31 agosto 2011

La jungla de las cadenas

Se puede decir que el tema del verano en la industria televisiva estadounidense ha sido la caída en desgracia de AMC, si podemos llamarla así. La marcha de Frank Darabont de "The Walking Dead" por los recortes de presupuesto que ha impuesto la cadena y las problemáticas negociaciones para renovar "Mad Men" y "Breaking Bad" (y no, por favor, dejemos de hablar del final de "The Killing") parecen haber provocado el final del idilio que la cadena vivía con los críticos y con buena parte del sector, un idilio fomentado por su atrevimiento al quedarse con series que ningún otro canal de cable quería y por ascender a la cima de la ficción televisiva más rápido de lo que tardaba el transbordador espacial en alcanzar la órbita de la Tierra (ocho minutos, si queréis saberlo).

Pero lo difícil no es llegar arriba, sino mantenerse arriba, y cuanto más alto subas, más dura será la caída. Y AMC está aprendiendo todo eso sobre la marcha. De todo lo que se ha publicado en los últimos meses sobre el tema, este artículo de "Vulture" da una idea de las razones por las que la cadena está metida en este embolao, explicando de paso someramente cómo funciona el negocio televisivo en Estados Unidos. Como ocurre siempre, no hay santos completos ni villanos totales, sino que todo el mundo tiene su parte de culpa. AMC quiere implantar un modelo de negocio diferente del habitual en Hollywood, que les permita mantenerse rentables con el relativamente menor presupuesto que barajan, pero pecan de ingenuos si pretenden convencer a veteranos de la industria que no van a perdonar ni un sólo centavo de sus nuevos contratos a partir de la quinta temporada.

Es curioso ver que AMC ha logrado la posición en la que está sin contar con el apoyo económico de un gran conglomerado empresarial, pero hacer series de HBO a precios de USA tiene sus dificultades, como explican en el artículo. Y tus dificultades aún se complican más si tus labores de relaciones públicas dejan de dar resultados y, por primera vez en bastante tiempo, uno de tus estrenos, "Hell on Wheels", casi sólo recibe mala prensa por parte de los críticos, que creo que incluso fueron un poco más benévolos con el remake de "El prisionero", y que están haciendo toda la leña del árbol caído que pueden. En la NBC deben estar respirando relativamente tranquilos, hasta que empiece la temporada, porque otra cadena se ha convertido en el saco de boxeo de la prensa, y no ellos.

Lo que trasciende de todo esto es que, como le dicen a Jack Ryan en "Peligro inminente", el mundo no es blanco y negro, sino que hay infinitas tonalidades de gris. AMC se lanzó de cabeza al océano de las series de calidad sin comprobar primero si haría pie en la parte más profunda, y los estudios quieren exprimir los posibles beneficios de las series todo lo que puedan, al mismo tiempo que los showrunners quieren que su trabajo se vea reconocido. Conciliar los intereses de todas las partes puede ser un ejercicio de funambulismo, pero ya conocéis el refrán; más sabe el diablo por viejo que por diablo, y en AMC tienen que aprender rápido a ser las dos cosas.

30 agosto 2011

Spoilers y subtítulos

Hay dos temas que nunca se pasan de moda si quieres montar una buena polémica en tu blog seriéfilo: los spoilers y el debate entre doblaje y versión original. Como no tienen una resolución única, fácil y rápida, podemos estar hablando sobre ellos hasta el fin de los tiempos, y se ponen de actualidad cíclicamente. Sobre los spoilers y su capacidad para hacer honor a su nombre y estropearnos una historia se publicó hace poco un estudio de la Universidad de California (de ésos que parecen candidatos a los premios Ig Nobel), que en realidad lo que viene a preguntarse es si se puede disfrutar igual "Ciudadano Kane" sabiendo lo que es Rosebud, más o menos. Creo que no puede aplicarse igual el ejemplo de libros conocidos que ellos usan a las obras audiovisuales, por otro lado.

Con los spoilers, la norma es un poco "caminante, no hay camino, se hace camino al andar", o lo que es lo mismo, si no quieres encontrártelos, no los busques (por ejemplo, no entres en Tumblr justo después de que haya acabado un capítulo de "Fringe"), y si vas a incluir alguno en uno de tus textos, no cuesta nada avisar. Luego está la definición de lo que es spoiler, pero eso es otro campo de minas que dejamos para otro día. Lo realmente interesante del debate es cómo reaccionan los guionistas a las filtraciones que pueda haber de ideas para capítulos aún no emitidos y, a veces, ni siquiera rodados. Luego nos extrañamos de que tuvieran que enviar las cintas con los capítulos de "Doctor Who" de Cardiff a Londres bajo el anagrama Torchwood (lo que llevó al nombre del instituto que crearon en la segunda temporada).

En cuanto al peliagudo debate-discusión-pelea sobre la versión original, no hay forma de llegar a ninguna conclusión. Las posturas aquí están tan enrocadas, y se defienden con el mismo ardor, como las de barcelonistas y madridistas después de un derby lleno de jugadas polémicas. Ni siquiera es posible acordar algo que yo creo que es un hecho, y es que versión doblada y versión original no son iguales (se cambia una parte importante de la serie, que es su audio). A partir de ahí, cada uno con sus preferencias, sus filias y sus fobias, porque al final, por muy farrucos que nos podamos poner en una postura o en la otra, termina siendo un asunto de preferencia personal. Eso sí, al menos, que te den la opción de elegir una versión o la otra.

29 agosto 2011

Casi famosos (XXXIX)

Con la temporada televisiva a unas dos semanas de atropellarnos cual tren a punto de descarrilar, no está mal tomar un poco de aliento para la avalancha de estrenos con una ronda de actores conocidos antes de serlo, o justo en el momento en el que lo fueron.

Jessica Chastain. Apuntad ese nombre porque es muy probable que sea la actriz más ubicua del otoño/invierno. A "El árbol de la vida" (que es la que la ha hecho conocida), esta pelirroja californiana va a añadir, entre otras, "Criadas y señoras" y "The debt", donde es una versión más joven de Helen Mirren. Pero en sus inicios tiene cosas tan curiosas como un capítulo de la primera temporada de "Verónica Mars", en el que es una vecina de Verónica que se encuentra, cómo no, en problemas.

Eddie Cibrian es uno de los aspirantes a Don Draper, con su físico muy de galán televisivo, de esta temporada por culpa de su protagonismo en "The Playboy Club". Los papeles de guaperas son su especialidad, y hasta en la serie en la que recuerdo haberlo visto por primera vez, "Turno de guardia" era un bombero que justo iba de buenorro problemático. Pero Cibrian casi empezó, si descontamos "The young and the restless", en esa obra magna de la caspa que es "Los vigilantes de la noche", el spin-off detectivesco de "Los vigilantes de la playa" que David Hasselhoff se marcó a mayor gloria suya, claro, y en el que debutó Angie Harmon.


Otro nombre que debéis apuntar para la próxima temporada cinematográfica es el de Felicity Jones, joven actriz inglesa que ganó el premio a la mejor interpretación en el pasado festival de Sundance por "Like crazy", la película que, si tiene suerte con los premios y los críticos, puede hacer lo mismo por ella que "An education" hizo por su compañera en el fotograma de arriba, Carey Mulligan. Pertenece a "La abadía de Northanger", adaptación en formato tv movie de una novela de Jane Austen que es realmente divertida.

Y tampoco hay que perder de vista al co-protagonista de "Like crazy", Anton Yelchin, que figura en el remake de "Noche de miedo" y que fue Chekov en el relanzamiento de la franquicia "Star Trek" a cargo de J.J. Abrams. Su trampolín hacia Hollywood fue "Corazones en la Atlántida", una interesante adaptación de un libro de Stephen King, con Anthony Hopkins.

P.D.: Además de todo esto, "Yo disparé a J.R." tiene nuevo programa. El menú consiste en un comentario sobre el rumbo de las "chicas Showtime" (en concreto, "Nurse Jackie", "United States of Tara" y "The Big C", con apariciones especiales de "Weeds" y "House", que se nos coló), un intento de predicción sobre si "Wilfred" puede llegar mucho más lejos con su punto de partida y una recomendación de "Awkward". Y también hablamos sobre el final de "The Hour", que ha suscitado críticas encontradas en el Reino Unido, y también en el podcast. Como siempre, podéis conseguirlo en iVoox y en iTunes.

- 0': Las "chicas Showtime".
- 19': "Wilfred".
- 30': "Awkward".
- 43': "The Hour"

28 agosto 2011

Inseguridades, incomodidades y adolescencia

"Awkward" no es la primera serie de instituto que busca ser un poco más irreverente que los culebrones teen convencionales. En ella pueden encontrarse rastros de películas recientes como "Juno", "Diez razones para odiarte" y "Rumores y mentiras" (especialmente, de ésta última) y de series que van desde "Popular" a "Verónica Mars" o "Greek", aunque estuviera ambientada en la universidad. Tener como protagonista a una chica sarcástica e inteligente que intenta navegar como puede las traicioneras aguas del instituto, infestadas de tiburones en forma de animadoras, ya no es ninguna novedad, pero conseguir sacar a flote una serie así es más complicado de lo que parece. "Awkward", por ahora, lo está logrando usando, podríamos, decir las armas más viejas de la televisión; un reparto muy bien escogido y un sentido del humor que saca punto de todas esas situaciones embarazosas, incómodas y humillantes en las que acaba metiéndose uno cuando es adolescente (y cuando no lo es, también).

