31 mayo 2010

Un huracán de música

La temporada de huracanes del Atlántico de 2005 fue la más intensa documentada desde los años 40. Hubo 15 huracanes entre junio y noviembre, cuando la media suele estar en unos seis, y de esos quince, cuatro superaron la categoría 5 en la escala de Saffir-Simpson, la más alta y devastadora. El paso de muerte y destrucción que dejaron por Centroamérica, el Caribe y el sur de Estados Unidos no había tenido parangón hasta la fecha. De todos ellos, el que ganó más atención mediática, sobre todo por la encadenación de errores humanos que amplificaron aún más sus efectos, fue Katrina. El ciclón había pasado primero por las Bahamas y Florida antes de entrar en las aguas cálidas del golfo de México y fortalecerse de nuevo, y cuando tocó tierra en Luisiana, el 29 de agosto, era un huracán de categoría 3 (había alcanzado la 5 el día anterior), y sus intensas lluvias y sus vientos, superiores a los 120 km/h, desbordaron el río Mississippi y anegaron buena parte de la ciudad de Nueva Orleans. Se calcula que más de 1.500 personas perdieron la vida, y los daños en la ciudad se intensificaron un mes más tarde con el paso de otro huracán, Rita.

En ese lugar casi dejado de la mano de todo el mundo (desde luego, dejado de la mano de la Administración Bush) se sitúa "Treme", la nueva serie de David Simon en la que nos mudamos de los barrios pobres asolados por la droga de Baltimore, a los barrios destrozados por la inundación de la tormenta en Nueva Orleans (barrios habitados en su mayoría por población negra, y de un nivel económico no demasiado alto). El derrumbe de los diques que debían proteger la ciudad de las aguas del Mississippi y el lago Pontchartrain, debido a una construcción pobre y a la falta de mantenimiento y mejoras, arrasó esos barrios y diezmó su población. Muchos de los que no murieron, se marcharon en la evacuación forzosa ordenada por el ayuntamiento, y casi ninguno de ellos ha vuelto tres meses después, cuando empieza la serie (tampoco lo han hecho cinco años después). Sin embargo, los que se quedaron y los que sí se han atrevido a regresar intentan reconstruir no sólo sus casas, completamente inservibles por la acción del agua, sino principalmente sus vidas.

Como es ya marca de la casa, "Treme" nos mete directamente en medio de esa lucha por recuperar una vida cotidiana más o menos parecida a la anterior al Katrina. Vamos conociendo a los personajes y sus circunstancias sobre la marcha, aunque aquí es más fácil seguirlos e ir adivinando de dónde vienen que en "The Wire", en la que había también una investigación policial que seguir. Su foco principal está puesto en los músicos del barrio (el más antiguo de población negra de Estados Unidos), uno de los activos más importantes de Nueva Orleans y uno de los colectivos que más intenta retomar el pulso de la ciudad. Aunque están tocados, no están hundidos, y en la tradición de esos famosos funerales con acompañamiento de brass band, buscan seguir adelante y ponerle dignidad y ritmo a la vida. En el piloto (que por ahora es el único que he visto), es Albert, el jefe indio del Mardi Gras, el que mejor ejemplifica esa dignidad y esa renuncia a darlo todo por perdido. El bar de Poke puede ser un agujero inmundo poco más recuperable que su casa, pero no por eso Albert (un estupendo Clarke Peters, como siempre) se va a dar por vencido. Si ha vuelto a Nueva Orleans es para devolverle todo el esplendor que pueda.

El primer episodio nos introduce, como hemos dicho, en la vida de esos personajes, muchos de los cuales aún buscan a familiares desaparecidos durante la tormenta, pero que no quieren renunciar a comer fuera o a escuchar música en compañía de otras personas como ellos. La noción de comunidad parece ser bastante importante en "Treme", y la música... Lógicamente, estando ambientada en Nueva Orleans, cuna del jazz, ese aspecto no podía descuidarse. Algunos de los músicos que aparecen se interpretan a ellos mismos (como el trompetista Kermit Ruffins), y a través del tarambana de Davis, el locutor de radio, y del trombonista Batiste (siempre corto de dinero), tenemos un punto de vista más interno de sus luchas por salir adelante y del amor que le profesan a la música y a los músicos. Aunque pueda parecer que no, el piloto deja la sensación de que "Treme" va a ser un poco más ligera que "The Wire" (sin dejar de lado la crítica social), y que en ella hay mucho más que buen jazz.

30 mayo 2010

Islas, látigos y Emmys

1.- Toda la semana hablando sin parar de "Perdidos" está creando un efecto de saturación muy poco saludable. Sí, el final ha sido polémico y los dos bandos que se han formado sobre él son irreconciliables, pero esta discusión constante sobre su significado, porqué es una genialidad o una basura, que te digan que eres un indocumentado por no comulgar con una de las corrientes y que hasta los medios tradicionales se hayan contagiado de esto va a conseguir lo que Alan Sepinwall afirma que le provocó la primera película de "Sexo en Nueva York": odiar retroactivamente la serie. Y no por la serie, sino por algo externo a ella, aunque muy relacionado. No pienso hablar más de "Perdidos" hasta que todo el polvo de todo este jaleo se haya asentado. La ABC ya se está encargando, con los rumores de que quiere reiniciar desde el principio "Alias", pero sin la trama de Rambaldi, de darnos más temas de conversación.

2.- Drew Barrymore debutó hace poco en la dirección con "Whip it" adaptación de un libro escrito por la guionista de la cinta, Shauna Cross, que cuenta una clásica historia de maduración de una adolescente, Bliss, que vive en un pueblo de Texas no muy diferente del Dillon de "Friday Night Lights". La madre de Bliss la lleva por el circuito de los concursos de belleza, algo que a ella, principalmente, le aburre. Lo curioso de esto es que encuentra una salida a su vida en un deporte tan peculiar como el roller derby. Barrymore lleva la película con buen ritmo, y logra que la familia de Bliss no aparezca como la "mala" de la cinta en comparación con la diversión y la emoción de las patinadoras del derby. Nuestra protagonista encuentra en ellas a otra familia, pero ésa no puede sustituir a la suya, y aceptarlo es parte del proceso de crecer. Por supuesto, a Ellen Page estos papeles no le cuestan nada, y lo mejor es que está rodeada de un interesante grupo de actores, empezando por Marcia Gay Harden como su madre y terminando con las Hurl Scouts y sus rivales, incluyendo una Juliette Lewis totalmente en su salsa como "villana" de la función, la propia Barrymore en un simpático papel de broncas con pocas luces o Kristen Wiig siendo un poco la más razonable. Se pasa un buen rato, tiene algunos puntos conseguidos y se escucha una estupenda banda sonora indie.

3.- Nuestro amigo Michael Ausiello ha publicado ya sus listas con sus nominados ideales a los Emmy. Ha incluido bastantes actores de algunas de las series nuevas que mejor han funcionado y, la verdad, que alguno de ellos acabe incluido el próximo 8 de julio en las candidaturas a los Emmy no sería tan extraño, como Ty Burrell, Julie Bowen y Sofía Vergara ("Modern family"), Julianna Margulies ("The good wife") o Jane Lynch, y tal vez Lea Michele ("Glee"). Cuando hablamos un poco de esta nueva edición de estos premios, ya comentamos que todos esos tenían bastantes posibilidades de colarse entre los habituales nominados de "The office", "30 Rock" y "Mad men". Hay otros de los que Ausiello es fan que igual lo tienen un poco más difícil, como Khandi Alexander por "Treme", Nick Offerman por "Parks and recreation" o el gran John Noble por "Fringe". Como siempre que se acerca alguno de los estos premios, la mejor fuente de rumores, predicciones, curiosidades y noticias es el blog "Gold Derby". Ahora, además, los Tonys ocupan mucho espacio en él porque se entregan el 13 de junio.

Música de la semana: Ya que hemos comentado que "Whip it" tiene una interesante banda sonora, nos quedaremos con una de sus canciones, "Pot kettle black", de Tilly and The Wall.

28 mayo 2010

En posición comprometida

ALERTA SPOILERS: Igual pensáis que leer esta entrada sin haber visto el final de temporada de "The good wife" no va a suponer ninguna pérdida importante. Yo no estaría tan segura, pero vosotros decidís.

El cliffhanger con el que acaba la primera temporada de "The good wife" no es tal. No tengo ninguna duda de que Alicia tomará la mano de Peter y lo acompañara en el estrado, cerrando el círculo de lo que ha sido su vida en el último año y ofreciendo una interesante simetría con la conferencia de prensa que abría la serie. Es interesante porque, aunque la composición del cuadro puede parecer la misma, con otra vez la representación de "la buena esposa", la historia detrás de sus protagonistas ya no lo es. Y no sólo por ese estupendo "entiendo el romance, enséñame el plan" con el que Alicia corta inicialmente la declaración de Will, mostrando que ella es más pragmática y que el romanticismo por la mera idea del romanticismo ya no le sirve. Sí, ella podría irse con Will, sólo si él le demuestra que sabe qué van a hacer justo después con su marido, sus hijos, su situación laboral y el escrutinio de la prensa, teniendo en cuenta que Peter vuelve a presentarse a las elecciones a fiscal del distrito.

