30 noviembre 2016

El orden de "Star Wars"


En poco más de dos semanas, Lucasfilm inicia realmente su plan para expandir la franquicia de "Star Wars" todo lo que pueda. El estreno de "Rogue One" da inicio a esas historias de antología con las que se quiere llenar el espacio entre los episodios de la saga principal, de tal manera que haya una película de este universo todos los años durante los próximos cinco. Son el nuevo universo expandido de la saga, desarrollado en cine y televisión en lugar de en libros y cómics (aunque también estén publicando unos cuántos de ellos), y siempre existe la tentación de que alguien se anime a sumergirse por primera vez en él con una de las nuevas películas.

Porque "Rogue One" parece lo suficientemente independiente como para que ese pueda ser el caso. Si se mueve por el lado de misión bélica que proponía su primer trailer, puede atraer a nuevos fans a "Star Wars", y algunos de ellos pueden sentir la tentación de ponerse al día con el resto de historias. Que últimamente parece ser algo que está muy de moda cada vez que vuelve a la actualidad alguna de estas franquicias. Cuando se estrenó "El despertar de la Fuerza", por ejemplo, hubo quienes se vieron las seis películas anteriores para no ir al cine sin distinguir a Chewbacca de Maz Kanata.

Para los que estén pensando ponerse en plan completista y empaparse de todas las cosas de "Star Wars" que puedan ante de que llegue "Rogue One", vamos a ofrecer un visionado en orden cronológico de todas las películas y las series de televisión (menos aquellas animadas de los ewoks y los droides, que no aportaban gran cosa). Conste que es orden cronológico según la historia que cuentan, porque en realidad, la iniciación en este universo siempre debe hacerse por la trilogía original de George Lucas, da igual que sean los episodios IV, V y VI. Las precuelas asumen que sus espectadores las han visto. Dejando eso de lado , ésta es la línea temporal de la saga "Star Wars", sólo en cine y televisión.

- "La amenaza fantasma": El principio de la historia de Anakin Skywalker, cuya sombra se nota en toda la franquicia.

- "El ataque de los clones": Aquí empieza el principio del fin de la República Galáctica.

- "The Clone Wars": Hay dos series de animación con este título, una breve de 2003 y otra de 2008. Las dos se centran en las Guerras Clon que se ven al final del episodio II.

- "La venganza de los Sith": Aquí vemos el ascenso del Imperio.

- "Star Wars Rebels": Otra serie de animación, que cuenta los primeros momentos de la formación de la Alianza Rebelde.

- "Rogue One": La misión para robar los planos de la Estrella de la Muerte que se menciona en el episodio IV.

- "La guerra de las galaxias" : El arranque de la historia de Luke Skywalker.

- "El Imperio contraataca"

- "El retorno del jedi": La victoria de los rebeldes sobre el Imperio.

- "El despertar de la fuerza": Varias décadas desde el final del episodio VI, ahora seguimos a Rey y la lucha contra una misteriosa orden malvada.

A partir de aquí tienen que estrenarse la película de antología sobre la juventud de Han Solo y los episodios VIII (previsto para el año que viene) y IX. Pero ya hablaremos de ellos cuando podamos verlos.

29 noviembre 2016

El lío de los derechos

 
Si ayer pasasteis algo de tiempo en Twitter, veríais a bastante gente comentando la entrada en funcionamiento de HBO España, el servicio de VOD de la cadena que, hasta ahora, sólo estaba funcionando en Estados Unidos y en Escandinavia. A lo lago del día se sucedieron los análisis de su catálogo, de sus puntos fuertes y débiles, de las series imprescindibles que ver y, por supuesto, de su posición frente a la competencia de Netflix, y también empezaron a aparecer las opiniones de quienes se registraban para ir probando su funcionamiento. Entre las quejas porque aún no hay app de Smart TV habilitada (y no os emocionéis, que sólo será para Samsung), quienes intentaban averiguar qué series van al día con Estados Unidos y los que se buscaban las excusas más peregrinas para no pagar y seguir bajándose series como hasta ahora, apareció un tema que siempre surge y que siempre lleva a confusión, como es el de los derechos de distribución internacional.

Realmente, no es raro que el asunto sea confuso, porque es un verdadero jaleo. El público general sólo se da cuenta de que, por ejemplo, "The Flash" sólo tiene las dos primeras temporadas en HBO España, mientras "Supergirl" y "Legends of tomorrow" siguen la emisión de The CW, o que en Yomvi no están todos los capítulos de la temporada de una serie que Movistar Series justo acaba de emitir. ¿Por qué no está disponible en su servicio de VOD la temporada completa? La respuesta siempre es la misma, es una cuestión de derechos. Netflix se está gastando un dineral no sólo en producir sus series (en realidad, en comprárselas al estudio que las produce), sino que tiene que pagar también los derechos de distribución en todos sus territorios. La gran queja cada vez que hay nuevas temporadas de "House of cards" u "Orange is the new black" es por qué Netflix España no las incluye en su momento; pues porque Sony y Lionsgate, respectivamente, tenían en su momento libertad para vender los derechos internacionales de esas series a quien quisieran. Para el revival de "Las chicas Gilmore", Netflix ha tenido que comprarle a Warner los derechos de distribución tanto en Estados Unidos como internacionalmente, si quería estrenar en todos sus territorios al mismo tiempo.

No hay un único epígrafe que lo englobe todo. Para que , por ejemplo, "This is us" se vea fuera de Estados Unidos tiene que haber una cadena en España que la compre, pero si quiere llegar al mayor número de espectadores posible, no puede quedarse sólo en los derechos de emisión lineal (la televisión convencional). Tiene que comprar también los de emisión en servicios de VOD, y si quiere que su audiencia pueda ver la temporada completa, tiene que adquirir también esos derechos específicos (stacking rights, se llaman). En el caso de HBO España y "The Flash", es muy probable que TNT tenga los derechos de la primera emisión en España (la tercera entrega se estrena el viernes) y que la plataforma de VOD se haya quedado con los de la temporada completa, una vez se ha visto en el canal de pago.

Hay un montón de especificaciones, cláusulas y modificaciones ajustadas a los diferentes hábitos de consumo que considerar cuando se compra una serie para su emisión internacional. El precio se encarece cuantos más derechos se compran, y cuanta más exclusividad se prefiere, y el resultado final puede ser un rompecabezas para los espectadores de fuera de Estados Unidos.

27 noviembre 2016

Las últimas palabras de las chicas Gilmore


ALERTA SPOILERS: Si no habéis visto "Las 4 estaciones de las chicas Gilmore", título español de ese "Gilmore girls: A year in the life" de Netflix, no sigáis leyendo.

Desde que "Las chicas Gilmore" fue cancelada en 2007, cada vez que Lauren Graham o su creadora, Amy Sherman-Palladino, daban alguna entrevista, eran preguntadas siempre por las mismas dos cosas: sí habría una continuacion en formato película, y cuáles eran esas cuatro últimas palabras que Sherman-Palladino decía que siempre había tenido en mente para acabar la serie. Con el revival en Netflix ya sabemos cuáles son, y de hecho, muchas de las críticas aparecidas este fin de semana de "Gilmore girls: A year in the life" se centran en esa escena final, en la que Rory y Lorelai intercambian esa conversación de cuatro palabras:

- "Mamá".
- "¿Sí?"
- "Estoy embarazada".

