En los mentideros de Hollywood se habla de la recuperación del cine de los 70, sobre todo ése con compromiso social y político y, también, esos grandes thrillers que no te dejaban pestañear porque, como dicen en la fórmula 1, si parpadeas, te lo perdías. Parece que algunos cineastas, y en especial los más jóvenes, los que debutan, se lanzana rodar películas muy influenciados por esos filmes de los 70, los que despertaron de su modorra a la industria del cine. Incluso una película tan taquillera como "Tiburón" está en perfecta sintonía con el ambiente cinematográfico de aquella época.
"Traffic", de Steven Soderbergh, comenzó a dar muestras de este, de momento, tímido, revival. Hay quien afirma que donde más se nota es en los documentales (que, además, muchos se centran en hechos de aquella época, desde "Dentro de Garganta Profunda" hasta "El chico que conquistó Hollywood"e incluso parte de "Capturing the Friedmans"), y en esta edición de los Oscars hay varias posibles contendientes que podrían afirmar, sin rubor, que no serían lo mismo sin los precedentes de esa década. Está, por ejemplo, "The assassination of Richard Nixon", con Sean Penn, una de espías de próximo estreno (y mucha expectación), "Syriana", con George Clooney y dirigida por Stephen Gaghan, el guionista de "Traffic", "El jardinero fiel", con todas las reservas...
Podemos aventurarnos a incluir otras dos, firmes candidatas a los Oscars, sobre todo para sus actores, como "Brokeback Mountain", el personalísimo western de Ang Lee, y "Capote", que reconstruye la investigación que Truman Capote llevó a cabo para escribir "A sangre fría" y que ha colocado como casi seguro nominado (y ganador) a su protagonista, el gran Phillip Seymour Hoffman.
Quizá el regreso de Francis Ford Coppola, que está rodando una película, "Youth without youth", sea tan sólo la punta del iceberg de sta nostalgia por la que pudo ser la década más revolucionaria del cine americano.
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