Aprovecha un punto de partida ya bastante alto en el Britney-metro de humillaciones: el modo en el que Jenna, su protagonista, se rompe el brazo (y cómo juegan con nosotros con un par de situaciones en las que podría haber pasado). A partir de ahí, esta clásica loser de serie teen tiene que lidiar también con una madre no muy centrada, como si dijéramos, y con una consejera que está a medio camino entre el de "Freaks & Geeks" y Emma de "Glee" (aunque su despacho tiene menos folletos políticamente incorrectos y divertidos). Para ello, su apoyo son sus amigas, Tamara y Ming, y la primera me recuerda tanto a Six, la amiga de Blossom, que reconozco que soy fan desde su primera conversación por el móvil con Jenna (y la animadora mala, pero curiosamente sin ser rubia ni superdelgada, parece sacada directamente de "Popular". Echo de menos a Mary Cherry).

De vez en cuando, tiene algunas referencias y algunos chistes realmente buenos, y su protagonista, Ashley Rickards, da el tono exacto que Jenna necesita en cada momento. MTV parece haber encontrado, por fin, la serie de instituto que no había logrado con "Tiempos duros para RJ Berger". Con un poco de suerte, pueden empezar a plantarle cara a ABC Family por el trono del género teen, que además ellos no tienen que plegarse a tantos standards & practices como el canal de Disney.

Música de la semana: Sería casi un sacrilegio que, emitiéndose en MTV, "Awkward" no tuviera una banda sonora variada, por lo menos. En la web de la serie desgranan las canciones que pueden escucharse en cada capítulo, y entre ellas vamos a elegir "Hydra", de un grupo autodefinido como post-punk, de Seattle, llamado Hotels.

26 agosto 2011

La hora de la independencia

ALERTA SPOILERS: "The Hour" ha terminado siendo, por sus propios méritos, una de las series del verano, a pesar de su brevedad. Así que ya estáis viendo sus seis episodios antes de leer esta entrada. Y luego, si queréis completar el comentario sobre las relaciones entre la prensa y el poder, buscad "State of play". O ved "Al filo de la noticia", verdadera inspiración de la serie.

Unos años después de la guerra de Irak de 2003, impulsada desde la Casa Blanca con una gran campaña de propaganda, podríamos decir, para convencer a sus ciudadanos, y al resto del mundo, de que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva (lo que resultó no ser cierto), algunos grandes medios tradicionales estadounidenses, como "The New York Times", hicieron autocrítica y reconocieron ante sus lectores que no habían sido críticos ni independientes con las informaciones que les daba la Administración Bush sobre la guerra. Se plegaron a las presiones de la "seguridad nacional" y se dedicaron a repetir, sin confrontarla, la línea oficial de Washington, que abogaba opor una guerra que no apoyaba la ONU y cuyas motivaciones no estaban claras, dejémoslo así.

La crisis del canal de Suez que sirve de fondo a "The Hour" puede compararse con esa guerra de Irak, con gobiernos maniobrando de espaldas a la opinión pública y presionando a los medios de comunicación para suprimir cualquier rastro de crítica e independencia con la excusa de que, en tiempos de guerra, hay que ofrecer una imagen de unidad ante el enemigo. En la Inglaterra de mediados de los 50 que muestra la serie, aún se vivía bajo la austeridad y las leyes instauradas durante la Segunda Guerra Mundial, que había acabado menos de una década antes. El recuerdo de los bombardeos alemanes sobre Londres todavía estaba muy fresco, y el sentimiento de que, en tiempos de crisis, los dirigentes debían ser apoyados sin reservas permanecía muy presente. Sin embargo, como han comentado los responsables de la serie, también estaba apareciendo una nueva generación que quería cambiar esas normas, que quería tener la capacidad de objetar en los medios las políticas que consideraran desacertadas, y que impulsarían el cambio social que los británicos vivirían ya en los 60.

Todo eso se cuenta en "The Hour" sin necesidad de hacerlo explícito. La censura basada en insinuaciones que sufre el programa (muchas veces, más autocensura por miedo a la censura gubernamental) propulsa muchas de las situaciones de tensión que se ven, sobre todo, en un último capítulo bastante efectivo, y termina entrelazándose con el thriller de espías de un modo mucho más natural del que parecía al principio. Las revelaciones finales podían sospecharse algunos episodios atrás (como que Clarence era el agente soviético que buscaba el MI6), y hasta el retrato de los Elms, y de la mujer de Hector, termina siendo más complejo e interesante. La mezcla de tonos, a veces más ligero y humorístico y otras, tirando por el lado serio y un poco más trascendente, acaba estando conseguida, y la recta final de capítulos se ve en un suspiro.

Curiosamente, la pugna para que la BBC pueda mantener su independencia en el tratamiento de noticias de alcance se traslada también a su trío principal de protagonistas, enfrentado a decisiones que pueden comprometer su integridad y su independencia personal. Puede ser una decisión entre una relación sentimental (aunque sea adúltera) o la carrera profesional, o entre medrar con gente importante o seguir unos principios; todos tienen que optar por una cosa u otra. Y todo el reparto contribuye a "vender" a la perfección la serie. La relación de Bel y Freddie, amigos que tal vez dejaron pasar la ocasión de ser algo más, es uno de los aspectos más interesantes de "The Hour", y también el retrato de Hector, atrapado en un mundo del que no está claro que él quiera salir, y Lix, la periodista entregada por completo a su trabajo. Su creadora, Abi Morgan, afirma que trabaja en una segunda temporada en el caso de que la BBC la pida, aunque parece que, en el Reino Unido, ha ido así-así.

25 agosto 2011

Cinco preestrenos

Falta menos de un mes para que la temporada televisiva estadounidense comience de verdad. Entonces veremos si la batería de estrenos que las networks tienen preparada funciona o si seguiremos teniendo un otoño poco emocionante. También veremos si las series que se han dejado para midseason terminan siendo mejores que las que empezarán a llegar en septiembre, pero hasta entonces, sólo nos queda ver trailers y fotos, leer sinopsis y esperar. Para amenizar este tiempo muerto, vamos a hacer una pequeña lista de cinco series nuevas que nos pican la curiosidad. Sólo serán de networks, porque en el cable hay también cosas que pintan interesantes (como "Homeland", en Showtime), pero hay que cortar en algún lado. Si os animáis a seguirlo como si fuera un meme, adelante.

1.- "Awake" (NBC): Ésta es de las que no veremos hasta 2012, y aunque, a priori, sus posibilidades de supervivencia no parecen muy altas, no deja de tener una premisa interesante, con un policía que tiene un accidente de coche y descubre, al despertar, que vive en dos realidades paralelas; una en la que murió su mujer, y otra en la que lo hizo su hijo. Su creador, Kyle Killen, fue el responsable el año pasado de la malograda "Lone Star". Veremos si esta vez tiene más suerte.

2.- "Prime Suspect" (NBC): Después de un par de salidas en falso, el remake de la serie inglesa que hizo aún más famosa a Helen Mirren (y que es muy recomendable) se estrena finalmente con Peter Berg al frente y Maria Bello de protagonista. Al principio, no me llamaba demasiado, pero han reunido a un reparto con posibilidades y quizás salga algo interesante de ahí. Y qué demonios, es de policías, tengo que darle una oportunidad.

3.- "New Girl" (Fox): ¿Cómo conseguirán mantener durante 24 capítulos las peculiaridades y excentricidades asociadas siempre a un personaje interpretado por Zooey Deschanel sin agotar al público? Por ver cómo responden a esa pregunta tengo curiosidad por ver esta sitcom, la única que probablemente me animaré a ver junto con "Up all night", de la NBC (esta cadena va a ser de mis preferidas este otoño, visto lo visto).

4.- "Once upon a time" (ABC): La línea que separará el éxito del fracaso para esta serie va a ser muy fina, me parece. Jugar con personajes de cuentos de hadas atrapados en nuestro mundo, y evitar las comparaciones con "Fábulas", no deja de ser un poco un campo de minas, especialmente si no sabes sacar partido a esos personajes, que todo el mundo conoce, o si te empiezan a criticar por "pasteloso". Sólo por el acierto de tener a Ginnifer Goodwin de madre de Jennifer Morrison (siempre he creído que eran muy parecidas físicamente) le daré una oportunidad.

5.- "Smash" (NBC): Casi puede decirse que todo el mundo tiene curiosidad por ver, en midseason, cómo sale este intento de drama musical entre bambalinas del montaje de un show de Broadway. Por los previos que circulan por la red, me ha dado cierto dejà vú a "Fama" que puede ser interesante, si de verdad sigue ese tono, y también da la sensación de que, aunque la ex-"American Idol" Katherine McPhee es la que se lleva toda la publicidad (descontando a Debra Messing y Anjelica Huston), no me extrañaría que la desconocida Megan Hilty pudiera robarle el show. Y me resulta muy divertido que, además de tener a Shelley Conn en "Terra Nova", otro actor de "Mistresses" acabe en el prime time estadounidense. En este caso, es Raza Jaffrey.

