31 agosto 2007

Los klingon prefieren Max Factor

Seamos realistas. Una de las razones por las que mucha gente no quiere ni oír hablar de series de ciencia ficción es el maquillaje lisérgico de sus personajes alienígenas. No sé si esto empezó en "Star Trek" (¿el LSD se llevaba en el siglo XXIII?) o en aquel "Flash Gordon" en blanco y negro donde Flash llevaba un disfraz de Robin Hood, pero suele ser un argumento definitivo en su contra. Y, muchas veces, no les falta razón.

La trama puede ser muy seria y estar bien hilada y contada, los personajes pueden ser profundos y complejos, pero si cazas un capítulo suelto y lo primero que te encuentras es un tipo con antenas en la cabeza y pintado de azul celeste (como uno de los alienígenas de un episodio de "Star Trek: Enterprise" que vi de casualidad), tienes que ser muy fan para no cambiar de canal (y terminar viendo a los "marcianos" sin maquillaje de los programas del corazón). Sí, son prejuicios, los mismos que me han mantenido alejada de "Braveheart" porque no soporto a Mel Gibson, pero a la hora de decidir qué vemos, muchos nos movemos así.

"Babylon 5" podrá ser una obra muy seria, pero las pintas de Mira Furlan, por ejemplo, en esa serie son de campeonato. Y algunos de los extraterrestres de "Farscape" (que tengo por ahí, en nevera) son de tienda de parque temático. No lo neguemos. Buscando el exotismo (y movidos por la pléyade de monstruos raros de "Star Trek" y "La guerra de las galaxias"), estas series deben tener siempre un gran cuidado en que, por culpa de la combinación de los peinados de la blaxploitation con el catálogo de Titanlux, nadie las tome en serio y puedan llegar a caer en el ridículo.

Hay muchos más alenígenas de carnaval por ahí, en "Torchwood", por ejemplo, y en las series de la franquicia "Stargate" (otro ejemplo), pero tampoco vamos a hacer sangre. Porque ellas lo valen.

P.D.: Se me olvidaba. Sí, la música de la última promo de "Perdidos" en Fox es la banda sonora de "Doce monos", una composición del gran Astor Piazzolla. Por cierto, la película de Terry Gilliam está inspirada en este corto de Chris Marker, de 1962, "La Jetée".

30 agosto 2007

Cómo vender una serie

Siempre nos quejamos de que las cadenas españolas no saben publicitar sus series y que algunas fracasan porque éstas no las "venden" bien. Sin embargo, hay algunas series que son realmente difíciles de vender, o de recomendar a un amigo. El año pasado teníamos esta viñeta que explicaba, con mucha claridad, las dificultades para hacer que alguien viera "Verónica Mars". Lo mismo pasa si intentamos explicar de qué van estas series si prescindimos de los clásicos "es muy buena", "engancha mucho" o una que se ha puesto de moda últimamente, "no va en realidad de lo que parece", con lo que algunos se quedarán pensando si les estamos tomando el pelo.
¿Pero cómo vendes "Galáctica" sin decir lo obvio (que es un remake de una serie algo pastelosa de los 70), lo que es una losa, y la comparas con "El ala oeste de la Casa Blanca" (y no sólo porque en las dos haya muchas veces varios personajes charlando y caminando a la vez por esos largos pasillos)? ¿O cómo recomiendas "Friday Night Lights", en la que el fútbol americano es crucial para sus personajes, sin nombrarlo ni una sola vez? Claro que, cuando "Perdidos" se estrenó, a cualquiera que le dijeran que era algo así como "Supervivientes", pero con un accidente de avión y un aire a lo "Twin Peaks", lo menos que soltaría sería un bufido. Podemos decir que "Cinco hermanos" es un dramón familiar con tintes de soap opera de primetime, pero nos dejaríamos fuera un algo especial que la hace diferente (y que engancha un montón).
Así que hemos de fiarlo todo a frases del tipo "dále una oportunidad", "ya verás cómo engancha" y (ésta es mi favorita) "tarda en arrancar, pero luego no veas cómo te atrapa".
Y hablando de promociones, el otro día vi otra de las que Fox España está haciendo de la tercera temporada de "Perdidos", y me pareció muy curiosa, sobre todo por la música. A ver, poned a trabajar esos finos oídos... ¿Sabéis cuál es?

28 agosto 2007

Deberes para septiembre

El otoño televisivo casi está aquí, aunque algunas series no volverán hasta finales de septiembre y antes tendremos la nueva entrega de los Emmy, que este año descarta a los humoristas y se inclina por un presentador más convencional, Ryan Seacrest, avalado por el tirón de "American Idol". Lo que parecía una nueva temporada sin demasiado interés por aquí (y llorando todavía la cancelación de "Verónica Mars") va a terminar estando, otra vez, repleta de series, y no todas nuevas. De ésas, hay unas pocas de las que veré los pilotos, como "Pushing daisies", "Reaper", "Aliens in America", "Journeyman" y el que puede ser el placer culpable del otoño, "Bionic Woman", y de las demás esperaré a ver qué se dice por ahí antes de decidirme.
Entre las que regresan, la lista es más larga que la del año pasado, pero es que el año pasado no me había puesto a ver telecomedias, y ahora no pueden faltar "Cómo conocí a vuestra madre" ni "30 Rock", las dos muy divertidas y, de algún modo, algo diferentes de lo que se hace ahora en ese campo. Y por mucho que haya despotricado contra su final de temporada, "Héroes" seguirá en mi lista. Lo mismo que "House", aunque la vea al ritmo de Cuatro, igual que con "Medium", "Cinco hermanos" (con la que me lo paso en grande) , "The Closer" y "Psych" (y "Ugly Betty", si se deciden a estrenarla algún día). La segunda temporada de "Friday Night Lights" también promete, con todos los personajes en encrucijadas personales.
Hay algunas otras por ahí que tengo en la recámara, esperando el momento para verlas, como la continuación de "Extras" o "Weeds", con la que aún ando a mitad de la primera temporada. Para más adelante (2008) se quedan las que han retrasado hasta entonces sus cuartas temporadas (todos sabemos cuáles son) y las que tardan la vida en llegar a nuestras pantallas, como "CSI" y "Mujeres desesperadas", que ha ganado algunos puntos con los fichajes de Dana Delaney y Nathan Fillion. Puede resultar divertido.