El juego entre bambalinas de Eli Gold y, más importante aún, la madre de Peter promete mucho para la próxima temporada. A pesar de sus diferencias (muy grande ese "shalom" de Eli saliendo de esa reunión a lo Emily Gilmore), los dos saben perfectamente qué necesita Peter para salir reelegido. Una de esas cosas es que Alicia lo apoye, una trampa en la que ella sola se metió involucrando a Gold en su pugna con Cary por el puesto de asociada junior. La carrera entre los dos ha sido sólo uno de los muchos aspectos en los que "The good wife" ha ido difuminando las barreras en la caracterización de sus personajes y dotándolos de muchos matices distintos de gris. Esa ambigüedad moral de sus protagonistas es lo que emparenta un poco la serie con sus hermanas del cable o incluso las primeras temporadas de "El abogado"; hay más capas, más detalles y más secretos en cada personaje de lo que parece. Las caracterizaciones y las interpretaciones de todos ellos son sutiles y necesitan que les prestemos atención para captar todo el significado oculto que puede tener un, en apariencia, inofensivo saludo con la mano.

Ninguno de estos personajes es tan enigmático como Kalinda, claro, y eso que en el último episodio la vemos perder un poco los papeles (no con la agente del FBI, no, eso está bien calculado). Su lado protector con Alicia y ese peculiar tira y afloja con el policía están a punto de romper su cuidada fachada. Pero se recompone rápidamente por supuesto (luego está esa extraña escena semioculta por la puerta del almacén. Según los creadores de la serie, hay un plan detrás que se desarrollará más en la segunda temporada). Es la más misteriosa porque, evidentemente, no cuenta nada sobre ella, porque como ocurre con el resto de gente que pulula por la serie, no hace falta que hable para que sepamos lo que pasa en las escenas. Robert y Michelle King, los responsables de todo esto, afirman que, al principio, tenían escritos muchos diálogos explicando cosas, hasta que se dieron cuenta que sus actores podían implicar todo eso casi sin intercambiar más de dos palabras, o sólo una mirada.

Con todos los movimientos de ajedrez que han estado dándose en Lockhart & Gardner y alrededores, la segunda temporada se presenta llena de desafíos. Gran parte de los personajes están atrapados en situaciones comprometidas, como Kalinda en la foto del beso que le da al policía. Alicia está introduciéndose en las altas esferas políticas en las que, más caminar, hay que moverse bailando claqué, Diane y Will navegan como pueden en una situación económica difícil (y enseñando a Alicia que, aunque tu cliente sea culpable, es tu cliente y has de seguir las normas de Bobby Donnell y pelear siempre por él), y Kalinda parece estar metida en muchos de los berenjenales de Peter y del nuevo fiscal, Glenn Childs (su intérprete, Titus Welliver, está especializado en malos últimamente, entre el hombre de negro de "Perdidos" y el asesino de "Life").

Como comentamos en su momento, "The good wife" es más de lo que parece, y aquel símil con los San Antonio Spurs que hice entonces sigue aplicándose ahora. Parece que no hacen nada, pero te acaban ganando, y mejoran su rendimiento cuando se acerca el final. No sería de extrañar que, por lo menos, consiguieran unas cuantas nominaciones en los próximos Emmy, y no sólo para Julianna Margulies. Es un drama sólido de una network tan tradicional como CBS, y no sería raro que los académicos tuvieran ganas de incluir entre los candidatos de los apartados de drama más series de las generalistas para compensar el abrumador dominio del cable en los últimos años.

27 mayo 2010

Tres bodas con Wesley Snipes

ALERTA SPOILERS: "30 Rock" ha terminado la cuarta temporada y, aunque creo que no pasa nada por enterarse de spoilers, si no la has visto y no quieres estropearte los chistes, mejor es que lo dejes aquí. Como diría Kenneth, nos vemos en el cielo.

Creo que más de una vez hemos hablado de que lo que "30 Rock" intenta hacer todas las semanas es bastante difícil. Sus capítulos se construyen sobre una sucesión imparable de chistes, gags visuales y diálogos absurdos, y cuando todos funcionan a la perfección, no hay quien la iguale. Pero, lógicamente, ese nivel de maestría no siempre se logra. En esta cuarta temporada ha habido algunos altibajos y algunas tramas que no terminaban de cuajar del todo bien, pero lo cierto es que los dos últimos capítulos han cerrado con una divertida sucesión de lizzasters la temporada, todos girando alrededor de Liz, Jack y sus intentos (fallidos, de momento) por conseguir al hombre/mujer de sus sueños. Además, como buen final de temporada, ha tenido bodas (tres, nada menos), bebés (el embarazo de Avery) y sólo ha faltado un tiroteo (creo que hacen algún chiste a ese respecto).

Ese momento a lo "Elige tu propia aventura" con la Biblia de Liz en la boda de Floyd ha sido uno de los puntos álgidos, puntuado por la aparición por todas partes de Wesley Snipes. La verdad es que en estos episodios, Michael Sheen ha estado realmente divertido con sus intentos de convencer a Lemon de que son "settling soulmates" (es intraducible, lo siento) y mostrándose a la vez adorable y patético, más de lo segundo que de lo primero. Hasta que aparece el piloto Carol (Matt Damon), que parece demasiado perfecto para ser verdad, Wesley está a punto de convencerla de que se casen. Lo curioso de esos dos capítulos finales es que, a pesar de la gran cantidad de estrellas invitadas que pasan por ellos (Elizabeth Banks es realmente divertida como Avery), son las habilidades de Alec Baldwin y Tina Fey las que los sostienen, hasta el punto de que el penúltimo, con Liz de correveydile entre Tracy, Dotcom y Grizz por la boda de éste último, muy bien podría ser el que ella envíe a los Emmy.

Mención especial merece Jack McBrayer con ese pobre Kenneth que acaba la temporada despedido (¡¡no!!). El discurso final, todo borracho, deriva en una total y absoluta declaración de amor hacia todos sus "jefes", cuando apuntaba al principio a una diatriba más acorde con su enfado y decepción. Pero Kenneth no es así, e incluso cuando la televisión le rompe el corazón, él no puede dejar de amarla incondicionalmente, y de querer a esa panda de locos que la hacen posible. Del mismo modo, por muchos chistes que no funcionen, estrellas invitadas que no cuajen y tramas que no vayan a ninguna parte, a mí ya me resulta imposible dejar de querer a Liz y Jack. Y a ese coro de gospel que canta la sintonía de la serie como cierre del episodio.

P.D.: La foto de arriba no es de la cuarta temporada, sino del principio de la tercera, cuando Liz y Jack interpretan un momento clásico de culebrón para deleite de Kathy Geiss (y como modo de Jack de manipularla y ascender rápidamente). Lo traigo aquí porque era una especie de parodia de todos los shippers de esa pareja, que esta temporada han tenido vidas sentimentales bastante azarosas (más en el caso de Jack), y por estas declaraciones de Tina Fey en los últimos upfronts de la NBC en las que dejó claro, por si no lo estaba aún, que Liz y Jack nunca estarán juntos.

26 mayo 2010

Los ángeles de J.J.

J.J. Abrams tiene reputación en Hollywood de montar unos ingeniosos y enrevesados puzzles tanto en sus películas como en sus series, de manejar el buzz interneteril como pocos, de ser el máximo aspirante a suceder a Steven Spielberg en su trono de "rey Midas" y de escribir papeles de mujeres fuertes y decidas. Este último aspecto es más cierto en la televisión, donde ha lanzado a una actriz prácticamente desconocida a la fama en cada una de sus series en lo que se tarda en decir "upfront". Cada vez que se sabe que está metido en un nuevo proyecto, empieza todo el mundo a especular con qué actriz será la que entre en ese grupo de "chicas Abrams" que él ha descubierto en cada una de sus series.

La que inauguró esta suerte de "chicas Almodóvar" de la televisión estadounidense (aunque casi ninguna ha coincidido en otros trabajos con las demás, con alguna excepción) fue Keri Russell, protagonista de "Felicity". Ésa fue la primera serie creada por Abrams y, curiosamente, no tenía ningún misterio en su centro ni había espías ni agentes de la ley; sólo una chica que se va a la universidad a Nueva York detrás del chico que le gusta. Russell tenía en su haber bastante televisión (incluida una breve "Malibu Shores", con Charisma Carpenter, que sonaba a culebrón playero de lujo), pero nada especialmente reseñable, antes de que sus rizos obsesionaran a millones de fans entre 1998 y 2002. En "Felicity", además, Abrams descubrió a la protagonista de su siguiente proyecto, "Alias", y la que seguramente sea la más famosa de todas sus "chicas", Jennifer Garner.

Garner también tenía en su currículum mucha televisión y papeles pequeños en películas muy hollywoodienses como "Atrápame si puedes" y "Pearl Harbor", y "Alias" fue su trampolín al éxito (previo paso por cosas olvidables como "Elektra"). También fue la serie de mayor relevancia de Abrams hasta que llegó "Perdidos", en la que encontramos al caso más claro de "sacada de la oscuridad" de todas ellas, porque Evangeline Lilly no había hecho más que apariciones como extra antes de que le cayera el papel de Kate, el primero que hacía con diálogo. Su descubrimiento fue una de las historias que más se contó en la primera temporada de la serie, y lo cierto es que es la única de todas que era una completa debutante cuando Abrams llamó a su puerta.