Y abrid paso a las elucubraciones sobre quién es el padre, qué va a hacer Rory a partir de ahora y si esto deja en suspenso el futuro de la serie más allá de estos cuatro episodios especiales. Realmente, ese anuncio de Rory en un punto y final bastante definitivo. La serie cierra el círculo abierto ya antes de su piloto, con la hija contemplando la posibilidad de ser madre soltera como su propia progenitora, pero sin ser una adolescente, sino una mujer adulta que, es verdad, atraviesa una crisis existencial. Hasta Lorelai menciona explícitamente esa sensación de círculo cerrado cuando le pide dinero a Emily para expandir el Dragonfly Inn.

Muchas de las cosas que Rory hace en el último episodio, "Fall", adquieren una nueva dimensión al saber que espera un hijo, sobre todo la conversación con su padre. ¿Busca ahí la justificación para no decírselo a Logan (no, dejaos de teorías locas, el padre es Logan, claramente)? ¿Es también su insistencia en escribir el libro que le sugiere Jess una manera de afrontar que ella misma va a ser madre? No han faltado las acusaciones de que Rory se comporta de una manera un poco egoísta al confesarle su embarazo a su madre justo en el día en el que ésta se casa, por fin, con Luke, pero Rory siempre ha sido un poco egocéntrica en ese aspecto. Y eso es lo que da a "Las chicas Gilmore" su toque feminista.

En Vulture apuntaban hace unos días que Paris Geller merecía ser reivindicada por su frustración constante por no ser mejor, por su ambición y por su impaciencia con quienes consideraba que no estaban a su altura. "Las chicas Gilmore" nunca intentó suavizar su carácter (también porque sacaba de ahí algunos de sus momentos más divertidos), del mismo modo que nunca quiso limar los defectos de las tres mujeres Gilmore. Emily puede ser muy cruel, Lorelai, demasiado cabezota y Rory está demasiado absorta en sus problemas, por ejemplo, y aunque fueran las protagonistas, no eran perfectas. La independencia de Lorelai a la hora de sacar adelante su vida no era lo más feminista de la serie, sino que nunca perdió de vista la necesidad de crear personajes tridimensionales, que no fueran proyecciones del ideal de perfección de los hombres en sus vidas. Y, como tales, metían la pata, se portaban mal con algunas personas y resultaban frustrantes a veces.

El revival deja bien claro eso, aunque podamos ponerle pegas por la excesiva duración de sus capítulos o algunas digresiones que no van a ninguna parte, pese a que tener en el mismo segmento a Christian Borle, Sutton Foster y Carole King nunca es una pérdida de tiempo. Y es esa exploración de la crisis vital de las tres mujeres Gilmore, impulsada en parte por la muerte de Richard, lo que le otorga su interés a la historia. Y ahora, desempolvemos aquellas viejas revindicaciones de que Lauren Graham siempre mereció una nominación al Emmy por esta serie.

Música de la semana: Otra cosa que regresa a Stars Hollow es ese músico callejero que se veía a menudo cantando en las transiciones entre escenas, y una de las canciones que versiona es "Valley Winter Song", de Fountains of Wayne.

25 noviembre 2016

Héroes contra alienígenas



The CW se ha convertido esta temporada en la cadena de los superhéroes. Con la mudanza desde CBS de "Supergirl", el canal ha reunido bajo su techo a las cuatro series de Warner/DC producidas por Greg Berlanti, y sólo era cuestión de tiempo que llegara un crossover que las integrara todas. O, mejor dicho, que integrara a Supergirl en el universo de las otras tres, en las que es habitual que haya visitas de unos personajes a otros y menciones a Barry Allen en "Legends of tomorrow", por ejemplo. Al ser la nueva, y la que había emitido su primera temporada en otro canal, este evento que arranca el próximo lunes sirve para presentar a Kara Danvers a los espectadores de The CW que todavía no le hubieran dado una oportunidad.

Pero "Invasion!", que es el título que se ha dado al supercrossover, no sólo da oficialmente la bienvenida a "Supergirl" al flarrowverso, sino que también puede tentar a esos espectadores que no siguen todas estas series (sino sólo "The Flash", probablemente); si se animan a ver los cuatro episodios del arco de la invasión de los Dominadores, a lo mejor acaban dando una oportunidad a otro superhéroe que no sea el que ven todas las semanas. O a lo mejor no es el caso, pero sí que se ha vuelto más o menos común leer por Twitter a gente a la que le ha picado la curiosidad este evento "Heroes vs Aliens", y que se pregunta si podrá verlo si no está al día con todos estos superhéroes de The CW. Es altamente probable que pueda disfrutarse como un arco independiente, pero para los "vírgenes" de este universo que no quieran perderse, hay unas cuantas guías y previas que explican las conexiones entre todos estos títulos, que tienen en común esa producción conjunta de Greg Berlanti.

Entertainment Weekly hizo una clara explicación al principio de esta temporada, cuando empezaron a conocerse detalles de "Invasion!", y en Cultura en cadena tienen un orden de visionado muy exhaustivo de todas las series, para los más completistas, pero es verdad que no hace falta estar al tanto de todo lo que ha pasado desde la primera temporada de "Arrow" para poder ver el crossover, o no lo parece. Sin embargo, es verdad que resultará más divertida esa experiencia si estamos familiarizados con algunas cosas básicas que unen las cuatro series del berlantiverso, y que se pueden apreciar viendo apenas un puñado de episodios, que dan para un visionado ligero y divertido de fin de semana. En ¡Vaya Tele! hicimos una versión un poco más amplia de ese listado, pero lo realmente mínimo es esto (o podría decirse que es esto; seguramente haya alguno de vosotros que considere que la lista esa muy corta o incompleta).



El primero de esos capítulos imprescindibles (si decidimos hacer los deberes antes de la llegada de los Dominadores) es "The scientist", el capítulo 2x08 de "Arrow", en el que conocemos por primera vez a Barry Allen. Todavía es sólo un técnico forense, que va a Starling City a trabajar en un caso, y allí entra en contacto con Oliver, Felicity y el resto del equipo. Cuando reciba el impacto conjunto del rayo y la explosión de energía del acelerador de partículas de Central City, Barry recurrirá a Oliver para que le aconseje sobre cómo empezar a ser Flash. Ahí entran los siguientes dos capitulos de la lista, "Flash vs Arrow" (1x08 de "The Flash") y "The brave and the bold" (3x08 de "Arrow"), el primer crossover entre ambas series, motivado por un metahumano que huye de Central City a Starling City.

Desde ese momento, no es raro que haya referencias cruzadas entre los dos títulos, o que algunos personajes de una se pasen por la otra. Barry y Felicity, por ejemplo, son amigos, y Flash y Green Arrow recurren a la ayuda del otro si se ven en problemas. Pero ambos están en el mismo universo, y para que "Supergirl" se integre en todo esto (porque se encuentra en otro universo alternativo) es necesario presentar, primero, el multiverso. Ahí viene el episodio "Welcome to Earth-2" (2x13 de "The Flash"), en el que Barry y Cisco viajan a Tierra 2, uno de esos múltiples mundos alternativos creados ya en las páginas de los cómics. Esa capacidad de Flash de, en determinadas situaciones, desplazarse a otras Tierras, justifica el crossover con "Supergirl" en "Worlds finest" (1x18 de esa serie, y que transcurre, en realidad, durante los cinco primeros minutos del 2x18 de "The Flash", "Versus Zoom"), y va a ser importante para el evento a cuatro bandas.

Y, en realidad, con esos cinco episodios está todo listo. Se puede añadir el piloto doble de "Legends of tomorrow", para que sepamos quiénes son, pero no es estrictamente necesario. Lo que tenemos que saber es que Oliver Queen y compañía han colaborado más veces con Barry Allen y sus amigos, y que algunos de los secundarios que han aparecido en sus series se reunieron para formar esas Leyendas del Mañana. Sólo Barry conoce a Kara Zor-El, sin embargo, porque sólo él, con su supervelocidad, tiene la capacidad para cruzar a las otras Tierras. Y ya estamos preparados para verlos a todos en acción contra esos alienígenas Dominadores en los que sería muy raro que los responsables de las series no colaran alguna referencia a los daleks de "Doctor Who".