27 agosto 2007

Aterrizaje

MacGuffin no tenía demasiadas telarañas, así que el regreso no ha sido difícil. Y, por lo que veo, el panorama televisivo tampoco se ha movido demasiado desde la última vez. Eso sí, las cadenas ya han empezado a anunciar las nuevas temporadas de sus series, y la CBS se ha decidido, por fin, a promocionar como Dios manda "Cómo conocí a vuestra madre", En ByTheWay podéis ver un anuncio de Ted, Barney y compañía metidos en una escena de un "CSI" cualquiera, con su toque particular. Y en la tele española, el estreno que me ha dejado alucinada es el de "Jeopardy" en Antena 3, sobre todo porque no me cabe en la cabeza como un concurso con casi 40 años de vida en EE.UU. ha tardado tanto en llegar por aquí, en especial cuando su mecánica es incluso más sencilla, pero menos absurda, que la de "¡Allá tú!".
Mientras, al otro lado del charco, "Héroes" ficha a actores como si fuera el Real Madrid en tiempos de Flópez, alias Florentino Pérez, y empiezan a surgir las sospechas de que esto puede seguir el mismo camino que el de los "galácticos" merengues. Aunque el fichaje de Kristen Bell ha renovado mi interés por ver la segunda temporada, temo que éstos sí que van a matar la gallina de los huevos de oro antes de tiempo. Va a resultar que los chicos de "Perdidos" todavía hacen las cosas con cuidado de no sobreexplotar la serie. Y cómo ésta (y "Galáctica") no vuelve hasta 2008, "Héroes" (y otro montón de series) me tendrá entretenida en otoño.
Entre ese montón, por cierto, creo que estará "Principal sospechoso", la miniserie en la que, durante siete temporadas, y 15 años, Helen Mirren dio vida a Jane Tennyson, una superintendente de policía a la que no se le resiste ningún caso, exigente y comprometida, pero con muchas dificultades para llevar una vida más o menos normal, sobre todo por su alcoholismo. Dado que, entre Canal+ y Canal+ 2, están repitiendo las primeras entregas en bucle, he visto la tercera, "El círculo interno", en la que Tennyson investiga un asesinato escabroso entre la gente pudiente de una pequeña ciudad. La investigación se adentra por ese círculo interno, pequeño y escogido, de los ricos y poderosos, donde todos se protegen entre sí, se creen con derecho de conseguir cualquier cosa que se proponen y la traición ni se olvida, ni se perdona y, a ser posible, es vengada. Como en cualquier buen policíaco, la resolución del caso es la excusa para mostrarnos cómo es en realidad una sociedad y cómo son, hasta qué punto están podridas, las personas que la forman. No me extraña que Tennyson, en la que está ligeramente basada Brenda Johnson ("The Closer"), se dé a la bebida.

P.D.: Algo de música para "celebrar" la vuelta de MacGuffin al modo full time. Primero, una de las múltiples canciones que suenan en "Torchwood", "Can't stand me now", de The Libertines. Y, después, una de Pink Martini, "Sympathique", que dice claramente que "yo no quiero trabajar".

17 agosto 2007

Pausa estival

Ha llegado el momento de abandonaros durante unos días, que MacGuffin también necesita un descanso lejos del ordenador (y será a bastantes kilómetros de él, además). Para que podáis sobrevivir a estos últimos días de agosto, os voy a dejar algunas de esas promociones de series que tanto abundan en YouTube, y no todas han sido hechas, o encargadas, por las cadenas.
Por ejemplo, ésta es una promoción de la tercera temporada de "Verónica Mars" que un fan hizo utilizando la metáfora que utiliza Verónica entre las consecuencias de un huracán y cómo intenta superar el asesinato de Lilly Kane.




La cuarta temporada de "Los 4400" se anunciaba este verano con esta promoción en la que los personajes principales nos recuerdan que es algo muy humano querer ser extraordinario.



Por fin, este septiembre, Fox empezará a emitir en España la tercera temporada de "Perdidos". Ya está emitiendo las primeras promociones, que enfatizan esa capacidad de la serie de generar multitud de preguntas.



Y, finalmente, una promoción del canal australiano Ten sobre "Torchwood", mi descubrimiento veraniego. Nos vemos a final de mes.

16 agosto 2007

Bourne en acción


Sólo un nombre no es suficiente para saber quién eres. Al final de "El mito de Bourne", Jason Bourne recibe una llamada telefónica que le dice cuál es su nombre real, dónde nació, pero eso no es suficiente para saber quién es, cómo se convirtió en lo que es ahora. Lo peculiar de "El ultimátum de Bourne", la tercera película de la saga del agente desmemoriado, es que no sólo retoma la acción donde la dejó la segunda, sino que empieza contándonos qué hizo Bourne entre su viaje a Moscú, para saber quién fue su primer objetivo como agente de la CIA, y su aparición final en Nueva York.

Y vaya que si le pasan cosas. Greengrass rueda con el nervio y la inmediatez adquiridos tras su paso por "World in Action", un programa de reportajes de la televisión británica que investigó asuntos como la trama de los Seis de Birmingham y llegó a introducirse en el servicio secreto británico. Su estilo casi documental, casi siempre con la cámara al hombro, nos mete por todas partes, se mezcla entre la gente que sigue con sus vidas mientras la CIA, en este caso, actúa con impunidad en cualquier lugar del mundo, sabiéndolo todo sobre todo el mundo, eliminando "elementos" que representen una amenaza incluso aunque sean sus propios agentes e incluso aunque haya que hacerlo en medio de la muchedumbre que atesta la estación londinense de Waterloo. Cualquier obstáculo en el camino de la consecución de sus fines es quitado de enmedio sin más contemplaciones que enviar al móvil del ejecutor la foto de su objetivo.