Lilly, nacida en Canadá, fue también la primera no estadounidense en entrar en este club, y tras ella vendría la australiana Anna Torv, una cara totalmente nueva en Estados Unidos a no ser que alguien la hubiera visto en, por ejemplo, un episódico en "Las hermanas MacLeod" o en la primera temporada de "Mistresses", que rodó en Inglaterra. Así, una desconocida acababa protagonizando "Fringe" junto a gente ya más curtida en el sector como Joshua Jackson o John Noble. Y otra cara prácticamente inédita en USAmerica será la protagonista femenina de la nueva serie de J.J. Abrams, "Undercovers". En este caso, la inglesa Gugu Mbatha-Raw puede presumir de haber sido recientemente Ofelia en el "Hamlet" de Jude Law, y tiene a sus espaldas un buen montón de títulos en el Reino Unido, incluyendo "Spooks", la hermana de Martha Jones en la tercera temporada de "Doctor Who" y la breve "Bonekickers".

Todas ellas fueron creciendo poco a poco en sus respectivos papeles y algunas se adueñaron de la denominación "revelación de la serie" aunque con ellas hubiera otros compañeros de reparto tan desconocidos al principio y tan merecedores de ese título como ellas. Con la película de "Star Trek" lanzó a Zoe Saldaña antes de que la "pintaran" de azul en "Avatar" (Saldaña, curiosamente, había trabajado en "Six degrees", una serie fallida en la que Abrams era productor). Debe ser algo de esas mujeres televisivas que Abrams se saca de la chistera.

25 mayo 2010

Por el futuro

ALERTA SPOILERS: Los finales de temporada se acumulan y hay que empezar a hacer sesión doble. En este caso, veremos qué esperanzas para el futuro dejan la quinta temporada de "Bones" y la sexta de "Medium".

Un año es mucho tiempo. O no, dependiendo de a qué lo dediques. Desde luego, como de costumbre, el título del capítulo no ha engañado a nadie y, así, tenemos al final un nuevo principio, el comienzo de un nuevo capítulo en esta historia y, especialmente, en la relación entre Booth y Brennan. Como si fueran personajes sacados de "Antes del amanecer", acuerdan volver a encontrarse un año más tarde, en el banco al lado del carrito (creo que de helado) en la fuente cerca del Jeffersonian. En ese tiempo, sus experiencias en una excavación arqueológica en Indonesia y con el ejército en Afganistán los habrán cambiado y, tal vez, les obliguen a repensar su relación, algo que aún no han hecho desde aquella conversación al final del capítulo 100. Una separación, además, es el truco más viejo en el manual del manejo de la TSNR.

Lo curioso es que la pobre Cam se queda casi sola en el Jeffersonian, porque Angela y Hodgins se toman un año sabático para irse a París y hasta Daisy se va, en su caso a la excavación con Brennan. Que ella terminaría marchándose era evidente tras el final del juicio del Sepulturero, pero no esperaba que todo el mundo decidiera dar un giro a sus vidas. Alejarse y adoptar cierta perspectiva puede ser interesante para la próxima temporada (en la que habrá más obstáculos entre la doble B, seguro), porque de una cosa podemos estar seguros; esa despedida en el aeropuerto no era de dos amigos que se separan durante un año, aunque no hicieran más que darse un fuerte apretón de manos. ¿Estará Brennan preparada para asumir de verdad el dolor asociado a la posibilidad de la felicidad que implica dejar entrar a otras personas en su vida? Dejar que las emociones nublaran su objetividad le jugó una mala pasada en el juicio contra el Sepulturero, y está decidida a no dejar que pase otra vez. Pero, y aquí viene lo interesante, no porque ella pueda sufrir, sino porque puede herir indirectamente a los demás. Tengo curiosidad por ver por dónde se mueve Brennan la próxima temporada.

Una de las notas comunes que se han desarrollado a lo largo de esta temporada de "Medium" ha sido el despertar definitivo del don de Allison en su hija mayor, Ariel. Sí, habíamos visto otras veces sueños de ella, igual que los de Bridget y Marie, y alguna que otra vez hasta había soñado con su madre cuando era joven, pero ha sido ahora, cuando se encuentra a punto de irse a la universidad (a Dartmouth, de la muy elitista Ivy League), cuando ha ganado más protagonismo y ha empezado a verse envuelta en situaciones no muy diferentes de las que vivió Allison en su momento. El capítulo en el que tiene lagunas temporales, algunas de años, fue uno de los más logrados y le ofreció espacio a Sofia Vassilieva, su intérprete, de demostrar también que se ha hecho mayor. El último de la temporada, por su parte, entrelazó la hipotética muerte de Allison con los deseos de Ariel de irse a Dartmouth, y se ejemplificó la reticencia de su madre a dejarla marchar con todos esos casos cuya resolución le sopla a Ariel desde el más allá.

Ha sido un interesante final que, además, dejaba un último plano que podría haber cerrado perfectamente la serie si la CBS la hubiera cancelado (pero tendremos séptima entrega el próximo otoño). El centro estaba puesto en la familia DuBois, que ha sido todavía más protagonista de los sueños y las preocupaciones de Allison que de costumbre, mostrando de modo aún más preminente que esta serie es más un drama familiar (muy bien retratado) que otra cosa. Por supuesto, no han faltado los invitados especiales de renombre (incluida Martha Plimpton), los episodios un poco más humorísticos (el del caso de suplantación de personalidades fue especialmente divertido) y los sueños y casos realmente inquietantes (como el asesino "chupasangre"), pero los DuBois siempre se han mantenido como el ancla de todo.

24 mayo 2010

El último final

ALERTA SPOILERS: Pues sí, tenía que caer. El final de "Perdidos" va a comentarse a continuación, por lo que si ni sabéis qué ha pintado Vincent en ese capítulo, es preferible que no continúeis leyendo.

Un ojo se abre en medio de un bosque de bambú y, seis años más tarde, ese mismo ojo se cierra justo en el mismo sitio. Ha sido una bonita simetría para acabar "Perdidos", que ha pasado casi todo su último capítulo (en realidad, los dos últimos) haciendo alusiones y referencias a la primera temporada de la serie, ya fuera Jack cosiendo una herida a Kate (invirtiendo sus papeles del piloto) o Jack y Locke asomándose a la boca de un largo túnel o Kate ayudando a Claire a dar a luz (otra vez). Como bien se ha comentado en las críticas de bastantes blogs estadounidenses, ha sido en el aspecto emocional y de cierre para los personajes donde el final ha funcionado a la perfección. Cada vez que alguno de ellos recordaba toda su vida pasada, era difícil no emocionarse con ellos, y hasta ha logrado que nos reconciliáramos con personajes que parecían bastante perdidos para la causa, como la pareja Jack-Kate (apostaría algo a que Matthew Fox o Evangeline Lilly mandan este episodio a los Emmy, y no les faltará razón).

Permitidme que vuelva a traer a colación las inevitables comparaciones con "Galáctica", que terminaba el año pasado también dando una resolución a las historias de sus personajes y dejándose muchos flecos sueltos. Entonces, en "ByTheWay" ya apuntaban que el último episodio de una serie está para que nos despidamos de todos esos personajes y de todo ese mundo, y que no está para que se dén respuestas; ésas tienen que darse en los capítulos anteriores. Aquel "Daybreak" de "Galáctica" levantó exactamente las mismas críticas que este "The end" de "Perdidos", muchas de ellas centradas en que tuviera un tono tan espiritual-religioso. Puedo tener alguna reserva con ello, pero no demasiadas. La fe siempre ha ocupado un puesto relevante en gran parte de las cosas que pasaban en la isla, ya fuera seguir apretando aquel puñetero botón o confiar en que la explosión de una bomba nuclear podía reescribir el pasado.

Pero, en eso al menos, nunca nos engañaron. Lo que pasó de verdad pasó. Ese universo alternativo que hemos visto esta temporada (y que no siempre ha funcionado) no era más que el purgatorio, el embarcadero donde todos los personajes debían esperar a que llegara Caronte y los llevara a la otra orilla de la laguna Estigia, donde podrían dejarse llevar y abandonar definitivamente cualquier resto de su vida mortal. Eso no quiere decir que todos estuvieran muertos desde el principio, como he leído también. La clave aquí está en la frase que le dice Christian a su hijo: "algunos murieron antes que tú, otros mucho después". Pero todos se reúnen en un lugar donde el tiempo no existe como lo entendemos nosotros para continuar juntos la última parte de su viaje.

Una cosa sí es cierta, y es que "Galáctica" se sostiene mejor como un todo que "Perdidos", cuyas temporadas, aunque parezca que no, son más independientes. No sé cómo explicar mejor esa sensación, del mismo modo que tampoco sé explicar mejor que me sorprende mucho que, a la luz del último capítulo, haya gente tan dispuesta a descartar todo lo ocurrido antes en la serie como intrascendente y sin importancia. Si no hubieran vivido todo eso, no habríamos visto a todos los personajes reunidos finalmente en esa iglesia con símbolos de varias religiones distintas. Por otro lado, es verdad que la trama esta temporada ha sido un poco patillera, con personajes que se dedicaban sólo a ir de un lado a otro de las islas como si estuvieran participando en "The amazing race" y, de todas las respuestas que han dado, podrían haber dejado sin explicar qué había en el corazón de la isla. Con saber que era un lugar de poder que gente como la Iniciativa Dharma quería controlar teníamos suficiente.