24 noviembre 2016

Una ametralladora de palabras


Cuando se estrenó "Bunheads", la serie que Amy Sherman-Palladino hizo para Freeform (entonces, ABC Family) sobre una escuela de danza en un pueblo de California, aparecieron algunos artículos en webs estadounidenses que comentaban una de las características más destacadas de la escritura tanto de esa serie como de "Las chicas Gilmore": la velocidad a la que hablan sus protagonistas. Lo hacían apuntando que, en esas series, que Lorelai o Michelle hablaran a mil por hora, encadenando referencias variadas, chistes y diferentes ideas, aparentemente contradictorias, no sólo era una decisión estilística, sino que aportaba un punto de vista sobre sus personajes. Todos ellos hablaban tanto para, paradójicamente, evitar las conversaciones que no querían tener.

Las cenas de los viernes en casa de Richard y Emily Gilmore adquieren una nueva dimensión vistas desde esa óptica. La propia Emily acusa en numerosas ocasiones a su hija de desviar la conversación con sus bromas ingeniosas, y así posponer la charla con su madre que sabe que, con toda probabilidad, acabará en reproches, pero la matriarca Gilmore también utiliza la misma táctica cada vez que, por ejemplo, entra en liza la Lorelai original, que es la madre de Richard. Y Rory evita igualmente hablar con su madre de Logan. La verborrea sin control es un arma defensiva.

Eso es en las historias de Amy Sherman-Palladino (en las que, por lo tanto, cualquier silencio o pausa acaba siendo mucho más relevante), pero no es la única cuyos personajes hablan a la velocidad del rayo. Lo hacen los de Aaron Sorkin (algo que está destilado en su esencia en la escena inicial de "La red social") como signo de la velocidad a la que trabajan sus cerebros, y lo hacían los personajes de "Pushing daisies", de Bryan Fuller, más como una opción de estilo que otra cosa. En aquella serie no había nada dejado al azar, ni los colores de los decorados ni los vestuarios ni, por supuesto, los diálogos, que no sólo llevaban una velocidad notable y constante, sino que estaban trufados de juegos y combinaciones de palabras que estaban ahí sólo porque sonaban bonitos, del mismo modo que se optaba por algunos encuadres sólo porque resultaba placentero verlos.

De hecho, a veces no se presta suficiente atención al sonido de los diálogos y a cómo contribuye a crear la atmósfera de la serie. Los insultos de Al Swearengen y los especiales giros que utilizaban los personajes de "Deadwood" resultaban fundamentales en la construcción de su mundo, del mismo modo que lo hacía la ininteligible jerga de las calles de Baltimore en "The Wire" o la mezcla de inglés y español de algunos de los personajes portorriqueños de "The get down", por ejemplo. Si las Gilmore no hablaran como si las acabaran de sacar de una película de Howard Hawks, no serían las Gilmore.

22 noviembre 2016

Las extrañas parejas de detectives


Hay un gran cliché en las series de televisión que giran alrededor de la resolución de misterios, y es que sus protagonistas suelen ser genios excéntricos y peculiares. En El País hacen hoy un repaso por esos personajes y resulta realmente curioso darse cuenta de la gran cantidad de investigadores un poco peculiares, por decirlo de algún modo, que las protagonizan, casi todos siguiendo el molde de Sherlock Holmes, su misantropía y drogadicción (y llevando el extremo al personaje de Conan Doyle, que no es tan excéntrico como los retratos que hacen de él Benedict Cumberbatch y Jonny Lee Miller, por ejemplo). Parece que si no hay un tipo como el Vincent D'Onofrio de 'Ley y orden: Acción Criminal' (o como Hercule Poirot, que usaba sus peculiaridades de extranjero en Inglaterra a su favor), la serie no llama la atención de nadie.

Lo que es todavía más curioso, y es algo que ya hemos comentado otras veces, es la tendencia a que ese investigador estrafalario tenga una compañera que es la seria, la que teóricamente tiene que controlar sus tendencias más alocadas. El caso más extremo podía ser el de "Monk" con sus cuidadoras, pero ese dúo está presente hasta en "Expediente X", donde Mulder y Scully se repartían los papeles del creyente (el excéntrico) y la escéptica (la seria). Pensad en cualquier procedimental actual protagonizado por un hombre y una mujer y encontraréis, casi con total seguridad, un ejemplo de estas extrañas parejas. Quizás sólo se salte la norma "Ley y orden: Unidad de Víctimas Especiales", porque los detectives Benson y Stabler eran igualmente intensos.

"Life", "Castle", "El mentalista", la ya mencionada "Ley y orden: Acción Criminal" (donde D'Onofrio y Jeff Goldblum estuvieron emparejados con Kathryn Erbe y Julianne Nicholson), "Perception", "Elementary", "Monk" ... Ésas pueden ser las series más mencionadas al comentar esta tendencia, y de vez en cuando se da la circunstancia inversa, con ellas como las "raras" y ellos como los profesionales, tipo "Bones" o hasta "In plain sight", donde se cambiaban las excentricidades por una personalidad muy marcada. Las variaciones de estas series de casos con una pareja protagonista (que también puede ser del mismo sexo, y no tiene por qué tener subtexto romántico) son, aunque no lo parezca, muy numerosas, porque si no se sigue el molde de Holmes, se puede seguir el de "Arma letal", por ejemplo, y personajes excéntricos pueden crearse muchos.

El truco, como en todo, está en la ejecución. "Life", por ejemplo, le dio a sus protagonistas más matices, algo que "El mentalista" nunca supo hacer del todo con Theresa Lisbon, o se optaba por el humor más abierto de las primeras temporadas de "Bones". Puede parecer un recurso un poco facilón entregar el protagonismo de un procedimental a un hombre excéntrico y a una mujer seria (y lo es, en parte), pero la cuestión está en ver cómo evolucionan ambos personajes, y si los misterios que resuelven realmente están a la altura del gran intelecto (o supuesto gran intelecto) del genio.

20 noviembre 2016

Diez cabeceras de 2016

Por estos lares hemos arrancado los resúmenes de 2016 un poco antes de lo previsto, todavía en noviembre, pero así no llegamos a diciembre hartos de haber leído la enésima lista de los mejores pasos a publicidad del año, o lo que sea. Hace unos días repasamos ocho dúos seriéfilos memorables, y ahora  llega el turno de las cabeceras, que es uno de mis repasos favoritos. En verano ya hicimos una preselección de cuatro secuencias iniciales (con "22/11/63", "El infiltrado", "Las crónicas de Shannara" y "Vinyl"), así que las vamos a dejar fuera de esta lista. Porque hay material de sobra para elegir esas diez.

"Westworld"



La primera tenía que ser, claramente, la de la adaptación de HBO de la película de Michael Crichton de los años 70. La música corre a cargo de Ramin Djawadi, que ya colaboró con Jonathan Nolan en "Person of interest", y en la secuencia vemos la construcción de los robots del parque. Y alguna que otra pista de cosas que iremos viendo en los episodios.

"Luke Cage"



El aire de la blaxpoitation de los 70 y la ambientación en Harlem quedan perfectamente reflejados en la cabecera de "Luke Cage", dominada por un tono dorado que se traslada a la misma serie. Los responsables de la banda sonora, con algún toque también de hip-hop, son Adrian Younge y Ali Shaheed Muhammad, de la banda A Tribe Called Quest.