Si "El caso Bourne" y su secuela nos presentaban los primeros esfuerzos de Jason Bourne por recuperar la memoria y su identidad, en ésta se encuentra ya muy cerca de alcanzar la meta y todo se precipita. Se suceden las persecuciones y las peleas, apenas hay un minuto de respiro y, cuando Bourne consigue alguno, la calma no es tal, porque él sigue sin saber quién es. Esta búsqueda de su identidad ha hecho que algunos críticos digan que Jason Bourne es un espía del siglo XXI, pero en realidad, sus películas se construyen sobre otros títulos, como "The french connection", películas de acción orgullosas de serlo, bien planteadas y que saben que el ritmo y la tensión no están en la espectacularidad de los efectos especiales.

P.D.: No os vais a librar de la curiosidad musical de turno, no señor. En este caso, y para unir todavía más "El mito" y "El ultimátum de Bourne", la canción que cierra ambas películas es la misma, "Extreme ways", de Moby.

15 agosto 2007

Suspiros de Pepa

Imaginad. La 2. Mediados de los 90. Es la época en que la ficción española despega gracias, sobre todo, a "Farmacia de guardia" y empiezan a ponerse de moda las telecomedias familiares, de las que "Médico de familia" acabó siendo el ejemplo más exitoso y el paradigma que todos querían seguir, con tramas para toda la familia, para lo que había que incluir a los padres, los abuelos, la asistenta, los hijos (a ser posible, de diferentes edades)... Entre todas las que proliferaron entonces, y las que se estrenaron más tarde que derivan directamente de ese modelo (como "Los Serrano"), hay una que realmente destacó por la peculiaridad más que de su propuesta, de su desarrollo.

En un principio, ésta no era demasiado original, ya que teníamos al matrimonio y los tres hijos, con dos chicas adolescentes y un niño más pequeño. Si yo no recuerdo mal, la acción apenas se movió de la casa de la familia (como mucho, salía al bar donde trabajaba ella) y, si no estoy mal informada, estaba inspirada en "Roseanne", sobre todo la relación del matrimonio. Por alguna extraña razón, una sitcom que parecía otra más ha quedado como una serie que jugaba en su propia liga, especialmente por sus personajes. Porque "Pepa y Pepe" eran, claro, el matrimonio protagonista, encarnados por Tito Valverde y Verónica Forqué, con personalidades totalmente contrarias pero, a la vez, complementarias. Por allí pululaba también Julia, amiga de Pepa, y que presentaba a una Isabel Ordaz no muy alejada de su Hierbas de "Aquí no hay quien viva", y las dos hijas mayores, unas María Adánez y Silvia Abascal para las que la serie fue su verdadero trampolín, y que son las dos hermanas mejor representadas de la televisión española.

Hace años que no he vuelto a ver esta serie, y eso que guardo un recuerdo muy bueno de ella. Creo que, sin pretender inventar la rueda, consiguió un mejor resultado que otras que van de novedosas, como "El internado". En Stage6 pueden verse unos cuantos capítulos, en los que lo primero que destaca es la música utilizada en sus títulos de crédito, una versión del pasodoble "Suspiros de España" que sonaba parecida a ésta. Como curiosidad sobre ese pasodoble, en la película "Soldados de Salamina" (muy recomendable) se emplea otra versión, cantada por Diego el Cigala, que resume perfectamente el ambiente de la película, y que fue la versión que el escritor Manuel Vázquez Montalbán quiso que sonara en su funeral.

14 agosto 2007

Melodías de Broadway

Después del paso de Damon Lindelof y Carlton Cuse por el Comic-Con de San Diego, los rumores y las especulaciones sobre la cuarta temporada de "Perdidos" se han disparado, sobre todo en lo concerniente a los nuevos personajes de esa temporada. La semana pasada, Mike Ausiello, de TV Guide, apuntaba que uno de esos personajes, Charlotte, parecía hecho a la medida de Kristen Bell (o Verónica Mars, porque esos dos nombres son sinónimos), y que los productores de la serie habían pensado en ella, de hecho, para interpretarlo. Sin embargo, parece que Bell ha optado por no mudarse a Hawai. ¿La razón? Su posible regreso a los escenarios de Broadway como protagonista de la adaptación de "Una rubia muy legal", cuya primera temporada ha funcionado bastante bien.

No es la primera actriz que se hace conocida en la televisión después de haber debutado en Broadway. Algunos incluso se han hecho un nombre en las tablas neoyorquinas. En el caso de Bell, en sus comienzos están el musical de "Las aventuras de Tom Sawyer" y un pequeño papel en el reestreno de "Las brujas de Salem" que protagonizaron Liam Neeson y Laura Linney. Nada que la pusiera en el mapa, claro (y nada tan camp y divertido como ese "Reefer madness" que hizo para televisión), pero no todas pueden ser como Sara Ramírez, por ejemplo, que cuenta en su haber con "Dreamgirls" y con un Tony por su trabajo en "Spamalot", la versión musical de la película de los Monty Python "Los caballeros de la mesa cuadrada" (podéis escucharla aquí). O como Michael C. Hall, cuyo Emcee en la versión de "Cabaret" de Sam Mendes lo llevó directamente a "A dos metros bajo tierra". Al fin y al cabo, Alan Ball, creador de serie, era el guionista de "American Beauty". Hall fue también Billy Flynn en "Chicago".

El paso por los musicales de estos actores es mucho más divertido porque, además, su imagen suele ser muy diferente de la que estamos acostumbrados a ver. Ya apuntamos hace tiempo que Neil Patrick Harris ("Cómo conocí a vuestra madre") había sido, como Hall, Emcee en "Cabaret", pero es que este chico también fue uno de los protagonistas de la versión de "Rent" que se representó en Los Ángeles. Por "Spamalot" pasó también David Hyde Pierce ("Frasier"), que era el rey Arturo, y de todos es conocido que los primeros pinitos de Catherine Zeta-Jones fueron en varios musicales del West End londinense, entre ellos "Annie", "Bugsy Malone" y "La calle 42". Cuando hizo "Chicago", es lógico que cantar y bailar se le diera bien. Lo mismo le pasa a John Barrowman, protagonista de "Torchwood", que participó en producciones de todo tipo del West End, desde "La Bella y la Bestia" a "Hair", "Sunset Boulevard" o el clásico de Cole Porter "Anything goes". Hay muchos más ejemplos. Ya iremos descubriéndolos con el tiempo.