Pero no vamos a dar más la lata buscando más conexiones o incoherencias, o esto acabará pareciendo "El péndulo de Foucault". "Perdidos" ha sido un viaje realmente entretenido con sus altibajos y sus grandes momentos (el final de la tercera temporada sigue siendo de mis favorutos) y es innegable que ha cambiado el modo en el que vemos y comentamos las series de televisión. Desde el principio, su centro estaba en los personajes (aunque ese centro se diluyera algunas veces) y, por tanto, es justo que ellos protagonizaran el final. Como bien resumían las críticas en Estados Unidos, si ellos eran lo que más te importaba de la serie, es más probable que el final te haya gustado. Si te interesaba más la resolución de los enigmas, supongo que era inevitable acabar decepcionado. Permitidme que, para cerrar esto, parafrasee a Starbuck y diga que hemos llegado al final del viaje, y se siente bien. Namaste.

P.D.: Las alusiones y referencias merecen un apartado para ellas solas, desde las ya clásicas a "La guerra de las galaxias" ("I've got a bad feeling about this" fue la mejor), a unas inesperadas a "El prisionero" (con Hurley y Ben de Número 1 y Número 2 y Sawyer despidiéndose de Locke con un "I'll be seeing you") a un Miles que se ha lucido en sus one-liners con su fe en la cinta aislante a una Kate que ha hecho la mejor metarreferencia de toda la serie ("¿Christian Sheppard? ¿Estás de broma?").

23 mayo 2010

A través del espejo

ALERTA SPOILERS: Una morena y una rubia... Si no queréis saber cómo continúa esa frase, que en este caso no tiene nada que ver con "La Verbena de la Paloma", es mejor que no sigáis leyendo si no habéis visto el final de la segunda temporada de "Fringe".

Que viajar de un universo a otro es peligroso para el tejido del espacio tiempo lo sabemos quienes vimos el final de la segunda temporada de "Doctor Who". La separación entre ambos ha de mantenerse siempre sólida, o uno de los dos puede acabar desintegrándose. El viaje a través del espejo que Walter hizo para "salvar" a Peternate inició las grietas y los desgarros que han sacudido desde entonces al universo alternativo (Tierra 2, lo llama un crítico estadounidense), y Walternate decide que el único modo de poder salvar su mundo es destruir el otro. Para eso necesita a Peter en su máquina de villano de X Men, pero él lo descubre demasiado tarde, cuando Walternate ha dado con otro plan para desgastar la resistencia del grupo de Walter desde dentro: infiltrando otro topo. Y éste es mucho más efectivo que Charlie al principio de temporada, porque éste es, nada más y nada menos, que la propia Olivia.

Con un cliffhanger digno de "Alias", "Fringe" nos deja hasta una tercera temporada en la que se postula como la más firme sucesora de "Perdidos", ahora que hablamos mucho de ese tema. La guerra entre los dos universos y los dos Walters se inició por algo tan humano como el dolor de un padre por perder a su hijo, pero puede terminar en un holocausto de dimensiones imprevistas. El viaje que hemos hecho a Tierra 2, viendo todas las ligeras diferencias con nuestro mundo (y la clara inspiración soviética del despacho de Walternate) ha resultado interesante por ver también cómo son nuestros héroes allí. Especialmente curiosas son las variaciones entre Olivia y Olivia': la segunda se muestra más a gusto con su vida, menos perseguida por sus demonios personales y por supuesto, y si no nos han ocultado información, Belly y Walter no experimentaron con ella cuando era pequeña.

Eso va a ser interesante de ver en la próxima entrega. Olivia está ahora presa de Walternate, y no sabemos si él está al tanto de los talentos que ella posee, aún poco desarrollados, por culpa del Cortexiphan. Su última imagen encerrada a oscuras en esa celda recuerda mucho a lo que hemos visto de Olivia de niña en el laboratorio de Bell y Walter, y entonces ella fue capaz de prender fuego de la nada a toda una habitación. Tiene la capacidad de abrir una puerta entre universos, si bien no ha podido ejercerla ella sola hasta ahora. Sin embargo, yo apuesto cualquier cosa a que será capaz de hacerlo tarde o temprano. ¿Y Olivia'? Ahora que Peter y Olivia han decidido reconocer que pertenecen el uno con el otro, ¿verá él en algún momento ese tatuaje que ella lleva en la base del cuello? ¿O se darán cuenta Walter, Astrid o Broyles de que algo no va bien porque, al fin y al cabo, las dos Olivias son iguales físicamente pero distintas en personalidad?

Leí por ahí que el plan original de Orci, Kurtzman y el resto de productores ejecutivos de la serie era no revelar Tierra 2 hasta la tercera temporada, pero que al ver la respuesta de los fans al final de la primera, decidieron acelerar un poco su plan (habría sido una pena que los cancelaran antes de que nos enseñaran el otro lado del espejo). También leí que, si éste hubiera sido el último episodio de la serie, tenían un plan para cambiarlo un poco y dejarlo así cerrado (supongo que la que habría vuelto sería Olivia, y ya está). La tercera entrega pinta realmente entretenida.

P.D.: Creo que ya hemos hablado otras veces de esta trilogía, así que perdonadme si ya es así. De todos modos, la existencia de los dos universos alternativos y la capacidad de Olivia de abrir puertas de uno a otro remiten inevitablemente a Lyra y Will, los protagonistas de la saga de libros de "La materia oscura", de Philip Pullman. Son muy, muy recomendables y no os dejéis engañar por su etiquetado como "literatura juvenil".

Música de la semana: Con tanto trajín entre viajes temporales y entre universos que se traen tanto "Fringe" como "Perdidos" (a J.J. Abrams y su panda les encantan estos temas), la elección de esta semana está cantada: "Another time, another place", de los comienzos de U2.

22 mayo 2010

De entre los escombros

ALERTA SPOILERS: Aquí se va a discutir el final de la sexta temporada de 'House', por lo que, si no lo habéis visto, es mejor que no sigáis leyendo.

Uno de los capítulos más recordados de la segunda temporada de "Urgencias" (y de toda la serie) se titulaba "Hell and high water", y en él encontrábamos a Doug Ross intentando salvar a un niño atrapado en una zanja en medio de una intensisíma lluvia torrencial. No recuerdo muy bien cómo acababa todo (sospecho que el niño no consigue salvarse), pero al ver a House intentando ayudar a esa mujer atrapada bajo los escombros de un edificio, era inevitable acordarse de Ross y de la inundación. Él también se encuentra en una encrucijada personal complicada (en su caso, creo que iba a dejar el County General por una clínica pediátrica privada), si bien la de House es más de tipo existencial "¿qué hago con mi vida?"

Desde el principio de la sexta temporada, la serie ha estado dando vueltas alrededor de la posibilidad de que su personaje central pueda cambiar y dejar de ser miserable. Para eso estuvo ingresado en un psiquiátrico, dejó la Vicodina y ha estado en terapia con un psiquiatra (estupendo Andre Braugher, a todo esto), y ha intentando ayudar a la gente a su alrededor más que hacerles la vida imposible. Lógicamente, ha tenido recaídas en su antiguo modo de ser, y conociendo a los creadores de "House", siempre existe el riesgo de que todo este avance se quede en nada y Greg regrese a ser el mismo capullo brillante del principio. Lo cual, francamente, sería demasiado cobarde después de todo por lo que House ha pasado en los últimos episodios de la temporada. Debajo de los escombros, intentando convencer a la paciente de que deben cortarle la pierna, es el momento en el que el médico se ha mostrado más vulnerable, más humano, y la mirada que le dedica Cuddy en ese momento ya hace presagiar cómo va a acabar la temporada.

Sí, es un poco apresurado y conveniente (habría estado bien ver algo más de la dinámica entre Lucas y Cuddy para comprobar porqué no funcionaba), y aunque no lo vi venir, no es tan extraño que optaran por esta opción. Que Cuddy y House sienten algo el uno por el otro está claro desde hace hace bastantes temporadas, y en esta sexta entrega por fin nos confirmaron que tuvieron algo en la universidad (interrumpido porque expulsaron a House de la facultad). Casi todos los problemas de House esta temporada han venido por su incapacidad de conseguir a Cuddy, que opta por alguien más apropiado como Lucas. El reconocimiento final de ella de que, aunque no debería, siempre lo ha querido abre la puerta a algo que puede ser interesante en otoño si, como digo, los guionistas de la serie no nos hubieran demostrado más veces que los únicos cambios que ellos contemplan son aquellos que les permiten mantenerlo todo igual.