"The night of"



El remake de HBO de la británica "Criminal justice" ha tenido una concepción accidentada (tendría que haber sido la primera serie de James Gandolfini después de "Los Soprano", pero murió poco después de rodar el piloto), pero su emisión en verano convenció a buena parte de la crítica. Su cabecera, con música de Jeff Russo, repasa los elementos de ese asesinato por el que es detenido un chico que no recuerda nada de aquella noche.

"Stranger things"



El homenaje al cine fantástico de los 80 de esta serie de Netflix está muy presente ya en sus títulos de crédito, sobre todo de las películas de John Carpenter y, en concreto, de "La cosa". Los encargados de la banda sonora son Kyle Dixon y Michael Stein, miembros de una banda de música electrónica llamada S U R V I V E.

"The Crown"



Que Netflix no ha reparado en gastos en su serie sobre el principio del reinado de Isabel II de Inglaterra se nota directamente en sus títulos de crédito, con música solemne de Hans Zimmer. Los créditos, además, muestran el engarzado de la corona en cuestión.


"The young Pope"



La cabecera de "The young Pope" ya deja muy claro que la serie no es, en absoluto, lo que podríamos esperar, con esa estrella de Belén que se convierte en meteorito según el Papa pasa por delante de todos esos cuadros. La sintonía es una versión instrumental de "All along the watchtower" de Devlin.

"Preacher"



Dave Porter, encargado de la música de la serie de AMC, le da al tema principal de "Preacher" un tono de música country y religiosa que es la mezcla perfecta para el personaje de Jesse Custer, con imágenes muy específicas para cada uno de los nombres de los actores. Es breve, pero efectiva.

"Paquita Salas"



La sorpresa en España la ha dado "Paquita Salas", la comedia de Flooxer sobre una representante de actores en horas bajas. Su cabecera, con una canción de Alberto Jiménez (de Miss Cafeína), recuerda esa época dorada de los 90 para Paquita, con los programas de variedades de Antena 3 y los Goya.

"Nobel"



Esta serie noruega sobre hasta dónde se puede llegar para conseguir la paz (por métodos militares) tiene una cabecera muy sugerente cuya canción, "The sea", es obra de ARY, una de las principales promesas de la escena musical del país escandinavo.

"Crazy ex-girlfriend"



Como la segunda temporada tiene a Rebecca Bunch en otra situación diferente, la serie ha cambiado su sintonía hacia algo más de musical de Busby Berkeley, y que demuestra el talento de Rachel Bloom y compañía para extraer chistes y comentarios sobre sus personajes con sus canciones.

Se han quedado fuera, porque no estaban disponibles, las cabeceras de "Queen Sugar", la serie de Ava DuVernay (con un tema de Meshell Ndegeocello que también ha sonado en "Black Mirror"), y de "Marte", la docuserie de National Geographic sobre la exploración del planeta rojo, compuesta por Nick Cave y Warren Ellis.

Música de la semana: La era del Peak TV lleva a que haya un montón de series que renuevan por nuevas temporadas sin que hayamos oído nunca hablar de ellas. Una bien puede ser "Berlin Station", de EPIX, serie de espías en Berlín que utiliza de sintonía una canción que bien puede ser de las mejor elegidas este año: "I'm afraid of americans", de David Bowie.

18 noviembre 2016

Las justicieras del campus


Desde hace unos años, las agresiones sexuales en los campus universitarios estadounidenses centran una parte importante de los discursos sociales en el país. Además de los documentales "The hunting ground" o "Happy Valley", series como "The good wife", "Veronica Mars" o "The newsroom" (con un episodio que fue bastante controvertido) han dedicado capítulos a casos de violaciones en las universidades y, sobre todo, a la respuesta que esas instituciones dan a dichos casos. Con el escándalo de Nate Parker, director y protagonista de "El nacimiento de una nación", burbujeando en esta carrera de los Oscar, que llegue una serie a MTV centrada justo sobre este asunto parece ser el remate de todo. Y también puede representar un gran problema para ella si no sabe tratar adecuadamente un asunto muy complicado y sensible.

La serie en cuestión se llama "Sweet/Vicious" y sigue a dos chicas que se conocen fortuitamente en el campus. Una de ellas, Jules, es una joven que pertenece a una hermandad y que parece el arquetipo de la joven rubia superficial pija de una película juvenil, si no fuera porque, por las noches, se disfraza de ninja y se dedica a dar palizas a chicos que han agredido sexualmente a alguna universitaria y no han recibido ningún castigo por ello. La otra protagonista, Ophelia, es una hacker que vende marihuana y que se topa con Jules en una de sus misiones. Y por cuestiones que no vamos a desvelar aquí acaban formando su propio dúo a lo Batman y Robin.

Porque el truco de "Sweet/Vicious" está en esas referencias a las historias de superhéroes y justicieros enmascarados y en el tono de comedia negra que lo preside todo, y que puede ayudarle a superar una premisa que, como ocurría con "Faking it", puede ser su principal talón de Aquiles. Las violaciones en las universidades son un asunto muy serio, y hay que ser bastante cuidadoso para que no parezca que se está frivolizando el tema o que se está explotando para algo más sensacionalista. En su primer capítulo, la dinámica entre Jules y Ophelia ayuda a vender el punto de partida y a que no nos parezca que la serie está aprovechándose de la coyuntura, sino que intenta hacer algo divertido y, a la vez, con cierto poso. No es un objetivo fácil, pero es interesante.

Una cosa sí tiene en común con "Faking it", y es que sus dos protagonistas están muy bien elegidas. Jules está interpretada por la inglesa Eliza Bennett (que tiene mucha televisión en su país natal, de "Broadchurch" a "Strike back", más la película "Nany McPhee"), mientras Ophelia es Taylor Dearden, que ha hecho todavía muy poco y que, de momento, puede ser más conocida porque su padre es Bryan Cranston. Las dos tienen una gran química enseguida y saben manejarse con el humor negro y de cara de palo que maneja la serie, y sobre ellas va a recaer, en gran parte, que "Sweet/Vicious" funcione. De momento, el arranque es prometedor.

17 noviembre 2016

Las series en la era de Trump


Hace unos días, alguien comentaba por Twitter que en los 80, durante el gobierno de Margaret Thatcher, el cómic británico había alumbrado cosas como Juez Dredd y "V de Vendetta", y que esperaba grandes cosas, en ese aspecto, de un país en el que había ganado la opción del Brexit (la salida del Reino Unido de la Unión Europea) gracias, en parte, al voto xenófobo y aislacionista. Algo similar puede aplicarse a la ficción televisiva en Estados Unidos con Donald Trump en la Casa Blanca. En Deadline se preguntaban recientemente si su inesperada victoria (también en gran parte gracias al voto más racista, machista y xenófobo, las cosas como son) motivaría un renacimiento en Hollywood del activismo que se vio en los años 70, cuando las protestas contra la guerra de Vietnam estaban en su pleno apogeo. ¿Podría también reorientar la ficción televisiva hacia metáforas más políticas?

Durante la década de los 80, por ejemplo, con Ronald Reagan de presidente de Estados Unidos y la sociedad de ese país dominada por una ola de gran conservadurismo (y una época de gran paranoia y temor a un ataque soviético), en su televisión aparecieron títulos como "V", a priori una historia de invasiones alienígenas y resistencia humana que, en realidad, contenía una metáfora sobre el peligro de los gobiernos muy conservadores y de las dictaduras que todavía había en el mundo en aquellos años (Pinochet, por ejemplo, estuvo en el poder en Chile hasta 1988). En aquella década se publicó, también, "El cuento de la criada", una novela de Margaret Atwood de la que Hulu estrenará una serie en abril, y que se sitúa en unos Estados Unidos distópicos y totalitarios en los que las mujeres quedan reducidas a animales de cría. La ficción (y especialmente la encuadrada en la ciencia ficción) respondía con esas historias al clima político que se vivía entonces.

