30 mayo 2014

Catorce momentos de la temporada 2013/14


Con la temporada televisiva de otoño ya finalizada en Estados Unidos, casi se ha convertido ya en tradición recopilar una selección de momentos de las series que, por lo que sea, se han quedado en mi memoria más que cualquier otro. No tienen por qué ser momentazos memorables llamados a cambiar la faz de la ficción televisiva, pero en su momento me llamaron la atención por las razones que fueran. Si queréis animaros a hacer vuestra propia lista, podéis hacerlo.

  • La iglesia quemada y abandonada en medio de un pantano, con las chimeneas de las refinerías al fondo, en "True Detective".
  • La escena de sexo "a cuatro" de "Hannibal".
  • La primera cita real, o intento de cita, de Ted y la Madre en "Cómo conocí a vuestra madre".
  • El primer vistazo a lo que los infectados son capaces de hacer en el piloto de "Helix": "Do you know the way to San José..."
  • El último plano de "Treme", con esa "señalización" cubierta de collares de cuentas multicolores.
  • La "tortura" de Felicity en "Arrow". Lo que puede hacerse con una buena conexión WiFi... 
  • La primera carretera nevada que vemos en "Fargo".
  • La visita de Margaret Scully a Virginia Johnson para participar en su estudio en "Masters of Sex".
  • Diane, en el tribunal, escuchando de repente disparos en "The Good Wife".
  • La Boda Real de Joffrey y Margaery en "Juego de tronos".
  • Ese inesperado cameo en la última escena de William Hartnell como Doctor en "An adventure in space and time".
  • "Mira las flores, Lizzie" en "The Walking Dead".
  • El discurso de Holmes en la boda de John Watson en "Sherlock".
  • El baile de las chicas en la casa de la playa en "Girls".
  • La explicación de lo que es Arpanet en "The Americans", por comprobar lo esotérico que sonaba Internet en 1981.
¿Los vuestros?

29 mayo 2014

Guía pre-Emmy

 Ayer, cuando hablábamos de las posibilidades de "True Detective" de cara a los Emmy, no mencionamos que las nominaciones de los premios de la TCA abrían oficialmente la temporada de estos premios, seguidas por las de los Critics’ Choice, y comentábamos también que éstos eran unos galardones más difíciles de predecir que los Oscar. Alrededor de los premios de la academia de Hollywood hay toda una “industria”, como quien dice, de periodistas, expertos, gurúes y demás oscarólogos que se dedican a intentar adivinar quiénes serán los protagonistas de La Carrera desde el festival de Telluride hasta la gran noche de los Oscar, y en Internet es muy fácil encontrar webs y blogs de lo más variado para estar al tanto de todo lo que se va cociendo. Hasta en España hay varias opciones para hacerlo, aparte de las revistas de cine, desde Premios Oscar a Lo que yo te diga o Los extras, pero en lo que respecta a los Emmy, este tejido de análisis, quinielas y expertos no está tan extendido, o no es fácil tenerlo tan controlado.

No hay una Sasha Stone comparable en esto de los premios televisivos, aunque sí hay especialistas en premios, como Tom O’Neil, que cubren los cuatro grandes galardones de la industria del entretenimiento americano (Grammy, Oscar, Emmy y Tony, el EGOT), y aunque la sensación de estar inmerso en una temporada de premios no es tan intensa como ocurre con los Oscars a partir de diciembre, sí que existen varios sitios donde podemos ir informándonos sobre lo que parece sonar más o, simplemente, para leer o ver conversaciones con algunos de los posibles nominados. Si queremos conocer la actualidad televisiva en Estados Unidos, sitios como TV Line, Entertainment Weekly y TV Guide son los clásicos, pero hay algunos más que, cuando se acerca la fecha de conocer las candidaturas a los Emmy, resultan igualmente interesantes para cualquiera que esté interesado en el tema.

Tenemos, por ejemplo, Gold Derby, una web dedicada exclusivamente a predecir los nominados y los ganadores de ese EGOT que comentábamos antes, con foros en los que se está discutiendo todo el año las posibilidades de tal o cual candidato para llevarse el premio. Es muy habitual que tengan entrevistas y chats en vídeo (por Skype o Google Hangout, que es lo último) con algunos de los principales nombres de la temporada televisiva, y también tienen debates sobre el estado de la carrera en mejor drama, por ejemplo. Es un clásico en esto de los galardones. Evidentemente, también hay webs más dedicadas al cine que se animan con sus personales quinielas, como Indiewire, que ya comentamos ayer, o Awards Daily, que ha abierto hace poco una sección dedicada sólo a la televisión, y luego tenemos las ya clásicas mesas redondas de potenciales nominados donde se comenta un poco el panorama televisivo del año o algunas cuestiones generales que han ido apareciendo en los últimos meses.

Las más típicas son las de The Hollywood Reporter (a veces, viendo las que organizan para los Oscar, dan ganas de que alguien haga una sitcom con los codazos que debe haber entre los representantes de los actores, directores y guionistas por colarlos en alguna). Atraen, generalmente, a las mayores estrellas (muchas veces, las mismas de siempre) y van acompañadas de una sesión de fotos que luego se publica en el semanario. No obstante, las que celebra Los Angeles Times, en una escala más pequeña, a veces resultan más interesantes porque tiran de gente un poco menos obvia que puede aportar un punto de vista refrescante, al menos. Si tomamos como ejemplo las mesas redondas de showrunners de drama de ambos medios, el THR tenía a Ann Beiderman (“Ray Donovan”), Vince Gilligan (“Breaking Bad”), Matthew Weiner (“Mad Men”), Carlton Cuse (“Bates Motel”) y Nic Pizzolato (“True Detective”), mientras el LA Times contaba con Joel Fiels (“The Americans”), Beau Willimon (“House of Cards”), Michelle Ashford (“Masters of sex”), Scott M. Gimple (“The walking dead”) y Julian Fellowes (“Downton Abbey”).

Si lo que nos interesa es más el lado industrial, del dinero y los contratos, Variety es quien suele dar más relevancia a esa información, aunque tanto éste como THR son denominados como trades precisamente porque, cuando nacieron, se dedicaban a informar de los diferentes acuerdos y transacciones que se producían en los primeros años de vida de Hollywood como tal. Y luego, la academia de televisión tiene su propia revista, Emmy, que dedica piezas especiales a los nominados, o posibles nominados, durante el verano, pero ésa cuesta más de echar un vistazo por Internet (cuelgan pocas cosas). Por supuesto, están también los diferentes críticos, pero ellos se dedican más a las quinielas una vez se conocen las nominaciones. Como hemos comentado en otras ocasiones, lo divertido es especular antes.

28 mayo 2014

Los Emmy y el factor 'True Detective'

Allá por marzo, cuando se supo que HBO enviaba “True Detective” a mejor drama, en lugar de a mejor miniserie, ya comentamos que este movimiento podía cambiar por completo el panorama de los nominados, del mismo modo que “Orange is the new black” podía hacerlo en las categorías de comedia. Con la temporada televisiva ya finalizada, y el periodo para poder ser candidato terminando el próximo sábado, día 31, ya han empezado a aparecer las primeras predicciones de las nominaciones (como las de Indiewire), que intentan tomar en cuenta la posibilidad de que las dos series se ganen el favor de los académicos. Pero justo ese factor, el de lograr que a los votantes les gusten, es el más impredecible de todos, y también hay otra cuestión que no hay que dejar de lado; ¿se acordarán de los últimos capítulos de “Breaking Bad”, o considerarán que ya la premiaron el año pasado y es momento para otra ganadora?

En el caso de “True Detective”, parece que sus credenciales serán suficientes para poder colarse en mejor drama y mejor actor, seguramente Matthew McConaughey. Es la misma táctica que ya le sirvió a “House of cards” para poner una pica en Flandes, pero no es la única serie que busca arañar por primera vez alguna nominación a los Emmy. Showtime tiene, en teoría, una buena sucesora para “Homeland” en “Masters of Sex”, pero puede ser posible que los críticos la adoren más de lo que les guste a los académicos y se repita el caso de “The Americans”, ignorada el año pasado. Casi se da como seguro en todas partes que “Breaking Bad” y “Mad Men” serán candidatas a mejor drama, pero la primera hace ya un año que terminó y la segundo ha ido perdiendo apoyo en estos premios poco a poco (y todavía le queda una última ronda de capítulos en 2015). Y también hay muchas voces asegurando que la estelar quinta temporada de “The Good Wife” la meterá de nuevo en la pelea aprovechando, además, que habrá seis nominadas, en lugar de cinco, pero después de que se cayera en 2013, da la sensación de que ella y “Downton Abbey” son los rivales más débiles.

O no. A lo mejor los Emmy no caen tan enamorados de “True Detective” y prefieren restringir sus nominaciones sólo al apartado actoral, y a lo mejor alguien se lleva el susto de su vida y la victoria de Jeff Daniels al mejor actor el año pasado acaba continuada éste por una candidatura global para “The Newsroom”. Los Emmy pueden ser muy predecibles y conservadores, pero también son imprevisibles. Scott Feinberg, el oscarólogo residente de The Hollywood Reporter, decía que resultaba más difícil hacer quinielas y predicciones para ellos porque, con los Oscar, había toda una temporada de premios previa que iba apuntando ciertas tendencias, pero con los Emmy no hay nada. De hecho, ellos son los que abren la temporada de premios televisiva, a no ser que consideremos los Critics’ Choice como un oráculo fiable, o los peculiarísimos Saturn. Los galardones del SAG no son hasta enero, y de nada valen las listas de lo mejor del año publicadas en diciembre. En marzo, HBO puede haber estrenado algo que cambie el panorama por completo.