De todos modos, este último episodio ha mantenido el nivel por el buen trabajo de Hugh Laurie (que está pidiendo a gritos un Emmy) y Lisa Edelstein, y porque, en realidad, esto iba a acabar pasando tarde o temprano. Todos los elementos del show giran alrededor de House, los pacientes siempre tienen algún paralelismo con él (la evolución de Cameron iba paralela, por contraste casi siempre, con la falta de cambio en él), por lo que los finales de temporada cada vez lo afectan más a un nivel emocional. Veremos cómo se desarrolla esa relación entre Cuddy y House en la séptima temporada. Y nunca pensé que diría esto, pero Trece va a tomarse un descanso justo cuando empezaba a ser más divertida y soportable. Si es que la culpa de todo la tiene Foreman.

21 mayo 2010

Clichés musicales

En su crítica del primer capítulo de "The good guys", Alan Sepinwall traía a colación el uso y abuso de algunas canciones en películas y series de televisión. En su caso, se refería a "Black Betty", de Ram Jam, y a su ubicuidad en cualquier cosa ambientada en los 80 o con aroma a esa década, y la ponía de ejemplo de temas que, de sonar tanto en series, películas y anuncios, han acabado convirtiéndose casi en un cliché. Esto vale también para trailers y vídeos de YouTube, en los que estoy a punto de aborrecer la banda sonora de "Réquiem por un sueño" por lo manoseada que está. A la quinta serie en la que escuchas la versión que Jeff Buckley hizo de "Hallelujah", de Lenorad Cohen, la canción pierde todo su sentido (y eso que tiene un gran comienzo), y algo similar pasa con "Mad world" en la versión que Gary Jules hizo para "Donnie Darko" (y que yo empecé a escuchar por todas partes después de verla en un anuncio de "Gears of War". La original de Tears for Fears es bastante diferente).

A veces, lo que ocurre es que se da una especie de efecto llamada y, durante un periodo de tiempo relativamente reducido, una canción en concreto se adueña de todo (y ya no hablo sólo de "Single ladies", de Beyoncé, o "Viva la vida", de Coldplay). Time to pretend", de MGMT, sonó en varias series de The CW (una de ellas, por supuesto, fue "Gossip Girl"), aunque su amenaza de convertirse en la nueva "Young folks", de Peter, Bjorn & John, afortunadamente no se cumplió. En la última situación se vieron "Chasing cars", de Snow Patrol, y "How to save a life", de The Fray, por culpa de "Anatomía de Grey". Aunque hay que ser justos y reconocer que la segunda sí llegó a estar en absolutamente todas partes. En cuanto una canción se asocia rápidamente a un momento de tristeza épica, o de gran alegría o lo que sea, no es raro que empieza a proliferar como los hongos.

Por otro lado, no es raro que artistas en promoción de sus nuevos discos cuelen canciones de ellos en las series. Del último de Norah Jones creo que se han oído un par en, por ejemplo, "House" y "Parenthood" (la de esa última era "December"), y aprovechando que Pearl Jam sacaban también disco nuevo, tanto "Castle" como "FlashForward" tiraron de ellos para sus capítulos.

P.D.: "Midnight train to Georgia", de Gladys Knight & The Pips, aún no está en esa lista de clichés musicales, pero me hizo mucha gracia que fuera la canción que Chase, Foreman y House cantan en el karaoke después de haberla visto en versión más a lo musical (y referida a Kenneth) en la segunda temporada de "30 Rock".

20 mayo 2010

Rom-com 101

ALERTA SPOILERS: No creo que saber de antemano qué pasa en el final de la segunda temporada de "Castle" estropee nada, pero por si acaso, avisados estáis.

Las comedias románticas se rigen por un principio muy simple: la pareja protagonista no puede estar junta hasta el final y, además, antes tienen que haber pasado por un periodo de distanciamiento en el que se dan cuenta de que no pueden estar el uno sin el otro. No es que "Castle" sea una comedia romántica, pero la relación entre sus protagonistas está siguiendo esas directrices. De hecho, me parece absurdo quejarse por ello estando la serie en la segunda temporada. Ahora parece que, si no lías a tus protagonistas en el capítulo 40, estás "cabreando a tus fans" y "estirando innecesariamente la relación". Habría mucho que discutir sobre esto.

Ya sabéis que mi principal problema con la serie ha sido siempre que no termino de ver esa fascinación de Castle por Beckett y que tampoco encuentro entre Nathan Fillion y Stana Katic la chispa necesaria para creerme que pueden sentir por el otro algo más que cierto afecto y amistad. Sí concedo que Katic ha estado más suelta en esta segunda temporada y que manejó bastante bien la conversación final de Beckett con Castle pero, paradójicamente, la supuesta atracción entre los dos, con todos los daños colaterales de celos, malentendidos y sentimientos nunca explicitados (aunque toda la comisaría se haya dado cuenta) es para mí el punto más débil. Digo paradójicamente porque, en teoría, es el pilar sobre el que se asienta todo el show. Sin embargo, mientras el rollo romántico sigue dejándome fría, el trío cómico que han empezado a formar Castle, Esposito y Ryan ha ido ganando puntos con el paso de los episodios. Los dos detectives siguen siendo intercambiables con otros mil policías televisivos, pero por lo menos son simpáticos en sus interacciones con el escritor. Y Lanie ha dejado algunos momentos divertidos.

Como comentamos hace poco, los casos han mejorado y son menos fáciles que al principio (aunque se vean venir, como el del juego de los espías), y lo que sí se ha mantenido es lo que de verdad funciona de modo natural y siempre ha sido muy simpático de ver, que es la dinámica entre Castle, su madre y su hija (Fillion tiene mucha mejor química con la pelirrojísima Molly Quinn). Fue un puntazo ver en el último episodio, dirigido por Rob Bowman, a Mitch Pileggi interpretando a una especie de mezcla de Skinner y el Fumador de "Expediente X", y también que trajeran de vuelta a James Patterson, Stephen J. Cannell y Michael Connelly para esas partidas de póker que, francamente, a mí no me importaría que salieran en todos los capítulos.

Cuando "Castle" funciona mejor es cuando abraza el lado de diversión un poco más de niño grande del escritor, y opta por un humor ligero y entretenido, inofensivo pero que hace pasar un buen rato. Todo sea que, de repente, en la tercera temporada dé un salto cualitativo importante y sea un poco más que eso, pero dudo que ocurra.

19 mayo 2010

Es un negocio, no caridad

"No estamos en el negocio de la caridad". Así de expeditivos despacharon los ejecutivos de la CBS cualquier intento de explicación de todos los movimientos que han hecho en su parrilla de cara a la próxima temporada y, muy especialmente, la creación de un bloque de comedia los jueves a las 8, emitiendo ahí "The Big Bang theory" (la sitcom líder en las demográficas) y el estreno "S#*! my dad says". La mudanza de la serie de Sheldon y compañía desde los lunes tiene un objetivo muy claro: acabar de hundir a la NBC. "Community" y "30 Rock" son las series que ocupan ese horario en la cadena del pavo, y la primera es la que, a priori, más riesgo corre ante la nueva competencia de la CBS. Sus perfiles de audiencia parecen ser similares y la de "Community" está mucho menos consolidada, así que veremos cómo se desenvuelve.

El otro aspecto más destacado del upfront de la CBS, además de las mudanzas de "CSI:NY" y "CSI: Miami" a los viernes y los domingos, respectivamente, es la cantidad de series que han cancelado y que, entre ellas, figura "Entre fantasmas", dejando a "Medium" como ancla de los viernes. Melinda podría ser rescatada por la ABC, que ha decidido plantar algo de batalla los viernes colocando ahí "Body of proof", el procedimental protagonizado por Dana Delaney. Todos los cambios del "ojo" han descolocado un poco a los críticos, que no esperaban que justo la CBS les diera el tipo de novedades en la programación que podrían haberse esperado de la ABC o Fox. En "Tuned In" se explica perfectamente, y de modo breve, por qué la parrilla de la CBS es la más interesante desde el punto de vista de una programación estratégica (que no desde el punto de vista creativo). Han utilizado éxitos contrastados como lead-in de sus estrenos ("Dos hombres y medio" lanzará otra comedia de Chuck Lorre, "Mike & Molly", con Melissa McCarthy), y han movido otros a sitios donde no terminaban de encontrar una audiencia (caso de "Survivor" y su mudanza a los miércoles a las 8).

Desde luego, el enfrentamiento CBS-NBC por la audiencia joven del jueves puede ser la noticia más destacada de estos upfronts, todavía más porque nadie sabía nada de ese movimiento con anterioridad, lo que ha acrecentado la sorpresa. No sé si puede ponerse a la altura de cuando la ABC desplazó "Anatomía de Grey" a los jueves para plantarle cara a "CSI", pero está claro que la CBS está metiéndose de lleno en un terreno que, hasta ahora, era coto de la NBC (sin que ninguna de sus comedias funcione especialmente bien en audiencia). La llegada ahí de "The Big Bang theory" implica un riesgo, claro, pero menor que el que corría la ABC programando en ese horario "FlashForward". Su competencia, aparte de "Community" y "30 Rock", es "Bones", y ésa va a su rollo completamente. Me da que los 12 millones de espectadores de Sheldon y Leonard están bastante seguros.