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca puede representar dos cosas para las series de televisión: o todas se pliegan al modelo de las comedias familiares pasadas de moda de CBS (tipo "Kevin can wait") o se animan a disfrazar comentarios sociales y políticos de tramas de invasiones alienígenas, que últimamente están bastante en boga tanto en el cine como en la pequeña pantalla. Con la toma de posesión de Trump en el horizonte (y conociendo decisiones suyas como nombrar a un jefe de estrategia apoyado abiertamente por el Ku Klux Klan), de repente se vuelve mucho más interesante ver series aparentemente tan inofensivas como "Steven Universe", "Modern family" o "Supergirl", que introducido un par de elementos realmente llamativos en su segunda temporada. Y lo son por las declaraciones que Trump ha hecho, durante la campaña electoral, sobre sus intenciones de deportar a tres millones de inmigrantes indocumentados en el país, y la creencia de su vicepresidente, Mike Pence, en las terapias de "curación" de la homosexualidad.

Profundizar en la metáfora de los alienígenas como inmigrantes en la Tierra (que está en el mismo origen de Superman) y tener a Alex Danvers descubriendo su orientación sexual se ve de otra manera sabiendo quién sucederá a Barack Obama como presidente de Estados Unidos el próximo 20 de enero. De repente, "Supergirl" se convierte en una serie política. Y será muy interesante ver cómo reaccionan también títulos con protagonistas negros como "Black-ish" o "Empire", o cómo vuelve "The Carmichael Show", que la temporada pasada se metió de lleno en asuntos como la brutalidad policial y el escándalo de las acusaciones de violación contra Bill Cosby. Sólo con los resultados de las elecciones del pasado martes 8, la ficción teóricamente más familiar y ligera de la televisión estadounidense puede convertirse en una herramienta de comentario social quizás más efectiva que un documental de protesta.

16 noviembre 2016

Sé buena, Letty


El final este verano de "Rizzoli & Isles" en TNT parece haber marcado el fin de una época en la cadena. Desde hace un par de años (cuando Kevin Reilly, ex jefe de NBC, asumió el mando), el canal ha intentado probar cosas nuevas, series un poco distintas de los policiacos ligeros con los que se había hecho hueco en la parrilla estadounidense. Algunos de esos policiacos eran series estupendas ("The Closer" siempre será de los mejores procedimentales que podáis ver), pero ya había mucha competencia por diferenciarse, y hasta USA había empezadi también su camino por salirse de su zona de confort. Ésta parece haber optado por un cambio un poco más abrupto que el de TNT, que se nota en los detalles de sus nuevas series, más que en su temática.

Si tomamos por caso "Buena conducta" (título español de "Good behavior"), a simple vista da la sensación de ser otra serie más de esa cadena, con Juan Diego Botto y Michelle Dockery como un asesino a sueldo y una ladrona que tienen una misión que cumplir en cada episodio. La descripción de ambos personajes ya debería darnos una pista de que hay algo un poco distinto aquí, y más cuando esas misiones son asesinatos y Letty Dobesh, la protagonista, está constantemente intentan escapar. Al menos, es lo que se ha visto en los dos primeros capítulos, dos episodios que hacen una presentación bastante completa de Letty, pero que todavía dejan a Javier como un enigma.

De ella lo sabemos todo, de hecho. Sabemos que acaba de salir de la cárcel y que intenta recuperar su vida, aunque los viejos hábitos tiran de ella con fuerza, y sabemos que eso de timar y robar se le da muy bien. Demasiado. También sabemos que es mejor persona de lo que quiere admitir, y que esas cintas de autoayuda son tan útiles para ella como lo eran para Angela en la segunda temporada de "Mr. Robot". Y que la relación que establece con Javier va a ser el motor de toda "Buena conducta". La atracción física queda bien clara desde el principio; la evolución de lo que, en un principio, es una colaboración forzosa será lo que determine si la serie va a alguna parte.

Por el momento, Dockery le pilla el punto a Letty enseguida, incluso con ciertos toques de humor. Le gusta demasiado el riesgo, el subidón de adrenalina de hacer algo ilegal, como para reformarse, pero al mismo tiempo es sincera en ese propósito (o ella cree que lo es). Y también tiene unas líneas que no va a traspasar (como matar a alguien). Por supuesto, es de esperar que todo esto se vaya poniendo a prueba cuanto más tiempo pase con Javier, y será ese desarrollo de los protagonistas lo que dé la medida de "Buena conducta" como serie.

15 noviembre 2016

El oscuro mundo fuera de Westworld


ALERTA SPOILERS: Si no habéis visto el séptimo episodio de "Westworld", es mejor que no sigáis leyendo.

La teoría de que Bernard era un robot era una de las más populares de los fans de "Westworld" desde su inicio (para otro día dejamos el debate de si esta fiebre por especular como locos es buena o mala para el disfrute de una serie), pero la manera en la que la serie la confirma permite abrir otras preguntas bastante más perturbadoras, desde cuál es la verdadera agenda de Robert Ford y qué pretende Delos, la compañía propietaria del parque, hasta cómo va a conseguir Maeve saltarse su programación y ser libre. Porque hasta este séptimo episodio, "Trompe l'oeil" ("trampantojo" en francés), la trama de los trabajadores del parque no acababa de enganchar, mientras la curiosidad de Maeve de saber qué rayos estaba pasando resultaba absorbente. La revelación de la verdadera naturaleza de Bernard cambia las tornas de una manera impredecible.

Y, como decimos, no porque nadie sospechara que el jefe de Comportamiento es, a su vez, un "anfitrión", sino porque las intenciones y propósitos de Ford cada vez parecen más aviesos. Claramente, construyó a Bernard para tener controlado todo el proceso de programación de los robots, ¿pero qué pretende con esa nueva narrativa que está afectando a medio Westworld? ¿Realmente Arnold y él tuvieron un enfrentamiento, o ambos siguen trabajando juntos incluso treinta años después de la muerte del segundo? Si es que está realmente muerto.  No podemos estar seguros de nada con esta serie. Por un momento, hasta parecía que Theresa, y no Bernard, era el robot de incógnito que se ve en los títulos de crédito, o que los dos lo eran, a juzgar por algunas expresionmes de Sidse Babett Knudsen. De hecho, si Theresa era humana, Ford programa a Bernard saltándose las directivas del parque (y las leyes de la robótica de Asimov) y puede utilizarlo como su particular guardia pretoriano cuando quiera.

Que Ford enseñe su verdadera cara permite, también, que nos preguntemos los propósitos de Delos con Westworld. Lo fácil sería pensar que pretenden construir supersoldados con la investigación en construcción y programación de robots humanoides, pero sería mucho más interesante (e inquietante) que la historia se moviera más por los terrenos de "Dollhouse" y su tecnología portátil para "okupar" los cuerpos de otras personas. Es más probable que sea algo más prosaico, pero la dominación mundial de Samaritan no debería descartarse tan rápido.

Lo interesante será ver cómo encajan los despertares de Dolores y Maeve en todo esto, especialmente el de la segunda, que ya es consciente de que vive en un globo de nieve. El de la primera estaba siendo dirigido poco a poco por Bernard (y, por tanto, por Ford), así que tiene algún papel que jugar en ese enfrentamiento con la compañía que, evidentemente, se avecina, pero Maeve apunta a ser un elemento impredecible. O todo lo que pueda serlo dentro de su programación. Porque ahí está el quid de la cuestión en "Westworld": hasta ahora, incluso las "improvisaciones" de los robots, los momentos en los que parecían salirse de sus bucles narrativos, estaban dirigidos o constreñidos por su programación. ¿Llegará el momento en el que logren tomar decisiones por sí mismos?