Se barajan bastantes nombres que podrían estrenarse como candidatos, o regresar tras algunos años de sequía, como James Spader, niño bonito de los Emmy con “Boston Legal” y que podría dar la sorpresa con su Red Reddington de “The Blacklist”. Al igual que el año pasado, vuelven a aparecer los nombres de Keri Russell y Tatiana Maslany como potenciales nominadas en actriz de drama, y se recuerda el papelón de Allison Janney en “Masters of Sex”, por si deciden ignorarla en comedia por “Mom”. Anna Faris y Taylor Schilling son otros nombres que aparecen en las primeras quinielas, del mismo modo que nadie parece dudar de que “Breaking Bad” va a copar las candidaturas de secundarios. Y las conversaciones de “¿puede ser éste su declive en los Emmy?” se han trasladado de “Mad Men”, ya muy devaluada en los premios, a “Modern family”, que el año pasado retuvo la corona de mejor comedia pero se fue de vacío en las nominaciones actorales. ¿Quiere eso decir que “Veep” le arrebatará el primer puesto? ¿Y podrá “Louie” repetir la hazaña de “Curb your enthusiasm”, nominada siempre que tiene temporada nueva, aunque luego no pueda ganar nada importante?

27 mayo 2014

Jude Law, el gángster

Si eres un actor guapo, es raro que alguien vaya a pedirte algo más que lucir palmito. Entre las actrices es habitual que se subestime a aquellas que, además de talento, tengan belleza, y el único modo de que les presten atención los críticos y hasta los Oscar es que se afeen. Y en esa liga puede incluirse también a algún intérprete masculino, como Jude Law. Su aspecto físico es lo que lo encumbró hasta la cima de Hollywood, y verlo en cintas como "El talento de Mr. Ripley" puede hacernos olvidar que, además de guapo, Law es bastante buen actor. Pero, como comentábamos antes, necesita engordar, acentuar su calvicie y dar vida a un tipo tirando a despreciable para que se le reconozca el talento. Más o menos es lo que hace en "Dom Hemingway", una peculiar cinta dirigida por un director tambiénm bastante particular como Richard Shephard.

Su anterior filme fue "The Matador", y alterna el cine con la televisión, donde lo mismo es uno de los realizadores habituales de "Girls" que se encarga de los pilotos de "Ugly Betty", "Golden Boy" o, atentos, "Ringer". Shephard le entrega a Law un personaje totalmente excesivo, un gángster de poca monta en la línea de las comedias criminales británicas de los últimos años, pero que se cree legendario y casi indestructible. Sale de la cárcel esperando que el narcotraficante por el que cumplió condena le recompense por ello, pero nada sale como Dom tiene previsto, y no sólo porque tiene un concepto de sí mismo que no se corresponde con la realidad. Además, está también su hija, quien no quiere tener ningún trato con él, y Dom va dando tumbos entre sus delirios de grandeza en el hampa y sus intentos por recuperar su relación con ella.

"Dom Hemingway" es una película excesiva, que desde el monólogo muy teatral, y muy obsceno, que la abre ya está dejándonos muy claro por dónde va a ir. Tiene algunos momentos muy divertidos a costa, precisamente, de lo iluso que Dom es sobre su situación fuera de la cárcel y de un Richard E. Grant aún más peculiar que de costumbre. Pero su tono no la hace para todo el mundo, moviéndose a veces entre una especie de Guy Ritchie light y una historia de un hombre intentando retomar lo único realmente bueno que merece la pena de ella. Lo que sí está claro es que Law está realmente muy bien, impulsando a Dom de una enorme rabia porque cree que no se le da lo que se merece, y dando a sus frecuentes monólogos el punto justo de falta de contacto con la realidad para que puedan ser bastante divertidos. Y no hay término medio con él.

26 mayo 2014

La cena de los inocentes


ALERTA SPOILERS: Si habéis visto el final de la segunda temporada de "Hannibal", podéis seguir leyendo. Si no, no sé a qué estáis esperando.

La Cena Roja. Así han apodado los seguidores de “Hannibal” al final de su segunda temporada, y no sólo porque el carmesí sea el color predominante en gran parte de esas últimas secuencias. La serie deja a tres de sus protagonistas (Will, Jack y Alana) literalmente colgando del acantilado metafórico de la muerte, y sitúa a Hannibal huyendo a Europa, en un vuelo en el que bebe champán al lado de la doctora Bedelia Du Maurier. La presencia de la psiquiatra en ese avión (otro de los más guiños que han confirmado que la serie había pasado de fijarse en “El silencio de los corderos” a hacerlo en la película “Hannibal”, de Ridley Scott) es la tercera o cuarta de las sorpresas que Bryan Fuller y compañía se reservan para ese último capítulo de la segunda temporada. Que Abigail Hobbs estuviera viva y, seguramente, cautiva del doctor Lecter en el estilo de Miriam Lass, fue tal vez la mayor de todas, al menos hasta que Hannibal apuñala a Will en el estómago con el cuchillo con el que Mason Verger comprobaba la grasa de sus cerdos.

La aparición de los hermanos Verger ha marcado esa diferencia de tono que adquiere “Hannibal” una vez Will sale de la cárcel y trama con Jack una elaborada trampa para atrapar al Destripador de Chesapeake. La imaginería más gótica, de pesadilla y de grand guignol se adueña de los capítulos, ofreciendo no sólo algunas de las escenas más perturbadoras de la televisión actual, sino también la atmósfera musical más particular, y efectiva. No hay nada como “Hannibal” en las parrillas estadounidenses, ni siquiera en el sacrosanto cable premium, y los análisis racionales no sirven para contar lo que es en realidad. Cada episodio es una experiencia sensorial, y a veces también una enorme y oscura broma (las caras de Lecter ante las groserías variadas de Mason, por ejemplo, no han tenido precio), y nos sitúa de lleno en la posición de Will, en su duda de si realmente será capaz de atrapar a Hannibal y, por otro lado, si no se autodestruirá en el proceso.

El baile que todos los personajes hacen alrededor de lo que saben, de lo que quieren ocultar y de lo que creen que los demás han descubierto se ha presentado a cámara lenta, con el ritmo de un vals sincopado, y buscando mostrarnos que aunque Jack y Will sean gente inteligente, Hannibal siempre lo será más que ellos, y nunca pueden estar seguros de si no están siendo ellos los atraídos hacia una trampa. De todos modos, esta segunda temporada ha continuado girando alrededor de la amistad entre el doctor Lecter y Graham, de cómo han medido hasta dónde podían llegar en sus esfuerzos por inutilizar al otro o, después, hasta qué punto podían volverse íntimos. El tema de que Will, en realidad, no es diferente de Hannibal ha sido recurrente desde el piloto, y aquí se ha explorado en toda profundidad. Al fin y al cabo, Graham tiene que convencer a Lecter de que sus métodos para que deje salir su verdadera naturaleza de asesino psicópata han funcionado.

“Hannibal” traslada a la pantalla el tono que tienen los libros de Thomas Harris, y no sólo en sus muertes grandilocuentes y en esos asesinos que más parecen estar poniendo en pie performances macabras. Utiliza mucho el tema de transformación y de realización de la identidad real de cada uno, algo que el psiquiatra intenta conseguir en todos sus pacientes y, especialmente, en los que tienen potencial para ser los próximos Charles Manson. A Hannibal le mueve la curiosidad por ver las reacciones de las personas a su alrededor, y tal vez esa característica la comparta con Bedelia Du Maurier. Fuller explicaba a The AV Club que, tal vez, uno de los motivos de la psiquiatra fuera estudiar un espécimen como Lecter en su elemento, que su curiosidad intelectual la llevara a ir demasiado lejos. Al fin y al cabo, ésa acaba siendo la perdición de todos los personajes de “Hannibal”, eligen ser valientes en lugar de ciegos.

25 mayo 2014

El orgullo del friki

Desde hace algunos años, se utiliza el 25 de mayo, fecha del estreno de "La guerra de las galaxias" en 1977, para celebrar lo que se conoce como Día del Orgullo Friki, un día en el que se conmemora el entusiasmo por determinados aspectos de la cultura popular por parte de la chavalería. Podría estar en su nacimiento muy unido a "Star Wars", pero también puede denominarse el Día de la Toalla (referencia a "Guía del autoestopista galáctico"), pues el 25 de mayo de 2001 habían pasado dos semanas de la muerte de Douglas Adams, y sus fans quisieron rendirle homenaje dedicando todo un día a su recuerdo (cuál de las dos celebraciones fue primero no es lo importante). En ambos casos, no es más que una excusa para que esos fans entusiastas de la ciencia ficción, los cómics o el terror, y a los que la gente "normal" descarta como raros y frikis, tengan un día para dar rienda suelta a sus mayores aficiones, sean las que sean. Algún año se han organizado "peleas" de sables de luz en plena calle y otras veces ha habido algún tipo de encuentros que han corrido a cargo de alguna institución grande (este año, el canal TNT ha hecho algo así en Madrid), pero es cierto que cada uno lo celebra como quiere con sus amigos.

Eso sí, es un día que ha ido entrando cada vez más en el mainstream porque, como hemos comentado alguna que otra vez, tener personajes geek en una serie, por ejemplo, se ha convertido en algo caso obligatorio si quieres que alguna vez vaya a "molar". Pero también es cierto que se tiene mucho cuidado de que la serie no se escore demasiado hacia el lado más friki, en el sentido de que, si es de ciencia ficción, por ejemplo, nunca se entra en asuntos que vayan a espantar al público medio, como los viajes en el tiempo. Sigue habiendo un amplio sector de la población que pensará que los jugadores de Dungeons & Dragons son asesinos en potencia, o que la trilogía de "El Señor de los Anillos" son películas "raras". No obstante, lo que ha logrado Internet es que los "frikis" encuentren comunidades en las que puedan comentar con otras personas si Han Solo disparó primero o no, o sí el cómic de "The Walking Dead" es mejor que la serie. Eso lleva a que pensemos que, realmente, la cultura geek está dominando el entretenimiento popular, pero que los superhéroes de Marvel sean taquillazos no quiere decir gran cosa.