P.D.: Y ya que hablábamos de Kristen Bell y su trabajo en el teatro musical, la imagen es de una representación en la Ópera de Los Ángeles de "A little night music", un musical de Stephen Sondheim basado en la película de Ingmar Bergman "Juegos de verano". Esa representación en concreto contó con el protagonismo de Victor Garber, o lo que es lo mismo, el señor Bristow en "Alias". La canción más famosa de este musical es "Send in the clowns", y en este enlace podéis escucharla en la voz de Judi Dench.

13 agosto 2007

Cualquier tiempo pasado...

Fue ayer, que dirían Les Luthiers. Y con mucha razón. Tendemos a ensalzar en nuestra memoria cosas que vimos y escuchamos cuando éramos niños. Sí, entonces nos encantaban, y nos parecían lo mejor que se había hecho desde la invención de la rueda. El problema viene cuando dejas de tener 12 años y vuelves a ver algunas de esas series que idolatrabas, con resultados nefastos, por lo general.

Las mañanas revival de Cuatro y Antena 3, y las tardes de Localia (y si alguien trasnocha en casa los viernes viendo la Primera), han permitido que recuperáramos algunas series que, francamente, nunca deberían haber salido del baúl de los recuerdos. "El equipo A" y "El coche fantástico", por ejemplo, han envejecido bastante mal, y lo mismo puede decirse de "MacGyver". No sólo son los peinados imposibles o esos modelos del armario de la abuela, sino que, de algún modo, la forma de narrar se ha quedado obsoleta. Nos hemos acostumbrado al ritmo frenético de series como "24" y los casos de "Luz de luna", por ejemplo, se ven ahora más lentos que el caballo del malo (aunque el tira y afloja entra David y Maddie aguante bien). En estas series de los 80, por lo general, los personajes solían ser bastante planos (la angustia existencial grunge todavía no había hecho su fugaz aparición) y, no nos engañemos, siempre había un Deus ex machina que solucionaba hasta el entuerto más enrevesado.

Muy pocas series han soportado el paso del tiempo, y del recuerdo que tenemos de ellas de cuando éramos unos críos inocentes (si alguna vez lo llegamos a ser). "La tía de Frankenstein" es una de ellas, y en mi caso, "Las chicas de oro" me siguen pareciendo tronchantes. "Fraggel Rock" es otro de esos mitos infantiles que resiste sorprendentemente bien, pero no me atrevo a ver de nuevo "Los osos gummi", como algunos valientes que lo han intentado, y miedo me da pensar en cómo debe verse ahora "Remington Steele". No voy a decir nada de la versión setentera, y original, de "Galáctica" porque los cascos de estilo egipcio todavían me hacen daño a los ojos. Por cierto, ayer tuve la mala suerte de pillar, creo que en TNT, uno de los primeros capítulos de "Dawson crece" en la universidad, cuando Dawson va a ver al profesor de un taller de cine, que está viendo "Psicosis" en una pequeña tele, y Dawson le dice algo así como "Psicosis. Universal. 1960. Janet Leigh y Anthony Perkins", una frase muy de Remington Steele, que utilizaba argumentos de películas para resolver los casos.

11 agosto 2007

Dies irae

En griego, la palabra Apocalipsis significa "revelación". Eso, y no otra cosa, es el libro final de la Biblia, la revelación a Juan de cómo será el Juicio Final. En todas las épocas con ciertas tensiones (en cambios de siglo, en periodos en los que parece que la guerra es inminente) aparecen obras que lidian con ese momento, con la llegada del fin del mundo, ya sea a través del nacimiento del Anticristo (un ejemplo reciente, y no demasiado bueno, es "El fin de los días"), por culpa de una catástrofe inevitable (tipo el choque de un meteorito, como ocurre en "Deep Impact") o como consecuencia de una guerra devastadora a escala planetaria, generalmente nuclear, un tema que se puso muy de moda con la Guerra Fría, y que "Jericho" repescó para nuestros días. Las que optan por esta última tendencia, suelen centrarse en mostrar qué pasa después de ese Apocalipsis, lo que suele ser todavía peor que el desastre en sí. "Soy leyenda", por ejemplo, se adentra por ese camino, lo mismo que "28 días después" y su secuela, que deben mucho al libro de Richard Matheson.

Al tratar sobre las consecuencias, todo dependerá de cuántos supervivientes haya, de la situación en la que se encuentren... Por supuesto, lo más interesante es tener un grupo pequeño de personas que intentan sobrevivir a la vez que son conscientes de la amenaza inminente que puede terminar con ellos en cualquier segundo (la incansable persecución de los cylones tras los humanos en "Galáctica", la nube radiactiva que amenaza a los escasos supervivientes de "La hora final"). Unos pocos humanos acorralados son una fuente sensacional de conflictos, de dramatismo, de angustia... La situación saca lo peor de cada uno y, en ocasiones, también lo mejor.

En la época en la que nos toca vivir, las historias que amenazan con la llegada del Fin del Mundo están otra vez de moda, casi siempre siguiendo a unos héroes que deben evitar que éste se produzca (ésa era la premisa de la primera temporada de "Héroes"), pero yo encuentro mucho más interesantes las que nos presentan las consecuencias. Esas consecuencias incluso pueden derivarse de un Apocalipsis no en ese sentido literal del término, sino más metafórico, como ocurre con los supervivientes del accidente de avión en "Perdidos", para los que el "fin del mundo" viene representado por esa isla que los pone a todos a prueba. Cuando sabes que sólo quedáis unos pocos, y que vuestros días están contados, lo interesante es ver qué vas a hacer y cómo lo vas a llevar a cabo. La situación no tiene remedio, no hay vuelta atrás. ¿Te vas a rendir?

