perdidos".

Cualquier otra serie no se atrevería a hacer estas cosas tan al final de las temporadas, pero desde la mitad de la segunda temporada, "Fringe" ha asumido que nunca será un producto masivo y que lo suyo es entregarse a la ciencia ficción con pocas concesiones. Ken Tucker, uno de los críticos de televisión de "Entertainment Weekly", decía al hablar de "Letters of transit" que la audiencia más amplia que la había abandonado no se había percatado de todo el corazón que tiene en muchas ocasiones la serie, y que muchos de sus fans, por otro lado, estaba siempre protestando porque no les daba la épica que ellos querían.

P.D. podcastero: De los homenajes a, entre otras cosas, "El prisionero" y "La guerra de las galaxias" que se marcó ese último episodio de "Fringe" no hablamos en "Yo disparé a JR", pero a cambio tenemos a Alberto Nahum, de "Diamantes en serie", para comentar la tercera temporada de "Justified". El resto del menú es el que sigue:

- 0': "Girls"
- 13': "The Client List"
- 22': "Don't trust the b---- in appartment 23"
- 30': "Justified" (spoilers de la tercera temporada)
- 63': "The Big C" y "Nurse Jackie"

22 abril 2012

El sinsajo

El blockbuster es ya un género en sí mismo. Eso hay que asumirlo. Las películas que se estrenan en "verano" (aunque cada vez se adelantan más y empiezan a llegar en abril o finales de marzo) y que buscan sobre todo romper la taquilla, casi siempre en el primer fin de semana, tienen sus propias normas y sus propios estándares. Algunas son, además, buenas películas más allá de ser blockbusters que no insultan tu inteligencia y que ofrecen algo más que acción, dosis de humor, personajes carismáticos y un gran conflicto a vida o muerte, pero hay que reconocer que casi todas están creadas por ingeniería genética como el sinsajo, el pájaro cantor capaz de copiar cualquier melodía que tiene un papel muy importante en la trilogía de libros iniciada por "Los juegos del hambre", de Suzanne Collins.

La adaptación al cine del primer volumen, dirigida por Gary Ross, ha roto todos los récords de taquilla en Estados Unidos, aguantando como número uno durante cuatro semanas seguidas (algo muy poco habitual en esta época de blockbusters de consumo y olvido rápidos), y ya se ha posicionado como la saga juvenil que herede los millones de dólares recaudados por "Crepúsculo" y Harry Potter. Todo esto puede eclipsar lo que tiene que importarnos aquí, que es si la película adapta fielmente el libro (sí) y si tiene méritos suficientes para poder considerarse, al menos, una cinta decente (tenía potencial para ser bastante más cruda y alegórica y, si me apurais, hasta subversiva, pero la calificación PG-13 y sus propias pretensiones la constriñen en ese aspecto). Y hay que decir que, como comentaban en "Esta peli ya la he visto", "Los juegos del hambre" es un buen blockbuster, una película muy entretenida anclada y sostenida por una Jennifer Lawrence con gran presencia (ella es la película, de hecho) y que adapta de modo fiel su material de partida añadiendo sólo un par de cosas aquí y allá para que entendamos mejor la maquinaria y las implicaciones políticas alrededor de esos Juegos del Hambre.

Estamos ante una distopía futurista muy clásica (y por favor, ya está bien de buscar comparaciones con "Battle Royale". En "Perseguido" habría que buscar su referente más próximo) que, al menos en esta primera película, busca criticar más la obsesión del público por los reality shows de cualquier tipo, por muy crueles y denigrantes que sean. Se empiezan a poner las bases de la transformación de Katniss en algo más que una mera chica pobre que logra sobrevivir a ese brutal vehículo propagandístico del gobierno central que domina las 13 colonias de Panem, pero ese tema se toca sólo de pasada y como preparación para más adelante, si bien sí hay que apuntar que el fotograma de arriba es casi el único momento de verdad emocionante de la película y el que comienza a mostrar esa dualidad entre lo que Katniss siente al hacer todas esas cosas, y cómo éstas son percibidas por el resto del mundo.

Como decimos, "Los juegos del hambre" no subestima nuestra inteligencia y tiene las dosis justas de violencia para que veamos lo que los tributos (y los responsables del programa) son capaces de hacer, sin perder su calificación PG-13. Podría haber ido más allá, cierto, sobre todo en lo relacionado con Rue, pero tal y como es ya tiene bastante mérito. Algún crítico destacaba, por ejemplo, su querencia por el silencio más que por las músicas épicas típicas de estos blockbusters, y cómo la primera mitad (la de la preparación de los Juegos) resulta muy efectiva presentándonos a Katniss y cómo ella percibe todos esos preparativos como si fueran a meterla en la cárcel. Veremos si la suerte sigue estando en su favor en las próximas entregas.

Música de la semana: Por supuesto, la elección musical de esta semana tiene que llegar desde "Los juegos del hambre" y, en concreto, desde la canción que cierra la película. No es "Safe & sound", de Taylor Swift y The Civil Wars (aunque ésa suena sobre los títulos de crédito), sino "Abraham's daughter", de Arcade Fire. El grupo, por cierto, también aporta a la banda sonora de la cinta el himno de Panem.

21 abril 2012

¿Dónde he visto esa cara? (3)

Como es sábado, no vamos a ponernos en plan serio a analizar la situación de la ficción televisiva mundial, pero sí podemos agudizar ojos y materia gris para intentar identificar a estos actores. ¿Podréis hacerlo? Mañana por la mañana, actualizaré la entrada con las soluciones (alguna, por cierto, inspirada por "Diamantes en serie"). Como dicen en "Los juegos del hambre", may the odds be ever in your favor.

Averiguar la serie es muy fácil. La actriz, a lo mejor no lo es tanto. ¿O sí?

Sí, vale, ella es fácilmente reconocible, ¿pero y el chaval de pie detrás de ella, el del pelo corto? Con esos datos, la película también es fácil de adivinar.

Regresamos a las series con este fotograma en el que nos interesa la actriz. Quien, por cierto, coincidió en una película con el actor del fotograma de arriba. ¿Actriz y serie? ¿Y en qué otra serie sale ella actualmente?

Aquí no os voy a pedir que intentéis saber a qué serie pertenece esta foto.Vale con que averigüeis quién es este jovenzuelo imberbe. Las sooluciones, mañana.

ACTUALIZACIÓN:  Pues vamos con las soluciones:
1.- Sarah Jones ("Alcatraz") en un estupendo capítulo de la segunda temporada de "Justified". De ésta hay que dar las gracias a Alberto Nahum, que lo mencionaba en su crítica de "Alcatraz".
2.- Josh Hutcherson y Kristen Stewart en "Zathura", ese "Jumanji" en el espacio.
3.- Zosia Mamet en "United States of Tara", donde era la supuesta novia del personaje de Keir Gilchrist. A Mamet la habéis visto antes de "Girls" en "Mad Men" y salía en "Los chicos están bien", donde era la amiga de Mia Wasikowska, que interpretaba a la hermana de Johs Hutcherson.
4.- Richard Madden en "Hope Springs", que estaba protagonizada por Alex Kingston, entre otras.