14 noviembre 2016

El reality show de Roanoke


ALERTA SPOILERS: Como no sé muy bien si lleváis "American Horror Story: Roanoke" al día, y ya he renunciado a averiguar qué puede considerarse un spoiler y qué no, aviso de que, por lo menos, se va a desvelar el "giro" a mitad de la temporada.

Nadie esperaba gran cosa de la sexta temporada de "American Horror Story". Las dos últimas no habían convencido a casi nadie (mucho menos "Hotel", acusada por algunos de no ser más que un sangriento y larguísimo videoclip de Lady Gaga) y con Ryan Murphy metido en Dios sabe cuántos proyectos al mismo tiempo, no parecía que su franquicia antológica de terror fuera a remontar el vuelo a estas alturas. Pero la sensación de Murphy de que no le apetecía ver cosas gore y aterradoras después de Acción de Gracias, y de que ya habían agotado la fórmula de la serie, llevó a una especie de reseteo que la ha llevado de vuelta a sus orígenes en el género y hasta le ha permitido deslizar una crítica a la obsesión por la telerrealidad.

El componente metarreferencial de esta temporada es lo más interesante, de lejos, de sus episodios. Además de conseguir algunas imágenes muy perturbadoras, el giro a partir del sexto capítulo, en el que vemos las bambalinas del programa de true crime (¿true horror?) que había comprendido la primera mitad, consigue encontrar una justificación para el uso del found footage que no se vea manida desde el principio, y sitúa la temporada en un terreno más similar al de "UnREAL", y con cosas que decir que no se restringen sólo al típico "la telerrealidad es una explotación indecente de la gente que sale en pantalla". Los actores de "My Roanoke nightmare" se comportan de manera narcisista, por ejemplo (tremendo el mensaje de Audrey de que siente dejar a sus fans sin nuevas interpretaciones suyas si muere en la casa), lo que deja algunos momentos de humor negro realmente divertidos, y las personas reales involucradas en todo el circo intentan justificar su participación en esa maldita segunda parte con la excusa de que, así, arreglarán las relaciones que estropeó el éxito del primer programa.

Esa interrelación entre la ficción y la realidad, esa explotación de un éxito más allá de lo recomendable, esa obsesión de los fans por hacerse con su propia corte de seguidores destapando antes que nadie los secretos del programa... Ahí es donde "American Horror Story: Roanoke" ha revitalizado su fórmula. El juego meta de los actores y las personas reales a las que interpretan resulta divertido y permite que, aunque la temporada sea muy sanguinaria, nunca acabe de tomarse a sí misma demasiado en serio, ni cuando se transforma en algo parecido a "Holocausto caníbal". Parece lanzar la pregunta de si no deberíamos tener más cuidado con querer tener lo que deseamos, de si no deberíamos darnos cuenta de que lo que vemos en televisión no es "real", por mucho reality show que sea.

Es bastante curioso ver esta temporada después de "The people vs O.J. Simpson", y no sólo porque los Marcia Clark y OJ ficticios interpreten a un joven matrimonio, sino por esa misma ambientación en un fenómeno mediático que se lleva demasiado lejos. Esta "My Roanoke nightmare" y su continuación destrozan literalmente las vidas de los implicados (porque las conduce a muertes violentas y terribles) y deja las cosas, de cara a su final, en un punto bastante interesante. "American Horror Story" ha encontrado la manera de recuperar esa parte intermedia de su título, el terror, y de hacerlo con muchos menos artificios y cierto sentido del humor.

13 noviembre 2016

Los muy especiales episodios musicales



El capítulo especial por antonomasia en cualquier serie que se precie es el musical, eso es así. Sólo por la cantidad de trabajo extra que implica grabar las canciones y ensayar los números, y por la ruptura que supone siempre de la fórmula habitual de la serie, se lleva más atención que cualquier otro especial (menos si el episodio se hace en directo). Por eso mismo, y por ese extra que implica para la producción, tampoco se hace demasiado a menudo, pero si sale medianemente bien, luego es de los más recordados por los fans.

Dos series que se van a animar a tener un episodio musical que, de remate, es el segundo crossover entre ambas, serán "Supergirl" y "The Flash", que aprovecharán la querencia de Greg Berlanti por contratar para sus series a actores con experiencia en el teatro musical (o en "Glee") para hacer un capítulo del que no se sabe apenas nada, porque no se verá hasta la parte final de sus respectivas temporadas. Sin embargo, nos puede servir como excusa para recuperar cinco episodios musicales que son, con razón, los más mencionados al hablar de ellos, y de los que los superhéroes de The CW pueden tomar inspiración. ¿También habrá un villano cuyo poder sea hacerlos cantar?

- "Buffy, cazavampiros": De "Once more, with feeling" ya se han dicho muchas cosas, así que no las repetiremos. Es el estándar más reciente para estos capítulos.

- "Xena, la princesa guerrera":  Sin embargo, fue esta serie, con "The bitter suite", la que se adelantó por unos años a la extravanganza cantarina de Joss Whedon.

- "Scrubs": La excusa de "My musical" era una paciente que veía a todo el mundo a su alrededor cantar, en lugar de hablar.

- "Daria": Esta serie de animación de culto de MTV tuvo un episodio musical, "Daria!", con la peculiar excusa de la llegada de un huracán.

- "Aquellos maravillosos 70": "That 70's musical" tenía otra premisa un poco tonta (como buena parte de las historias de esta comedia), con los sueños de Fez convertidos en números musicales con éxitos de la época.

El vídeo de arriba no es de ningún capítulo musical de "30 Rock", pero sí que aprovechaban el talento cantor de Jane Krakowski siempre que podían.

Música de la semana: Las versiones de la pianola de "Westworld" no dejan de sorprender, sobre por su preferencia por Radiohead. En el sexto episodio sonaron dos canciones del grupo: "Motion Picture Soundtrack" y "Fake plastic trees", que es la que se escucha en el saloon.

10 noviembre 2016

Cómo ser una de las mejores series de la historia


Elaborar una lista de las mejores series de la historia es una fácil manera de garantizar un animado debate entre tus lectores. Todo el mundo tiene su propia opinión sobre cuál debería ser el número uno, sobre el criterio de los que han elegido la lista y sobre las series que se han quedado fuera, y lo único que se saca en claro al final es que los gustos de cada uno influyen mucho en estas aseveraciones tan importantes y serias. Pero, al mismo tiempo, resulta interesante preguntarse por qué siempre están las mismas en los primeros puestos y qué características tienen en común, porque eso puede ayudar a que nos hagamos una idea de qué debe tener una serie para ser incluida en tan insigne compañía.

Hace algún tiempo, una crítica estadounidense (no recuerdo cuál) señalaba que había una circunstancia que determinaba bastante el sesgo de esas listas cuando se hacían solicitando la opinión de varios periodistas de televisión: muchos de ellos son hombres blancos que están más cerca de los 50 que de los 40, por lo que responden más ante historias cuyos protagonistas son más similares a ellos. "Los Soprano", "Mad Men" o "Breaking Bad", con sus hombres atravesando crisis de la mediana edad de diferentes maneras, ya tenían ganado, al menos, el interés por parte de esos críticos. Luego, esas tres terminaron siendo grandes series, así que todo acaba saliendo bien, pero es verdad que, un poco por su culpa, se acabó creando una especie de patrón de lo que una serie debía tener para que fuera "televisión de prestigio": cierta aura de oscuridad, un antihéroe en su centro, una representación casi anecdótica de personajes femeninos, ciertas aspiraciones artísticas... Aquella "Darkness at noon" paródica que aparecía en "The good wife" resumía perfectamente en qué se quedaban las pálidas fotocopias de los tótem televisivos.