P.D.: Dies irae es otra manera de nombrar el Día del Juicio Final, el "día de la ira", y es un poema medieval, en latín, muy utilizado en las misas de réquiem, como en la que compuso Mozart.

10 agosto 2007

Extras, anuncios y taikos


  • Andy es mezquino, patético y vendería a su madre por una frase en una película. También es realmente divertido y es el protagonista de "Extras", la serie con la que Ricky Gervais continuó su andadura después del éxito de "The office". Por ahora, estoy empezando con la primera temporada, y he de decir que el capítulo con Kate Winslet es terrible. Ya comentaremos más cuando la termine.

  • Los anuncios de televisión tienen cada vez unas selecciones musicales más curiosas. Ya hablamos de aquél que usaba el "You'll never walk alone" del musical "Carrusel" para anunciar comida para bebés pero, ¿qué me decís de ése de Renault que recupera una canción de Kiss, "I was made for loving you"? ¿Y del de la ONCE, poniendo otra vez de moda a Europe y "The final countdown" (nunca nos libraremos de esa canción)? Pero el caso más peculiar que he visto últimamente es el de Calvo y aquél "mítico" (para quien fuera adolescente en los 90, en pleno dominio del bakalao) tema de Chimo Bayo, "Así me gusta a mí". Todos juntos.... ¡Uh-ah!

  • Hablando de música, pero de series, resulta curioso que "Caso abierto" no pueda editarse en DVD por problemas con los derechos de las canciones que aparecen en cada capítulo. Si habéis visto la serie alguna vez, os habréis dado cuenta que la ambientación para los flashbacks se hace muchas veces a través de canciones muy conocidas de cada época en concreto. Y, si pasamos a una de las obsesiones macguffineras por excelencia, y aun a riesgo de quedar más friki de lo que ya soy, os dejo un tema de la segunda temporada de "Galáctica", un "preludio a la guerra" que resume el estilo de la música de esta serie, entre "La delgada línea roja" y las películas de samuráis (esos tambores japoneses son mis preferidos, por cierto. Se aprecian más aquí, en "Scar".).
  • Para terminar, tengo en mi lista otra serie de los estrenos veraniegos del cable en EE.UU., "Mad men", ambientada en el sector publicitario de los 60. Sólo por la ambientación y la fotografía merece la pena echarle un vistazo, y por sus títulos de crédito. Otra con unos créditos curiosos es "John from Cincinnati", la nueva serie de David Milch, el creador de "Deadwood". Aunque los que me han parecido aún más curiosos son los de "Star Trek: Enterprise" que, aprovechando que con ese nombre ha habido, entre otras naves, un barco de guerra de la Marina inglesa del XVIII y el primer transbordador espacial de la NASA (que nunca llegó a volar), unen en los créditos los barcos de las expediciones europeas de ultramar con el "Espíritu de San Luis", las misiones Apolo a la Luna, los actuales transbordadores, el pequeño robot Sojourner en Marte e, incluso, la Estación Espacial Internacional.

08 agosto 2007

Crononautas de la Pérfida Albión

Existen muchas maneras de viajar en el tiempo. Puedes sufrir un accidente y, de repente, despertarte más de 30 años atrás, en 1973, sin que sepas qué ha pasado realmente, por qué estás precisamente en ese tiempo y de qué manera puedes regresar a tu época. A lo largo de la primera temporada de "Life on Mars", Sam Tyler, su protagonista, sospecha que está en coma (no para de escuchar las conversaciones de los médicos a través de la radio y la tele, y ésta lo hace, además, de una manera bastante inquietante) y se pasa los ocho episodios intentando averiguar qué tiene que hacer para despertar de vuelta en 2006. Además, los casos que debe resolver tienen todos resonancia en su infancia, lo que le obliga a plantearse su propia vida. Por ahí llaman a este serie un "policíaco existencialista", y no andan demasiado desencaminados.

La trama podría ser una vuelta de tuerca a la de, por ejemplo, "Peggy Sue se casó", pero en las tribulaciones de Sam nunca queda muy claro si realmente está en coma, como él cree. Las constantes alusiones a "El mago de Oz" podrían apuntar hacia otro lado, teniendo una función parecida a la que tienen en "Perdidos". La segunda temporada, desde luego, promete ser muy interesante, y no sólo porque sea la última. No sé si nos desvelarán qué le pasa a Sam pero, por lo menos, y como ya dejé caer en alguna otra ocasión, tampoco importa mucho porque con lo que se disfruta un montón es con la fauna que puebla esa comisaría de Manchester, sobre todo con el jefe, Gene Hunt (o Gene Genie, el genio Gene, como se autodenomina él). Lo curioso del tema es que los responsables de "Life on Mars" son tres guionistas con mucha experiencia en la tele británica, incluyendo "EastEnders", "Doctor Who" y la otra serie de la que hablaremos enseguida, "Torchwood", y el estupendo dúo que da vida a Sam Tyler y Gene Hunt, John Simm y Philip Glenister, ya habían trabajado juntos con anterioridad en la miniserie "State of Play", principal culpable de que David Yates sea el nuevo director de la saga de Harry Potter (algún día habrá que estudiar todo el talento británico detrás de las películas del mago de J.K. Rowling, porque todas estas coincidencias aparecen sin que yo las busque).

Los viajes en el tiempo de "Torchwood" se refieren, más bien, a la brecha dimensional sobre la que se instala esta agencia especial, dedicada a salvar el mundo de todos los ingenios y los extraterrestres que llegan a la Tierra a través de dicha brecha. Y también se encarnan en su protagonista, Jack Harness, un tipo del que sus subordinados no saben nada en absoluto, pero al que los espectadores de "Doctor Who" (serie de la que "Torchwood" no sólo es un anagrama, sino también un spin off), conocen perfectamente como un Agente del Tiempo que viaja hasta el Cardiff del siglo XXI con el propósito de evitar una catástrofe. Sólo he visto dos capítulos de los que Cuatro ha emitido hasta ahora y resulta muy entretenida, además de tener una deuda con "Buffy" y Joss Whedon, en general, bastante evidente (¿a nadie más le parece que Harness y Malcolm Reynolds podrían compartir ropero?).