19 abril 2012

La antiheroína

Alguna que otra vez hemos hablado sobre personajes que se supone que no deben gustarnos, que las series no presentan para que nos identifiquemos con ellos o para que se conviertan en nuestros favoritos, sino para que, como mínimo, nos creen un conflicto sobre si nos parece bien lo que están haciendo. A raíz de bastantes comentarios sobre "Girls", James Poniewozik, el crítico de televisión de "Time", trae de nuevo el asunto a colación al ver que muchos espectadores han descartado la serie porque Hannah, su protagonista, les cae mal y no quieren ver una comedia cuyo protagonista les parezca una persona egoísta y llena de defectos. Poniewozik apunta que esos espectadores asumen que el personaje central de una serie debe, por defecto, caer bien, que es el modo en el que se construye el 95% de las series, pero "Girls" no está construida así.

"Girls" sabe perfectamente que Hannah no es una buena persona y no pretende que nos caiga bien, pero se preocupa de mostrar todas las facetas de su vida para que nosotros decidamos, desde su "sableo" de sus padres a sus delirios de "ser aguien" o al patetismo de la relación con su novio (o lo que sea Adam). El punto que persigue su creadora, Lena Dunham, no es "Hannah tiene que gustaros", sino "así de patética es Hannah, y no tiene que caeros bien". Lo que lleva a Poniewozik a citar de pasada un doble rasero a la hora de juzgar estas series protagonizadas por lo que se ha dado en llamar "antihéroes", esos personajes que son los grandes protagonistas de sus series pero que no tienen que gustarnos y, de hecho, no deberían gustarnos. El crítico recuerda el disgusto que tuvo siempre David Chase al descubrir que a los espectadores les caía bien Tony Soprano, cuando él no buscaba eso y se había preocupado de que "Los Soprano" no presentara al personaje de esa forma.

Pero lo que es curioso, y es algo que sí está debatiéndose en otros blogs, es que se juzga con mucha más dureza a las antiheroínas que a los antihéroes. Gran parte del humor de "Girls" (al menos en el piloto), viene justo de ese mirarse al ombligo de Hannah y de buena parte del resto de personajes (como que su novio reciba 800 dólares mensuales de su abuela para no ser "esclavo de nadie"), y es comprensible que sea un humor que no vaya orientado a un público masivo. Pero si la serie tuviera a un hombre como protagonista, ¿seríamos igual de duros con ella? Los comportamientos de Don Draper, Tony Soprano o Vic Mackey no son en absoluto ejemplares y, como hemos dicho, en muchos casos las series no los presentan para que los amemos, pero con los hombres se tiende a describirlos como que son personajes fascinantes, llenos de contradicciones, oscuros, antihéroes, con el marchamo de "calidad" que esa palabra parece otorgar casi enseguida.

Si en lugar de por Lena Dunham, "Girls" estuviera protagonizada por un joven actor tipo Woody Allen en sus inicios, ¿el backlash sería tan negativo? ¿Se le daría tanta importancia al hecho de que Hannah tenga sobrepeso pero no le importe en absoluto? ¿Se le concedería más el beneficio de la duda su Hannah fuera un hombre? Por otro lado, las circunstancias familiares y económicas de sus personajes son las que son, y no tratan de reflejar más que las tribulaciones de un sector concreto de los veinteañeros neoyorquinos. En realidad, "Girls" se parece más a una película de Woody Allen de lo que podría parecer a priori.

18 abril 2012

Cervezas, recaps y aniversarios

1.- Probablemente, ya os hayáis cansado de leer en diferentes sitios resúmenes de cómo resultó el tercer BirraSeries, pero la verdad es que dio para un encuentro bastante interesante con parte de los guionistas de televisión detrás de "Bloguionistas". Los cuatro explicaron un poco los diferentes métodos de trabajo que se usan para escribir las series en España, qué cosas les gustan del trabajo y qué no y, por supuesto, se acabó hablando de si las series españolas son malas y quién tiene la culpa en todo eso (y de que un guionista no puede vivir del cine en este país). Fue una charla realmente interesante, divertida y trufada también de anécdotas sobre los rodajes de "Gran Reserva" o "Hispania". Y, por supuesto, en el post-tertulia se habló de la locura trash de "The Client List", que no todo iban a ser discusiones sesudas sobre el futuro de la ficción televisiva española.

2.- Los periodistas que se dedican a un sector concreto siempre tienen cierta tendencia a realimentarse de los mismos temas de forma periódica (lo que podríamos denominar también "mirarse el ombligo"), y los críticos de televisión no son ninguna excepción a ello. En los blogs estadounidenses, sobre todo, llevan ya un tiempo discutiendo la conveniencia de los recaps, las recapitulaciones, las entradas que resumen lo que ha pasado en un capítulo, en teoría, para que la gente que no haya podido verlo no se pierda en su seguimiento de la serie. Hace ya meses, un crítico prometía no volver a escribir ninguno más, afirmando que, hechos como mera recapitulación, apenas aportaban gran cosa a la discusión sobre una serie y tenían el peligro de que acabáramos tan inmersos en esos resúmenes semanales, que perdíamos la capacidad de tener una visión panorámica de todo. Sin embargo, a esa opinión le salió la contra-opinión, por supuesto, en forma de un artículo de "Vulture" sobre el valor de esos recaps. Hay que hacer notar que distingue entre las simples recapitulaciones y las críticas semanales, pero aunque yo no sea muy fan de las disecciones minuto a minuto de cada episodio, apunta cosas interesantes al respecto. Y eso no quita para que algunas de las que hacen en el blog de televisión de "The Guardian" no sean divertidísimas.

3.- El domingo, Fox celebra en Estados Unidos su 25º aniversario con una gala en la que se reencontrarán los protagonistas de algunas de las series más importantes de su historia. En el podcast "Firewall & Iceberg" tienen un curioso comentario sobre cómo recuerdan ellos esos primeros años del canal y cómo ha cambiado éste desde 1987. La primera serie que estrenaron fue "Matrimonio con hijos" y, durante bastante tiempo, Fox fue una cadena orientada a los jóvenes de un modo no muy diferente a The CW hoy, aunque con series de otro estilo. En el podcast dividen su historia en dos etapas; aquella en la que su programa más exitoso era "Los Simpson" y aquella marcada por la llegada de "American Idol", y recuerdan también que si ha cancelado un montón de series, es porque se atrevió a emitirlas en primer lugar, cuando seguramente no tendrían hueco en ningún otro canal. Y si me preguntan cuál es mi serie favorita de la historia de Fox, lo tengo fácil: "Expediente X".

4.- Como último apunte rápido y final, si aún no lo habéis visto (y ya tiene un tiempo, así que seguro que sí lo habéis hecho), no os perdáis aquel genial vídeo que fusionaba la sintonía de "Mad Men" con la canción "Nature boy", contando con Allison Williams, ahora en "Girls", como cantante. ¿Debería pedirle royalties a Lana del Rey por su look?

17 abril 2012

La montaña rusa del hype

¿Queda alguien por la blogosfera que no sepa lo que es "Girls"? La nueva comedia de HBO lleva recibiendo una atención constante, hasta el punto de la saturación, en todos los medios especializados estadounidenses, sobre todo desde su preestreno en el festival SXSW de Austin, a mediados de marzo, cuando faltaba aún casi un mes para su debut oficial en televisión. No ha habido día en el que no hayamos leído un perfil o una entrevista con su creadora, Lena Dunham, o que algún crítico no haya ofrecido una primera opinión sobre la serie, o que algún otro no haya puesto de manifiesto no sólo las inevitables comparaciones con "Sexo en Nueva York", sino el pedigrí de algunos de los implicados; desde los padres de Allison Williams (Brian) o Zosia Mamet (David), a la producción de Judd Apatow o al hecho de que Dunham sea, podemos decir, una chica bien educada que ha crecido en un ambiente artístico en Nueva York, y que antes de los 25 ya había rodado dos películas.

