17 diciembre 2014

"Serial" no es una serie

Es probable que, en las últimas semanas, hayáis leído o escuchado sobre “Serial” (aquí ya hablamos de él hace como un mes, más o  menos). El fenómeno desatado en el mundo angloparlante ha dado el salto a España, con reportajes en El País  y entradas en blogs de Fotogramas, mientras en Inglaterra terminaba de desbordarse por completo el asunto con una serie de reportajes de The Guardian sobre el Baltimore del podcast, y la obsesión (no muy sana) en Reddit por él. “Serial” aparecía en el especial que Slate ha dedicado a los diez años que ha cumplido el podcasting, y la expectación ante su último programa, que se cuelga en iTunes mañana, probablemente sólo tenga parangón ahora mismo con el final de la primera temporada de “True Detective” (sí, antes de que todos decidiérais que ya no molaba). Su responsable y presentadora, Sarah Koenig ha dado entrevistas en los sitios más insospechados, incluido “The Colbert Report”, y su caso ha impulsado también los inevitables artículos sobre si es ético subirse al carro de un fenómeno en el que hay implicadas personas de carne y hueso.

Serial” es un fascinante caso de estudio se mire por donde se mire, y no sólo por cómo todos sus seguidores nos hemos dejado llevar por las teorías y las especulaciones como si esto fuera “Perdidos”. El hecho de que hayamos perdido de vista tan rápidamente que es una historia real tiene bastantes lecturas, y nos abre a críticas tanto a los oyentes como al equipo de Koenig. Ella no ha hecho nada que el director de “Capturing the Friedmans” o un programa de reportajes televisivos (o “Salvados”) no hagan constantemente, que es presentar una historia real del modo más entretenido para que el mensaje tras ella nos llegue perfectamente, pero el sorprendente éxito que ha tenido “Serial” la expone a críticas sobre si no está aprovechándose de la familia de Adnan Syed, en la cárcel desde 1999 por el asesinato de su ex novia, si no está convirtiendo en un espectáculo de masas una tragedia muy personal.

Aquí hay opiniones para todos los gustos y podríamos estar debatiéndolas durante días. El podcast es siempre bastante respetuoso con todos los involucrados, desde Cristina Gutiérrez, la abogada de Adnan, a los amigos de Hae Min Lee, el propio Adnan y hasta Jay, el chico en cuyo testimonio se construyó el caso. Intentan mostrar que hay dos versiones de prácticamente todos los hechos, que lo que para ti es sospechoso, para mí puede ser una nimiedad, y que el caso tuvo repercusiones muy reales en Woodlawn, el suburbio de Baltimore en el que ocurrió todo. Tal vez eso sea lo más interesante de todo lo que se cuenta en “Serial”; Koenig tal vez empezó a seguir la historia porque quien se la refirió piensa que Adnan es inocente, pero ella cuenta mucho más que la nueva investigación del caso. Nos hace llegar el clima social, la situación personal de los principales protagonistas, se esfuerza por mostrar que son personas. Ellos no intentan que el podcast sea un éxito masivo (no puede esconder sus raíces en NPR, la radio pública estadounidense), pero el componente de misterio inherente a una historia de estas características ha hecho el resto en esta era de las obsesiones por las redes sociales.

Ya hay oyentes pidiendo una resolución concluyente del caso, queriendo saber si Syed lo hizo o no, si Koenig ha encontrado una pista que pueda llevarlo a su salida de la cárcel, como si esto fuera una de esas películas en las que el abogado de un preso en el corredor de la muerte necesita probar su inocencia en cuatro horas para evitar que lo ejecuten. “Serial” no es eso. En realidad, se parece más a “The Wire” en que su campo de visión es más amplio. Probablemente, si la historia de la muerte de Hae Min Lee hubiera durado una durado una hora, estaría más centrada en la investigación, pero al haberse alargado durante doce episodios, nos han contado cómo es la comunidad islámica de Woodlawn, cuáles eran las actividades de ocio habituales de los chavales del instituto en la época del asesinato o cómo trabajan los detectives de Homicidios en casos de este tipo. En el penúltimo programa, Koenig lee una carta de Adnan en la que él dice que está deseando que “Serial” termine. Esto es una historia real, ella ya ha contado todo lo que sabe sobre el asunto y ya no hay más.

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