07 agosto 2007

Burtoniano

La estética de las películas de superhéroes nunca volvió a ser la misma después de "Batman", y cualquier historia con ciertos tintes góticos que se ruede ahora mismo pagará siempre tributo a "Eduardo Manostijeras" y "Pesadilla antes de Navidad" (aunque ésta la dirigiera Henry Selick). ¿Cómo es posible que un tipo tan peculiar como Tim Burton, marcado a fuego por los cuentos góticos, la muerte y el expresionismo, haya conseguido ejercer tanta influencia? Este antiguo animador de Disney, que huyó de allí al ver que le sería imposible dibujar los proyectos que bullían en su cabeza, ha ido siempre por libre y, aunque al principio no lo parecía, ha terminado disfrutando no sólo de cierto culto, sino de un éxito notable.

Últimamente, además, después de recuperarse del traspiés creativo que fue el remake de "El planeta de los simios" con "Big Fish" y "La novia cadáver", su influencia parece notarse todavía con más fuerza. Los últimos ejemplos son el personaje de Bellatrix Lestrange en las películas de Harry Potter, que interpreta, precisamente, la pareja de Burton, Helena Bonham Carter, y que podría haber salido perfectamente de "La novia cadáver", y el piloto de una de las series de la ABC para este otoño, "Pushing daisies", cuyo preair está ahora mismo en boca de casi toda la blogosfera teléfila hispana. Sólo he visto algunas promociones de la serie y, aunque la estética debe mucho al Burton de "Big Fish" y a "Amelie", creo que la mano de Barry Sonnenfeld se nota en todos esos movimientos de cámara que practicó como director de fotografía en las películas de los hermanos Coen y, sobre todo, en "Arizona Baby".

El tema de la serie y la manera de lidiar con la muerte de su protagonista sí que son bastante propios de Burton, que en todas las películas hace que sus personajes, tipos retraídos y asociales, pero con un gran mundo interior, tengan que convivir o enfrentarse a la muerte de las más diversas maneras. Su próxima película no será tampoco una excepción, porque es una adaptación del musical "Sweeney Todd", la historia de un barbero asesino en el Londres decimonónico, y que cuentan las leyendas que está basado en un personaje real. Hace poco se publicó el espectacular primer póster de la cinta y, viendo su reparto, parece que Burton ha ido a "pescar" al casting de Harry Potter, porque por ahí andan Bonham Carter, Alan Rickman (Snape) y Timothy Spall (Colagusano), además del protagonismo de Johnny Depp.

06 agosto 2007

La tuba azul

ALERTA SPOILERS: Si aún no habéis tenido la suerte de ver el final de la segunda temporada de "Cómo conocí a vuestra madre"... No sé a qué estáis esperando. Luego podéis volver a esta entrada.

La primera temporada de "Cómo conocí a vuestra madre" prometía cosas interesantes. Jugando no sólo con las convenciones de la sitcom, sino también con las de la comedia romántica y con esa tendencia a cierta serialización de los nuevos dramas de una hora (la serie había conseguido una mezcla nada fácil que, sin embargo, funcionaba. Y la precisión de ese funcionamiento se hizo todavía más patente en la segunda temporada. Por ejemplo, en la utilización de la tuba azul, y cómo Ted se la regaló a Robin, para contar el final de su historia. La narración del Ted del futuro permite múltiples saltos adelante y atrás en el tiempo, utilizados para potenciar los chistes (o directamente como chiste, sobre todo cuando muestran a Lily, Marshall y Ted en sus primeros años en la universidad) y para jugar con el misterio en el desarrollo de ciertas líneas argumentales (la ruptura de Ted y Robin se extiende de esa manera durante dos capítulos, mostrándolos cubiertos de salsa de tomate, y no explicando el porqué hasta el final del siguiente episodio). Esos saltos, los juegos de palabras, las competiciones absurdas e hilarantes, los comportamientos de sus personajes... Todo forma parte de un mecanismo que, como en todas las comedias, es muy preciso y que en la segunda temporada funciona sin esfuerzo aparente, dando una impresión de sencillez que es el mayor cumplido que se le puede hacer.

Además, hay otro personaje que ha ido ganando con el paso de los capítulos, aparte de ese Barney demoledor, incluso en su faceta más vulnerable, y ése es Robin, siempre que se mantenía alejada de Ted. Sin contar el apoteósico momento de Robin Sparkles, uno de sus mejores gags es ese homenaje al Señor Lobo de "Pulp Fiction" cuando ella y Lily llenan el interior del coche de Marshall de comida tailandesa. A Robin le pasa un poco como a Rachel (perdón por tener que sacar "Friends"), que era muy divertida siempre que estaba fuera de la "zona de influencia" de Ross. Una cosa muy interesante es ver el esfuerzo por conseguir que los personajes evolucionen, por dotarlos de humanidad. Lógicamente, Barney es el caso paradigmático, y su descacharrante paso por la versión americana de "El precio justo", y su labor en la reconciliación de Lily y Marshall, bien lo prueban.

La próxima temporada encontrará a Ted de vuelta en el punto de partida: soltero y buscando novia. Marshall y Lily buscarán su propio piso (aunque ya vimos que no les fue muy bien cuando pasaron unos días sin Ted) y se desconoce el rumbo que tomarán los otros dos. Lo único que necesita esta serie es algo más de audiencia, para que el mes de mayo no vuelva a ser, otra vez, una tortura mientras la CBS decide su futuro. La nominación al Emmy de Neil Patrick Harris quizá ayude a atraer más espectadores. Por cierto, una pequeña curiosidad que acabo de descubrir: "Something blue", el título del final de temporada, era también el título de un episodio de la cuarta temporada de "Buffy" que se centraba en la "adicción" a la magia de Willow. "Bachelor party", por su parte, comparte título con un capítulo de la primera temporada de "Ángel".