24 agosto 2011

¿Es el actor o el personaje?

En unos días, "Lo que yo te diga" publicará una edición especial de su podcast centrada sólo en las nominaciones a los próximos Emmy, en la que yo estoy más o menos implicada, y entre algunas de las cosas que se comentan en ella, figura la eterna discusión de si un actor recibe reconocimiento por sus méritos o por el tirón del personaje. En el podcast, el tema está centrado en Jon Hamm y si este año merece el Emmy por sus habilidades como actor o por el fenómeno que es su personaje, Don Draper, en Estados Unidos. Casi nunca puede llegarse a ninguna conclusión hasta que no vemos a ese intérprete en otras cosas; en el caso de Hamm, sus apariciones en "Saturday Night Live", "30 Rock" y "La boda de mi mejor amiga", por ejemplo, muestran un lado cómico más que aceptable, aunque está claro que el tirón de Draper como tal no debe subestimarse.

Esta misma discusión se aplica a una de sus compañeras de reparto en "Mad Men", January Jones. Por su físico y su rostro, es muy fácil que se la encasille en producciones de época y en papeles de "rubia de Hitchcock", y justo por eso parece la opción ideal para ser Betty Draper, presa de todas las convenciones sociales de la época. En alguna ocasión, los críticos han sostenido que los Emmy deberían acordarse de ella más a menudo, y nominarla junto a sus compañeras Elisabeth Moss y Christina Hendricks, pero aquí se plantea un dilema similar y, al mismo tiempo, ligeramente diferente del que puede suscitar Jon Hamm. En un edición del podcast "Firewall & Iceberg", los críticos Alan Sepinwall y Dan Fienberg se preguntan si Betty hace parecer a Jones mejor actriz de lo que es, no tanto por el tirón del personaje, sino porque los guionistas escriben sabiendo cuáles son los puntos fuertes de su intérprete, y qué cosas no le pueden pedir.

El comentario surgió después de haber visto a Jones interpretando a Emma Frost, una auténtica mujer de hielo, en "X-Men: Primera generación". Se la ve un poco rígida y, paradójicamente, demasiado fría, y ni todo el vestuario provocativo de Frost puede alejar esa sensación. Sepinwall y Feinberg afirman que, en "Mad Men", Matthew Weiner y el resto de sus guionistas se dieron cuenta enseguida de no podían pedirle a Jones demasiadas alegrías, y fueron desarrollando a Betty para que pudiera mostrar su registro principal como actriz. En cambio, también notaron rápidamente que a Elisabeth Moss sí podían pedirle que hiciera muchas cosas distintas con Peggy Olson, porque las hacía todas bien. Lo que no es nada extraño en televisión. Con el paso de los episodios, los guionistas van viendo qué funciona y qué hay que cambiar, y van escribiendo los personajes acercándose mucho más a cómo los interpretan sus actores.

Una dicotomía parecida se daba también en "Friday Night Lights" con Tim Riggins. Lentamente, fue convirtiéndose en el corazón de la serie y, para ello, sus responsables descubrieron que Taylor Kitsch no es especialmente ducho con los grandes discursos, pero que tiene presencia y que, sin embargo, puede transmitir bastante con una o dos palabras. Así que mantuvieron sus diálogos en el mínimo imprescindible, y Riggins fue ganando en fuerza.

23 agosto 2011

Objetos perdidos

A veces, buscando cosas para ver en verano o inspiración para alguna nueva edición de los "casi famosos", nos topamos con títulos de los que casi nos hemos olvidado pero que, en su momento, nos hicieron pasar buenos ratos. En este caso, investigando en el currículum de Elle Fanning justo para tantear si hay algún momento de "casifamosez" digno de mención, he terminado recordando "Habitación perdida", o "The lost room", una miniserie de tres episodios de 2006, de cuando Syfy aún era Sci Fi y, tras la miniserie de "Galáctica", aprovechaba las Navidades para emitir algún título en formato de tres o cuatro capítulos. "The lost room" fue, quizás, de los más curiosos de los últimos años, y no sólo porque, si lo vemos ahora, la cantidad de actores conocidos se incrementa todavía más (sólo en la foto de arriba ya pueden verse a Peter Krause, Julianna Margulies, Elle Fanning, Peter Jacobson y Kevin Pollak).

El punto de partida era el descubrimiento, por parte del detective Joe Miller, de una extraña habitación en un motel abandonado en la que hay diferentes objetos que tienen poderes especiales. A él sólo le interesa investigar el cuarto porque pierde a su hija en él, pero pronto descubre que hay varios grupos de gente que buscan los objetos para aprovecharlos en su propio beneficio, incluyendo un millonario que también tiene en su hijo su motivación para unirse a la caza. Todos los objetos tienen un punto en común que no voy a desvelar, y algunos poseen una habilidad bastante inquietante, y Miller tiene que vérselas con personas en las que no sabe si puede confiar. En su momento, muchos espectadores se preguntaron si la miniserie no iba a ser una especie de piloto para continuar la historia en formato serie (una maniobra a la que Syfy no es ajena), pero "The lost room" no pasó de esos tres episodios.

Era bastante entretenida, con unos estupendos créditos que me parece que estuvieron nominados al Emmy, y no creo que sea un defecto que se queden algunas cosas sin explicar (qué manía tenemos con exigir que las series se acaben explicándolo absolutamente todo). De algún modo, podríamos decir que "Warehouse 13" es un poco la continuación de esta miniserie, en el aspecto de que sus protagonistas se dedican a buscar también objetos con poder (artefactos, los denominan), pero revistiéndolo de un tono más cómico. Lo que sí se puede decir es que, después, las miniseries navideñas de Syfy no resultaron tan efectivas. Optaron por "reinventar" títulos famosos como "El mago de Oz" y "Alicia en el País de las Maravillas", por ejemplo, y no siempre sabían cómo hacerlo. "Tin Man", por ejemplo, casi sólo merece la pena por la curiosidad de ver juntos a Zooey Deschanel, Alan Cumming y Neal McDonough, y "Alice" tenía algún toque peculiar. Pero, la verdad, para ver reimaginaciones de esas obras, o de "El mago de Oz" más concretamente, nos quedamos con "Oz, un mundo fantástico".

21 agosto 2011

La secuela de "Los Goonies"

Con tanta nostalgia y tantos remakes de series y películas de los 80, resulta curioso que la película que mejor retrata lo que eran las películas de palomitas en aquella época (un tipo de cine que cada vez se hace menos) sea de las pocas este verano con un guión original, lleno de referencias y homenajes, sí, pero original. Si Steven Spielberg hizo las cintas de Indiana Jones recordando las viejas películas de aventuras de los 40 y los 50 que veía de niño, J.J. Abrams se ha basado en su propia infancia y en los títulos que el propio Spielberg hacía y producía entonces para rodar "Super 8". "E.T.", "Los Goonies" y "Cuenta conmigo" (que justo no tiene ninguna relación con Spielberg, pero que Abrams recomendó a sus jóvenes actores) son sus referentes más claros, junto con las historias de experimentos gubernamentales y conspiraciones (el accidente de la central nuclear de Harrisburg se menciona al principio del film, ubicando la historia en 1979. "El síndrome de China", por cierto, se estrenó apenas unos días antes). Y con todo esto, los que crecimos en los 80 viendo justo estas películas podemos dejarnos arrastrar más fácilmente por las emociones de "Super 8". Reconocemos su tono y sus homenajes, y esto lo mismo puede ayudarnos a entrar mejor en la película, o a descartarla como un pastiche demasiado "infantil" para nosotros, que ya somos en teoría adultos que tenjemos todo eso superado.

Pero no es así. Sin inventar la rueda, ni falta que le hace, "Super 8" es tremendamente efectiva hasta en lo que de verdad la interesa contar, que es como Joe, su protagonista, supera un momento especialmente difícil de su vida y empieza a crecer. Lo mejor de la película, como también lo era en todos los viejos títulos mencionados antes, es la dinámica entre los chavales; sus piques, sus conversaciones telefónicas, sus tímidos intentos de acercamiento a las chicas... Abrams ha reunido a un interesante grupo de jóvenes actores (en el que la más famosa es Elle Fanning) que transmiten de sobra la relación entre esos amigos de un pueblo pequeño que lo hacen todo juntos, incluso rodar hilarantes películas de zombies con las cámaras de súper 8 de sus padres (y hasta cuelan su particular homenaje a "Alfred Hitchcock presenta"; quedaos a ver los títulos de crédito). Estas historias de maduración ya están vistas de todas las maneras posibles, pero los chicos de "Super 8" te la venden perfectamente y como si fuera nueva.

