El deber, la ambición, algo así como el honor, los principios, la testarudez y la voluntad por tapar como sea cualquier metedura de pata para salvar el propio culo. Todas esas virtudes y defectos las poseen los policías que aparecen en "Line of duty", la serie de BBC 2 centrada en un equipo de la brigada anticorrupción que tendrá una segunda temporada que, desde luego, va a ser muy bienvenida porque esos tres detectives de AC-12, Kate Fleming, Steve Arnott y su jefe, Ted Hastings, han resultado tener suficiente interés para que los veamos investigando un nuevo caso, después de haber "resuelto" el que involucraba a Tony Gates. Lo ponemos entre comillas porque una cosa queda muy clara en la serie, y es que, por muy buenas intenciones que tengas, al final del día los buenos casi nunca ganan a los malos.
Como ya dijimos cuando empezó "Line of duty", a su creador, Jed Mercurio, le interesa más mostrar cómo el trabajo diario de un policía (y, por extensión, de cualquier trabajador público) está constreñido por un buen número de protocolos, normativas y papeleos varios que, sin embargo, no impiden que en el departamento se vean dos tipos de corrupción; la clásica del detective "en nómina" de un mafioso, y la de las altas esferas, en las que el politiqueo y la mediocridad de los jefes llevan a que se cometan errores dramáticos como el que abre la serie, que la sobrevuela como un recordatorio de lo podrido que está todo el sistema. Los detectives que intentan cumplir su deber acaban dándose de bruces con cortapisas gubernamentales y las propias miserias de sus compañeros y del resto de sociedad, pero hasta los que parecen los villanos oficiales pueden estar movidos por impulsos más nobles.
Los cinco episodios de "Line of duty" construyen el retrato de ese policía idolatrado por todos, pero con muchos claroscuros, que es Tony Gates, la gran figura trágica de esta primera temporada, obligado por sus miedos personales a una huida hacia delante que no puede acarrear nada bueno. A su alrededor se despliega la trama no sólo de la investigación de AC-12 sobre él, sino también del trabajo diario de los patrulleros en los barrios más desfavorecidos y varias subtramas más que acaban interrelacionadas todas con la historia principal. No quiero desvelar mucho porque lo interesante es ver la serie sin saber más que lo básico de ella, y hasta algunas de las revelaciones finales, que parecen venir de ninguna parte, se apuntan con anterioridad, y nosotros podemos adelantarlas si unimos las piezas.
"Line of duty" mezcla un ritmo en la trama más de los policiacos estadounidenses con un retrato del día a día de los detectives más de la "escuela" inglesa, con poco glamour y mucho entorno de oficina frío y hasta desagradable. Y aunque es la integridad, a veces mal entendida, de Arnott lo que va impulsando la trama, son Fleming y Hastings los dos personajes más interesantes, si descontamos a Gates. Ellos son más conscientes de las tonalidades de grises que componen el mundo.
Música de la semana: Como ya apuntábamos ayer, hoy se cumplen 50 años de la muerte de Marilyn Monroe, así que vamos a recordarlo con una de las canciones más celebres de las que interpretó en su carrera cinematográfica, "My heart belongs to daddy", en "El multimillonario". Esta canción la escribió Cole Porter para el musical "Leave it to me", de 1938, y como suele ocurrir, a partir de ahí se convirtió en un standard jazzístico que ha entrado en el repertorio de muchísimos cantantes, incluida la sueca Lisa Ekdahl, que la cantó en el festival de jazz de Niza en 1998.
1 comentario:
Mi acercamiento a esta serie fue de casualidad, investigando las nuevas series britanicas estrenadas en este verano seriefilo.
He leido repetidas veces la calidad que suele imperar en las producciones que vienen desde inglaterra, sobre todo la gran factura tecnica que suele imprimir la bbc a sus ficciones(pensar que un canal publico, sea del pais que sea, llegara a rayar esos visos de calidad, tanto en lo respectivo a lo meramente tecnico, como a la manera de construir historias principalmente con ese formato de temporadas cortas que suele hacerles tan bien, llega a ser impensable) y esta primera temporada de line of duty me lo ha desmostrado claramente.
Una investigación policial, tan tipica a la hora de elegirla como argumento para desarrollar una serie, que sin embargo escapa a los convencionalismos, enfocandola en primera instancia, en una seccion policial bastante despreciada por el resto de sus compañeros como lo es la brigada anti-corrupción, la dualidad de uno de los protagonistas principales que tiene esta historia, como el detective Gates, un personaje muy complejo, con grandes infulas, que se siente seguro de si mismo, pero que a lo largo de la temporada se va derrumbando ante el peso de sus propias elecciones y las consecuencias del juego en el que se ve metido a la fuerza, y ese grupo de investigadores que componen la agente Flemings, el sargento Arnott, y su jefe Hastings, que le imprimen una dinamica a la tarea policial,y sobre todo la coherencia narrativa que permite desarrollar la idea de que la resolución de un caso y todas las consecuencias negativas que conlleva, pueden igualmente verse torcidas, por una simple mediocridad de las altas esferas, colocadas generalmente por sus contactos y no por sus habilidades, y la existencia de el personaje de Dot, al servicio de Tommy, que con una simple acción define que todo lo que se logro a lo largo de la investigación haciendo que la misma caiga en saco roto.
En definitiva, una gran primera temporada, que hara que este expectante del inicio de la segunda temporada.
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