18 mayo 2010

Un "abuelo" de 35 años

"Live from New York, it's Saturday night!!". Pocas frases debe haber tan reconocibles para los espectadores estadounidenses como ésa con la que, todos los sábados por la noche, a las 23:30, comienza "Saturday Night Live" desde el 11 de octubre de 1975. Creado por Lorne Michaels y Dick Ebersol a petición de la NBC, que quería un programa de sketches de humor para programar los sábados por la noche, rápidamente se convirtió en una cantera inagotable de actores y guionistas que superó un amago de cancelación en la quinta temporada, cuando Michaels se marchó y se renovó casi por completo al reparto y a los guionistas (incluyendo a unos entonces desconocidos Joan Cusack y Robert Downey Jr.).

El formato del programa, de una hora y media, no tiene demasiado misterio. Cada semana hay un invitado famoso que hace de presentador del show, da el monólogo inicial y participa en bastantes de los chistes, tanto grabados como en directo. También hay un invitado musical que interpreta entre dos y tres canciones. Lo que ha hecho grande, y venerable, a "SNL" es que siempre suele (o solía) hacer parodias y sátiras más o menos acertadas sobre la actualidad política y social de Estados Unidos. Cuando se acercan las elecciones, se convierte en una cita ineludible (el revuelo que organizaron en 2008 con sus parodias de Sarah Palin y de las primarias demócratas entre Hillary Clinton y Barack Obama fue una buena muestra de ello). Y muchos de sus gags están marcados por un humor entre absurdo, surrealista, lleno de dobles sentidos y juegos de palabras que bordea a veces lo faltón.

La lista de gente que se hizo famosa tras pasar por "SNL" es interminable: Dan Ackroyd, John Belushi, Chevy Chase, Bill Murray, Eddie Murphy, Billy Crystal sólo son unos pocos ejemplos. Allí empezaron a curtirse como guionistas Conan O'Brien y Greg Daniels ("The Office"), de allí han salido últimamente Rachel Dratch, Amy Poehler, Jimmy Fallon y, por supuesto, Tina Fey, que tiene el honor de haber sido la primera jefa de guionistas mujer del programa (y que siempre reconoce que Lorne Michaels le cambió la vida el día que decidió que presentara el "Weekend Update" con Fallon), y aunque en los últimos años los críticos no dejen de quejarse de que el nivel general del show ha bajado bastante, "SNL" continúa siendo un eje importante de la NBC e historia viva de la televisión de USAmerica.

Además, está repleto de curiosidades y tradiciones. Por ejemplo, los asientos amarillos del estudio 8H del 30 de Rockefeller Plaza (que era originalmente el que ocupaba la orquesta de la radio) se los llevaron desde el estadio del los Yankees en los 70, y el calendario de trabajo de la semana es algo así como una institución. Ha tenido sus polémicas, sus encontronazos con la censura (como con aquella famosa actuación de Sinnead O'Connor rompiendo una foto del papa Juan Pablo II) y se le ha acusado muchas veces de "influir" en el voto de los americanos. Pero que te elijan como presentador continúa siendo un gran honor, casi un síntoma de que ya eres alguien en Hollywood (eso, y que te parodien en "Los Simpson").

17 mayo 2010

El 'mono' de "Perdidos"

¿Qué vamos a hacer el próximo lunes? Eso se preguntan muchos fans de "Perdidos" que han vivido esta última temporada en un estado de anticipación continuo ante su final (que en España veremos el lunes 24, en directo, a las 6 de la mañana en Fox y media hora más tarde en Cuatro). ¿Qué otra serie puede darles la emoción, el enganche y las teorizaciones locas que les proporcionaba "Perdidos"? Bueno, otra igual no puede haber (que se lo digan a la ABC en sus intentos frustrados por "clonar" su éxito), pero del mismo modo que había vida antes de los náufragos de Damon Lindelof, Carlton Cuse y J.J. Abrams, también la habrá después, incluso aunque haya que pasar primero por un pequeño periodo de duelo.

Aunque a la ABC le encantaría, no sé si "V" puede de verdad reclamar el trono de "Perdidos" porque lo suyo es menos sofisticado, como si dijéramos. De hecho, la que muchos críticos apuntan como su sucesora desde hace ya un par de meses es, precisamente, otra serie con el "sello Abrams" pero que se emite en la competencia, en Fox. "Fringe" ha unido los elementos característicos de "Alias" y "Expediente X" en una estupenda y entretenidísima segunda temporada que, francamente, no sé cómo van a continuar en la tercera (por cierto, que para el año que viene se queda los jueves a las 9, detrás de "Bones". La cadena ha debido pensar que si no está roto, es mejor no arreglarlo, y el dúo ha debido funcionarles mejor de lo que podríamos pensar). La quinta temporada de "Doctor Who", que está emitiendo ahora la BBC, también está marcándose un arco continuado digno de "Perdidos", y bastante más complicado, a priori, de los que la serie solía hacer en las cuatro entregas anteriores. Está lleno de juegos temporales (que a Steven Moffat le encantan) y de interesantes desarrollos de los personajes.

Quizás algunas de las series nuevas de la próxima temporada puedan servir como sustituto de la isla y sus misterios, pero hasta septiembre no habrá modo de saberlo. Es una lástima que "Battlestar Galactica" acabara el año pasado, porque era perfecta para los fans de "Perdidos" (y hasta mejor), y si echamos la vista más atrás, tal vez podrían pasar su "mono" desempolvando las dos temporadas de la "Life on Mars" original de la BBC (repleta también de interrogantes frustrantes), "Babylon 5" y su trama planeada para cinco temporadas, "Twin Peaks" y su atmósfera inquietante, "El prisionero" (la de 1967) y su misterio seminal de muchas series actuales, o "Expediente X" y aquella Conspiración estupenda, loca y sin sentido (todo al mismo tiempo).

El domingo (o mejor, el lunes muy temprano) es muy posible que sintamos un gran estremecimiento en la Fuerza cuando se vean por última vez estos créditos. Habrá semanas en las que todo el mundo diseccione, critique y analice el último episodio, y luego empezará el recordatorio y el repaso al legado que deja "Perdidos". Pero de todo eso ya hablaremos la semana que viene.

16 mayo 2010

Ronda rápida de domingo

1.- Al final, con los comentarios sobre la cancelación de "Héroes" y "FlashForward", se nos olvidó añadir que la NBC había dado carpetazo a uno de sus buques insignia durante dos décadas, "Ley y orden". El veterano proedimental se ha quedado a una temporada de superar a "Gunsmoke" como el drama más longevo en el primetime estadounidense, pero aunque la serie original pase a mejor vida, la franquicia goza de mejor salud que la de "CSI". Además de la adaptación inglesa (que en España emite AXN con el título "Londres distrito criminal", o algo así), la temporada que viene habrá una "Ley y orden: Los Ángeles", o LOLA, una abreviatura que ya está convirtiéndose en una fuente de diversión inagotable para los periodistas especializados en televisión en USAmerica. Y, a este paso, "Ley y orden: UVE" acabará igualando las 20 temporadas de su hermana mayor, porque creo que empezarán la novena habiendo recuperado parte de la audiencia que perdieron cuando "The Jay Leno Show" los desplazó a las 9.

2.- Voy con un poco de retraso con la segunda temporada de "El mentalista", pero sigo teniendo la sensación de que los casos no están a la altura de Patrick Jane (o igual es que él los soluciona demasiado rápido). Curiosamente, a Jane le vendrían de perlas los casos que están sacándose de la manga últimamente en "Castle", bastante más retorcidos (en eso se nota la mano de los dos ex guionistas de "Medium" que trabajan ahora ahí, René Echevarría y Moira Kirland). Sin embargo, en "El mentalista" están llevando mejor la relación entre Jane y Lisbon, asentada definitivamente en el compañerismo. Pero ya sabéis que lo mío con Castle y Beckett es un poco patológico, así que no me hagáis mucho caso.

3.- Entre las series nuevas que la ABC tiene para la próxima temporada figura "Body of evidence", la culpable de que Dana Delaney tenga que dejar "Mujeres desesperadas". Leyendo su sinopsis, sobre una neurocirujana que trabaja ahora de forense, no puedo evitar que me venga a la cabeza Kay Scarpetta, la forense creada por Patricia Cornwell. Sé que esto puede acabar derivando más hacia "Crossing Jordan" (que yo no soportaba), pero soy optimista. Y otro proyecto que pinta bien, esta vez en Fox, es "Ride-along", una creación de Shawn Ryan que sigue a un grupo de policías de Chicago que investiga una trama de corrupción en el cuerpo.

4.- Los finales de temporada de la semana que viene van a ser divertidos. "Fringe" apunta a acabar como una película de superhéroes (lo que a mí no me importa lo más mínimo), es decir, por todo lo alto; me estoy imaginando el camino que va a tomar "Bones" (como siempre, gracias a una interesante, y lógica hasta cierto punto, evolución de Brennan); el final de "30 Rock" se posiciona como una completa locura aún más absurda si cabe, y el de "The good wife" va a ser intenso, intenso (y no hace falta que nos digan la orientación sexual de Kalinda, que ya ha quedado muy clara de ese modo sutil marca de la casa). Por lo menos queda el consuelo de que "Glee" llegará hasta junio. El martes, se verá el episodio dirigido por Joss Whedon y con Neil Patrick Harris de invitado especial. Por cierto, el número de Kurt de esta semana (una icónica canción del musical "Gypsy"), incluía un estupendo homenaje (otro) a la película "Chicago".