Por supuesto, quien busque todas las obsesiones de Abrams en la cinta, las encontrará (incluyendo la ya celebérrima "bola roja", aunque en este caso es blanca con fondo rojo, y los problemas paterno-filiales de sus personajes), y no es raro ver que Charles, el crío que dirige la película de zombies, es un trasunto del J.J. casi adolescente obsesionado con el cine. Para completar el dejà vú spielbergiano, Michael Giacchino ha compuesto una banda sonora llena de toques muy John Williams, y no me extrañaría que volviera a figurar entre las nominaciones a los próximos Oscars. Es muy fácil mofarse de "Super 8" y descartarla, como hemos dicho antes, como un pastiche, siguiendo una postura que, la verdad, me parece un poco snob. En serio que, por el tono, es la secuela que nunca llegó a rodarse de "Los Goonies". Si nos queda algo de los niños que fuimos, es muy probable que la disfrutemos mucho. No es tan complicado.

P.D.: Referencias hay a porrillo, y también actores conocidos principalmente por la televisión, pero me hace mucha gracia que uno de los hombres del pueblo que habla en la asamblea se apellide McCandless, como el astronauta que realizó el primer paseo espacial sin cables. Y el accidente del tren es como el accidente de avión de "Perdidos", pero más espectacular.

Música de la semana: Pues vamos a seguir con "Super 8", cuya banda sonora también está trufada de canciones de grupos muy conocidos a finales de los 70. Uno de ellos era ELO, o Electric Light Orchestra, de los que se escucha "Don't bring me down".

16 agosto 2011

Interludio en cuatro partes

1.- Primero, un aviso. A partir de hoy, y hasta el domingo (o el lunes), este blog va a estar de vacaciones. Sólo es una semana, o un poco menos, pero justo es alertar de que, como yo estaré en la ciudad de los valses, la actividad macguffinera se va a reducir bastante. Pero eso no quiere decir que os vaya a dejar sin alguna que otra cosa con la que pasar el rato.

2.- Por ejemplo, el nuevo episodio de "Yo disparé a J.R." ya está disponible, si os van estas cosas podcasteras. Ya tenemos blog exclusivo para el podcast, desde el que podéis escucharlo directamente y acceder al feed y a la página de iTunes para descargarlo, y en esta sexta edición mezclamos un poco la actualidad, con los problemas de AMC para renovar "Breaking Bad" y el final de "Mujeres desesperadas", con el comentario de "Web Therapy" y de un reality tan influyente, aunque no lo parezca, como "Project Runway", cuyo éxito inicial en Bravo (ahora se emite en Lifetime) propició la creación de "Top Chef" y derivados. La parte de AMC se nos ha quedado un poco "vieja" porque "Breaking Bad" ha sido renovada finalmente para una quinta y última temporada, pero los recortes presupuestarios de "The Walking Dead" se hacen hasta mayores.

- 0': El daño colateral de la renovación de "Mad Men" en AMC en las negociaciones para continuar "Breaking Bad" y "The Walking Dead".
- 16': El final de "Mujeres desesperadas"
- 34': "Web Therapy" y la reinvención de Lisa Kudrow.
- 51': El éxito de "Project Runway".



3.- A raíz de esta entrada en "¡Vaya Tele!" sobre promociones musicales de algunas series, he acabado encontrando otras, de títulos que no se mencionan ahí (esos son "Psych", "Perdidos", "Bones", "The Big Bang theory" y "Skins") y que son también bastante curiosas. "Rescue me", por ejemplo, ha solido tener anuncios musicales que siempre estaban bastante bien, y para su última temporada decidieron hacer éste, en el que todo desaparece lentamente, a los sones de "Elderly woman behind the counter in a small town", de Pearl Jam. En los comentarios se apuntaba ésta, premonitoria, de la quinta de "A dos metros bajo tierra", con el ya célebre "Breath me" de Sia, y que fue una de las muchas promociones interesantes que hizo la serie. Otros casos notables son "Friday Night Lights", que desde que empezó a emitirse en DirecTV tuvo unos anuncios curiosos, como éste de la tercera entrega con una canción tan asociada a la serie como "Devil Town", de Tony Lucca. O "Mujeres desesperadas", que siempre ha tenido promos musicales con temas generalmente bien elegidos, como el "Juicy" de Better Than Ezra que promocionaba la segunda temporada.

4.- En cuanto se acerquen los últimos días de agosto, también se vuelve más competida la carrera hacia los Emmy, que se entregan el próximo día 18. Por todas partes florecen los análisis, las predicciones y las entrevistas con algunos de los nominados. En los blogs yanquis están, por supuesto, haciendo todo tipo de quinielas y repasando alguna de las candidaturas más importantes, poniendo especial interés en la sorpresa de que "So you think you can dance" y su presentadora, Cat Deeley, se hayan colado en las de los realities, y también están adelantando algunas de las cosas que Jane Lynch puede hacer en su labor de conductora de la ceremonia (sabemos, por ejemplo, que no va a ser Sue Sylvester la que presente la gala, aunque el estilo de Lynch ya es de por sí sarcástico). Es posible que haya número musical, aunque tiene difícil superar el que Jimmy Fallon hizo el año pasado. Ese "Born to run" de Bruce Springsteen, por cierto, va a ser nuestra selección musical para la semana. Y como decían en "El prisionero", be seeing you (o como dice Heidi Klum a los que se marchan en "Project Runway", aufwiedersehen.

15 agosto 2011

La austeridad de Jane Eyre

Los tejemanejes de la distribución cinematográfica en España a veces son difíciles de comprender. Tomemos por caso algunas de las películas que se estrenan en Estados Unidos en noviembre o diciembre, con la esperanza de rascar alguna nominación al Oscar. Si no hay grandes nombres detrás, o una clara posibilidad de que vaya a funcionar en taquilla, las distribuidoras esperan a que se anuncien dichas nominaciones para decidir si compran sus derechos y facilitan su llegada a los cines españoles. El año pasado, pasó algo así con "Los chicos están bien". Al otro lado del Atlántico se vio en verano; aquí tuvimos que esperar a verla hasta febrero, o así. El inconveniente de esto es si la película en cuestión no consigue entrar entre las candidatas al Oscar y tampoco genera demasiado ruido entre críticos y periodistas. Ahí, su estreno en España se queda en el limbo. Es un destino que ha corrido "Somewhere", la última cinta de Sofia Coppola, y también la última adaptación al cine de "Jane Eyre", cuyo director, Cary Fukunaga, va a dirigir después un thriller de ciencia ficción, "Spaceless".

La película pasó demasiado desapercibida, quizás porque no se lanza de cabeza a una historia de amor condenada antes de empezar. Opta por un tono mucho más contenido, austero, más acorde con los páramos ingleses donde se centra la historia de Jane, su triste infancia y su trabajo en Thornfield Hall como institutriz de la pupila francesa del señor Rochester, un hombre de modales tan bruscos como el entorno que lo rodea. En ese aspecto, la cinta es muy romántica, en el sentido de hacer que el clima y la naturaleza se comporten de un modo acorde a lo que sienten los personajes, y es tan sobria como Jane, cuya estricta y severa educación le hace creer que no merece la felicidad pero, al mismo tiempo, fortalece su independencia, su sentido de que ella debe actuar según su voluntad y no dejar que otros decidan por ella. Ese aspecto es el que más destaca del libro de Charlotte Brontë, y el que lo convierte en moderno e interesante, a pesar de que su final decepcione a muchos sus lectores y casi todas las adaptaciones terminen por cambiarlo. La película es mucho más sobre la personalidad de Jane que sobre su relación con Rochester, y en ese aspecto resulta interesante.

También lo es por la ambientación y por una fotografía a veces de novela gótica y otras, muy pictórica, que juega con las fuentes de iluminación de la época (velas, luz natural, fuego) para transmitir mejor el entorno de Jane (eso, y una banda sonora de Dario Marianelli sensacional), y debe ser uno de los filmes simplemente más bonitos de ver. Sin embargo, a veces resulta frío y distante, y que apele casi siempre más al intelecto que al corazón puede alejar a algunos espectadores. Todos sus actores siguen el mismo estilo de contención, incluso sus dos protagonistas, Mia Wasikowska y Michael Fassbender, más sutiles y razonables que apasionados. Es una opción válida de presentar la historia, e interesante, pero igual eso llevó a que fuera una de las grandes olvidadas de la última temporada de premios. Yo nunca he sido muy fan de "Jane Eyre" ni, en general, de ninguna de las historias de las hermanas Brontë, pero el enfoque de Fukunaga merece una oportunidad.

13 agosto 2011

La esposa que dejó de ser "buena"

"No dejes que el nombre te engañe". Así de clara es la promoción que la CBS está haciendo de la tercera temporada de "The good wife". Desde el primer cartel, quedó claro que iban a conseguir que todo el mundo se entere de que, en septiembre, pasará a emitirse los domingos, y lo han hecho tomando prestadas las armas publicitarias de "Mujeres desesperadas", que compiten contra ella en la ABC. Pero esto no es sólo una argucia promocional. Alicia Florrick ha cambiado bastante desde el principio de la serie, y ya no es sólo la buena esposa del título. De hecho, por fin ha descubierto que es bastante más que eso.