Una de ellas, "Tiny furniture", adquirió cierta relevancia en 2010 entre los circuitos indies (incluido, precisamente, el SXSW), así que no es de extrañar que el hype alrededor de "Girls" se haya disparado hasta unos niveles más comparables a los de "Mad Men", lo que la expone a que vaya a encontrarse también con un sector crítico y del público ya predispuesto contra ella. Como reza ese viejo dicho periodístico, el exceso de información también es desinformación, y tanta adoración incondicional hacia la comedia antes de su estreno va a conllevar un backlash probablemente más duro de lo habitual, y centrado especialmente en el sentimiento de que puede ser demasiado elitista y blanca (en el sentido de que casi no haya hueco para personajes de otras razas). Por lo que se puede leer por ahí, parece que "Girls" va a ser, en este caso, el extremo de "2 Broke Girls", y que se le va a criticar bastante por centrarse en jóvenes de buenas familias que no saben qué hacer con sus vidas. Problemas del Primer Mundo, que se dice.

Sin haber visto el primer episodio no se puede opinar si todo esto está justificado o no, pero sí se puede pensar que tanta sobreexposición nunca es buena. HBO es experta en generar hype para sus series, pero del mismo modo que puede elevar la expectación entre los fans, puede llevar a que las series sean masacradas sin piedad a la mínima oportunidad por sus detractores. Se termina creando un aura de inacesibilidad, de que esas series tan idolatradas por los críticos sólo son para un club  exclusivo y minoritario y que no acepta a "chusma" que no tiene paciencia para aguantar más allá del quinto episodio de "The Wire". El hype excesivo puede crear esa burbuja y, al final, conseguir lo contrario de lo que se proponía, y espantar a posibles espectadores de la serie. ¿Puede ocurrirle a "Girls" algo así? Sus audiencias no han sido destacables en su estreno, quedándose por debajo del millón de espectadores, y al hype previo a su debut le va a seguir el inevitable backlash posterior a  él. ¿Sobrevivirá a esta montaña rusa?

16 abril 2012

Las canciones de Tom y Julia

Una de las modas de la temporada es comparar "Glee" y "Smash"; que si una es más para adultos, que si la otra tiene, cuando quiere, más mala leche, que si tener canciones originales da un plus, que si bla, bla, bla. No creo que sea justo para ninguna utilizar la otra para, básicamente, destrozarla; cada una tiene que responder por sus propios aciertos y errores, de los que sólo tienen la culpa ellas, y no cualquier otra serie que se parezca a ellas. Sólo "Smash" es responsable de que las tramas amorosas no pasen de un culebrón muy light (aunque no esperaba que Ivy y Derek aguantaran tanto), de que haya personajes muy mal perfilados, como el hijo de Julia, y de que otros, que deberían ser los protagonistas, naveguen un poco en tierra de nadie, como la misma Karen, y de que muchas veces tengan siempre un pie más allá de la línea que separa lo ridículo de lo emocionante. Los entresijos del montaje del musical siguen siendo su punto fuerte, aunque continúa siendo todo bastante previsible, pero sí hay que reconocer que, al menos, tienen una pareja interesante en la que forman los dos compositores del musical, Julia Houston y Tom Levitt.

Desde el mismo piloto, Debra Messing y Christian Borle desarrollan una gran química que realmente nos hace creer que llevan una década trabajando juntos, y todo lo irritante que Julia puede ser en sus tramas familiares, deja de serlo con Tom. Éste, además, lleva un poco el humor sarcástico de la serie (que a veces tiene momentos muy cómicos, como el anuncio de zumo de naranja que graba Karen en un estudio que debe parecerse mucho a parte de los de "Once upon a time") y suele ser también el más humano, en el sentido de preocuparse un poco más por la gente que está haciendo el musical con él, y no sólo por el producto final. Julia y Tom son los más entretenidos de ver de "Smash", y yo hasta diría que Borle es la verdadera revelación de la serie.

Y una cosa curiosa que ha pasado en los últimos episodios es que Derek, el director que en teoría debería caernos mal porque puede ser bastante tirano, está resultando ser más interesante de lo que parecía. Entre su relación con las dos aspirantes a Marilyn, su tensa historia pasada con Tom, sus tira y afloja con Eileen y sus modales dirigiendo la puesta en escena, se ha convertido en uno de los personajes mejor llevados de la serie. Hasta se le acaba pillando un poco el punto a Ellis porque es un malo de culebrón que luego abarca más de lo que aprieta y se lleva alguna que otra reprimenda (aunque confieso que espero que alguien lo ponga de verdad en su lugar). El tono ligero es la tónica de "Smash", y a pesar de que se ve venir a la legua, confieso que, con la aparición de Uma Thurman, sí que no sé cómo va a acabar la historia de Ivy y Karen en el musical. Los siguientes episodios no han sido todo lo que prometía el piloto, pero tienen sus momentos. Y yo vería sólo un spin off de Tom y Julia componiendo nuevas canciones.

P.D.: Como indicaba Sonia Blanco esta mañana en Twitter, la NBC está subiendo al canal oficial de YouTube de la serie las canciones que suenan en los capítulos, muy poco después de que éstos se emitan. Lo que sube son, en su mayoría, las versiones que se escuchan durante el episodio, y deja las versiones "buenas", como quien dice, para su venta en iTunes y para el disco que saldrá en mayo. Yo confieso que mi favorita, por ahora, es "Let's be bad", que podría ser ser perfectamente el showstopper del musical. Siguiendo con la comparación con "Glee" que hacíamos al principio, es el equivalente a "Don't rain on my parade".

15 abril 2012

Al servicio de la estrella

Siempre hay proyectos en cine y televisión que salen adelante porque hay una estrella al frente que facilita su puesta en marcha. A cambio, esos proyectos se convierten a menudo en vehículos para el lucimiento de dicha estrella, aunque puede haber muchas maneras de que se produzca ese lucimiento. "Scott & Bailey", por ejemplo, fue concebida por una de sus actrices protagonistas, Suranne Jones, junto con la guionista Sally Wainwright. "Cougar Town" salió adelante en ABC porque Courtney Cox iba a ser la estrella y gran protagonista de la comedia, aunque luego tanto ella como sus dos creadores, Bill Lawrence y Kevin Biegel, se dieron cuenta que lo que funcionaba era la coralidad, y no la "courtneydependencia". Y "Damages" está a hecha a mayor gloria de Glenn Close, aunque luego haya otros aspectos (como su rivalidad con Ellen) que hayan ido ganando más peso. Los vehículos estelares ("Body of proof" es otro, hecho a la medida para Dana Delaney) pueden a veces pecar de tener un protagonista que acapara demasiada atención, y cuando esa atención se pasa de la raya, pueden llegar a dar hasta un poco de vergüenza ajena.

Y luego está "The client list". Originalmente, fue una tv movie de Lifetime, basada libremente en la historia de una mujer que, después de que su marido la abandone, empieza a trabajar en un establecimiento de masajes en el que las masajistas redondean sus ingresos como prostitutas, básicamente. El FBI desmantela toda la operación y le ofrece a esa mujer un trato a cambio de que les facilite creo que la lista de clientes que tenía dicho establecimiento. No sé muy bien cómo ni por qué, Jennifer Love Hewitt estuvo nominada al Globo de Oro a mejor actriz de tv movie o miniserie hace un par de años, y debió pensar que continuar explotando ese proyecto debía ser lo más apropiado para regresar televisión después de "Entre fantasmas", porque ella es una de las productoras ejecutivas de la serie.