No se puede negar, eso sí, que el paulatino crecimiento de Comic-Con, utilizado por Hollywood para ir creando expectación para algunas de sus próximas películas de género, ha contribuido a dar esa sensación. En las webs que cubren cine y televisión (y cómics) casi no se habla de otra cosa durante las dos o tres últimas semanas de julio, y YouTube se convierte en un festival de vídeos de los paneles, de gente disfrazada haciendo cola para entrar al Hall H o de entrevistas con gente de todo tipo que pasa por San Diego. Además, han proliferado los vídeos de otros encuentros similares organizados en Dallas, Atlanta, Nueva York, Toronto o San Francisco (seguro que los nombres Dragoncon y Wondercon os suenan), y hasta han dado el salto a España, tradicionalmente muy reticente a todo lo friki. Entre el 11 y 13 de julio, WizardCon aterrizará en Madrid, pero antes de ella ya estaban GaterCon o BasauriCon.

El frikismo no es tan fuerte en la sociedad como podría parecerlo si sólo nos dedicamos a navegar por Internet (o a echar la tarde en Tumblr), pero eso no debe impedir que no podamos disfrutarlo. Todos deberíamos ser más como Ben, de "Parks and recreation".

Música de la semana: Como estábamos hablando del Orgullo Friki, casi es obligado quedarnos con una canción que Kevin Smith (gran fan de "Star Wars") incluyó en "Clerks", "Chewbacca", de Supernova.

23 mayo 2014

Las chicas de Oliver

 ALERTA SPOILERS: No iba a incluir un aviso de este estilo sobre "Arrow" porque no voy a desvelar cómo termina la segunda temporada, pero como sí se van a comentar un par de cosillas que ocurren en ella, y que a lo mejor no queréis saber quiénes todavía no la hayáis empezado, justo es indicarlo. Y no, la foto no es un spoiler.

Si tuviéramos que repartir este año premios al jugador más mejorado de la temporada entre las series estadounidenses, uno de ellos sería para “Arrow”. No es que haya dado un salto de calidad muy notable entre la primera entrega y la segunda, sino que lo suyo ha sido algo más gradual desde la mitad de esa primera temporada (podríamos decir que, más que los Phoenix Suns de este año, ha sido más tipo los Indiana Pacers de los Playoffs de 2013 y casi toda la siguiente liga regular, para los que seáis seguidores de la NBA). Como es habitual en televisión, Marc Guggenheim y Andrew Kreisberg tardaron un poco en afinar la maquinaria y en darse cuenta de las cosas que funcionaban, más todavía si tenemos en cuenta que esas dos temporadas han contado en realidad una única historia, el arco que Oliver Queen vive nada más regresar a Starling City. Pero según evolucionaba ese arco, y veíamos cómo Oliver se enfrentaba a sus propios demonios, además de a todos los villanos que intentaban acabar con la ciudad, la serie iba evolucionando con él y ganando en confianza en sus posibilidades, y parte de esa mejor cohesión entre todas sus partes descansa en el rol que han adoptado sus personajes femeninos.

No es que “Arrow” sea una serie que pase el test de Bechdel constantemente (aunque Laurel y Sarah tienen conversaciones que no siempre giran en torno a Oliver o a su padre), sino que su nivel de entretenimiento aumenta al involucrarlas más en la acción principal, en lugar de que sólo sean satélites alrededor de Oliver. La introducción de Felicity ya en la primera temporada es una de las claves de esta curva ascendente; le da un cierto toque de levedad que siempre viene bien en las obras audiovisuales basadas en el universo DC, que suelen pecar de tomárselo todo demasiado en serio. La genio tecnológica ha terminado quedándose con los mejores one liners y hasta gira a su alrededor la trama de tensión romántica, más que sexual, no resuelta con Oliver, lo que no está nada mal para un personaje que, en un principio, sólo iba a aparecer en un capítulo. Y mientras Felicity ha formado el trío central de la serie al lado de Oliver y Diggle, la llegada de Sarah añadió una energía similar a la de Queen (por eso de que también es una heroína torturada), pero un poco distinta. Lo interesante de ella es que vuelve a Starling City por su hermana, más que por Oliver, y aunque también se ha movido mucho alrededor de él, ha tenido sus propios fantasmas del pasado y su propia agenda.

No obstante, el verdadero trabajo de rehabilitación de un personaje ha llegado con Laurel. Sin el triángulo amoroso de la primera temporada con Tommy, se quedó a la deriva. Su fase de confrontación con Arrow y de relación tirando a fría con Oliver no terminaba de funcionar, y aunque sobre el papel era interesante su espiral de autodestrucción por el alcohol y las pastillas (que la hacía parecida a su padre), tampoco se vió demasiado acertada. El problema que tienen estas series que pivotan tanto sobre su protagonista es que cualquiera que no esté en contacto directo con él queda muy diluido y, en el caso de "Arrow", la necesidad de Oliver de mantener en secreto su identidad... secreta terminaba siendo un lastre. Que más gente sepa que él es el encapuchado del arco y las flechas es, paradójicamente, lo mejor que le ha podido pasar a la temporada y, sobre todo, a Laurel. En el momento en el que sabe que Oliver es el vigilante, es como si se le quitara una losa de encima. Sus interacciones con él y con Sarah adquieren un toque más cercano, y que vaya a moverse en la órbita del "trío dinámico" le da un propósito mucho más entretenido y más claro.

Slade Wilson ha sido el gran malo de la temporada (con permiso de esa tensión que siempre aportaba Moira Queen, de quien nunca se sabía qué estaba planeando), pero es curioso que haya habido una presencia femenina tan visible en esta segunda temporada, porque también hemos visto a Isabel Rochev (aunque su presencia luego no ha sido tan importante) a Nyssa al Ghul, a la Cazadora y hasta Amanda Waller, dominando desde la sombra bastantes más cosas de las que parecía en un principio y que hasta va a jugar un papel más prominente en los flashbacks de la tercera temporada. En las series de superhéroes es complicado que las mujeres sean algo más que añadidos del personaje (o personajes) principal, pero es justo la mejor integración de las chicas de Oliver Queen en su trama lo que ha ayudado a que "Arrow" haya elevado un poco el nivel en sus últimos capítulos. No es que de repente sean todas Xena, o Veronica Mars, pero sí que aportan cosas interesantes por sí mismas.

21 mayo 2014

Los dos saltos mortales de "The good wife"


 ALERTA SPOILERS:  La quinta temporada de "The good wife" ha llegado a su fin. Y qué fin. ¿Lo habéis visto? Volved cuando lo hayáis hecho.

La tentación de hacer saltar por los aires el status quo de una serie en su quinta temporada es siempre muy fuerte. Cinco años en antena empiezan a ser ya muchos, y no es raro que los guionistas busquen algo que vuelva a aportar frescura y a revitalizar a tramas y personajes que, a lo mejor, han empezado a notarse un poco agotados. No es que sea el caso de “The good wife”, pero está claro que Robert y Michelle King no querían quedarse atascados en el esquema habitual de los casos de la semana y la trama horizontal de peleas por el poder en Lockhart/Gardner o de maniobras políticas variadas en el frente de Peter Florrick y Eli Gold. Ahora, una cosa es querer evolucionar, y otra es atreverse a hacer saltar la serie por los aires no una, sino dos veces en la misma temporada, y en ambas han logrado caer de pie de sus triples saltos mortales.

La primera fue la marcha de Alicia y Cary para formar su propio bufete, una marcha que propulsó los siete primeros episodios de la quinta temporada hasta un nivel que muy pocos títulos han podido igualar este año. Y cuando la polvareda de “Hitting the fan” empezaba a despejarse, la serie nos sacudía con otro terremoto al matar a Will Gardner y hacerlo, además, de improviso, sin preparación, con el mismo sobresalto que acompaña a estos tiroteos en lugares públicos en la vida real. “Dramatics, your Honor” es el segundo punto álgido emocional de la temporada y su segundo golpe de timón, otro momento que deriva las tramas hacia otros lugares; esta vez, los movimientos muy poco sutiles de David Lee y Louis Canning para apartar a Diane Lockhart de la dirección de su propio bufete, y la onda expansiva que genera la muerte de Will. Alicia se replantea por primera vez si realmente quiere seguir siendo abogada, la búsqueda de responsables en la fiscalía del distrito acaba implicando también a Peter y a futuros candidatos para ocupar su antiguo puesto y, de fondo, hemos tenido esa subtrama sobre escuchas de la NSA que ha dejado a un grupo de analistas frikis que merecen su propio spinoff en forma de sitcom, a lo “Silicon Valley”, pero en el mundo de la inteligencia.

La recta final de la quinta temporada, además, se ha especializado en un tipo de capítulos que siempre funcionan; aquellos en los que a Alicia se le acumulan, en cuestión de quince minutos, seis y siete fuegos que tiene que apagar a la vez. En la season finale, dichos fuegos van desde un pleito con Lockhart/Gardner que acaba siendo toda una bomba, a la elección de un candidato a fiscal del distrito que Peter pueda apoyar, pasando por la enésima muestra de que las madres de Alicia y Peter podrían haber protagonizado “¿Qué fue de Baby Jane?” La situación en Florrick & Agos no podía mantenerse tan idílica y cool como parecía, pues sus dos fundadores son bastante opuestos. A Cary no le importa utilizar tretas tirando a sucias, muy de las que usaba Will, para conseguir sus propósitos si cree que el fin las justifica, mientras Alicia tiene unos principios en ese aspecto que, por mucho que haya tergiversado a veces, continúan siendo bastante sólidos, así que era inevitable que, en algún momento, acabaran chocando. La imagen de Diane ofreciéndose como nueva integrante de su bufete no era ninguna sorpresa, teniendo en cuenta cómo se había desarrollado su trama esta temporada, pero desde luego ofrece una perspectiva realmente interesante para los próximos capítulos.