Para sobrevivir en la jungla de Lockhart & Gardener, en la competencia inicial con Cary, las revelaciones sobre el pasado de su marido y su carrera política, las maniobras de Childs y la presión que da vivir en el ojo público, aunque sea indirectamente, Alicia necesita ser un poco tiburón, un poco una pantera negra que se desplaza entre las peculiaridades y dificultades del sistema legal y político de Chicago intentando salir lo más indemne posible. Es necesario endurecerse e ir más decididamente a por lo que uno quiere, y el crecimiento que hemos visto de la señora Florrick no sólo cristalizó en los eventos de los dos últimos episodios de la segunda temporada, sino que lo veremos, probablemente, ya en todo su esplendor en los nuevos capítulos.

De éstos, ya sabéis que la relación que me interesa (y que creo que también interesa más a la serie) es la de Alicia y Kalinda, bastante más importante para el funcionamiento de "The good wife" que la que Alicia pueda tener con Will, y hasta con Peter. A estas alturas, su papel de esposa abnegada que da apoyo incondicional ya está superado, y aunque Peter va a dar problemas, sin duda, ya no son fundamentales para definir quién es ahora Alicia Florrick. Los tejemanejes políticos de Eli Gold también me intrigan, sobre todo porque vamos a verlo interactuar más con Diane y espero que con Kalinda, y eso suele dejar buenos momentos. Al mismo tiempo que Alicia evolucionaba, la serie lo ha hecho con ella, y si en su primera temporada la comparábamos con los San Antonio Spurs, veteranos que parecen que no hacen nada pero que siempre optan al campeonato, ahora va camino de convertirse en los Chicago Bulls del primer three-peat de Michael Jordan. Para ser los del récord de 72 victorias y 10 derrotas de la temporada 1995/96, hay que ser prácticamente perfectos.

P.D.:  Ya que la CBS ha decidido cambiar un poco la promoción de la serie, los reto a que utilicen en algún anuncio "The bad thing", de Arctic Monkeys. Al fin y al cabo, tienen un verso que dice "haz algo malo, quítate la alianza de boda".

12 agosto 2011

Cierre con preaviso

Una de las cosas que más duele a los fans de una serie es que ésta se acabe de golpe y porrazo. La cadena pierde la confianza en ella, su audiencia se desploma y lo siguiente que sabes es que los últimos cuatro capítulos de la temporada sólo se verán por Internet. Con un poco de suerte, a lo mejor los guionistas se enteran a mitad de temporada de que no los renovarán y consiguen escribir un último episodio que sirva de cierre, y si tienen aún más suerte, pueden acabar la serie en sus propios términos. Últimamente, parece que las cadenas han optado por un enfoque más de "te renuevo por una temporada más, pero ésa va a ser la última", un enfoque que da a los responsables tiempo para terminar todas las tramas, que permite al canal dar un pequeño empuje promocional a la serie (que tal vez, si no, pasaría muy desapercibida) y que ofrece a los fans la posibilidad de despedirse en condiciones.

Curiosamente, casi todos los canales que están siguiendo esta táctica en los últimos meses pertenecen al conglomerado NBC Universal (excepto ABC, que lo ha hecho con "Mujeres desesperadas"). La NBC avisó con antelación del final de "Chuck", y detrás de ella repitieron la jugada Syfy con "Eureka" y USA con "In plain sight". En todos los casos habrán llegado, como mínimo, a la quinta temporada y la noticia no pilla a nadie por sorpresa. Tal vez, el cierre de "Eureka" sí lo haga un poco, porque durante unos cuantos años fue la serie más exitosa de Syfy (las malas lenguas dicen que tuvo la culpa de la cancelación de "Stargate SG-1", que aun así llevaba ya en antena una década), y parecía que el trío de los lunes que forman ese título, "Warehouse 13" y "Alphas" funcionaba bien. Pero la cadena ya estaba negociando hace tiempo la desaparición de ese pueblo de científicos brillantes. Lo que se canceló hace poco son los seis capítulos adicionales pedidos, aparte de la quinta temporada ya confirmada para el próximo verano. Esos seis episodios habrían sido una sexta y última entrega, pero al final los guionistas tendrán que apañárselas con capítulo extra para cerrar la quinta.

En cuanto a "In plain sight", su historia dentro de USA siempre ha sido un poco especial. Se estrena allá por marzo-abril, meses antes de que llegue el desembarco veraniego, y sea por la razón que sea, siempre ha sido un poco la "pariente pobre" de la batería de series de la cadena. Se ha ido manteniendo en la parrilla sin despuntar especialmente en audiencia ni figurar entre los títulos más discutidos por Internet o en los medios especializados, y el encanto del dúo Mary-Marshall sigue pasando desapercibido para muchos fans potenciales. Al acabar la tercera entrega, en la que nuevos productores ejecutivos tomaron las riendas del show, USA la renovó directamente por dos temporadas más, y ahora se ha sabido que ése será el final del camino.  Siempre tuve la sensación de que "In plain sight" iba aguantando porque, francamente, volaba por debajo del radar,  y toda la cantidad de estrenos que ha tenido el canal en los últimos meses ha llevado, probablemente, a que los marshalls de Albuquerque se marchen para dejar hueco a esos nuevos personajes.

Hace ya una temporada y media que me desconecté de las peripecias de Mary y Marshall, en cuanto vi que la tercera entrega los mantenía separados demasiado tiempo. Su contraste de personalidades, aunque muy clásico, era efectivo, contando con la fácil química entre Mary McCormack y Fred Weller, y nunca logré quitarme la sensación de que en Mary estaba viendo una versión quince años mayor, y con algunos matices ligeramente distintos, de Verónica Mars. No siempre acertaban con los casos, que funcionaban mejor cuando se mostraban las dificultades de los testigos por adaptarse a sus nuevas vidas, pero su pareja protagonista lo compensaba. Creo que ahora la situación personal de Mary es más complicada, y no sé si han vuelto a potenciar su relación con Marshall o no. Yo la abandoné, pero eso no quiere decir que no tuviera sus momentos.

11 agosto 2011

¿Cómo lo haría Lubitsch?

Sobre la puerta de su despacho, Billy Wilder tenía un cartel colgado que rezaba "¿Cómo lo haría Lubitsch?". Cada vez que se encontraba con un problema mientras escribía el guión de su siguiente película, miraba el cartel y pensaba en el famoso "toque" del director alemán, uno de los mejores directores de comedias de la historia del cine, para el que Wilder escribió el libreto de la imprescindible "Ninotchka" (que perdió el Oscar frente a "Lo que el viento se llevó"). Aquel "toque" se utilizaba para intentar explicar cómo eran las cintas de Lubitsch, cómo los fueras de campo, los diálogos con doble sentido y la fluidez de la narración confluían para lograr cosas como "Ser o no ser", la que está considerada por muchos su obra maestra, una película que tiene un chiste que se prepara en las primeras escenas y no se resuelve hasta la última, y que contiene una sátira contra el nazismo sorprendente si tenemos en cuenta que es de 1942 (en aquella época, se llevaban más las películas bélicas más abiertamente propagandísticas, y también hay que tener en cuenta que los aliados no descubrieron el primer campo de exterminio hasta casi el final de la Segunda Guerra Mundial, aproximadamente).

El argumento entrelaza una historia de espías con un triángulo amoroso propio de las comedias románticas, ambientándolo en una compañía de teatro de Varsovia que representa "Hamlet" al mismo tiempo que prepara una obra que se ríe del régimen nazi, justo antes de que éste invada Polonia. Todos los elementos que se ven en ese inicio van a tener su importancia más adelante, desde las flores que recibe en su camerino la actriz María Tura, a los uniformes alemanes de atrezzo, a la obsesión de uno de los actores por interpretar algún día a Shylock, el usurero judío de "El mercader de Venecia", y su famoso monólogo (lo que ya nos indica claramente que el actor es judío sin que se haga explícito nunca). Lubitsch siempre tiene unas cuantas bolas en el aire, pero nunca deja que ninguna se caiga. La película siempre está en movimiento con mucha elegancia, a la que contribuye una pareja protagonista igualmente elegante y certera con sus diálogos, como Jack Benny y Carole Lombard.

"Ser o no ser" son 99 minutos de "toque Lubitsch" siempre cerca de la perfección, con gags muy inspirados y un demoledor retrato de los oficiales nazis. Si Chaplin los llamaba "máquinas" en "El gran dictador", aquí son cortitos mentalmente y fáciles de engañar. Y ver esta película en pantalla grande es siempre una interesante experiencia. El cine Verdi en Madrid está reestrenando muchos clásicos este verano, desde "El padrino" a los spaghetti western de Sergio Leone, y permite que nos acerquemos a esas cintas del mismo modo en que fueron concebidas; para verse en una pantalla de cine y en una sala a oscuras, rodeados de más gente.

09 agosto 2011

Todos eran Tara

AVISO SPOILERS: No se puede hablar con propiedad de la tercera temporada de "United States of Tara", y de su final como serie, sin destripar algunas cosas importantes, así que ya sabéis cuál va a ser la tónica de esta entrada.