La "The client list" en formato semanal parece que va a contar, básicamente, lo mismo que la película (con lo que habría que plantearse si de verdad era necesaria), y además es un vehículo para el lucimiento de su estrella del peor tipo; el que da un poco de vergüenza ajena. El vídeo musical a mitad del capítulo piloto mostrando en qué consiste el "extra" de Riley en The Rub (calma, que esto es Lifetime, no Showtime, es todo bastante recatado y con mucho beefcake), los modelos que lleva Love Hewitt (algunos, heredados directamente de Melinda Gordon), el mensaje totalmente confuso que quiere dar sobre si es aceptable hacer cualquier cosa para mantener a tu familia (en realidad, para mantener el pedazo casa cuya hipoteca te está arruinando)... "The client list" no es "Weeds", por supuesto, pero los intentos de dar ambigüedad moral a las decisiones de Riley ni siquiera deberían planteárselos. Y además, a los 20 minutos del piloto ya se puede adivinar cómo va a acabar la primera temporada. Aquí ni siquiera el aliciente de los cromas para echarte unas risas como en "Ringer".


Música de la semana: Como no podía ser de otro modo en una serie de Shonda Rhimes, "Scandal" cuenta con una banda sonora llena de canciones de todo tipo. Una bastante curiosa es "Respect yourself", de The Staple Singers, un grupo familiar de soul del que salió después Mavis Staples, y en cuyo estribillo parece que se inspiró Madonna para "Express yourself".

12 abril 2012

Un policía con sombrero

ALERTA SPOILERS: Si no habéis visto aún el final de la tercera temporada de "Justified", vedlo y luego volved por aquí.

Ni Quarles, ni Boyd,  ni Limehouse, ni Dickie Bennett. Al final, el que termina dejando realmente tocado a Raylan es su padre, Arlo. Su historia no ha sido de las más prominentes de la temporada y ha estado casi siempre en su segundo plano, pero esos pocos momentos en los que aparecía nos dejaban con la inevitable sensación de que algo malo iba a pasar con él. Cada vez pierde la cabeza más a menudo, deja de tomarse su medicación, cree estar viendo a su primera mujer (la madre de Raylan) y luego a Helen, que los Bennett mataron la temporada pasada, y luego asume a Boyd como si fuera él su hijo, y no Raylan, hasta el punto de acudir a su rescate cuando Quarles aparece en la puerta del bar y, después, cuando Tom Bergen, el policía estatal, llega a investigar la explosión del coche de Quarles. Arlo sólo ve un tipo con sombrero que va a disparar a Boyd, y le pega un tiro sin dudarlo. Luego, en su frágil estado mental, va a ver a Raylan para asegurarse de que está bien (le dice algo así como que "me han dicho que dispararon a un policía con sombrero), pero el marshal no se muestra conmovido por ese gesto, y tampoco escandalizado, como Winona, cuando le cuenta a ella lo que Arlo ha hecho.

A Raylan, ya no hay nada de su familia que le pueda sorprender. El año pasado ya quedó claro que, por muy lejos que se marche, siempre va a llevar Harlan dentro de él, y este año no hemos hecho más que confirmar lo realmente deprimido y fastidiado que está el condado, y cómo sus habitantes no necesitan de consejos de "yanquies del norte" para cuidar de sí mismos, mucho menos si cuidar de sí mismos implica algún tipo de actividad delictiva. Mags Bennett se lo explicó muy claramente a la representante de la compañía minera (aunque luego ella hizo los negocios por otro lado), y Boyd también se lo dejó muy claro a Quarles cuando éste intenta reclutarlo; en Harlan reconocen a los aprovechados enseguida. Quarles, por cierto, ha resultado ser un villano memorable, con ese evidente trastorno mental que tiene y esa inestabilidad escondida bajo sus trajes de tres piezas. Eso sí, del que no hemos visto lo último, con toda seguridad, es de Ellstin Limehouse. Esta suerte de Mags en masculino, y en negro, también mira solamente por los suyos y también tiene unas ideas más bien anticuadas de cómo hacerlo, y tiene extendida una amplia tela de araña por el condado para que nada lo pille por sorpresa.

Ha habido tal cantidad de villanos y de planes B, y C, y D en estos 13 episodios, que la temporada se ha hecho realmente corta. Parecía que aún estábamos arrancando cuando, de repente, Quarles empieza a tomar decisiones desesperadas y acaba en el matadero de Limehouse, protagonizando una escena digna de "The Walking Dead". Como el propio Graham Yost, productor ejecutivo de "Justified", reconoce en esta entrevista, incluir tantos villanos esta temporada ha hecho que pasáramos menos tiempo sobre todo con los compañeros de Raylan en la oficina de los marshals en Lexington, y eso que lo poco que hemos visto a Art y Rachel no ha hecho más que aumentar las ganas por verlos más a menudo. "Justified" es otra serie que es capaz de introducir de un plumazo a un personaje y transmitirnos cómo es en sólo una escena, y parte de su encanto es construir convincentemente a unos criminales que, por lo menos, tienen alguna cualidad curiosa, o excéntrica, o inquietante, algo que han trasladado a la pantalla desde los libros de Elmore Leonard.

Y un aspecto que a mí siempre me resulta muy curioso es que buena parte de los malos son tremendamente educados hablando. Boyd, por ejemplo, puede amenazarte de muerte sin levantar la voz y sin insultarte nunca, y Limehouse tampoco le falta al respeto nunca a su interlocutor, aunque le esté diciendo que o se marcha del valle, o le corta una mano. Es un rasgo, especialmente con Boyd, que ayuda a caracterizarlo por contraste con su condición de delincuente (lo mismo que que lleve siempre las camisas abotonadas hasta arriba o que se mueva con parsimonia, como si fuera una pantera). Del mismo modo, no he podido evitar pensar que Raylan camina como John Wayne, y que cada vez dispara a menos gente.

11 abril 2012

De entre los muertos

Es curioso, a veces, cómo se mueven los designios de los gustos, de la crítica y de lo que se acepta como una buena obra o se descarta como algo menor. Alfred Hitchcock siempre se consideró en su época como un director comercial (palomitero, diríamos ahora), alguien que reconocía sin problemas que hacía las películas pensando en el público, en cómo podía arrastrarle con la película y hacerle experimentar lo mismo que experimentaban los personajes, y que también afirmaba que la historia tenía que poder contarse casi enteramente en imágenes (una deuda de sus inicios como rotulista en el cine mudo). Hasta que los jóvenes críticos franceses de "Cahiers du Cinema", los que luego se convertirían en los cineastas que pusieron en marcha la Nouvelle Vague, no empezaron a reivindicar a Hitchcock (y a muchos otros directores clásicos de Hollywood) como verdadero autor, su obra no empezó a verse de una manera distinta y a estar mejor considerada por la crítica general.