04 agosto 2007

Amigos de mis amigos

Da la sensación de que, a la hora de rehacer los títulos de crédito de una serie siguiendo el estilo de otra, hay siempre ciertos "clásicos", "Friends" y "Buffy, la cazavampiros" a la cabeza, con algún añadido dependiendo del género de la serie (en la ciencia ficción, las sintonías de "Stargate" y "Xena" están por todas partes). Para abrir el fuego, un ejemplo muy claro precisamente con ese famoso "I'll be there for you", "Perdidos", que como no tiene unos títulos de crédito convencionales, es presa fácil de los remixes.



Otro más al estilo de "Friends", pero con "Las chicas Gilmore", una serie a la que esa canción le van bastante bien.



Las series de Joss Whedon son otro clásico en los créditos alternativos, y no sólo "Buffy" y "Ángel". También "Firefly" y su "Ballad of Serenity" se prestan a estos juegos, como con estos créditos alternativos de "Galáctica".



¿Qué tal un poco de nostalgia? Alguien comentó, no recuerdo ahora dónde, algo sobre una serie del Oeste llamada "Jóvenes jinetes", que TVE emitía todos los días antes del Telediario de la noche. ¿Os acordáis de sus créditos?

03 agosto 2007

Amarillos y entrañables

Con 18 temporadas a sus espaldas y una película recién estrenada, raro sería que "Los Simpson" no fueran criticados desde todos lados. Cuando empezaron, se criticaba su concepción de la familia y su subversión política y moral. A partir de la 10ª temporada, más o menos, coincidiendo con la consolidación definitiva de su éxito planetario, se les echó en cara que se habían vuelto acomodaticios y aburridos. Lo que a mí más me sorprende de esta metamorfosis es que, casi desde el principio (igual en la 3ª temporada, o así), se la empezara a considerar una serie apta para niños.

¿Por qué? ¿Por las gamberradas de Bart? ¿Porque Homer se comporta a veces de la misma manera infantil que Mr. Bean? O quizás es por la misma razón por la que, siendo pequeño, te puedes partir de la risa con las tiras de Mafalda sin comprenderlas del todo, porque tienen muchas capas que se dirigen a diferentes personas, con distintas edades. Incluso ahora, y admitiendo que hayan bajado el nivel, "Los Simpson" siguen sin ser una serie infantil. Los temas que tocan, la mezquindad de Homer, la hipocresía y el cinismo de buena parte de los habitantes de Springfield están lejos de lo que se suele recomendar para los niños. Pero todo está detrás de chistes, situaciones absurdas y completas locuras, por lo que ellos pueden pasárselo en grande con estos tipos sin entender bien el subtexto.

Nunca he visto "Los Simpson" muy de seguido, por lo que no puedo decir si de verdad ya no son lo que eran o somos nosotros los que ya no somos iguales, como se apuntaba en Espoiler hace unas semanas. Tal vez por ese visionado a salto de mata los sigo encontrando muy divertidos. La que sigue siendo mi favorita es Maggie, no sé por qué. Nunca ha hablado en toda la serie (sólo dice su primera palabra, "Papá"), y hasta en el capítulo en el que vemos a toda la familia unos cuantos años más mayor, y Lisa vuelve a Springfield para casarse con un inglés un poco estirado, Maggie sigue sin decir ni mú, aunque es toda una adolescente. Me encanta el juego que da el chupete, la manera de tropezarse y caerse, el abrigo invernal (ése del que ni siquiera Marge sabe cuál es el derecho y cuál el revés) y ese filo peligroso que la llevó a pegarle un tiro al mismísimo Sr. Burns.

P.D.: Me hizo gracia descubrir que Lisa es el personaje preferido de los guionistas de la serie, el que emplean para expresar sus puntos de vista (y ya que estamos en "modo experto Potter", ¿no os parece que Hermione Granger se parece mucho a esta niña?). Mi otro favorito, por cierto, es el Actor Secundario Bob, ese genio del crimen a medias entre el Coyote y Moriarty.

02 agosto 2007

Que hablen, aunque sea mal

A la hora de promocionar una película, o una serie, se puede optar por contarlo todo o por el mutismo más o menos hermético. En las semanas previas al estreno, la película de "Los Simpson" desarrolló una promoción agobiante, sí, pero también muy divertida, y con su punto friki. La segunda temporada de "Héroes" va también por el mismo camino de la saturación, con anuncios sin parar de los nuevos fichajes, del pack en DVD de la primera temporada, de los cómics... Los chicos de "Perdidos" no pueden permitirse el lujo de quemar todos sus cartuchos promocionales tan pronto, cuando aún faltan siete meses para que se emita la cuarta temporada, así que han optado por la dosificación. Todas esas opciones se vieron en la última Comic-Con de San Diego, y por allí también pasó el último fenómeno en cuanto a promoción: la película secreta producida por J.J. Abrams, sin título definitivo, y que se conoce como "Cloverfield" o por la fecha prevista para su estreno, 1-18-08, es decir, el próximo 18 de enero.
Nadie sabe nada sobre ella, pero la maquinaria echó a rodar en EE.UU. en cuanto se proyectó un misterioso trailer justo antes de "Transformers". Por lo que se ve en él, y lo poco que Abrams ha desvelado, es una película de monstruos, tipo "Godzilla" centrada en los habitantes de Nueva York que deben sufrir una pelea entre dos criaturitas de éstas. El secretismo ha disparado la expectación y la rumorología de un modo que no se veía casi desde "El proyecto de la bruja de Blair". Sí, se ha desvelado un primer póster y todo, pero conociendo a Abrams, a saber con qué nos termina saliendo.

En ese caso, la promoción misteriosa ha salido directamente del estudio, pero en el de la película de "Watchmen" la han hecho los propios fans, debatiendo hasta la saciedad sobre los rumores de fichajes de actores y sobre si su director, Zack Snyder, adaptaría la acción a nuestro tiempo actual o la dejaría en ese 1985 alternativo. Hasta que Snyder no presentó oficialmente el proyecto en Comic-Con (y un póster dibujado por Dave Gibbons, el dibujante del cómic original), Warner apenas se había movido, más ocupada, por ejemplo, en "The Dark Knight", mientras proliferan los blogs y las páginas que informan de todo lo relacionado con el inicio del rodaje. Y aún nos queda otra forma de promoción más clásica, y que dice que la mala publicidad es preferible a ninguna publicidad. O lo que es lo mismo, que hablen de mí, aunque sea mal.