El anuncio de Showtime de que cancelaba "United States of Tara" y renovaba "Nurse Jackie" suscitó muchs comentarios en su momento sobre si las series de la cadena iban a alguna parte o repetían siempre la misma fórmula. En la gira veraniega de la TCA, el presidente de Showtime justificó el cierre de la serie (aparte de por cuestiones de audiencia) diciendo que no sabían hacia dónde podía ir después del final de su tercera temporada, lo que parece dar un poco la razón a quienes critican la cadena por esa sensación de repetición. Una cosa que siempre ha distinguido "US of Tara"es justo esa imprevisibilidad y ese continuo movimiento hacia adelante. En las tres entregas que hemos visto, su personaje central se ha explorado siguiendo sus intentos de cambiar y mejorar, y con esa exploración han ido cambiando  los secundarios a su alrededor y el tono general de la serie.

"Tara" nunca fue una comedia, aunque dure 25 minutos, y en el último tramo se ha visto claramente que podía ser muy seria si quería. Y a veces sí quería. En los capítulos de cierre de la segunda temporada, Alice llegaba a dar un poco miedo, y la aparición de Bryce ha sido realmente inquietante. Sacaba a la luz una zona oscura de la propia Tara que era peligrosa, y servía para que, finalmente, la situación familiar estallara, desde el sacrificio de Max (autoimpuesto porque su padre abandonó a su madre casi agorafóbica), a la rebelión de Marshall o a los sucesivos intentos de Kate de salir de casa (una subtrama muy divertida), sólo para acabar volviendo para poder cuidar de su hermano. Los dos hijos de los Gregson han tenido 12 capítulos de gran crecimiento y han ejemplificado perfectamente lo difícil que es convivir con la enfermedad de Tara, cómo es una gran carga que no puede tratarse a la ligera.

Y desde el final de la primera temporada, cuando Tara decide averiguar de una vez por todas el origen de su trastorno disociativo de personalidad e intentar encontrar un método que le permita controlarlo, la serie no ha tenido miedo de explorar que esa búsqueda significa desenterrar secretos familiares muy oscuros, las dudas de Tara sobre la medicación (que evita sus transiciones a sus alter egos pero también la deja como si estuviera constantemente emporrada), y el riesgo que implica que alguna de sus personalidades asuma el control en momentos en los que es Tara la que debería estar apoyando a su familia, como en el funeral de Lionel. Su intento de acabar con Bryce tirándose al río es el punto más bajo al que llega una Tara que sí tenía más cuerda para una cuarta temporada, si bien ésta tendría que haber sido muy diferente de lo que habíamos visto hasta ahora. Aun así, el final ofrece un cierre satisfactorio para casi todos los personajes y para su propia protagonista también, pues su viaje a Boston para ver al psiquiatra que le recomienda Hatteras está lleno de dudas, pero lo preside la esperanza de algo mejor.

Es también una pena que los Emmy se hayan olvidado por completo de "US of Tara" justo este año, porque merecía mucho más las nominaciones que sus vecinas de cadena que sí las tienen, como "Nurse Jackie" y "The big C". Todo el reparto se ha superado esta temporada, con mención especial para John Corbett y Keir Gilchrist, y Toni Collette ha seguido en su gran línea, dejando un buen dúo con un Eddie Izzard que lo mismo resultaba gracioso que nos servía para darnos cuenta de la gravedad de la situación. Al final, hasta echaré de menos a los alters, que se conjuran para salvar a Tara de Bryce, sin éxito, y es una nota simpática que estén los tres originales (Buck, Alice y T) magullados y heridos en la camioneta con Tara y Max cuando se marchan a Boston. Todos formaban parte de ella, todos eran distintos lados de su personalidad. Pero Tara necesita también que, como dicen en la canción de Supertramp que cierra la serie, "The logical song", alguien la ayude a saber quién es.

08 agosto 2011

¿Actúas o cantas?

Si habéis estado siguiendo las informaciones que han ido saliendo de la gira de la Asociación de Críticos de Televisión de EE.UU., seguro que habréis leído el cachondeo que algunos se trajeron durante la presentación de "New Girl", la comedia protagonizada por Zooey Deschanel que emitirá Fox. James Poniewozik, de "Time", no paró de hacer comentarios y bromas medio en serio sobre la adorabilidad de Deschanel y su personaje en la serie, excéntrica y muy Zooeyesca, al parecer. En esa presentación se supo que va a estar toda la serie canturreando cosas (lo que debe venir obligatoriamente en todos sus contratos), y nos lleva a una de esa ronda de actores cantantes que tanto nos gustan. Además, así completamos la mini-lista que hicimos de actores en vídeos musicales curiosos.



Y la lista de actores que también cantan se abre con Lauren Ambrose y su grupo, The Leisure Class, que se dedican al jazz y al soul, y que ha sido todo un descubrimiento (no para los que vierais "A dos metros bajo tierra", sospecho). De hecho, parece que Ambrose va a ser la protagonista del revival de "Funny girl" en Broadway para el que sonaba insistentemente Lea Michele. En esta entrevista en "The New Yorker", ella misma explica que estudió canto en el instituto, y cuenta un poco cómo empezó esa aventura con The Leisure Class. Por cierto, la canción del vídeo, "Brother, can you spare a dime?", es una de las más conocidas en Estados Unidos que hablan sobre la Gran Depresión.



En los últimos Oscars (bueno, en realidad hace ya un par de Oscars), descubrimos que Anne Hathaway podía cantar bastante bien, y después de todas sus indirectas hacia Ryan Murphy, por mucho que él diga que se van a dejar de artistas invitados, no me extrañaría que sucediera a Gwyneth Paltrow en las apariciones estelares en "Glee". Hathaway no tiene un grupo propio, que yo sepa, pero sí que ha cantado en alguna que otra película, como "Hechizada", cuando aún estaba bajo el influjo de Disney. Teniendo en cuenta que Michelle Pfeiffer también puede cantar, y que Hathaway va a ser la nueva Catwoman, ¿alguien se anima a hacer un musical sobre la mujer-gato? Si los hacen sobre Spider-Man...



Otro del que ya sabíamos que, además de tocar el piano, cantaba es Hugh Laurie. Lo ha hecho en "A bit of Fry & Laurie", también en ese grupo con otros actores televisivos que es Band from TV, y ahora se ha lanzado a grabar su propio disco de estándares de blues y jazz, como ese "Swanee River" del vídeo, interpretado en el clásico "Later with Jools Holland", de la BBC.



El que es una caja de sorpresas es Steve Martin. Su faceta de músico (el banjo es lo que toca) no es tan conocida como la de actor y cómico, pero resulta que junto con The Steep Canyon Rangers ha sacado algún que otro disco de folk y ha participado en varias giras, componiendo también bastantes canciones. ¿Lo fichará AMC para que haga la banda sonora de su nuevo western, "Hell on Wheels"). Y os dejo finalmente un enlace a "Mama's hands", de Sadie and The Hotheads, que es el grupo de la actriz Elizabeth McGovern, y en el que ha participado en algún que otro festival una de sus compañeras de reparto en "Downton Abbey", Michelle Dockery.



Y una actualización tardía, pero realmente curiosa, especialmente para los que vemos "Treme". Ya sabemos que Lucia Micarelli es violinista de verdad, y tuvo una temporada en la que acompañó a Jethro Tull en sus giras. El vídeo de arriba es de una de esas actuaciones, y es una curiosísima versión de "Kasmir", de Led Zeppelin. Si la preferís en cosas más jazzísticas, ahí os dejo ese estupendo "I don't stand the ghost of a chance with you", con la voz de Wendell Pierce.

07 agosto 2011

Series de cielos azules

Uno de los canales más exitosos ahora mismo en Estados Unidos es USA. Desde hace un par de veranos, se disputa con TNT el título de cadena de cable más vista, y rara es la temporada en la que no estrena varias series que funcionan en audiencia y que se convierten en éxitos. Por cada "Monk" que se acaba, llega un "Royal Pains" o se mantiene un "Psych", y aunque su toque ligero le hace objeto de muchas puyas por parte de los críticos y de los espectadores más sesudos, está bastante demostrado que funciona. Este artículo del "Wall Street Journal", de cuando Comcast compró NBC Universal, se preguntaba si la fórmula de los "cielos azules", seguida a partir de la buena acogida de "Monk", no corría el riesgo de volverse demasiado previsible y de agotarse, pero parece, por ahora, que ese riesgo no se ha hecho realidad.

Los estrenos de este verano, incluido "Suits", que es el que parece estar gustando más en la blogosfera, siguen la misma línea de espacios soleados, tonos optimistas y personajes centrales fuertes pero que siempre buscan el lado brillante de la vida, que cantaban los Monty Python. El único que sale muy poco de ese molde es Michael Westen, el protagonista de "Burn notice", que esconde cierta oscuridad en su interior, heredada probablemente no sólo de su condición de espía "quemado", sino también de la idea original que Matt Nix tenía para él. En un principio, la serie iba a estar ambientada en Nueva Jersey, o por ahí, y Westen iba a ser un tipo mucho más oscuro, más consumido por sus ansias de venganza contra la gente que fuerza su despido de la CIA. USA pidió que la acción se trasladara a Miami y que el carácter de Westen fuera menos torturado, y así surgió también el particular humor de la serie.