Cuando las listas se vuelven monumentales, como la de las 100 mejores series de Rolling Stone, hay espacio para que entren opciones que se salgan de esos márgenes, pero los puestos de cabeza seguirán, probablemente, esas directrices. ¿Cuáles son? Tampoco hay una fórmula definida, pero la crítica tiende a tener en mejor consideración dramas con cierta serialización en su trama, con personajes complejos y, a lo mejor, hasta un poco difíciles en su centro, que tengan ciertas ambiciones artísticas o temáticas y, generalmente, se favorecen las series de cable a las emitidas en abierto. Esto no es un estudio sistemático de esas series, de todas maneras, y nunca se sabe qué serie va a conectar con los críticos de tal modo, que la van a aupar siempre en las listas de las mejores series.

Es un tema tan subjetivo como cualquier cosa que tenga que ver con la crítica cultural, pero que da para discusiones muy interesantes sobre el clima social en el que se elaboran estas listas, o los gustos de los críticos, o el sesgo que puede aportar ser de una nacionalidad u otra. De todo esto hablaremos, si me permitís el autobombo, el sábado en el Festival de Cortos, y Jornada de Series, de Las Ranetas en Alcañiz (Teruel). No saldrá la lista definitiva de las mejores series de la historia, pero igual sí explicamos por qué "Buffy, cazavampiros" está considerada una de ellas.

07 noviembre 2016

La presentación del héroe


La crítica más habitual a "Doctor Strange", la última película de Marvel, es que visualmente es muy imaginativa y espectacular, llevando mucho más allá los efectos especiales de "Origen", que Tilda Swinton casi le roba la película a Benedict Cumberbatch y que la trama cae en la fórmula habitual de presentación de héroes del estudio. "Iron Man", "Thor", "Capitán América. El primer vengador"... Al ser todas la  primera película en la que aparecía ese superhéroe en concreto, lo que veíamos era una historia de origen (una origin story); conocíamos al protagonista como un hombre corriente (o todo lo corriente que pueden ser el Dios del Trueno o Tony Stark) que sufre un contratiempo y, como resultado, adquiere superpoderes para superarlo.

Como apuntaban en Vox, hay por ahí además un personaje femenino (interés amoroso del protagonista, por lo general) que lo ata a su antigua vida y un villano menos interesante de lo que parece en un principio, y ya está la fórmula Marvel de presentación de superhéroes. Esa fórmula, de todos modos, no es exclusiva del estudio. "Batman Begins" y los sucesivos reinicios de Spider-Man la han seguido también, por lo que no es extraño que, para cuando "Doctor Strange" llega a las pantallas, haya espectadores que estén un poco cansados de que todas esas primeras cintas sean iguales. Y hay maneras de que presentar al superhéroe sin tener que pasar por este trámite; "Batman", de Tim Burton, es un buen ejemplo de ello.

Pero esa palabra, trámite, tiene la clave de todo el asunto. Las sucesivas fases de Marvel siguen los dictados más de las series de televisión, con una primera película que cumple las mismas funciones de presentación de personajes y de su situación de partida que un episodio piloto y, en teoría, "lo bueno" empieza a partir de la segunda cinta. Los espectadores ya conocen a todo el mundo, y la acción puede centrarse en algo más interesante. Después de "Doctor Strange", el estudio tiene en preparación "Capitán Marvel" y "Pantera Negra", y es muy probable que ambas vuelvan a plegarse a la misma fórmula, pues constituyen la presentación al gran público de Carol Danvers y T'Challa, aunque a éste ya se le viera en "Capitán América. Civil War". ¿Caerá igualmente "Spider-Man: Homecoming" presa de la misma trampa? ¿Cuántas veces podemos ver la picadura de la araña a Peter Parker o el asesinato de los padres de Bruce Wayne?

Música de la semana: La elección esta semana ha sido bastante fácil; "Heaven is a place on Earth", de Belinda Carlisle, una canción que está ya tan indisociablemente unida a "Black Mirror" como "Anyone who knows what love is".

04 noviembre 2016

Las leyendas del tiempo


Es curioso darse cuenta de que "Legends of tomorrow", esa serie que The CW se sacó de la manga el año pasado con varios secundarios de "Arrow" y "The Flash", y que parece una versión americanizada de "Doctor Who", ha acabado adelantándose a la tendencia de las series sobre viajes en el tiempo que domina la televisión en abierto esta temporada. De repente, entre la trama de Flashpoint del Velocista Escarlata y los viajes de las Leyendas para proteger la historia, el problema de "Timeless" ya no es si plagia o no "El Ministerio del Tiempo", sino que las series de The CW están utilizando todas las tramas posibles.

Y es curioso porque la segunda temporada de "Legends of tomorrow" no tiene más pretensión que el entretenimiento ligero y, como mucho, ser lo más parecido a "Firefly" que podremos ver en la televisión actual. El equipo ya está formado y ha aprendido a trabajar como tal, pero sufre un par de pérdidas importantes y tiene que reaccionar y reajustar todas sus dinámicas. Las diferentes personalidades de cada uno de ellos, más el añadido del profesor Heywood y Vixen, se han integrado y trabajan por un objetivo común, incluso aunque Mick aún mantenga su lado de macarra y Sarah se convierta de vez en cuando en la asesina solitaria que conocimos en "Arrow", y las aventuras que hemos visto, de momento, mantienen un tono de diversión que ayuda a la serie a distinguirse del resto de la parrilla superheroica.

El fandom de "Doctor Who" y "Fringe" de los guionistas se nota por todas partes, pero de momento no es malo. No se puede convertir a Dominic Purcell en buen actor de la noche a la mañana, es cierto, aunque se compensa con unas escenas de acción más que resultonas y una sana sensación de que no se están tomando a sí mismos demasiado en serio. Los tres primeros episodios de la segunda temporada sí plantan las semillas de un misterio para más adelante con ese mensaje que el doctor Stein y Jax escuchan casi por accidente, pero la temporada todavía es muy joven para comprobar hacia dónde va a ir todo.

De las cuatro series superheroicas de The CW, ésta era la única que yo no veía, pero he decidido subirme al carro de su segunda entrega de cara a ese mega-crossover en tres partes que arrancará a principios de diciembre. Probablemente, no hacía falta, pero el entretenimiento que ofrece es, por ahora, suficiente. Ya veremos qué pasa cuando se acbe el miniarco de los Dominadores.

03 noviembre 2016

Ocho parejas de 2016

Sí, es cierto, todavía estamos a principios de noviembre y es demasiado pronto para empezar con los resúmenes de lo mejor del año, pero también tenemos ya suficiente perspectiva para arrancarlos, más o menos, con una pequeña tradición de este blog: los dúos de series. El año pasado se quedaron en cinco, pero éste se van a ampliar a ocho. Son algunas de las parejas (ninguna romántica, curiosamente) cuyas interacciones me han entretenido más a lo largo de este año, aunque fueran muy breves.

Marcia Clark y Chris Darden 

Una  de las cosas por las que más destaca "The people vs O.J. Simpson" es por la reivindicación de las figuras de los fiscales del caso, Marcia Clark y Chris Darden. Los dos fueron objeto de chanzas y críticas feroces durante el juicio, y la serie les da un retrato muy humano, ayudado por las grandes interpretaciones de Sarah Paulson y Sterling K. Brown. Entre ellos se establece enseguida una química muy natural, que llevó a que no pocos espectadorers los shippearan, y las escenas que compartían charlando sobre el caso en la oficina de la fiscalía eran de lo más entretenido de ver.