Aunque eso será si Alicia no decide aceptar la propuesta de Eli de presentarse a fiscal de distrito. Un crítico estadounidense decía que, a veces, “The good wife” tiende a confiar demasiado en los giros de 180º de última hora, y pensaba que esa última escena de la temporada podía ser rizar demasiado el rizo. Es posible, y también es posible que, cuando llegue septiembre y veamos el arranque de la sexta temporada, se quede en nada (como ese maravilloso chiste con el nombre del hijo de Marilyn Garbanza). Pero lo que no puede negarse es que pone a Alicia ante una nueva encrucijada y la obliga de nuevo a decidir quién es y qué quiere ser. ¿Está preparada para dar el salto a la política? ¿Podría sobrevivir al elevado nivel de escrutinio, teniendo en cuenta que su marido es el gobernador de Illinois? ¿Y cuándo rayos va a hacer esta serie un capítulo musical?

20 mayo 2014

Anoche soñé que volvía a Invernalia

ALERTA SPOILERS: Me temo que debo avisar no sólo de que pueden contarse cosas de "Juego de tronos" hasta el capítulo 4x07, "Mockingbird" (y no "Mockingjay", como creí leer originalmente), sino de los libros de la saga Canción de Hielo y Fuego y, específicamente, del cuarto, "Festín de cuervos".

Es posible que, en alguna ocasión, haya contado cuál es mi teoría sobre una parte del final de "Juego de tronos", y de los libros, por ende. Evidentemente, el invierno llega y el Muro cae, dando paso libre a los Otros (o los Caminantes Blancos, como los llaman en la serie) para que campen a sus anchas por Poniente. La única que puede salvar a sus habitantes de esos zombies helados es Daenerys con sus dragones, y aunque lo consigue, y puede reclamar el Trono de Hierro para sí, no lo hace. Dany es Azor Ahai, el héroe profetizado que derrotará al invierno, pero no la próxima reina de los Siete Reinos, si es que éstos van a seguir existiendo para entonces. ¿Quién se se sentará entonces en el Trono? ¿O cada Reino se separará y se gobernará de forma independiente?

En todo esto, intriga el destino de Sansa Stark, la mayor de las hijas de Ned y Catelyn, la que soñaba despierta con caballeros y princesas y con conocer a un príncipe apuesto y noble con el que casarse y tener hijos. Su despertar a cómo era realmente la corte de Desembarco del Rey fue brutal, y el camino que emprende después con Meñique es bastante peculiar. Las partes que juegan al juego de tronos la ven como la llave para asegurarse el control del Norte, una llave que sería de Tyrion si estuviera en condiciones de reclamarla, y una pieza fundamental para que Meñique pueda seguir maniobrando desde las sombras. El enfrentamiento indirecto y larvado entre Petyr y Varys termina impulsando muchas de las cosas que vemos en los libros y en la serie, pero en ésta última aún tardaremos un poco en darnos cuenta de ello en toda su extensión.

Sansa es uno de los personajes que "Juego de tronos" más ha "rehabilitado" con respecto a los libros. En ellos, muchos lectores la odian porque es una niña tonta e ilusa que no se quiere darse cuenta del nido de víboras en el que está metida, y el contraste con la aventurera Arya es demasiado fuerte. En la serie, sin embargo, el retrato de Sansa está más matizado desde el final de la primera temporada, y la evolución que empieza a mostrar una vez acaba en el Nido de Águilas es realmente intrigante. Puede aprender mucho al lado de Meñique, pero también puede ser utilizada como un mero peón en su tablero. Al mismo tiempo, Sansa puede seguir un camino paralelo al de Daenerys, que va adquiriendo sobre la marcha las capacidades y las experiencias para manejar sus propios planes. Es, muy probablemente, la "tapada" más imprevisible de todos los jugadores, porque nadie espera que vaya a adoptar una postura independiente en todo esto.

A la vez, simboliza esa lucha por Invernalia y el Norte que parece estéril a la luz de la amenaza que se cierne más allá del Muro, pero que también puede albergar la respuesta para resistirla. Invernalia sigue siendo un símbolo en el mundo de Poniente. Arrasada y abandonada, las facciones que pelean por el poder en el sur quieren controlarla, y a Roose Bolton le confiere la hueca sensación de que tiene la sartén por el mango. ¿Crecerá Sansa tanto como puede parecer?

19 mayo 2014

La receta del season finale

La semana que viene, la televisión estadounidense ya habrá dejado atrás la temporada 2013/14 (el curso televisivo 2013/14, parafraseando a Andrés Montes). No sólo será el momento en el que entremos de lleno en las campañas para los Emmy, sino que también se aprovechará para hacer algunos recordatorios a lo que nos han dejado nueve meses de éxitos, fracasos, sorpresas y giros locos de guión en "Scandal". Además, publicaciones como Entertainment Weekly celebran una pequeña "entrega de premios" en la que se reconocen los mejores instantes de los finales de temporada de las series del otoño y la midseason. Los nominados los vota el público, encuadrados en categorías como mejor (presunta) muerte o marcha de la serie, mejor referencia pop, mejor momento serio en una comedia, gesto más idiota de un personaje inteligente, mejor uso de la música o momento más rebobinado. Como véis, lo que se busca es pasar un rato divertido, más que otra cosa, pero sí que es cierto que suele decirse que hay algo así como una check list de elementos que no deben faltar en un final de temporada que quiera preciarse de serlo.

La primera temporada de "Popular" se cachondeó de todos ellos en su cierre de la primera temporada, haciendo aparecer un tick en la pantalla si había una boda, un funeral, un momento musical, un tiroteo, un cliffhanger, un nacimiento... Siendo el capítulo que cierra la temporada, y el último que verán los espectadores durante meses, lo más habitual es que los guionistas quieran terminarlo a lo grande, culminando las tramas que se han ido viendo a lo largo de los anteriores episodios y, aunque en algunos aspectos se dé un cierto cierre, es muy común dejar algo sin resolver para que el público sienta la necesidad de volver después del verano, consumido por la intriga de ver qué quiere decir todo eso de "Hong Kong, dos años después" y cómo va a salir Sydney Bristow de ésta. Conseguir un buen season finale es todo un arte (uno que las series de Bad Robot, tipo "Alias", "Perdidos" y "Fringe", solían dominar); tiene que tener, más que un cliffhanger, impacto emocional, tiene que dejarnos con ganas de ver la siguiente entrega y, al mismo tiempo, resolver cuestiones. No es nada fácil, pero es muy satisfactorio si se consigue hacer bien.

"Veronica Mars", por ejemplo, era experta en atar cabos y solucionar misterios en 40 minutos que se pasaban como si fueran quince, y "Breaking Bad" tenía toda la temporada construida para dirigirse inexorablemente a un final que solía dejar a los fans impactados. Algunas series utilizan sus season finales para abrir líneas argumentales para los siguientes capítulos, algo que "Juego de tronos" emplea a menudo y que también hizo "The Bridge" en su primera temporada (ya comentamos que esa táctica era un poco la de "The Wire"), y otras directamente crean unos cliffhanger memorables (el de la segunda temporada de "Battlestar Galactica", sin ir más lejos). Pero hay que tener cuidado de no dejarse para el final demasiadas cosas, de no querer sorprender y alucinar al espectador acumulando golpes de efecto sin más, porque eso suelen ser castillos de arena con poco fundamento.

Y luego están series como "The Vampire Diaries", que hacen de los giros inesperados, las muertes (y las resurrecciones) por sorpresa su modo de vida. Sus últimos episodios tienden a ser imprevisibles (o tendían a serlo, no sé qué pensarán los fans a estas alturas), y parecen seguir la máxima que Shonda Rhimes tiene para todas sus series; no te reserves nada para más adelante.

18 mayo 2014

Lo que sabe Helena

 ALERTA SPOILERS: ¿Cómo vais con la segunda temporada de "Orphan Black"? ¿Sabéis quién es el "hombre cisne"? ¿No? Entonces, no sigáis leyendo.

Una cosa siempre ha quedado clara en "Orphan Black", y es que no buscan mantener misterios sólo por mantenerlos. Ya en la primera temporada, tanto Sarah como nosotros descubríamos algunas cosas sobre quiénes eran sus "hermanas" en realidad, quién estaba matándolas originalmente y qué pretendía ese misterioso Instituto Dyad, y en lo que llevamos de segunda entrega también hemos aprendido bastante más sobre todo el proyecto que creó a los clones, ese Leda del que Mrs. S. sabe mucho más de lo que dejaba entrever. Parece que Dyad no las tiene todas consigo en la continuación del proyecto, y no sólo porque aquel incendio de los laboratorios originales destruyó buena parte de la investigación. ¿Por qué sucedió el incendio? ¿Estaban los fundadores de Leda huyendo de algo o alguien? ¿Puede ser que Rachel se volviera demasiado autoconsciente? Porque lo que sí parece estar más o menos claro es que ella y Leekie tienen agendas ligeramente distintas en todo este tinglado.

Luego tenemos a los proletheans (¿proleteanos?) y su obsesión por lograr un bebé con el óvulo de una de las clones, en este caso de Helena, que es claramente el elemento más imprevisible de todos los que maneja la serie, la persona que puede destruir los planes de Dyad, de los proletheans y de Mrs. S. con una mera aparición ensangrentada y cuchillo en ristre. Helena es bastante más que la clon trastornada por una educación religiosa demasiado estricta y extremista; de algún modo, ella sabe bastante más que todas las demás, pero como hemos visto con Cosima, Alison y Sarah, ninguna de las tres confía tanto en las otras como para contarle sus secretos más íntimos. Cosima no le dice a nadie que está enferma, y Alison casi prefiere morir que confesar que está en una clínica desintoxicación no sólo porque allí puede controlarla mejor su marido/vigilante, sino porque realmente tiene un problema (debería tener a Laurel Lance de sponsor). Están juntas en esto, pero siguen luchando sus batallas por separado y, probablemente, no podrán ganar hasta que no trabajen de verdad como un equipo, como una hermandad.