Si "White Collar" y "Suits" se centran en Nueva York, lo que vemos de esa ciudad está sacado directamente de una película de Woody Allen (pero se ve espectacularmente bien, sobre todo en la primera), y hasta comparten una fotografía de tonos azulados. En "In plain sight" tenemos los cielos azules de Albuquerque, y en "Royal Pains", directamente las playas de los Hamptons. Luego está la comedia tontorrona y divertida de "Psych", y podríamos seguir así con prácticamente todas las series de la cadena. Sea por la razón que sea, y el escapismo seguro que es una de ellas, funcionan, y casi son el espejo en el que el resto de cadenas del conglomerado, y sobre todo la NBC, tienen que mirarse para buscar más éxitos en cuanto a ficción (a Syfy no le va mal siguiendo un poco los pasos de USA).

Música de la semana: En el caso de "Royal Pains", su optimismo se refuerza ya desde los títulos de crédito, en los que suena "Independence", de un grupo danés, The Blue Van, cuyo nombre parece que hace referencia al vehículo que recogía a los enfermos mentales en Dinamarca.

06 agosto 2011

El último año en Wisteria Lane

El final de "Mujeres desesperadas", que la ABC anunciará oficialmente mañana, sí que marca de modo definitivo el cierre de una era en la cadena, y casi también en la televisión estadounidense. Junto con el fin de "Perdidos" el año pasado, la ABC pierde las dos series que la sacaron del pozo en el que se encontraba en 2004, dos series que tiene buena parte de la culpa de que se hablara de una "segunda edad de oro" de las series de televisión (por mucho que los parabienes críticos se los lleve el cable), con la inestimable ayuda después, en los primeros meses de 2005, de "Anatomía de Grey". El canal de Disney se vio propulsado de una situación parecida a la de la NBC en la actualidad a la cima del mundo en cuestión de meses, y luego no ha podido mantener esa posición. Por mucho que lo ha intentado, no ha logrado encontrar esa heredera de "Perdidos" que, francamente, todos sabemos que en realidad es "Fringe" y está en Fox (o últimamente es "Doctor Who" y está en la BBC), y aunque "Grey" mantiene buenos números los jueves por la noche, su imagen está muy erosionada, y Shonda Rhimes no es sinónimo de éxito garantizado.

Desde que se estrenó "Castle" y, tiempo después, "Modern family", la ABC ha empezado a cambiar su modelo de ficción, orientándolo más a los procedimentales y las sitcoms familiares (lo que es una vuelta a los orígenes, en realidad), pero ninguna ha alcanzado la repercusión de "Perdidos" y de "Mujeres desesperadas". Hasta me atrevería a decir que el cierre de Wisteria Lane puede incluso hacerle más daño a la cadena, porque sus protagonistas no sólo ocupan las portadas de "Entertainment Weekly" o "TV Guide" (las de "Wired" o "SFX" no están a su alcance); cualquier maruja estadounidense se ha cansado de verlas hasta en las revistas del supermercado, y su éxito llegaba a una audiencia más amplia, en cuanto a tramos de edad, que "Perdidos". Su última temporada va a ser interesante, enfrentada a otra serie con un perfil de espectadores que puede ser similar, como "The good wife", pero que tiene el apoyo crítico que las desesperadas perdieron hace tiempo.

Las razones de este cierre son, por supuesto, más económicas que otra cosa. La entrega que empezará en septiembre será la octava, nada menos, y eso implica un sustancioso encarecimiento de todo. Ya costó renovar los contratos de los actrices al final de la séptima temporada, y Marc Cherry ha abandonado las labores de showrunner para desarrollar otras series ("Hallellujah", que la ABC descartó para este otoño, era una de ellas), así que no es extraño que las partes implicadas hayan decidido que esta temporada es el mejor momento para cerrar el círculo abierto por el suicidio de Mary Alice a los cinco minutos de empezar el piloto. Aquel momento, más el misterio de lo que ocultaba Paul Young, más el tono entre de soap opera y comedia que tenía la serie, mezclando géneros sin ningún pudor, convirtieron "Mujeres desesperadas" en un bombazo en su primera temporada. Hasta ha llegado a tener un remake creo que en Argentina.

Fui muy fan hasta la cuarta temporada. Incluso cuando los misterios descarrilaban (no podían igualar el de la verdadera razón tras la muerte de Mary Alice), el humor me seguía enganchando. La faceta de tiburón de Lynette, o la vis cómica de Gaby, o el rollo muy de "Las mujeres perfectas" de Bree, o las humillaciones, cuando no se desataban demasiado, de Susan siempre evitaban que terminara despidiéndome de ellas antes de tiempo. Sin embargo, no empecé a ver la quinta entrega (es lo que tiene que fuera de las pocas que seguía por la tele, y La 2 no era muy constante programándola), y como tampoco las eché de menos, ahí me quedé. Ahora que "Mujeres desesperadas" se acaba, creo que su primera temporada es de obligado visionado para todo seriéfilo que se precie. La mezcla de géneros, su teoría de que todas las supuestas familias perfectas esconden esqueletos en los armarios y el gran trabajo de sus cuatro protagonistas (y la robaescenas de aquella primera entrega, Nicolette Sheridan) son muy interesantes para comprender el tipo de series que se han hecho después.

05 agosto 2011

El Oscar en el horizonte

La carrera de los Oscars es como la ropa de otoño; se empieza a exponer en los escaparates en cuanto empieza el mes de agosto. En cuanto se hace pública la programación de los festivales de Toronto, sobre todo, y de Venecia, se abre la veda para empezar con las especulaciones. Algunas de las películas que se presentan como posibles candidatas igual ni están del todo terminadas, pero no importa. Los "oscarólogos" comienzan al final del verano su quiniela, que este año es un poco más complicada por las nuevas normas de votación de las candidatas a mejor película (deben pasar de un determinado número de votos para estar nominadas, así que podemos tener el año que viene tanto cuatro como diez pretendientes al premio gordo).

"The Guardian" publicó no hace mucho una galería con 50 de esas aspirantes, algunas títulos ya esperados hace tiempo como "El topo", "War horse", "Carnage" (miedo me da su traducción en España, donde la muy recomendable obra en la que se basa se llama "Un dios salvaje"), la adaptación de David Fincher de "Los hombres que no amaban a las mujeres", "A dangerous method", "El árbol de la vida", "The Iron Lady", "The Ides of March" o "J. Edgar", entre otras. También incluían títulos que los críticos están deseando coronar como los sucesores en la ceremonia del teatro Kodak de "Winter's bone" y "Los chicos están bien", siendo "Like crazy" la mejor posicionada por el revuelo que organizó en el último festival de Sundance. Con ella, también está empezando a hablarse mucho de "My week with Marilyn", con Michelle Williams interpretando a la Monroe durante el rodaje de "El príncipe y la corista", o de "The help" (que por el trailer parece que es de las de tocar la fibra sensible, además de tener un gran reparto, así que no hay que descartarla), incluso de "Drive", un thriller que fue de lo más comentado en Cannes.

Todas estas predicciones tan tempranas, y en la mayoría de los casos sin haber visto más que fotos del rodaje, se hacen basándose únicamente en los nombres de sus responsables y en la distribuidora que tengan detrás. "My week with Marilyn", por ejemplo, tiene el apoyo de The Weinstein Company, consumados expertos en la carrera de los Oscars, y una película basada en un libro para niños como "Hugo" entra en las quinielas sólo porque su director es Martin Scorsese (por cierto, "La invención de Hugo Cabret" es un libro muy curioso). Y luego también se cuelan las películas pequeñas que se estrenan en verano y a las que los críticos otorgan el runrún que, tal vez, puede llevarlas hasta los Oscars. Este año, una de ellas es "Beginners", que se presenta como una posibilidad para que Christopher Plummer (que está muy bien) sea nominado al mejor actor secundario.

04 agosto 2011

Soledades seriéfilas

Una de las mejores cosas que tiene Internet para los devoradores de series y demás formatos televisivos es la capacidad de compartir nuestros gustos, comentarios, predicciones y cualquier idea peregrina que se nos ocurra. Permite que, de repente, en cuestión de dos semanas, todos empecemos a ver la misma serie al mismo tiempo, espoleados por los comentarios de otros blogueros (este verano parece ser el de "Miranda"), pero también tiene su contrapartida, y es que nos encontremos de golpe muy solos cuando somos los únicos viendo una serie lituana de vampiros, por ejemplo (no menciono un anime para chicas coreano, que no sé cómo se denominan en concreto, porque sé que es un género que tiene unos cuantos fans).

Todos tenéis esa serie que sólo veis vosotros y, a lo mejor, vuestro compañero de piso, y porque le obligais. Nadie habla de ella en ningún blog, ni se recomienda por Twitter, y los gurús de la crítica ls ignoran por sistema, pero vosotros no os la perdéis ninguna semana. Mi mayor caso de soledad seriéfila es, sin duda, "Law & Order UK". No sé qué me pasa con las series de policías. Todo el mundo se dedica a ver sitcoms originales de la BBC o series rompedoras de Channel 4, y yo me engancho a los detectives de ITV ("Scott & Bailey" también era de ese canal), que encima reutilizan guiones de las primeras temporadas de "Ley y orden". Como decían en muchas películas noir cuando le ofrecían un trago a alguien, "what's your poison".