Uno de los casos más claros de ese cambio en su apreciación es "Vértigo". Estrenada en 1958, con una estrella ya consolidada (James Stewart) y otra en ascenso (Kim Novak) como protagonistas, la recepción hacia la película fue más bien fría. En taquilla funcionó aceptablemente, sin ser un éxito; los críticos no se detuvieron demasiado a pensar en ella y, en los Oscars de 1959, sólo tuvo dos nominaciones; a mejor sonido y mejor dirección artística. El propio Hitchcock decía que en el guión había bastantes agujeros, que Novak había sido impuesta por el estudio (Hitch quería a Vera Miles, que no estaba disponible al haberse quedado embarazada), pero nada de eso impidió que, con el tiempo, haya terminado considerada como su obra maestra y, probablemente, su película más personal. Porque, como ocurre en muchas otras cintas de Hitchcock, aquí el misterio es bastante secundario.

Si en "Encadenados" lo que importaba era la historia de amor entre Cary Grant e Ingrid Bergman, en "Vértigo" lo que importa son las represiones y la obsesión de su protagonista, Scottie Ferguson, con una mujer muerta, con un fantasma, con un ideal que no puede alcanzar. Es una película, en ese aspecto, bastante enfermiza y eso es lo que la hace destacar; aunque la hayas visto un montón de veces, un nuevo revisionado nunca cansa, y si la ves por primera vez, te absorbe. El uso del color (en especial, del rojo y el verde), del vestuario de una institución como Edith Head, de la sensacional música de Bernard Herrmann, de esos fantásticos planos panorámicos, todo está diseñado para meternos en la cabeza de Scottie y en su malsana fijación por esa mujer, en su descenso por las espirales de la locura de los títulos de crédito de Saul Bass.

Además, gracias a la iniciativa de los cines Verdi en Madrid (y creo que también en Barcelona), es posible ver ésta y otras tres películas de Hitch en pantalla grande y apreciarlas realmente como fueron concebidas (restauradas en HD, eso sí). Aunque, en el caso de "Vértigo", la cinta estuvo a punto de perderse para siempre por el mal estado en el que se encontraba su negativo, en el quie los colores habían perdido mucha intensidad. Sobre el proceso de restauración de esta película hay un mini documental de hace tiempo, "Obsessed with Vertigo", que cuenta cómo se recuperó uno de esos clásicos que siempre figuran en las listas de las mejores películas de la historia del cine. No obstante, si me obligais a elegir, creo que mi película favorita del maestro del suspense es "La ventana indiscreta".

10 abril 2012

Casi famosos (XLV)

Si me obligárais a elegir, esta sección sería mi favorita de todo el blog. Indagar en los pasados de actores conocidos siempre es divertido, y no sólo por descubrir las pintas que llevaban cuando eran niños o cuando tuvieron que pagarse el alquiler encadenando terribles películas de miedo, sino porque, a veces, también se puede descubrir que algunos estuvieron en proyectos interesantes que contribuyeron a lanzar sus carreras. ¿Encontraremos algún caso de esos hoy?

Vamos a empezar con dos actores daneses famosos hoy por proyectos bastante diferentes, aunque ambos sean en televisión. El fotograma pertenece a "El vigilante nocturno", una cinta de misterio que tuvo cierta repercusión a mediados de los 90 y que hasta tuvo un remake hollywoodiense con Ewan McGregor y Patricia Arquette como protagonistas, y dirigido también por Ole Bornedal. La pareja protagonista original eran esos dos rubios de la foto, Nikolaj Coster-Waldau y Sofie Grabol. Él, conocido ahora por "Juego de tronos", casi debutaba en el cine interpretando al vigilante de esa morgue en la que empiezan a pasar cosas extrañas, mientras ella, totalmente inconfundible con el jersey de Sara Lund en "Forbrydelsen", ya tenía en su haber varias películas más, incluyendo "Pelle, el conquistador".

A veces, viendo a Alison Brie en "Community", puede resultar difícil pensar que es la misma actriz que luego, en "Mad Men", da vida a Trudy, la esposa de Pete Campbell, y que hasta llegar allí estuvo en bastantes series de corta vida. Sin embargo, ninguna puede igualar que su segundo crédito en Internet Movie Database sea un capítulo de "Hannah Montana". Y sí, en "Community" han hecho referencias a ello.

A Jared Harris, hijo de Richard Harris, lo podemos ver actualmente alternándose entre su Lane Pryce de "Mad Men" y el malvado David Robert Jones de "Fringe", además de haber sido Moriarty en la segunda parte del "Sherlock Holmes" de Guy Ritchie, pero Harris llevaba bastante tiempo trabajando sin que terminara de hacerse famoso. En los 90 hizo bastante cine independiente y, entre sus trabajos de principios de los 2000, figura la tv movie "The notorious Bettie Page", en la que era John Willie, un fotógrafo y dibujante dedicado al bondage. Me habría gustado conseguir una foto de él vestido de soldado inglés en "El último mohicano", pero no ha sido posible. Sí, la actriz que aparece al lado de Harris en el fotograma es Lily Taylor.

Y la última inclusión de hoy se la queda Danny Pudi, otro actor de "Community" que puede presumir de empezar con dos episódicos breves en clásicos como "El ala oeste de la Casa Blanca" y "Urgencias". Después, fue uno de los periodistas del Yale Daily News en la séptima temporada de "Las chicas Gilmore", algo que seguro que a Abed le habría encantado. Hasta pasó por "Greek" antes de caer en la comedia de NBC.

09 abril 2012

Diálogos como ametralladoras

En los años 40, los estudios de Hollywood contaban entre sus especialidades las denominadas screwball comedies, comedias de enredo de trama compleja, muchos gags físicos, un alto ritmo y unos diálogos dichos generalmente a la velocidad del rayo. Célebre es la anécdota atribuida a Howard Hawks durante el rodaje de "Luna nueva", en el que hacía repetir tomas a sus actores con la instrucción: "Ahora, dilo más rápido". Del cine, estos diálogos veloces e ingeniosos se trasladaron también a la televisión de la denominada como segunda edad de oro (un término que cada vez me gusta menos), y no sólo para las comedias, sino para dar a los dramas un toque diferente. El considerado como consumado maestro es Aaron Sorkin, cuyos personajes hablan todos como si sus cerebros fueran más rápido que sus lenguas, y cuya "El ala oeste de la Casa Blanca" instauró los famosos walk and talk, con personajes que tenían conversaciones enteras caminando de un lado para otro, siempre con prisa (algo de lo que Sorkin se autoparodió en un genial cameo en "30 Rock").

Que los actores dominen estos diálogos no debe ser nada sencillo. Rooney Mara contaba en una entrevista reciente que la escena inicial de "La red social" la repitieron incesantemente ella y Jesse Eisenberg mientras un asistente los cronometraba; tenían que decir sus diálogos creo que en algo menos de cuatro minutos. Pero la velocidad no debe ser impedimento para que entendamos lo que vestán intentándonos decir y, sobre todo, aunque en teoría la velocidad debería indicarnos la inteligencia de los personajes, a veces puede resultar terriblemente pretenciosa. El ejemplo más claro es otra escena inicial, en este caso la de "Scandal", la nueva serie de Shonda Rhimes. Sus protagonistas se dedican a resolver crisis de todo tipo de personajes imporrtantes, intentando que no lleguen a convertirse en un escándalo, y en teoría son los más listos y los más ingeniosos a la hora de usar todo tipo de recursos para conseguirlo.