Que cada clon esté en su propia trama nos ha privado en gran parte de una de las partes más divertidas de los primeros episodios, que era la interacción entre las tres. Técnicamente, esas escenas deben ser una pesadilla logística, así que es normal que hayan optado más por mostrarnos parejas de clones, y que el dúo Helena-Sarah vaya a marcarse una road trip apunta a ser entretenido. Esta segunda temporada, por ahora, se está dedicando a que Sarah vea a Helena como otra integrante de la hermandad, que acepte que, como no deja de repetirle ella, son todas una familia y a la familia hay que protegerla a cualquier precio. Pero está bien que nos hayamos adentrado con decisión por el camino de averiguar qué era el Proyecto Leda, si realmente era militar y, sobre todo, quiénes eran las personas que salvaron a Sarah y la dejaron en el cuidado de Mrs. S. ¿Cuál es su verdadero rol? ¿De verdad era simplemente la vigilante de Sarah? ¿Formaba parte de algún grupo escindido de quienes pusieron en marcha Leda? ¿Averiguará Sarah la verdad? Y lo más importante, ¿cuándo se animará Alison a hacerse un cameo en "Glee"?

Música de la semana: Vamos a quedarnos en "Orphan Black" y en la canción que Felix decide que es un buen acompañamiento para su cita con Colin, el chico de la morgue. Es esa "Head over heels" de Tears for Fears que también le gustaba lo suyo a Walter Bishop.

16 mayo 2014

Los nuevos agentes de SHIELD

ALERTA SPOILERS: Si no habéis visto el plan de "incentivos" de Cybertek en el final de la primera temporada de "Agents of SHIELD", es mejor que no sigáis leyendo.

La ABC no ha tenido en "Marvel's Agents of SHIELD' el superéxito que casi todo el mundo esperaba, pero al menos ha funcionado de un modo lo suficientemente decente como para qune renovación por una segunda temporada no se viera sólo como otro paso más de esa sinergia empresarial con Marvel que motivó la mera existencia de esta serie (y la de "Agent Carter", que se verá en los hiatos veraniegos). Esa renovación, además, llegó justo después de ese giro que "Capitán América. El Soldado de invierno" les obligó a dar en la trama, con SHIELD infiltrada por Hydra y esencialmente destruida, y con nuestros héroes intentando salvar lo que queda de la organización y, por el camino, vengarse de John Garrett, el que ha acabado siendo el gran malo de la temporada. Ese giro fue toda una bendición; permitió que los personajes mejoraran y se unieran ante la adversidad y aclaró un poco más los retratos de Coulson y Skye. Ésta última, especialmente, es la que se ha visto más beneficiada en los seis o siete capítulos finales. Sí, siguen diciéndonos que es especial sin que sepamos mucho más, pero al menos ya sabemos la historia real detrás de la identidad de sus padres.

Los fans de los cómics ya han apuntado alguna teoría sobre quién puede ser realmente Skye y, también, el alienígena azul del que se extrae la droga que resucitó a Coulson, pero de momento, lo único que "Agents of SHIELD" nos ha enseñado es esa mano cubierta de sangre de quien parece ser el padre de la hacker. Entre ese momento y Coulson dibujando las mismas estructuras que Garrett (aunque mejor conectadas), la serie se marca un par de pequeños cliffhangers para la segunda entrega, cliffhangers que se unen a otro más por el lado emocional que concierne a Fitz, o al dúo Fitz-Simmons, en realidad. Los dos genios tecnológicos han sido dos personajes que, al principio, ejemplificaban los puntos más débiles de la serie, y ésta empezó a encontrarse al mismo tiempo que ambos comenzaban a cuajar mejor, comenzaban a presentarse más tridimensionales y menos como los arquetipos de los alivios cómicos geeks. Tal vez que Fitz esté secretamente enamorado, o algo así, de Simmons no hacía falta, pero lo cierto es que ella ha crecido hasta ocupar rápidamente un puesto similar al que tenía Willow en las primeras temporadas de "Buffy, la cazavampiros".

El último capítulo nos presenta a los personajes justificando que May y Nick Fury los eligieran para formar parte del equipo de Coulson, y hasta tenemos algunos de esos chistes típicos de Whedon, como el que hacen con la aniquilación definitiva de Garrett. Demuestran que tienen recursos, que pueden actuar bajo presión y que Coulson puede ser un buen líder para ellos, y en los capítulos iniciales eran cosas que no terminaban de verse claras, por mucho que nos las contaran. Y hablando de Fury, la aparición de Samuel L. Jackson está bastante bien aprovechada, y termina de cimentar la posición de la serie como parte importante de ese universo total de Marvel en el cine. Le ha costado, pero "Agents of SHIELD" ha acabado siendo, al menos, entretenida y ha conseguido crear una dinámica más natural entre sus personajes. Será interesante ver cómo utilizan al traidor de Grant Ward en la segunda temporada, o cómo evoluciona ese vistazo a lo que parece la incipente locura de Coulson. ¿Serán las orígenes de Skye y sus posibles poderes (si los tiene) el centro de los episodios del próximo otoño?

15 mayo 2014

Cuando las series cantan



Aunque "Glee" ya no sea lo que era, y "Nashville" pase más bien desapercibida, las series musicales no se han ido del todo de las parrillas estadounidenses. Sin ir más lejos, ABC estrenará en la próxima midseason "Galavant", una comedia que mezcla lo musical con las historias de caballeros y princesas, como si las películas Disney se mezclaran con "Shrek" y "Once upon a time". El encargado de las canciones es Alan Menken, que tiene bastante experiencia en este campo y que hasta ahora había aportado temas para la cancelada "The Neighbors" (como aquella parodia de los clásicos números de Broadway que le reportó una nominación al Emmy). Y "Galavant" nos va a servir de excusa para hacer un repaso no tanto a series musicales, sino a capítulos musicales de series. Y cuando decimos musicales, nos referimos a que hayan tenido más de una canción durante su metraje. Evidentemente, hay muchas posibilidades (algunas de las cuales no he visto, como "Blackpool", "Cop Rock", "Chicago Hope" o "The Singing Detective"), pero vamos a intentar reducirlas a unas pocas que pueden servir como un pequeño curso acelerado de episodios musicales en la televisión estadounidense.

- "Xena, la princesa guerrera": Antes de que llegara Joss Whedon, el divertido pastiche fantástico pseudohistórico producido por Sam Raimi no hizo uno, sino dos capítulos musicales, aprovechando que Lucy Lawless sabe cantar realmente bien. El primero, "The bitter suite", tenía composiciones originales de Joseph LoDuca y fue nominado al Emmy por ello, y el segundo, "Lyre, lyre, hearts on fire", optaba por las versiones y se tomaba aún menos en serio de lo que lo hacían habitualmente.

- "Buffy, la cazavampiros": "Once more, with feeling" es el capítulo que casi todo el mundo menciona cuando se habla de episodios musicales. Whedon lo disfrazó de la maldición de un demonio y puso a cantar a todo el reparto, incluso a Alyson Hannigan (que más bien recitaba que otra cosa), y utilizó las canciones para mostrar los sentimientos de los personajes en el más clásico estilo del género. Más tarde, repetiría la jugada con "Dr. Horrible's Sing-Along Blog".

- "Scrubs": Bill Lawrence, su creador, había querido hacer un capítulo de este estilo desde siempre, así que reclutó a parte del equipo de "Avenue Q" para "My musical", un episodio que se justificaba con la llegada de una paciente que de repente veía a todo el mundo cantando y bailando a su alrededor. Es otro de los capítulos más mencionados en cualquier lista así.

- "Glee": En cinco temporadas, esta serie ha tenido bastantes momentos de vergüenza ajena y otros en los que mantenía el tono y la promesa del piloto, pero tal sea "Sectionals", de la primera temporada, el que sigue teniendo una de las mejores integraciones entre todos los elementos de la serie, desde las canciones al humor sarcástico a la celebración de la diferencia y la tolerancia.

- "Fringe": Aquellas geniales digresiones de los capítulos 19 de esta serie empezaron en la segunda temporada con "Brown Betty", una mezcla entre un cuento noir y una maniobra publicitaria de Fox para apoyar precisamente "Glee". Eran todo versiones y cantaba casi todo el reparto, integrando las canciones para, otra vez, mostrarnos las emociones de los personajes, o lo fumado que estaba Walter mientras contaba la historia.

- "Smash": La mayor apuesta por el género, y también un sonado fracaso, esta historia sobre el montaje de un musical de Broadway sí que solía tener buenos números musicales. Su mejor capítulo siempre será el piloto, aunque más adelante tuvieron algunos momentos bastante conseguidos. Los responsables de las canciones eran Marc Shaiman y Scott Whitman, aunque en la segunda temporada se utilizaron temas de otros jóvenes compositores y había también versiones variadas.

- "Psych": En esta comedia ya habían hecho promos musicales antes, en el estilo de viejos videoclips de los 80, pero se reservaron el episodio musical casi hasta el final, después de aplazarlo un par de veces. "The Musical" era un especial de dos horas cuyas canciones estaban co-escritas por el creador de la serie, Steve Franks, y utilizaba como invitados a actores veteranos de Broadway, como Anthony Rapp.

- "Nashville": Este culebrón aderezado con música country también tuvo, tal vez, su mejor episodio en el piloto, aunque está ya renovada por una tercera temporada. Sus canciones son también originales, compuestas por músicos de la ciudad, y se restringen a ensayos o actuaciones de sus protagonistas, que es algo en lo que se emparenta con la última serie que vamos a mencionar.