5.- Llevo una temporada que, prácticamente, lo único que veo en YouTube son entrevistas a Tina Fey. La culpa de todo la tiene ésta en "Friday Night with Jonathan Ross", en la BBC, en la que promocionaba "Noche loca". A través de los vídeos relacionados que aparecen a la derecha llegué a un breve momento en un programa francés en el que Fey y Steve Carell responden a preguntas enviadas por los espectadores. Estaría viendo entrevistas de estos dos todo el día. Por cierto, que Fey debería entrar en la categoría de "mejor risa" que las chicas de "Con series y a loco" casi instauraron para Christine Baranski.



Música de la semana: Una cosa le reconozco a "Castle", y es sacarse de la manga de vez en cuando unas selecciones musicales estupendas. Esta semana, el capítulo se abría con "Working man's blues", de Aceyalone, un rapero de Los Ángeles.

15 mayo 2010

Con pies de barro

Los ídolos con pies de barro siempre acaban cayendo. Y las supernovas, aunque alcanzan un brillo cegador, se terminan apagando. Ayer, en un frenesí de anuncios de renovaciones y cancelaciones sólo explicable por la inminencia de los upfronts, la NBC y la ABC anunciaban que dos de sus series, a priori, estrella no continuarían la temporada que viene. Ni "Héroes" ni "FlashForward" han sido inmunes a las audiencias en barrena ni a la percepción pública, y crítica, de que no estaban a la altura de las enormes expectativas suscitadas por sus estrenos. Bueno, eso ha sido en el caso de "FlashForward", porque la agonía de "Héroes" ha sido bastante prolongada. Yo la abandoné a la mitad de la tercera temporada, en la que se veía ya claramente que aquello no podía remontar y volver a las alturas de la primera parte de su primera temporada, cuando el fandom se volvió loco y llegó a decir que era mejor que "Perdidos".

La NBC se resistió la pasada temporada a cancelarla porque había sido su gran esperanza de abandonar el pozo, y supongo que pensaban que aún podían poner un torniquete que parara la hemorragia de espectadores. Pero que esta midseason no fuera capaz de aguantar la audiencia que le dejaba "Chuck" (que admitámoslo, no es estelar), ha sido la confirmación definitiva de que, como decía mi abuela, donde no hay cabeza, todo son patas. Y en esta serie, hace tiempo que cabeza, había poca, y no estaba muy claro qué pretendían hacer con todos esos personajes. Hay quien tenía esperanzas aún de que el barco pudiera reconducirse, pero un transatlántico cuesta mucho de virar.

Lo de "FlashForward" ha sido una de las grandes decepciones de la temporada, es cierto que por culpa, en parte, de unas exageradas expectativas fomentadas por la promoción hecha desde la ABC. Se veía venir que la cadena acabaría eligiendo sólo una de sus dos grandes apuestas del otoño, y al final "V" ha tenido más suerte (convirtiéndose en la primera serie que consigue aprovechar el lead-in de "Perdidos", que ya se había cargado otros años "Invasión" o "The Nine"). Ser derrotada todos los jueves no ya por "Survivor", sino también por "Bones" y, en las demográficas, además por "The vampire diaries" no era precisamente un buen augurio para esta serie que, por mucho que digáis que ha mejorado últimamente, tenía la enorme losa de unos episodios iniciales que se disolvían con la misma facilidad que una pompa de jabón.

No hace mucho, los críticos americanos hablaban sobre las series "de concepto elevado", de gran ambición temática e impulsadas por una idea espectacular, que sin embargo fracasaban porque su ejecución, que es lo que de verdad cuenta, estaba muy por debajo de lo necesario. También decían que la línea que separa la grandeza absoluta del fracaso total es mucho más fina que entre el fracaso y la mediocridad, y que a veces es preferible aspirar a la grandeza y pegártela que ir sobre seguro. Y si pretendes llegar a lo primero haciendo lo segundo, enseguida se te verán las costuras.

14 mayo 2010

A la contra en la isla

¿A quién pertenece una serie? ¿Es de los guionistas que la piensan y la escriben? ¿De la cadena que la emite? ¿De los espectadores que la siguen y la comentan? Todas estas preguntas surgen después de ver el exagerado volumen (por su cantidad, sobre todo) de las quejas y las críticas hacia "Across the sea", el antepenúltimo capítulo de "Perdidos". Algunas de ellas están fundamentadas y tienen su lógica, mientras otras (que he leído en un par de blogs estadounidenses) suenan más a pataleta aguafiestas tipo "como esto no va por donde yo quiero, es una mierda, pero sigo viéndolo para sentirme superior criticándolo". Me sorprende esta última actitud (que en "Tuned In" diseccionan mucho mejor que yo). Es muy cierto lo que dicen los directores de cine que, una vez se estrena la película, ésta ya no les pertenece y queda en manos de los espectadores que van a verla. En el caso de un episodio de una serie es un poco más difícil porque se emiten mientras la serie aún está en marcha, y su proceso es más orgánico y más vivo, sujeto a cambios y evoluciones con el correr de las temporadas.

Sin embargo, en última instancia, la serie es de sus creadores porque ellos son los que la escriben y deciden qué hacer con ella. ¿Que pueden hacer una basura desde nuestro punto de vista? Claro, pero eso tiene fácil solución: dejamos de verla y listo. Si yo todavía veo "Perdidos", por ejemplo, es porque le sigo encontrando algo. Si no, por mucho que estén en la última temporada y a tres capítulos del final, la habría abandonado si me gusta tan poco, que cada capítulo es un sufrimiento porque me parece un horror (y yo conozco gente que eso le pasó con "Galáctica" y la abandonó a pocos episodios del último). Reconozco que no están llevándola por dónde pensaba que iban a llevarla (aunque finalmente se ha confirmado que emplear nombres de filósofos naturales y sociales de la Ilustración no era casualidad), pero esta última temporada ni me parece una pérdida de tiempo ni creo que nos hayan tomado el pelo desde el principio. Sí nos han escamoteado información y, a última hora, nos han colado un "Roger Ackroyd" en toda regla, pero no me siento estafada ni engañada (a lo mejor debería hacérmelo mirar). Quizás porque no me va la vida teléfila en que me respondan a todas las cuestiones que llevan en el aire desde el principio. Es divertido teorizar e imaginar cuáles pueden ser, pero no es lo más trascendental para mí.

En esto igual yo soy la rara, porque los capítulos finales de las historias de intriga, sobre todo cuando ésta se ha extendido durante tanto tiempo como "Perdidos", siempre me parecen un bajón. Mientras el misterio se presenta y sobrevuela por ahí, estoy muy intrigada por cómo seguirá la historia y qué se sacarán de la manga para solucionarlo todo, pero en el momento en el que esa solución empieza a desvelarse, la magia se pierde inevitablemente (es la historia de Eros y Psique una y otra vez). Quizás por eso, mi libro favorito de "El Señor de los Anillos" es el primero, "La comunidad del anillo", en el que todo está aún por descubrir.

Ya sé que todo esto depende mucho de tu punto de vista, de la relación que hayas establecido con la serie desde el principio y yo que sé cuántas cosas más. Depende de la importancia que le hayas concedido y de las expectativas que tengas. Hace ya tiempo que yo opté por dejarme llevar y disfrutar del camino, sabiendo que "Perdidos" es una serie de interrogantes, y no de respuestas. Su mezcla de referencias literarias, de la cultura popular, mitológicas, místicas, filosóficas y psicológicas sólo se había visto antes en el cine, en "Matrix", que añadía además referencias informáticas, y con la que "Perdidos" comparte su querencia por los espejos y "Alicia en el País de las Maravillas". A esa trilogía se le hicieron las mismas críticas que se le hacen ahora a la serie (conste que las dos secuelas no me convencieron nada), y ésta atraviesa el mismo camino con los fans que atravesó "Galáctica" en sus últimos diez episodios. Pero como bien decían en esa serie (y se insinuó en el último episodio de "Perdidos"), todo esto ya ha pasado antes y volverá a pasar otra vez.

13 mayo 2010

La diana del Emmy

El próximo 8 de julio, Joel McHale y Sofía Vergara, protagonistas de "Community" y "Modern family", dos de las comedias nuevas de la temporada, leerán los nominados a la próxima edición de los Emmy, que este año se entregarán el 29 de agosto. Con el anuncio de los dos presentadores, podemos decir que ya es oficial que estamos en plena campaña para que cadenas, guionistas y actores elijan a qué categorías quieren presentarse (recordemos que cuesta dinero hacerlo) y qué episodios van a mandar a los votantes para que los tengan en consideración. También empiezan las primeras especulaciones sobre hipotéticos candidatos, en especial entre los estrenos de la temporada, incluyendo esa especie de tradición no escrita que dice que, todos los años, alguno de los actores que lee las nominaciones acaba incluido en ellas, y a veces hasta los dos. El año pasado, por ejemplo, creo que tanto Jim Parsons como Chandra Wilson leyeron sus propios nombres entre los candidatos a los Emmy.