Ése es el truco detrás de algunos movimientos que la NBC ha hecho con "Bionic Woman". Al principio, el remake de la serie de los 70 sólo despertó un poco de curiosidad entre algunos fans de "Galáctica", pues su productor es David Eick. Estos fans sintieron aún más curiosidad al saber que Katee Sackhoff (Starbuck) iba a ser una villana en el piloto y en unos cuantos capítulos de la primera temporada, y los upfronts hicieron que empezara a generarse cierta expectación. Pero el golpe maestro se dio al anunciar que, poco después de que la ABC lo despidiera de "Anatomía de Grey", Isaiah Washington encontraba un hueco en "Bionic Woman". Desde ese momento, da la sensación de que la serie está por todas partes. Quizás es un método algo más a la antigua usanza, pero han conseguido que su estreno sea uno de los más esperados, aunque sólo sea por morbo.

01 agosto 2007

Un héroe inesperado

ALERTA SPOILERS: Fans de Harry Potter, alejaos de esta entrada si preferís esperar a la traducción al español y no habéis leído el último libro, porque los spoilers van a ser la nota dominante, me temo.

Al final de "Harry Potter y el misterio del príncipe", hay un par de escenas que me hicieron reafirmarme aún más en mi impresión de que Severus Snape guardaba aún un as bajo la manga, y que las cosas no eran como nos hacían creer. Enfrentado al desmayado Dumbledore en la batalla final, y al parecer listo para matarlo, el director de Hogwarts le murmura un "por favor" que a mí me sonó más a "no dudes y mátame" que a un ruego por su vida. De la misma manera, cuando Snape huye con el resto de Mortífagos y Harry le da alcance, enfrentándose a él y descubriendo que el profesor es el Príncipe Mestizo, Snape parece enfadado más que por Harry, por lo que Dumbledore le ha obligado a hacer, y la tarea que aún le queda por delante. Lo que no me podía imaginar es que toda su labor como agente doble al servicio de Dumbledore estaba motivada por su trágico amor por Lilly, la madre de Harry, a la que conoce cuando aún son niños, antes de entrar en Hogwarts, y de la que sigue enamorado toda su vida, hasta el punto de que su Patronus es el mismo que el de ella.

La figura trágica y romántica de Snape se adueña totalmente del final de "Harry Potter and the Deathly Hallows" y, como bien habéis comentado por ahí, se convierte quizás en el mejor personaje de toda la saga. Una saga que, para mí, se podría dividir en dos partes. La primera llega hasta "El prisionero de Azkaban", y son historias en las que Harry va viviendo diversas aventuras sin ser del todo consciente del destino que le espera. A partir de "El Cáliz de Fuego" y, especialmente, del primer enfrentamiento directo con Voldemort (en el que muere Cedric Diggory), la cosa cambia. No sólo porque Harry empieza a darse cuenta de la naturaleza de su conexión con el Señor Oscuro y el ascenso de éste hace que todo se vuelve más peligroso, sino porque parece que Rowling empieza al final de ese libro a poner las piedras decisivas del camino hacia la resolución definitiva de la saga (aunque el primer Horrocrux destruido, el diario de Tom Ryddle, aparece en "La Cámara Secreta"). Con cada nuevo título, coindiendo con el crecimiento de Harry y el mayor poder que va ganando Voldemort, la trama se vuelve algo más oscura, hasta llegar a un séptimo que resulta ser bastante diferente a los demás.

Para empezar, durante casi todo el libro sólo seguimos las evoluciones de tres personajes: Harry, Ron y Hermione, en lo que Harry describe muy bien como una Búsqueda. Los tres se dedican a huir y a intentar averiguar cómo descubrir y destruir los Horrocruxes y, a lo largo del camino, son sometidos a diversas situaciones límite que los ponen a prueba (las apariciones del relicario robado por Régulus Black que intentan mortificar a Ron antes de que éste lo destruya o la tortura de Hermione a manos de Bellatrix Lestrange). El relicario, por cierto, tiene unos poderes muy Anillo Único, que provocan la primera crisis seria entre los tres cuando Ron se larga, frustrado. La sensación de estancamiento de Ron es la misma que tenemos nosotros hasta que Hermione y Harry van a Godric's Hollow y, de golpe, la trama se acelera y ya no para hasta el final. Éste transcurre, cómo no podía ser de otro modo, con una gran batalla en Hogwarts, implicando a casi todos los personajes y haciendo que algunos de ellos adquieran una gran estatura, como Neville Longbottom (y esa actitud muy Starbuck de "luchar hasta que no podamos más") o la sorprendente señora Weasley. Todo termina resultando bastante coherente con el resto de la saga y, en mi caso, bastante satisfactorio. Y la imagen final del Harry adulto despidiendo a sus hijos en el andén 9 y 3/4 de King's Cross, y tocándose la cicatriz...

Antes de que se me olvide, no digo nada de Ron y Hermione porque era muy evidente que iban a acabar juntos, y no está nada mal que el esperado beso se demore casi hasta el final (motivado por un comentario afectivo de Ron hacia los elfos domésticos) y en el momento más inoportuno, hasta el punto de que incluso Harry les pregunta: "¿Tenéis que hacer eso ahora?". A lo largo del libro se van dejando muchas más pistas de la relación entre estos dos, y yo llegué a pensar que, durante el verano, había pasado realmente algo entre ellos, que guardaban en secreto.

Pues hasta aquí hemos llegado. Voy a echar de menos la espera de un nuevo libro y el momento de abrirlo para empezar a leerlo. Como decían en Pop Candy, en cuanto pones tus ojos en las primeras líneas, es como si tuvieras de nuevo 10 años. Esa sensación no se consigue con las películas.

Y, ahora, empecemos el libro-fórum...