- "Treme": La mirada de David Simon a la Nueva Orleans posterior al Katrina siempre tenía sus mejores capítulos en el Mardi Gras, como el de la primera temporada, "All on a Mardi Gras day", pero tiene tantas actuaciones musicales de tanta gente a lo largo de sus cuatro temporadas, que es difícil elegir. Eso sí, siempre venían de conciertos en locales, en la calle o de situaciones en las que la música estaba justificada, como una segunda línea después de un entierro.

13 mayo 2014

Comedias de jueves y "American Idol"

La semana de los upfronts ha empezado en Estados Unidos dejando unas cuantas sorpresas no ya en el apartado de cancelaciones y renovaciones (que se conoció la semana pasada), sino en las estrategias de programación de las cadenas. El año pasado, ya hubo algunas, como Fox, que intentaron incluir algunos cambios para buscar reforzar sus noches menos competitivas, pero ese canal está viendo cómo sus éxitos de hace tres temporadas ya no funcionan igual, y el que era su buque insignia, el que la ayudaba a maquillar malos datos en otoño con su estreno en enero, como es "American Idol", lleva ya un tiempo enseñando las trece temporadas que lleva en antena. Su mero nombre ya no inspira temor en la competencia como ocurría en sus buenos tiempos, y sus audiencias han pasado a ser simplemente dignas. Por eso, Kevin Reilly, jefe de la cadena, ya anunció en su upfront que reducirían sus horas de programación en midseason, seguramente dejándolo en una sola noche en lugar de en dos.

Es un movimiento bastante lógico teniendo en cuenta el inevitable declive en audiencias que ha vivido el talent, pero lo interesante de su parrilla de otoño es que los domingos dejan de ser exclusivos para la animación, con la mudanza allí de "Brooklyn Nine-Nine" y el estreno de "Mulaney", y que "Glee" no tiene todavía un horario. No es nada preocupante para los fans, pues acabará ocupando el lugar de la serie que sea cancelada primero con bastante probabilidad, pero es curioso darse cuenta de que, en su última temporada, la serie de Ryan Murphy va a tener que asumir el papel de "sexto hombre", después de haber sido uno de los fenómenos de Fox. Pero el tiempo acaba atrapando a todo el mundo, y las audiencias que ha tenido en esta quinta entrega quizás han hecho a la cadena arrepentirse de haberla renovado por dos años en 2011. Reilly volvió a repetir que apuestan por emitir contenido original durante todo el año (de ahí el estreno de "Wayward Pines", la miniserie de M. Night Shyamalan, en verano), y lo que sí ha sido interesante es ver "Gotham" emparejada con "Sleepy Hollow" los lunes y a "Bones" de regreso en el jueves, y sirviendo como lead-in para "Gracepoint", el remake de "Broadchurch".

En la NBC, mientras tanto, lo que más llamó la atención es que, definitivamente, tiran la toalla con su bloque de comedias de los jueves. La Must See TV hace tiempo que había pasado la historia, pero las dos horas de sitcoms, seguidas por un drama, eran un clásico desde hacía décadas, Lo que ha terminado de darle la puntilla no es tanto que, el año pasado, no funcionara nada de lo que había allí, sino que CBS emitirá algunos partidos de la NFL en otoño, así que "el pavo" contraataca con "The Biggest Loser". La mudanza en primavera al jueves de "The Blacklist" y la nueva "Allegiance" confirma que los bloques tan largos de comedias ya no son una estrategia viable, a no ser que seas CBS. Fox lo ha aprendido también este año por las malas con las bajas audiencias de sus series de los martes. Que The CW igualara las demos de "New Girl" y "Glee" hace unas semanas ya indica cómo está el patio.

12 mayo 2014

Londres gótico

Uno de los cómics más conocidos de Alan Moore, además de su díptico distópico ochentero de "Watchmen" y "V de Vendetta", es "La liga de los hombres extraordinarios", una historia histórico-fantástica en la que un grupo de valientes, liderado por el aventurero Alan Quatermain y formado por Mina Murray, el hombre invisible, el doctor Jekyll y el capitán Nemo, lucha contra terribles monstruos que intentan desestabilizar el Imperio Británico. Es un irónico pastiche de géneros y personajes literarios del siglo XIX que hasta reproduce la manera en la que estas historias se contaban en la época, y aunque no es una adaptación, la nueva serie de Showtime, "Penny Dreadful", recuerda inevitablemente a ese cómic con su reunión de personajes de novelas decimonónicas, y góticas, que van desde "Drácula" a "Frankenstein", pasando por aquellos caballeros exploradores que protagonizaban las historias de H.G. Wells y H. Rider Haggard a "Los crímenes de la calle Morgue" (que está ambientada en París, pero nos sirve igual) o la leyenda de Jack el Destripador.

El título ya indica que los tiros van a ir por ahí, por un pastiche regado con sangre, sexo y elementos sobrenaturales, que era lo que vendían los magazines semanales que, con ese nombre, se vendía en los quioscos del Londres victoriano, siendo antecesores de la ficción pulp de la primera mitad del siglo XX. John Logan (responsable de los guiones de "Skyfall" y de la próxima película de James Bond) es el creador del título, cuya primera temporada tendrá ocho episodios y, aunque su primer capítulo pueda a ser a veces abigarrado y muy gótico, es una apuesta por el terror más de la vieja escuela que el de "American Horror Story", que es más videoclipero en su presentación. En "Penny Dreadful" se apuesta por las secuencias largas y los silencios (algo que J.A. Bayona, director de los dos primeros capítulos, utilizó en "El orfanato"), por construir poco a poco una sensación de tensión que termina resolviéndose en un susto o en una sorpresa. Su primer episodio es exactamente eso, un primer episodio y no un piloto; se toma su tiempo en presentar la situación de partido y a los personajes principales, y también revela poco a poco quiénes son ellos (especialmente, el doctor).

Es una propuesta curiosa porque se embebe por completo de ese tipo de historias de terror gótico y recargado y el Londres que presenta es el de "Pétalo carmesí, flor blanca", el de los mendigos y las prostitutas, el de los fumaderos de opio y la hipocresía de los caballeros victorianos de buena posición. Tiene, además, dos actores muy metidos en sus papeles como Eva Green ( a la que va hacer de tipa misteriosa con la que no hay que meterse) y Timothy Dalton, y Josh Hartnett no tiene demasiado qué hacer, todavía. El médico apunta maneras, pero es difícil hablar de él sin entrar en territorio resbaladizo por los spoilers. "Penny Dreadful", probablemente, no sea para todo el mundo, pero sí da la sensación de que pueda resultar algo sumamente entretenido y, visualmente, digno de verse. La secuencia que abre el capítulo, con Eva Green arrodillada, rezando delante de un crucifijo, ya es toda una declaración de intenciones estilística.

11 mayo 2014

El mismo viejo Jack

ALERTA SPOILERS: Jack Bauer ha vuelto, y si no sabes por qué está en Londres en "24: Live another day", es mejor que no sigas leyendo, dammit.

Cuatro años después de su final, y trece después de su estreno, todos sabemos qué esperar de "24". Incluso aunque sólo hayamos visto la primera temporada (como es mi caso), estamos al corriente de que Jack Bauer, su protagonista total, tendrá que enfrentarse a una grave amenaza en el curso de un único día, de que cada episodio contará una hora de ese día casi en tiempo real, de que Jack se las verá no sólo con los malos, sino con gente dentro de su bando que no entienda lo que se propone o que intente sabotearlo, y que siempre tendrá al menos un aliado que lo ayude, aunque a su alrededor todo el mundo esté en su contra. También sabemos que, aunque Bauer luche por su país, siempre va a haber manzanas podridas dentro del gobierno. En la primera temporada, sin ir más lejos, la gran mala era directamente la Primera Dama.

Lógicamente, para quienes siguieran las ocho entregas que se vieron en Fox (y que terminaron justo una semana después de que lo hiciera "Perdidos"), reencontrarse de nuevo con los relojes y las pantallas partidas da una sensación mucho mayor de familiaridad, como lo da ver que Chloe sigue siendo la única aliada de Jack. Pero hasta para quienes no fueron tan fieles a "24" durante su primera emisión, este "Live another day" da exactamente lo que se espera de ella; malvados con intereses poco claros y cuyo objetivo es infundir terror (y atentar contra el presidente de Estados Unidos, clásico de la serie), Bauer amenazado desde todas partes, pues acabó la serie convertido en un fugitivo, y algún personaje que va a acabar dándose cuenta de lo que él intenta hacer y terminará ayudándole, que es el rol de Kate Morgan (Yvonne Strahovski), una agente de la CIA en Londres caída en desgracia.

En su momento, "24" fue toda bocanada de aire fresco en el panorama televisivo, imprimiendo un ritmo diferente a las series tipo thriller y construyendo un héroe que ha terminado siendo todo un prototipo para otros títulos que llegaron más tarde (del mismo modo que lo fue Sydney Bristow en "Alias", estrenada también en 2001), y había curiosidad por ver cómo regresa a un panorama en el que ahora dominan los superhéroes y, para terminar un blockbuster, se ha hecho imprescindibke destruir una ciudad tirándole algún tipo de nave espacial desde el cielo. Curiosamente, Bauer queda como un agente un poco old school, un agente capaz de hacer prácticamente cualquier cosa para defender a su país (aunque su país lo considere un criminal) y cuyo mero nombre debería inspirar temor en todo aquel que se cruce en su camino.