En esa escena inicial, uno de los empleados de Olivia Pope, la protagonista, entrevista en un bar al nuevo fichaje, una joven abogada, y se dedica a impresionarla hablando realmente rápido y soltando cosas como que ellos son "gladiadores con traje". La sensación que transpira es de pretenciosidad, de estar gritando "mira qué listo soy". Esta mañana, hemos estado hablando por Twitter justo de estos diálogos tipo ametralladora y si Rhimes no se había pasado un poco de la raya en su afán de que suenen sorkinianos. Para ver series con diálogos rápidos, ingeniosos y divertidos nos quedamos con "Las chicas Gilmore" o con "Pushing daisies", cuyos diálogos muchas veces eran ingeniosos sólo por el mero hecho de serlo, porque entraban dentro de ese pequeño experimento entre forma y fondo que era la serie. "Life is short, talk fast", que decía una vieja promoción de The CW.

P.D. podcastero: Sí, "Scandal" es una de las seriesde las que hablamos en el nuevo programa de "Yo disparé a J.R.". El plato fuerte de esta semana es el análisis del inicio de la segunda temporada de "Juego de tronos" con Montse Cebrián, de "By The Way", pero tocamos otros muchos temas, claro. Como siempre, en el blog están todas las opciones de escucha y descarga (más una impagable foto de Sue Ellen borracha, por supuesto), pero os dejo por aquí también el menú del día.

- 0': "Scandal".
- 11': "Magic City"
- 21': "Juego de tronos"
- 53': "Best friends forever" y "Bent"
- 63': "Once upon a time" (spoilers hasta el 1x18).

08 abril 2012

¿Quién engañó a Sarah Linden?

ALERTA SPOILERS: No sé cuántos habéis decidido seguir viendo "The Killing", así que creo que debo avisaros que, si no sabéis quién es la mujer que aparece con Linden en el fotograma de arriba, es preferible que no sigáis leyendo.

 Hablar del principio de la segunda temporada de "The Killing" sin mencionar la gran controversia que suscitó el final de la primera entrega (con buena parte de la crítica estadounidense convertida en un foro de fans llorones) es bastante complicado. La percepción de estos primeros episodios está muy supeditada a aquel revuelo y a la presión que los medios han puesto sobre la serie, casi dictaminando que si no resuelven el asesinato de Rosie Larsen en los primeros 30 segundos de la premiere, jamás recuperarán el favor de sus seguidores. El bajón de audiencia que ha habido entre esa season finale y el inicio de la nueva temporada prácticamente se ha considerado una prueba irrefutable de que "The Killing" no va a levantar cabeza, cuando es una comparación que no es justo hacer. Aquel último capítulo congregó más espectadores de la media de la temporada, espectadores que sólo querían saber si se desvelaba la identidad del asesino. Quienes vieron el principio de la segunda entrega fueron, más o menos, esa audiencia media que estuvo siguiendo los primeros 13 capítulos.

Lo que sí parece claro es que "The Killing" va a seguir un camino bastante diferente del que toma "Forbrydelsen" en la recta final de su primera temporada. Por lo menos, van a reutilizar cierta trama que la serie danesa construye alrededor del ayuntamiento, pero confiriéndole un aire mayor de conspiración (y aún más dejà vú a "Twin Peaks", si eso era posible), y parecen estar poniendo las piezas hacia esa espiral autodestructiva paranoica de Linden que todo el mundo le recuerda que ya sufrió con anterioridad. En sólo dos capítulos, la detective se ha quedado sola en su convencimiento de que alguien tendió una trampa al concejal Richmond, y cada vez es más consciente de que hay algo mucho más grande en juego. Aquí entra en escena la fiscal Niilsen, que ofrece un genial homenaje a la serie original al tener a Sara Lund en persona, Sofie Grabol, como su intérprete y, parece, única aliada de Linden. Ella echa por tierra la elaborada trampa contra Richmond organizada, entre otros, por el amigo de Holder, una trampa que aún aumenta más mis sospechas de que el asesino de Rosie fue aquel millonario cuyas donaciones buscaba el concejal para seguir en la carrera electoral por la alcaldía.

Holder, precisamente, termina el capítulo doble de presentación dándose cuenta de que ha sido utilizado, de que el único interés que esa trama tiene en él es por su pasado de drogadicto y su facilidad para ser corrompido en su afán por convertirse en detective de homicidios. Si logra conectar de nuevo con Linden, que cree con razón que la ha traicionado, "The Killing" puede tener en ellos dos la principal razón para continuar viéndola (aquel "Missing" lo demostró a la perfección). El disparo que Richmond recibe parece que va a pesar sobre la conciencia de los "peones rasos" de la conspiración (Gwen y Holder, por ejemplo), y su sentimiento de culpa puede resultar interesante más adelante. Todo esto, no obstante, puede jugar en contra del retrato de la familia Larsen y su intento por continuar adelante.

Como decían en un blog creo que estadounidense, la principal diferencia entre "Forbrydelsen" y "The Killing" es que Sara Lund está condenada por su entrega total a su trabajo, mientras Sarah Linden tiene más interés por mantener otros aspectos de su vida. Sin embargo, justo por eso, Linden puede tener una caída aún peor.

Música de la semana: Starz estrenó hace unos días "Magic City", una serie sobre mafiosos, exiliados cubanos y hoteleros en el Miami de 1959. La ambientación y la música es, de largo, lo mejor de su episodio piloto (el resto no es especialmente destacable), y entre las canciones que se escuchan figura "Tenderly", de la que nos quedamos con la primera cantante que la grabó, Sarah Vaughan.

06 abril 2012

El Sombrerero Loco

ALERTA SPOILERS: Si no habéis visto, al menos, hasta el momento en el que "Once upon a time" hace su propia versión del Sombrerero Loco de "Alicia en el Pais de las Maravillas", es preferible que dejéis de leer aquí.

Durante buena parte de la primera temporada de "Once upon a time", la pregunta que nos hacíamos los espectadores era hasta qué punto Regina y Mr. Gold recordaban algo de su pasado en el país de los cuentos de hadas. Daba la sensación de que así era, pero sus conversaciones siempre eran veladas y lo más que teníamos eran insinuaciones. A veces parecía que Regina no tenía ni idea de quién era en realidad y que Gold sabía mucho más que ella, y otras daba la sensación de que ella seguía siendo la Reina Malvada en medio de Storybrooke. Conforme nos hemos acercado a la recta final de la temporada y se desató todo el jaleo del affair entre Mary Margaret y David, con la consiguiente desaparición de Kathryn, de repente se han puesto unas cuantas cartas sobre la mesa, cartas que también están empezando a hacer que Emma se dé cuenta de que Henry puede tener algo de razón en que en Storybrooke hay cosas que no terminan de cuadrar.

El punto de inflexión definitivo fue la aparición del Sombrerero Loco. Es el único habitante del pueblo que sí recuerda quién fue, tal vez porque la maldición de la Reina le pilló atrapado en el País de las Maravillas, y está desesperado por regresar a su antigua vida. Es el primero que intenta utilizar los "poderes" de Emma en su propio beneficio, y el primero que logra plantar en su cabeza la sombra de la duda. No sobre que ella sea la hija de Blancanieves y el Príncipe Encantador que salvará a todos esos personajes de los malvados planes de Regina, sino sobre, como hemos dicho antes, la situación de Storybrooke y que algunas de las cosas que pasan allí no acaban de ser... normales. Al mismo tiempo, la trampa tendida a Mary Margaret permite, por fin, que confirmemos que Gold y Regina son los únicos que lo saben todo, y que mientras ella está cegada por ejecutar sus venganzas personales, él parece estar moviéndose con otras cosas en mente. Él sabe, por ejemplo, quién es Emma, algo que parece aún se le escapa a Regina, que actúa contra ella más por instinto que por otra cosa.