Desconozco las opciones que McHale y Vergara pueden tener de vivir una situación parecida (hablando esta mañana con @x_rosetyler_x por Twitter, quedamos en que el último puesto en los nominados a mejor actor de comedia podría estar entre él y Matthew Morrison por "Glee"), pero no sería descartable. "Modern family" parte ahora con más opciones de figurar más preminentemente en los Emmy de lo que lo hizo en los pasados Globos de Oro, cuando el fenómeno "Glee" estaba en todo su apogeo, y siendo en el fondo una sitcom familiar clásica, creo que tiene más opciones que "Community". Lo de sus actores es más difícil de aventurar porque, además, parece que todos han elegido participar en las categorías de secundarios, y a lo mejor acaba habiendo superpoblación (o se incrementan las opciones de unos pocos, como Ty Burrell, Ed O'Neill y la propia Sofía Vergara). En cuanto a "Glee", me parece que se aleja un poco de los gustos de los Emmy, y no sería raro que "Cómo conocí a vuestra madre" y "The Big Bang theory" se colaran entre las candidatas a mejor comedia. Ya sabéis que, en los Emmy, lo difícil es meter la cabeza. Una vez que lo has hecho, es casi seguro que te seguirán considerando en los años posteriores.

En cuanto a los dramas rookies, no se puede decir que haya mucho donde escoger, teniendo en cuenta que pocos han resistido la temporada completa. ¿Podrá "Parenthood" arañar alguna nominación, posiblemente para alguno de sus actores? ¿Repetirá Julianna Margulies la candidatura de los Globos de Oro, y su premio a mejor actriz dramática, por "The good wife? ¿Le acompañará algún compañero en los apartados de secundarios, ya sean Archie Panjabi, Christine Baranski o hasta Chris Noth? ¿Podrá esta vez John Noble superar la barrera del género de "Fringe" y ver reconocido su enorme trabajo como Walter Bishop? ¿Seguirá el cable dominando en todas las categorías? ¿Le valdrá a Hugh Laurie el doble episodio de inicio de la sexta temporada de "House" para llevar un Emmy que se le escapa? ¿Algún drama logrará hacerle sombra a "Mad Men"? ¿Y romperá David Simon con "Treme" su mala suerte en estos premios?

P.D.: Me resigno a no ver jamás en los Emmy a Kyle Chandler y Connie Britton por "Friday Night Lights". Y si Mariska Hargitay, por ejemplo, logra siempre estar nominada por "Ley y orden: UVE", no veo por qué Nathan Fillion no puede estar nominado por "Castle" o Emily Deschanel por "Bones". Ya no digo que vayan a ganar, pero serían un soplo de aire fresco, y un pequeño reconocimiento a interpretaciones más sutiles y con menos hype.

12 mayo 2010

De memes, evoluciones y actores gays

1.- El nuevo blog de Alan Sepinwall tenía ayer una entrevista muy interesante con Bill Lawrence, showrunner de "Cougar Town". Sepinwall dice que ha sido una de las series que más drásticamente ha cambiado en la segunda mitad de su primera temporada, y Lawrence cuenta algunas razones detrás de ese cambio, explicando, por ejemplo, que los guionistas siempre se pasan los seis primeros capítulos de una serie intentando discernir qué funciona y qué no, para quedarse sólo con los que ellos creen que son sus puntos fuertes. Para él, resultaba más interesante convertir la comedia en algo más coral y absurdo y olvidar un poco la premisa inicial, y el caso es que casi me ha convencido para añadirla a mi lista de pendientes para el verano. Tendrá que competir por un hueco seguramente con la cuarta temporada de "The Wire", "Chuck" y "Treme" (y con los estrenos estivales).

2.- Estas últimas semanas, dos polémicas absurdas han estado dando vueltas y más vueltas por la blogosfera. Las dos tienen de fondo la homosexualidad, una referida al fútbol y la otra a los actores gays que interpretan personajes heterosexuales. Si la primera saltó por una foto fuera de contexto tomada a la salida del entrenamiento del Barcelona, la segunda lo hizo a raíz de este artículo de "Newsweek" que usaba de excusa una crítica al reestreno en Broadway del musical "Promises, promises", que adapta la película "El apartamento". El objeto de dicha crítica era Sean Hayes, su protagonista, un actor homosexual que para el autor del artículo ejemplifica por qué los intérpretes gays no son convincentes dando vida a heterosexuales. Ni qué decir tiene que la polvareda que ha levantado ha sido intensa (iniciada por una punzante carta de protesta de la compañera de Hayes en el musical, Kristin Chenoweth, a la que respondió después el propio periodista de "Newsweek", Ramin Setoodeh).

Vaya por delante que Setoodeh lleva razón en que la situación en Hollywood para los actores homosexuales no parece haber cambiado demasiado desde la época de Rock Hudson (y como de costumbre, no ha debido cambiar nada en el caso de las actrices), pero no creo que ser abiertamente gay (y que el público lo sepa) incapacite a un actor para interpretar a un heterosexual. Por mucho que al articulista no le parezca así, Jonathan Groff es más que convincente como Jesse St. James, "el terror de las nenas", en "Glee", y Neil Patrick Harris está simplemente sensacional como el mujeriego Barney en "Cómo conocí a vuestra madre". Depende del talento del intérprete (y de la química que tenga con sus compañeros de reparto) "vender" ese personaje de un modo convincente. Nadie se queja, por ejemplo, de que Dianna Agron interprete en "Glee" a una chica muy cristiana, con colgante de cruz al cuello incluido, siendo judía (vale que Quinn era así sólo al principio). De todos modos, siempre me ha resultado muy significativo que la serie con menos prejuicios raciales y sexuales de los últimos años sea "Doctor Who".

3.- De repente, en cuestión de días, nuestra burbuja blogueril se ha llenado de memes de todas clases y colores. Los hay que nos piden que digamos qué series, que antes nos encantaban, ya no nos gustan, otros se escoran más hacia las que hemos dejado de ver y, finalmente, ha llegado otro cuyo objetivo son aquéllas que criticábamos sin parar o que siempre dijimos que nunca veríamos, para luego empezar a seguirlas y acabar enganchados (y tener que comernos nuestras palabras). Es casi un cliché que "Los Simpson" y "Cómo conocí a vuestra madre" estén en casi todas las entradas que siguen el primero (ya me dedicaré a llevar la contraria cuando Ted y compañía acaben la temporada), y también resulta muy común que "Friday Night Lights", "Buffy, la cazavampiros", "Doctor Who" y "Bones" figuren prominentemente entre los que siguen el último. Lo cierto es que, paradójicamente, a mí no se me ocurre qué poner en ninguno de ellos. En cuanto una serie ya no me gusta, dejo de verla (¿para qué sufrir?), pero sí es cierto que hay series que empecé a ver un poco por probar, sin casi expectativas, y que luego me gustaron mucho. "Life" es una de ellas, o "Parenthood" esta temporada, o "Cinco hermanos" y "Ugly Betty" en su momento (aunque éstas dos se han quedado en el limbo, por desgracia).

11 mayo 2010

Instantáneas de una temporada

En estas dos últimas semanas de mayo vamos a asistir a los finales de temporada de casi todas las series del otoño y de la midseason. A partir del día 17 empiezan los upfronts, y casi podemos decir que la temporada televisiva se da por terminada. De estos nueve meses de series y realities (para quienes os hayáis enganchado a ellos) se pueden extraer muchas conclusiones, decepciones, sorpresas, ganadores y perdedores, y también algunos momentos que se han quedado en nuestra memoria teléfila. Se pueden recopilar unos pocos ahora, antes de que lleguen los finales de temporada (y de serie, como es el caso de "Perdidos") y eclipsen todo lo bueno que puede haber venido antes. Así que, a continuación, os dejo unos momentos televisivos de esta temporada 2009/10 que no son ni los más representativos, ni seguramente los mejores, sino aquéllos que yo recuerdo como que me llamaron más la atención entonces. ¿Cuáles serían los vuestros, si los tenéis?

- La presentación que hace Cameron de Lily, a los sones de "El rey león", en "Modern family".

- "Don't rain on my parade" en "Glee". Eso es un showstopper de libro.

- La primera vez que vemos alternativamente al cylon y a Zoe en "Caprica".

- El accidente de coche con el que empieza la segunda temporada de "Fringe".

- La conversación entre Booth y Brennan que cierra el capítulo 100 de "Bones".

- La rueda de prensa inicial de Peter Florrick en "The good wife".

- La grabación de los títulos de crédito de "Dealbreakers" y la cámara de alta definición en "30 Rock".

- Las víctimas del asesino "chupasangre" en "Medium".

- La primera transformación del humo negro en "Perdidos".

- Los dos visitantes inesperados en casa de Matt Saracen en "Friday Night Lights".

- La "celda" de Greg en el psiquiátrico al empezar la sexta temporada de "House".

- La venganza de Sierra del hombre que la convirtió en "muñeca" en "Dollhouse".

- La apertura de las puertas de la lancha al llegar a Peleliu en "The Pacific".

Y de los que me acordaré en cuanto pinche el botón "Publicar entrada"...