Por ahora, los dos primeros capítulos, de los doce que compondrán esta miniserie, arrancan resituándonos en la nueva situación de Jack, solo y en la clandestinidad, en el objetivo de los malos (la mala, en este caso, una Michelle Fairley muy poco Catelyn Stark), y en las maniobras de Jack para recuperar a Chloe y de la CIA por atraparlo a él. Por supuesto, da la sensación de que el jefe de gabinete del presidente de Estados Unidos no va a ser trigo limpio, más allá de que quiera proteger a su mujer, Audrey Heller, que ya sufrió suficiente en sus anteriores relaciones con Bauer. Esta nueva etapa de "24" da exactamente lo que se espera de ella, y se puede decir que, por ahora, aprovecha bien estar rodada en Londres. Esos edificios de viviendas sociales no pueden dismularse en Los Ángeles.

Música de la semana: "Warehouse 13" está a punto de acabar su muy corta quinta y última temporada, que están aprovechando para, entre otras cosas, contar algo más del pasado familiar de Claudia. En esa subtrama se escuchaba una versión de "When I grow up", de Garbage.

09 mayo 2014

¡Qué vienen los superhéroes!

Por si alguien pensaba que lo de Marvel con "Agents of SHIELD" y su acuerdo con Netflix era flor de un día, los anuncios que ABC, NBC y Fox han hecho en esta semana previa a los upfronts ha debido quitarle esa idea definitivamente de la cabeza. Los superhéroes y, más en concreto, las adaptaciones de cómic son los nuevos remakes de series británicas, y casi todos los canales tienen una o ya en emisión o en preparación para el año que viene. Por supuesto, esta tendencia no es ninguna novedad, pero sí es cierto que, en cuanto Marvel y Disney se lanzaron al dominio de la taquilla cinematográfica mundial (y DC resucitó con éxito su franquicia de Superman, después de la segunda venida de la de Batman), la televisión no podía quedarse atrás en esta fiebre a la que hasta se ha sumado esa inesperada resurrección de "Héroes" (que ya dio pie a un aperitivo de lo que estamos viviendo ahora).

Evidentemente, el plan más claro sigue siendo el de Marvel, aunque es verdad que es menos amplio que el de DC. Éstos no sólo añaden a "Arrow" en The CW una nueva serie sobre Flash, sino que Fox ha confirmado, por si alguien lo dudaba, que se queda con "Gotham", y NBC también continúa con "Constantine". The CW, además, acoge de vuelta a Rob Thomas con "iZombie", sobre una chica regresada de la muerte que necesita comer un cerebro una vez al mes para mantener su memoria y su inteligencia, pero en el proceso hereda los recuerdos del fallecido. No todo son superhéroes, pero está claro que la sombra de éstos planea sobre los títulos que han despertado, por lo menos, más curiosidad. Es interesante la renovación de "Agents of SHIELD", que ha mejorado mucho creativamente desde su crossover temático con "Capitán América. El soldado de invierno", pero cuyas audiencias no se han recuperado. La sinergia empresarial, y que los visionados en diferido le den un empujón, le han dado finalmente la salvación, y tampoco sería extraño que la hubiera conseguido para servir de paraguas a "Agent Carter".

No es ninguna sorpresa que las peripecias en solitario de Peggy Carter después de perder al Capitán América, congelado, y de las que hubo un pequeño aperitivo en el DVD de "Iron Man 3", hayan encontrado acomodo en ABC, y tampoco extraña que Hayley Atwell vuelva a ser Carter, pero lo que sí es curiosa es su programación. La idea es que sirva de puente entre temporadas de "Agents of SHIELD", con lo que no la veremos debutar hasta el verano de 2015, pero recordemos que ésta era la idea original de la cadena con "Once upon a time in Wonderland", luego decidieron que era buena idea programarla en otoño, pero lejos de "Once upon a time", y al final tuvieron que cancelarla. Habrán aprendido la lección, desde luego. Además, "Agent Carter" llegará más o menos alrededor de las fechas en las que, teóricamente, tienen que empezar a verse en Netflix las cuatro series de los Defensores, así que 2015 se presenta interesante, en el frente televisivo, para Marvel.

¿Alguno de todos estos títulos nuevos funcionará? Evidentemente, eso está por ver. A "Agents of SHIELD" le ha costado encontrar su camino, y lo ha hecho cuando las películas de Marvel han dado un giro muy drástico a su trama, mientras "Arrow" funciona bastante mejor de lo que debería para su presupuesto y para la cadena en la que está. En "Gotham" hay puestas muchas esperanzas aunque, en un principio, que fuera a contar la juventud del comisionado Jim Gordon no terminaba de convencer, pero está claro que van a abrazar la estética que Christopher Nolan le ha dado a la última trilogía de Batman, y puede cuajar en algo mínimamente interesante. La semana que viene, cuando lleguen los upfronts, tendremos nuestros primeros vistazos de verdad a todos estos títulos.

08 mayo 2014

Guionistas, showrunners... ¿Cantantes?

Las listas de actores que tienen una carrera paralela como cantantes se han vuelto tan habituales, que ya casi ni pueden sorprendernos. Sin embargo, las curiosidades y las revelaciones inesperadas pueden llegar detrás de las cámaras, pues sí que hay algunos guionistas y, más especificamente, showrunners y creadores que o bien tienen una banda como hobby, o se dedican a ello de una manera más seria (o se dedicaban).



 El caso más claro y evidente es el de Carrie Brownstein y Fred Armisen, co-creadores de "Portlandia". Brownstein fue la cantante de Sleater Kinney, uno de los grupos indies más reconocidos de Estados Unidos, y últimamente formaba parte de otra banda femenina llamada Wild Flag, y terminó como actriz y co-guionista de la comedia de sketches de IFC gracias a su amistad con Armisen. Éste se hizo famoso por su paso por "Saturday Night Live", pero en varias entrevistas ha reconocido que, de adolescente, era un apasionado por la música, así que no es extraño que la serie incluya chistes en formato canción (como aquel famoso "Dream of the 90's") o que aparezcan multitud de músicos, desde gente muy conocida, tipo Eddie Vedder, o gente un poco más particular, como si dijéramos, caso de St. Vincent.



Otro ejemplo muy conocido es The Solids, o lo que es lo mismo, el grupo en el que tocan (o tocaban, que no lo tengo muy claro) Carter Bays y Craig Thomas. Eso explica la ajustada parodia que era Robin Sparkles de las estrellas de pop adolescente de los 80 o, cuando atravesó su época "oscura", de Alanis Morrisette, y que no fuera raro que hubiera cancioncillas de todo tipo distribuidas por la serie. Uno de los temas de la banda, "Hey, beautiful", era de hecho la sintonía de la comedia.



El caso más peculiar, y el verdadero impulsor de esta mini-lista, es el de Jed Whedon y Maurissa Tancharoen, showrunners de "Agents of SHIELD" y responsables de interpretar las canciones de la "Mucho ruido y pocas nueces" dirigida por Joss Whedon, incluida la famosa "Sigh no more" que, en la versión de Kenneth Branagh, era bastante más festiva. Ambos ya participaron en la banda sonora de "Dr. Horrible`s Sing-Along Blog", y lo cierto es que Tancharoen formaba parte de un grupo llamado Pretty in Pink antes de empezar a trabajar más de continuo de guionista. Ella aparece, de hecho, cantando algunas de las canciones de Dr. Horrible, como "So they say" (es una de las groupies del Capitán Hammer), en la que aparecen varios de los colaboradores habituales de Whedon detrás de las cámaras. De "Agents of SHIELD", de todos modos, lo realmente genial es el pasado a lo Robin Sparkles de Chloe Bennett en China.

06 mayo 2014

Cuando los vampiros reinaban en HBO

A veces los críticos, y los espectadores, nos obsesionamos con lo que no debemos. Desde que "Los Soprano" terminó en 2007, no pararon de sucederse los artículos que afirmaban que HBO estaba necesitada de otro éxito de público, crítica y premios que pudiera ocupar su lugar, un fenómeno que la mantuviera en lo más alto de la pirámide jerárquica de la ficción televisiva calidad, especialmente ante los "ataques" que llegaban de Showtime, FX y, más tarde, de AMC. Primero pareció que esa serie podía ser "John from Cincinnati", aquel extraño intento de David Milch de fusionar el surf con algo así como una alegoría religiosa, y que no pasó de la primera temporada. "Big Love" aún tenía un par de temporadas más por delante, pero su radio de acción nunca alcanzó a un público tan masivo. La cadena intentó probar con series diferentes como la efímera "Tell me you love me" o "In treatment" y su peculiar programación, pero nada resultaba. Ni siquiera las comedias lograban llenar ese vacío ("Flight of the Conchords", "How to make it in America" o "Bored to death" no estaban pensadas para ello), y no sería hasta 2010 y 2011, cuando llegarían "Boardwalk Empire" y, sobre todo, "Juego de tronos", cuando HBO dejó de protagonizar esas historias de consejos para recuperar su mojo, y volvió a centrar las que celebraban que había vuelto a la cima, aunque tuviera que compartirla.

Lo curioso de todo esto es que, mientras los críticos se obsesionaban con buscar a la heredera de "Los Soprano" en HBO, el canal ya la tenía, al menos en cuanto a meras cifras de audiencia. "True Blood", que este verano echa el cierre, debutaba un año después del final de la creación de David Chase, y lo hacía sorprendiendo a propios y extraños de que HBO, con su pátina de venerabilidad, y Alan Ball, con su Oscar por "American Beauty" y habiendo creado "A dos metros bajo tierra", se lanzaran a un folletín de sangre y sexo sobrenaturales, que se adelantó unos cuantos meses a la moda vampírica que desataría "Crepúsculo". Todo el mundo miraba por encima del mundo "True Blood", pero todo el mundo la veía. Hasta que llegó la tercera entrega de "Juego de tronos", el único título que había podido atraer a los espectadores en el rango cuantitativo de "Los Soprano" eran los vampiros de Bon Temps, que en su tercera temporada reunieron frente al televisor a trece millones de espectadores totales. El verano era para "True Blood", y la cadena la mimaba con una estrategia de promoción que no tenía nada que envidiar a la de "Juego de tronos".