¿Será el final de temporada el despertar definitivo de la señorita Swan? Hizo recordar al sheriff/cazador. ¿Lo conseguirá con alguien más? ¿Y averiguaremos la identidad del motorista escritor, otro que parece estar al tanto de todo lo que se cuece? Se dice que él es el autor del libro de Henry y ni Gold ni Regina lo conocen. Por otro lado, los últimos flashbacks al mundo de fantasía han presentado vueltas de tuerca realmente curiosas a los cuentos. Además de averiguar por fin por qué Regina odia tanto a Blancanieves (lo que dejó un gran momento en la comisaría, con ese "Soy inocente - Ya lo sé"), la historia de Caperucita Roja es, como ya dijimos en su momento, la más original de las que han hecho hasta ahora, y con Emma empezando a darse cuenta, poco a poco, de lo que está pasando, el final de temporada se presenta interesante. ¿Demostrará finalmente el señor Gold que es el único que controla todo lo que pasa en Storybrooke?

04 abril 2012

El folletín

El insulto más habitual cuando alguien quería expresar su disgusto por la segunda temporada de "Downton Abbey" era "culebrón". Es, probablemente, el término más despectivo que se le pueda aplicar a una serie, un término que puede causar ampollas en algunos fans; probad a soltarle a algún enamorado de "Mad Men" que, en el fondo, esa serie no es más que un culebrón con pretensiones. En cuanto oímos esa palabra, lo que nos viene a la mente son "Los ricos también lloran" y hasta el remake de "Dallas", historias de amor entre ricos malísimos y pobres que son mártires de tanta bondad, diálogos totalmente kitsch y escenarios más kitsch todavía, y los giros de guión más locos y gratuitos fuera de la ficción pulp.

Pero sólo es un lado de la palabra (el más extendido). Culebrón o su variante más culta, folletín, de por sí no son "malos"; sólo indican un formato y, siendo justos, todas las series son folletines. Si nos ponemos en plan gafapasta, podemos remontarnos hasta el siglo XIX, cuando todos los escritores más populares publicaban sus historias por entregas mensuales en las revistas de la época. Alejandro Dumas, Julio Verne, Arthur Conan Doyle o Charles Dickens estaban sometidos a la "tiranía" de los plazos de entrega de dichas revistas, y para mantener el interés de los lectores mes a mes, no era nada raro que terminaran los fascículos con un cliffhanger que obligara a los seguidores enganchados a continuar comprando la revista para saber cómo continuaba la historia. Por supuesto, había quien iba retorciendo cada vez más las tramas y los cliffhangers para no perder lectores y estirar el chicle todo lo posible, con lo que el término folletín fue convirtiérndose cada vez más en sinónimo de historias totalmente pasadas de rosca y hasta inverosímiles.

En su acepción más "pura", sin embargo, un folletín no es más que una historia contada en varios fascículos/episodios, y todas las series, absolutamente todas, entran en esa definición. Lógicamente, luego depende del talento de los implicados en ella que caigan en los peores defectos asociados con ese término o que evolucionen hacia un producto hecho con inteligencia, buen gusto y que no se conforma sólo en mostrar el enésimo triángulo amoroso o la perenne pelea entre el protagonista trepa y el honrado. Series como "Mad Men", "Juego de tronos" o "The Good Wife" (por citar las tres que dominan últimamente la blogosfera) utilizan muchos aspectos de los folletines, pero se preocupan por no quedarse sólo ahí y tienen personajes tridimensionales, o comentan algo sobre el mundo en el que vivimos. Hasta el mismo Robert Kirkman, creador del cómic "The Walking Dead", ha repetido por todas partes que lo que él está escribiendo no es más que un culebrón aderezado con unos cuantos zombies.

P.D.: Y como ha salido mencionada "Downton Abbey", no está mal traer a colación el especial sobre televisión que ha hecho "Vanity Fair" este mes, en el que se centran sobre todo en las mujeres. Su portada es para Julianna Margulies, Claire Danes, Sofía Vergara y Michelle Dockery, pero lo interesante es ver que, en las dobles páginas de fotos interiores, no se han limitado sólo a las series de cable habituales cada vez que se hacen estos números. En la primera doble se dejan ver Emily Deschanel, Grace Park, Archie Panjabi, Kerry Washington (de la próxima "Scandal"), Emily Van Camp, Kat Dennings y la única representante de una serie de cable, Emmy Rossum. Y luego, en la segunda, la cosa ya está más mezclada, hasta con algunos hombres, y vemos a Michael C. Hall, Katharine McPhee, Sarah Jones, J.B. Smoove ("Bent"), Regina King, Aaron Paul, Joel Kinnaman, Scott Caan, Don Cheadle y Morena Baccarin.

03 abril 2012

El cometa rojo

ALERTA SPOILERS: Si ya no sabéis a qué hace referencia el título de esta entrada sobre el principio de la segunda temporada de "Juego de tronos", me temo que tendréis que dejar esta entrada para cuando lo sepáis. 

Dragones. Eso es lo que augura el gran cometa rojo que se deja ver sobre los cielos de Poniente al comienzo de la segunda temporada de "Juego de tronos". O, al menos, es lo que Osha le dice a Bran que augura. Como ella misma comenta, significa diferentes cosas para diferentes personas, para unos es portador de buenas nuevas y, para otros, un signo de que algo malvado va a ocurrir; para los espectadores de la serie, el cometa representa la mayor escala en la que va a moverse todo a partir de ahora. Como ya comentamos hace tiempo, el número de nuevos escenarios y personajes va a incrementarse notablemente y, además, David Benioff y D. B. Weiss han afirmado en más de una entrevista que cada temporada no va a adaptar únicamente un libro, y que van a incorporar tramas de "Tormenta de espadas" en esta segunda entrega para, por ejemplo, no dejar de lado a personajes como Jaime o Robb (aquí podríamos volver a hablar de que serie y libros se rigen por reglas y lenguajes diferentes pero, la verdad, nos repetiríamos). Los dos guionistas ven su proyecto como un todo, no algo dividido en varias partes independientes, y cuentan con el asesoramiento y la aprobación de George R.R. Martin de todo (o casi todo) lo que hagan.

De todos modos, Jaime y Robb son sólo dos de las múltiples bolas que el episodio tiene que mantener en el aire, haciendo unas transiciones mucho más fluidas que el año pasado de subtrama a subtrama y presentándonos casi todas las líneas maestras de esta segunda etapa del juego. "Day Zero" me ha dado la idea de que, en lugar de estar varios párrafos divagando sin descanso, casi es mejor hacer una suerte de bullet points, de destacados breves de algunas de las cosas más interesantes del capítulo. Además, ya he hecho eso para "¡Vaya tele!" y no quiero repetirme, así que vamos con una ronda rápida de comentarios:
  • Sansa promete para esta temporada. De hecho, es uno de los personajes que la serie ha logrado hacer interesantes para mí (en el libro nunca me convenció), y esa primera interacción con el Perro para salvar la vida de Ser Dontos ha sido sólo un botón de muestra.
  • De Arya apenas tenemos un pequeño vistazo al final, justo después de ese momento Herodes de la Guardia Real matando a todos los niños de Desembarco del Rey que podrían ser bastardos del difunto rey Robert. Por cierto, Joffrey no sólo es repulsivo, también tiene un aire de imprevisibilidad muy bien logrado por su actor, Jack Gleeson.
  • Tyrion es el rey del humor. Y el retrato de Cersei sigue siendo muy interesante.
  • Los dragoncitos de CGI son realmente monos. Sí, ya sé que pueden chamuscarte en cuestión de segundos.
  • Craster es tan repulsivo como en el libro.
  • Melisandre es misteriosa e inquietante desde el principio.
  • Por cierto, que vaya cambio para mejor de localización de Malta a Dubrovnik para Desembarco del Rey
(Esta parte final probablemente contenga spoilers para quienes no hayan leído hasta el cuarto libro de "Canción de Hielo y Fuego").