Root y Finch

 La relación entre Root y Harold Finch siempre fue uno de los aspectos más importantes de "Person of interest". Sus diferentes puntos de vista sobre la Máquina se volvieron aún más relevantes en la quinta temporada, cuando Finch tiene que reconstruir a su criatura, y las conversaciones entre ambos sobre cómo hacerlo eran de lo más logrado de toda la serie, también gracias a la buena conexión establecida entre Amy Acker y Michael Emerson. La evolución de ser enemigos a estrechos colaboradores, y hasta amigos, ofrece también algunos de los momentos más emocionales de la última temporada.

Peridot y Steven

 La combinación del entusiasmo de Steven y sus ganas de diversión con la personalidad más estirada y fanática de las normas de Peridot ha sido todo un acierto en "Steven Universe". Él intenta por todos los medios que ella se adapte a su nuevo hogar en la Tierra, mientras ella no puede ocultar, al principio, su desesperación porque en ese planeta nada sigue un orden establecido y las cosas no acaban de funcionar del modo que ella está acostumbrada. Su relación ha dejado algunos de los momentos más divertidos de la tanda de episodios de este año de la serie.

Daenerys y Tyrion

Los grandes momentos de Daenerys y Tyrion están aún por venir, pero la sexta temporada de "Juego de tronos" ya ofreció varios aperitivos bastante interesantes. La Reina y su asesor están aprendiendo sobre la marcha cómo desempeñar sus papeles (Tyrion ya fue Mano del Rey, pero esto es diferente) y también están aprendiendo a confiar uno en el otro. La última conversación de la temporada entre Emilia Clarke y Peter Dinklage ofrece un vistazo a una relación que puede ser de lo más interesante que veamos hasta el final de la serie.

Claire y Murtagh

 La evolución de la relación entre Claire (Caitriona Balfe) y Murtagh (Duncan Lacroix) es uno de los aspectos más entretenidos de "Outlander". Él es el sidekick, como quien dice de Jaime y, por ende, también de Claire, pero la dinámica entre ellos se ha ido asentando en una confianza mutua que es cierto que dejó sus mejores momentos al final de la primera temporada. En la segunda, que Murtagh supiera el secreto de Claire añadió un nuevo matiz a su relación, la profundizó un poco más, y ver cómo ambos se preocupan por el otro siempre ha funcionado bien en la serie.

Gloria y Red

 En el vasto universo de personajes de "Orange is the new black" es habitual que haya reclusas que apenas crucen dos palabras con las demás, y que sólo se relacionen con un grupo reducido de ellas. Por eso, la cocina deja a veces momentos tan estupendos, porque allí pueden coincidir dos personas como Gloria y Red, que tienen más puntos en común de los que llas están dispuestas a reconocer inicialmente. Selenis Leyva y Kate Mulgrew imprimen a sus personajes un aura de figuras maternales (estrictas) que convierten sus interacciones en algunas de las escenas más entretenidas de la serie.

Cat Grant y Kara Danvers

Que Callista Flockhart haya pasado a ser recurrente en la segunda temporada de "Supergirl" nos va a privar de una de las mejores cosas de la serie: la relación entre Kara Danvers y Cat Grant. La química que tiene con Melissa Benoist es innegable, formando un dúo de workplace comedy realmente divertido, y la manera en la que Kara buscaba siempre el consejo de Cat dio una base emocional muy relevante a la primera temporada. Ahora sólo falta que se confirme esa teoría que dice que, por mucho que Kara ha intentado disimularlo y engañarla, Cat sabe perfectamente que es Supergirl, pero ha optado por mantener el secreto.

Misty Knight y Rafe Scarfe

Misty Knight (Simone Missick) ha sido, con razón, la gran revelación de "Luke Cage", y en parte lo ha sido no sólo por su evolución a lo largo de la temporada, sino por la buena impresión que deja enseguida su presentación como policía. Su dinámica con su compañero, el detective Scarfe (Frank Whaley), es entretenida, hasta con sus toques de humor, y se aprecia rápidamente que son dos personas que llevan tiempo trabajando juntas, y haciéndolo muy bien. Hasta se echa de menos no verlos investigando juntos más casos. Serían un dúo insuperable para tener su propio spin-off de "Ley y orden".

02 noviembre 2016

La segunda oportunidad de San Junipero


ALERTA SPOILERS: ¿Habéis visto "San Junipero", el cuarto episodio de la tercera temporada de "Black Mirror"? Volved cuando Belinda Carlisle se os haya metido bien en la cabeza.

De los seis capítulos que tiene la primera parte de la tercera temporada de "Black Mirror", del que más se ha hablado es "San Junipero". Hay teorías en Reddit sobre el "verdadero" significado de su final, sobre cómo ha ido a la contra de la repetida tendencia de la temporada pasada de matar personajes LGTB (más o menos), sobre su situación entre los mejores episodios de la serie... Esta manía que tenemos en internet por sobreanalizarlo todo ha llevado a que hasta Charlie Brooker tenga que explicar que el final del capítulo es exactamente el que es, sin trampa ni cartón, y que es el final más feliz posible para Yorkie y Kelly. Porque, no olvidemos, ambas han muerto y en ese mundo virtual de San Junipero están aprovechando la segunda oportunidad que les da el Cielo digital en la tierra.

En realidad, esa tendencia al sobreanálisis y a buscar agujeros de guión para dárnoslas de los más listos de Twitter puede impedir que veamos de verdad dónde están las virtudes de un episodio como "San Junipero", o de "Black Mirror" en general. No vamos a repetir lo que ya hemos comentado infinidad de veces, que son los comportamientos humanos, y no la tecnología, lo que se está "criticando" en la serie, pero sí es verdad que los espectadores se dividen entre los que prefieren los capítulos con una revelación inesperada al final, y que dejan una sensación de mal rollo y desasosiego, y los que creen que lo mejor de "Black Mirror" está en las historias que tocan emociones, en aquellas más pequeñas en las que el avance tecnológico de turno es casi más un macguffin que otra cosa.

En Vanity Fair decían que, de momento, la trinidad de los grandes capítulos de la serie está formada por "The entire history of you" (de la primera temporada), "Be right back" (de la segunda) y este "San Junipero", y los tres giran alrededor de tres emociones muy claras: los celos, el duelo y el amor. El "grano", la copia virtual del fallecido y esa Matrix eterna sólo son las excusas para que veamos a un hombre consumido por los celos y las sospechas de que su novia ya no le quiere, a una mujer que no puede superar la pérdida de su novio, y a dos mujeres que se enamoran cuando sus vidas están ya terminando. En ese aspecto, Yorkie representa esa segunda oportunidad tardía; tras 40 años tetrapléjica y paralizada, San Junipero le ofrece la posibilidad de vivir todo lo que se ha perdido, aunque no sea realmente "vida". ¿O sí? El cerebro de Shaw creía firmemente estar viviendo todo lo que Samaritan le mostraba en la quinta temporada de "Person of interest", y Kelly explica que hay un límite de visita de cinco horas en San Junipero para que los vivos no se vean atrapados por ese mundo nostálgico y de evasión.

Lo interesante del capítulo es que dicho mundo ofrece muchas posibilidades. Se podría haber hecho una historia típica de cinismo y terror con un "turista" que se esfuerza por sentir algo allí probando cosas cada vez más extremas, y aunque la crítica de la excesiva importancia de la nostalgia en la cultura popular actual está ahí, Brooker decide irse por el lado más esperanzador. Kelly tiene otra oportunidad para el amor tras haber sobrevivido a su hija y a su marido; Yorkie puede ser quien es sin que nadie la coarte. Será todo virtual, pero para ellas es muy real.