Esa serie fue, precisamente, la que se convirtió en un fenómeno, lanzando al estrellato a Alexander Skarsgaard y Joe Manganiello, recuperando a Anna Paquin y moviendo a verdaderas multitudes cada vez que iba a Comic-Con. Podemos reírnos de ella todo lo que queramos, y criticar la evolución de sus temporadas y ese intento, fallido, de Ball de utilizar a los vampiros como alegoría social y política de la situación de las minorías en Estados Unidos, pero "True Blood" fue el fenómeno masivo que HBO necesitaba hasta que encontrara una serie que uniera ese aspecto con el del reconocimiento crítico. Ahora que "Juego de tronos" es ese título, es inevitable que el final de la serie basada en los libros de Charlaine Harris pase un poco más desapercibido, especialmente porque los fans no están demasiado contentos con las últimas temporadas. Pero a veces no está mal acordarse de estas cosas, de que todas las series tienen un papel que cumplir, y que hubo una época en la que Pam era el personaje con los mejores one liners de la televisión, o casi.

05 mayo 2014

La historia de la ciencia ficción

La ciencia ficción, como género, lleva dando vueltas por ahí desde el siglo XIX. Hay quien identifica su inicio en "Frankenstein", de Mary Shelley, y hay quien se remonta hasta el viaje a la Luna inventado por Cyrano de Bergerac, pero lo cierto es que es a partir de las grandes innovaciones tecnológicas de la Revolución Industrial cuando fueron surgiendo las obras de gente como Julio Verne o H.G. Wells, que suelen ser dos de los nombres que antes se nos ocurren relacionados con el género. En BBC America han decidido emparejar los capítulos de la segunda temporada de "Orphan Black" con "The real history of science fiction", un documental en cuatro capítulos que cuenta el origen y evolución de la ciencia ficción, especialmente en el cine y en televisión, a través de cuatro temas; los robots, la exploración espacial, la invasión alienígena de la Tierra y los viajes en el tiempo.

Narrados por Mark Gatiss (que tiene un documental sobre el cine de terror europeo muy curioso), cada episodio suele empezar en algún hecho histórico que motiva que se empiecen a idear historias sobre él, o en alguna obra concreta muy relevante en ese aspecto, y luego avanza en orden cronológico. Sobre cada asunto, explora diferentes ángulos; en el capítulo del espacio no sólo habla de las aventuras de naves espaciales ficticias, como "Star Trek", sino también de la construcción de mundos imaginados, como "Avatar", y en todo momento se sirve de las opiniones y los recuerdos de algunos de los implicados en la realización  de las películas y series representadas. A veces, se cuentan anécdotas curiosas, como que Douglas Trumbull acabó de supervisor de efectos especiales de "La guerra de las galaxias" porque a George Lucas le gustó su película "Naves misteriosas", y le pidió que siguiera el modelo de los robots de aquel título para crear a R2-D2.

Si se habla de la invención de mundos enteros, se menciona a Frank Herbert y "Dune", y si se toca la exploración espacial, también se incluye que los exploradores puedan encontrarse algo que no sea especialmente "bonito", como lo que la Nostromo encuentra en "Alien, el octavo pasajero". No es que sea una visión en profundidad de la historia del género (cada episodio creo que no llega a los 45 minutos), pero sí aporta un vistazo general muy interesante para los aficionados a él. Teniendo en cuenta que la ciencia ficción parece estar convirtiéndose en popular otra vez, y con el canal Syfy regresando un poco a sus orígenes de misiones espaciales, esta iniciativa de BBC America es de agradecer, incluso aunque podamos quejarnos de que determinados títulos se llevan demasiada atención y de otros, se olvidan. El repaso a nivel general se acuerda de todo lo básico.

04 mayo 2014

El juego de Will

ALERTA SPOILERS: Si no habéis visto el décimo episodio de la segunda temporada de "Hannibal", es mejor que no sigáis leyendo. O podéis ver en su lugar "Post Mortem", la serie de entrevistas breves que Scott Thompson, que interpreta a Jimmy Price, ha hecho para la web con algunos de los responsables de la serie.

Quien pelea con mosntruos tiene que tener cuidado de no convertirse también en un monstruo. Es frase de Nietzsche casi es un cliché, de lo mucho que se ha utilizado en multitud de sitios, pero para Will Graham y el tramo final de la segunda temporada de "Hannibal", tiene una aplicación muy directa. Will se propuso desde el principio, incluso cuando estaba encerrado, parar al doctor Lecter, hasta matándolo si hacía falta y es exactamente lo que está haciendo. Sabe que Hannibal ha visto en él algo que le intriga y en lo que, posiblemente, se vea identificado. Detecta en Will la misma pulsión por matar que siente él de vez en cuando, y se dedica a cuidar esos instintos, a cultivarlos, a intentar que Graham se convierta en esa idea latente que hay dentro de él, la idea de que puede ser otro Destripador de Chesapeake, otro Buffallo Bill. Tanto introducirse en la mente de esos asesinos para atraparlos, que ya vimos en la primera entrega que Will se siente a punto de perderse en esas personalidades trastornadas, y lo que Lecter quiere es exactamente eso, que se pierda allí para encontrar su verdadera naturaleza.

El tema de la transformación, de que el asesino busca convertirse en quien cree que debe ser, está muy presente en la mayoría de los villanos de Thomas Harris y, por ende, de la serie. Jame Gumb en "El silencio de los corderos" cree que quiere convertirse en mujer; Randall Tier siente que tiene transformarse en la bestia que siempre ha pensado que estaba dentro de él. Will se da cuenta de lo que Lecter quiere hacer con él, de lo que ha hecho con otros pacientes que también presentaban esa pulsión, y lo utiliza como ese cebo vivo que le decía a Jack Crawford que era necesario utilizar a veces para pescar a los peces más elusivos. Graham se ha colocado en el centro de la trampa para atraer a Lecter, pero el juego psicológico es muy peligroso. Le lleva a zambullirse en sus zonas más oscuras, en el lado psicopático y letal que sí está ahí de verdad y que picó la curiosidad del psiquiatra, y puede acabar convertido en precisamente el tipo de persona que intenta pillar.

La confusión de roles e identidades, la identificación demasiado cercana de unos y otros, queda clara en esas escenas de sexo entrelazadas, en las que parece a veces que Hannibal y Will están teniendo un trío con Alana Bloom (los fanfics van a echar humo) y donde vemos por primera vez la imagen con la que termina el capítulo, en la que las caras de uno y otro se vuelven indistinguibles. Por fin hay un plan en marcha para atrapar a Lecter y demostrar que es un asesino en serie caníbal (hasta Freddie Lounds ha llegado a la misma conclusión), pero su desarrollo conlleva enormes riesgos y requiere que todo el mundo se mueva por una línea muy fina. Cualquier paso en falso de Will puede suponer su muerte segura, pero si lo lleva a cabo demasiado perfectamente, ya nadie podrá impedir que complete su viaje al lado oscuro.

Música de la semana: "Black Box" es una serie médica nueva de ABC con una neurocirujana bipolar, que utiliza "Thieves and kings", de The Peach Kings, para ilustrar uno de los momentos eufóricos de su protagonista.

02 mayo 2014

Series a trozos

Que una serie es algo vivo es un tópico que debéis estar ya hartos de leer y escuchar por todas partes, aunque no deje de ser verdad. Los guionistas van ajustando y cambiando cosas según ven qué funciona y qué no en pantalla, y algunas necesitan bastante tiempo para darse cuenta de cuál es el camino más interesante que deben seguir sus tramas o sus personajes. Hay otras, sin embargo, en las que se da una curiosa dualidad; una parte funciona a las mil maravillas desde el principio, y apenas hay que hacer nada en ella para que resulte entretenida, como mínimo, pero el resto no termina de encontrarse o, simplemente, no está a la altura de esa otra parte. A veces, da la sensación de que estamos viendo dos series en una, como le pasaba a la primera temporada de la breve "Up all night", en la que la subtrama del show de Ava era mucho más divertida, aunque estuviera pasada de rosca, que la vida familiar de su protagonista, que se quedaba en simpática como mucho.

Cuando "Arrow" introdujo a Felicity, el equipo que formaba con Oliver y Diggle enseguida tenía más chispa que el resto de la serie, y durante algunos episodios de "Agents of SHIELD", parecía que sólo sabían manejar a Fitz-Simmons. Otro de los estrenos de este año, "The Blacklist", está aquejada de ese problema desde el piloto, y no parece que nadie en su equipo creativo tenga demasiado interés por corregirlo. El lado procedimental nunca ha pasado de mínimamente soportable, y han sido las interacciones entre Elizabeth Keen y Reddington las que han hecho que, por lo menos, sirviera para pasar el rato. El misterio alrededor de Tom, el marido de ella, y los secretos que guarda Red relacionados con su padre aportan algo de interés, aunque está muy claro que no pueden alargar durante más tiempo que él no cuente nada, o esto será aún más vago y desastroso que la explicación de la última Conspiración de "Expediente X".

De hecho, todo el lado de ese misterioso Sindicato (porque es lo que parece) que está aportando la trama continuada da la sensación de estar todavía menos pensado de lo que estaba la mitología de aquella serie en sus primeras temporadas (al menos, Chris Carter tenía una idea vaga de lo que era y podíamos imaginarnos algo). En "Agents of SHIELD" justificaron una maniobra similar por el estreno de "Capitán América. El soldado de invierno" hacia el final de su primera temporada, pero "The Blacklist" no cuenta con esa excusa. A veces, da la sensación de lo que deberían hacer es una serie ligera de USA con Red y Keen yendo por todo el mundo persiguiendo a malhechores, o cumpliendo alguno de esos negocios de él. Aprovecharía bastante más la buena dinámica que han tenido siempre James Spader y Megan Boone.