Pero no puedo dejar de hablar del cometa rojo sin mencionar una cosa curiosa que pasa con los augurios y las profecías en Poniente, y es que, como pasa en realidad, todo el mundo cree que están hablando de ellos mismos. Si mi memoria no me falla, el cometa es, para Melisandre, el signo de un guerrero que llegará para dominar todo el mundo, un guerrero que asumirá su papel sólo si sangre real arde en el fuego del Señor de la Luz. Ella, lógicamente, identifica a Stannis como ese salvador. Más adelante, descubrimos que a Cersei le profetizaron cuando era una niña que una reina más joven la desbancaría de su trono, y ella considera que esa rival es Margaery Tyrell. Pero yo siempre he asumido que ambas profecías se refieren a Daenerys, cuya sangre real se quema en la hoguera funeraria de Khal Drogo y que bien puede ser la reina más joven que destrone a Cersei. Hay más aspectos de los libros que siguen esta estela, en la que algunos personajes hablan de cosas de las que nosotros sabemos mucho más que ellos.

02 abril 2012

Leer o no leer

Siempre que se anuncia la adaptación al cine o la televisión de algún libro, surge la duda entre quienes tienen curiosidad por ver la película o la serie, pero no han leído dicho libro. ¿Deben leerlo antes? ¿O es preferible ver su adaptación con una mirada fresca? Nunca hay una respuesta correcta para esas preguntas. Depende de cada uno. Del mismo modo que hay quien se ve el original antes de ver el remake, hay quien prefiere no ver esa adaptación hasta que no han leído el libro. Como tantas cosas en esta vida, es una cuestión de gustos personales.

Ahora mismo, se diría que hay tres auténticos blockbusters que presentan a algunos de sus posibles seguidores con ese dilema: "The Walking Dead" y "Juego de tronos" en televisión y "Los juegos del hambre" en cine. De los tres, yo he leído los libros de los dos últimos algún tiempo antes de que se estrenaran, pero el cómic de Robert Kirkman lo tengo sin empezar. No me parece mal la postura de un crítico estadounidense, que no ha leído ninguno de los libros de "Canción de Hielo y Fuego" y que decidió que no quería hacerlo, que prefería experimentar la serie de HBO sólo como serie y sin tener el conocimiento previo de lo escrito por George R.R. Martin, apuntando que si llega un momento en el que la serie necesita de ese conocimiento previo para funcionar, es que algo no está haciendo bien como serie.

También hay quien se impone esta "puesta al día" casi como si fuera una obligación, para luego poder hacer las consiguientes comparaciones entre serie/película y libro y poder entrar en las discusiones de si está bien adaptado y si se han dejado fuera todo lo bueno. De nuevo, cuestión de gustos personales. Yo sólo lo hago si de verdad me llama la atención el material de partida, porque no hay nada peor que leer obligado un libro.

P.D. podcastero: La discusión con invitado de esta semana en "Yo disparé a J.R." es sobre "Smash", y ese invitado es Cristina Garde, que participa en el podcast "Central Perk" y que también nos sirve para ver si las nuevas ediciones de "American Idol" y "The Voice" están resultando interesantes o no. Como siempre, todas las opciones de escucha y descarga están en el blog, y os dejo el menú del día:

- 0': "Awake"
- 15': "Forbrydelsen" y "The Killing"
- 28': "Smash"
- 57': La primera temporada de "Alcatraz" (con spoilers)
- 68': "Scott & Bailey"

01 abril 2012

La comedia que NBC no quiere que veas

 A veces, las cadenas piden más series que huecos tienen en sus parrillas. Muchas de ellas se dejan para midseason o para sustituir series que fracasan, y las expectativas de supervivencia de esos "reemplazos" nunca son especialmente altas. Algunos son la excepción que confirma la regla, como "Anatomía de Grey", cuya primera temporada sólo tuvo ocho capítulos y se estrenó en la midseason de la temporada 2004/05, pero lo más habitual es que pase lo que le va a pasar a "Bent". Su primera (y probablemente última) temporada se estrenó en la NBC hace sólo un par de semanas, en miércoles (junto con "Whitney" y "Are you there, Chelsea?", lo que no es un bloque fácil para el lanzamiento de una comedia), y la semana que viene ya habrá terminado. La cadena ha emitido sus seis episodios de dos en dos, en un movimiento de "quitémonos esto de encima" más propio de Antena 3 con "24", y que no es del todo justo con la serie.

"Bent" es una clásica comedia romántica con dos protagonistas que se atraen pero que hacen todo lo posible por no ceder a esa atracción. En este caso, ellos son Alex, una abogada con una hija preadolescente cuyo marido está en la cárcel por un delito financiero, y Pete, un albañil ex ludópata que ella contrata para reformar su cocina. Desde el principio, los dos se gustan, pero se dedican a discutir constantemente y, cada vez que Pete intenta convencer a Alex de que ahí hay algo, ella lo descarta y le recuerda que tiene novio. Es una de las premisas más gastadas de la comedia romántica y hace falta una pareja con química para hacerla funcionar y que no recordemos que esto ya lo hemos visto cienes y cienes de veces antes. Amanda Peet y David Walton son entretenidos en esas interacciones y sí, tienen una buena dinámica, aunque yo no diría que haya una química salvaje.

Como todas las comedias, "Bent" es un trabajo en proceso, y aunque más o menos desde el principio sabe cómo va a ser y el tipo de humor que va a utilizar, no sería raro que la temporada termine dejándonos la sensación de que habría estado bien ver cómo habrían evolucionado si hubieran tenido trece episodios en lugar de sólo seis. Charlie, la hija de Alex, es una niña bastante creíble y en absoluto repelente (lo que ya es un triunfo), y el grupo de trabajadores de Pete tiene una simpática dinámica. Hay fallos, claro, cosas que no funcionan y sus momentos humorísticos no son de grandes carcajadas, pero es una lástima que NBC quiera sacudírsela de encima como si fuera una mosca pesada. "Bent", que hace referencia a que casi todos sus personajes están pasando por momentos de sus vidas que no son especialmente buenos, pero de los que están saliendo, es, al menos, entretenida, pero su vida a ser realmente fugaz.

Música de la semana: Esta semana vamos a retroceder hasta mediados de los 90, cuando el brit-pop estaba de moda y salían grupos que aprovechaban su paraguas para hacer alguna cosa un poco diferente, como Ocean Colour Scene, que recientemente se escuchan de fondo en un anuncio de Visa con Usain Bolt. Esa canción es "Hundred mile high city". Ahora, he de confesar que casi termino optando por "Jaan Pehechaan Ho", que se puede escuchar en el último anuncio de Heineken. Ya os dije que es de mis favoritas (es deliciosamente kitsch) desde que vi "Ghost World", ¿no?