Tampoco sé cuánto más voy a seguir con ella, porque ya están con esos cambios de reparto que le permitieron a su serie madre aguantar 20 temporadas en la NBC, y que a veces a mí me llevan a abandonar (los fiscales idealistas de esta franquicia me sacan de quicio, por ejemplo). En la quinta entrega (como sólo son de 6-7 capítulos cada una, pero las ruedan de 13 en 13, van a toda carrera) tenemos nuevos acompañantes para Alesha Phillips en el ministerio fiscal, y lo más divertido es que el nuevo jefe es Peter Davison, el que fue el quinto Doctor en "Doctor Who". Es divertido porque justo Alesha, que es una de sus subordinadas, está interpretada por Freema Agyeman, acompañante del décimo Doctor en la tercera temporada de la nueva etapa de la serie, y el décimo y el quinto Doctor hasta protagonizaron juntos "Time Crash", un especial navideño para el programa "Children in need" justo al final de esa temporada. Ahora, si logran que James Callis aparezca en la policía ayudando de algún modo a Matt Devlin, el personaje de Jamie Bamber, el círculo friki se habrá cerrado (los dos salían en "Battlestar Galactica", para los despistados).

03 agosto 2011

Canciones de agosto

Agosto, a veces, es un mes reñido con el intento de hacer comentarios sesudos y críticas ocurrentes sobre algunas de las cosas que pasan en Hollywood y aledaños. Y no es por falta de noticias, porque entre el previo de los Emmy y del festival de cine de Toronto (citas para las que aún queda un mes), los blogs están repletos de ejercicios de adivinación de todo tipo. Pero de todo eso ya hablaremos otro día. En lo que nos interesa hoy no es necesario adivinar nada, pero es un ejercicio de "pilla-caras" muy curioso que, además, hasta nos vale para recordar que MTV cumple nada menos que 30 años.

Ejemplo,el videoclip de arriba de Best Coast, dirigido por Drew Barrymore y protagonizado, al más puro estilo "West Side Story", por Miranda Cosgrove, Chloe Moretz, Tyler Posey y Donald Glover. Como Barrymore está preparando su segunda película tras las cámaras, después de "Whip it", no es raro que se dedique a practicar en el campo del videoclip, en el que se han curtido un buen número de realizadores, como Michel Gondry, por ejemplo, cuyo trabajo con The White Stripes para "Fell in love with a girl" creo que ha sido elegido el mejor de la historia de MTV.



Pero en cuanto a número de artistas invitados, el que hay en "Make some noise", de Beastie Boys, es de los que dejan con la boca abierta. Dirigido por uno de los miembros del grupo, MCA, tiene a Seth Rogen, elijah Wood y Danny McBride interpretando a las versiones de los músicos de finales de los 80, y es un avance de un corto de 30 minutos que la banda ha hecho para recordar el aniversario de su mayor éxito, "Fight for your right". Aunque sí hablamos de presencias curiosas de actores, igual pocos superan el siguiente ejemplo.



Devendra Banhardt es un tipo ya de por sí peculiar, pero el vídeo a lo Bollywood que se marcó para "Carmensita" supera sus estándares de peculiaridad, y en gran parte porque por ahí anda Natalie Portman en plan princesa india que necesita ser rescatada. Eso sí, para mezclas extrañas y paródicas, casi lo mejor es The Lonely Island, el grupo ficticio de "Saturday Night Live" cuyo último éxito es "Jack Sparrow", con Michael Bolton. Porque lo de James Van Der Beek en el vídeo de "Blow", de Ke$ha, aún estoy procesándolo.

02 agosto 2011

Películas All-Star y las polémicas de AMC



¿Os acordais de las películas de catástrofes de los 70, tipo "Aeropuerto", "El coloso en llamas" o "Terremoto"? Lo que las distinguía era un reparto de considerables dimensiones, que permitía entrelazar las historias de diferentes personajes para mostrar un tapiz más amplio de la catástrofe a punto de tener lugar, y además, el principal gancho de esos repartos era contar con un montón de estrellas del Hollywood clásico, y estrellonas del momento. En "Terremoto", por ejemplo, estaban Ava Gardner, Charlton Heston, Lorne Greene y Victoria Principal, y en "El coloso en llamas" se podía ver a Paul Newman, Steve McQueen, Faye Dunaway, Fred Astaire y William Holden (y O.J. Simpson, pero eso lo dejamos para otro día). Unas cuantas décadas más tarde, cuando se quiso hacer películas parecidas, aparecieron cosas como "Deep Impact", con Morgan Freeman, Elijah Wood, Vanessa Redgrave y Robert Duvall, entre otros, o el remake de "La aventura del Poseidón", con un star-system más limitado con Richard Dreyfuss, Emmy Rossum, Josh Lucas (cuando parecía que iba a ser el próximo galán de Hollywood) y Kurt Russell.

Estas cintas multitudinarias y All-Star de catástrofes han dejado paso, aprovechando el precedente de "Love Actually", a las comedias románticas que parecen seguir al dedillo el eslógan de la Metro en las décadas de 1920 y 1930 ("Más estrellas que en el firmamento"). Aquí no hay un desastre natural que una todas las historias al final, pero se sustituye por una fecha especial concreta. En "Love Actually" era, si yo no recuerdo mal, la Navidad, y luego Gary Ross hizo "Historias de San Valentín" y su secuela, "New Year's eve", cuyo trailer deja ver emparejamientos peculiares, como el de Ashton Kutcher y Lea Michele, o curiosos, como el de Michelle Pfeiffer y Zac Efron tras haber participado en "Hairspray". Semejante reunión de actores conocidos es casi el único reclamo de la película, y no garantiza de ningún modo que vaya a salir algo decente de ahí. Ya sabéis que, de "Love Actually", sólo me quedo con el rockero que interpreta Bill Nighy.

A pesar de lo harta que estoy de leer a los críticos estadounidenses quejarse sobre el final de "The Killing", está resultando fascinante ver cómo el idilio que mantenían con la cadena AMC parece haberse roto por completo. Se les rompió el amor de tanto usarlo, que cantaba Rocío Jurado. La encumbraron tras sólo dos series (muy buenas, es cierto), y la han derrocado al mínimo error (por muchas críticas justificadas que se le puedan hacer al remake de "Forbrydelsen"). AMC también les ha estado dando munición últimamente para que hagan aún más leña del árbol caído, porque las negociaciones para renovar sus títulos están siendo bastante más ajetreadas de lo que podría parecer. Primero, tardan mucho más de lo esperado en asegurarse que Matthew Weiner, y "Mad Men" continúan por dos temporadas más; después, tenemos la ya inefable controversia sobre "The Killing" (encumbrada y defenestrada a la misma velocidad con la que se hace un retweet); luego, Frank Darabont abandona su puesto como showrunner de "The Walking Dead" sólo dos días después de una triunfal aparición en Comic-Con, y por último, se hace público que las negociaciones para renovar "Breaking Bad" por una quinta y, posiblemente, última temporada tampoco están yendo según lo programado.

El crítico de "The Hollywood Reporter" resume el sentir de su gremio sobre las últimas maniobras de la cadena, un sentir a medias entre su esnobismo al adularla tanto inicialmente y las equivocaciones de un canal que ha pasado de vivir de reposiciones de películas a dominar en los Emmy a mejor drama, y en las listas de lo mejor del año, de la noche a la mañana. Nadie está enteramente libre de culpa aquí, y lo que está claro es que, quizás, la AMC ha estado metiéndose en demasiados jardines al mismo tiempo en su esfuerzo por asentar su nueva imagen, construida gracias al éxito de "Mad Men" y "Breaking Bad", en lugar de concentrarse en unos pocos esfuerzos. Todos los problemas que está teniendo ahora son presupuestarios; los escollos en las negociaciones con Weiner estaban en el intento de AMC de ganar algo de dinero de una serie muy bien considerada, pero poco vista; Darabont ya había dejado caer alguna que otra vez que no le hacían gracia los recortes de presupuesto (creo que se habla de casi 250.000 dólares por capítulo), y el lío con "Breaking Bad" está en que la cadena no quiere 13 episodios, sino ocho, como máximo. AMC está aprendiendo sobre la marcha a estar a la altura de aquella etiqueta de "la sucesora de la HBO" que le colgaron alegremente los críticos, y éstos se olvidan que sólo dos series, por muy buenas que sean, no hacen un canal de prestigio.

P.D.: Brevemente, y para no dejaros con la duda, vamos a resolver los "casi famosos" de ayer. La primera era Joanna Froggart ("Downton Abbey") en "Robin Hood"; el segundo, Dominic West, de guardia imperial de Naboo en "La amenaza fantasma"; la tercera, su compañera en "The Hour", Romola Garai, junto a Diego Luna en "Havana nights", secuela innecesaria de "Dirty Dancing"; la cuarta era January Jones en "Radio encubierta", junto a Chris O'Dowd, y la quinta era Elizabeth McGovern (otra que ahora podemos ver en "Downton Abbey") en "Gente corriente".