Es fácil ver por qué los gerifaltes de Marvel identificaron rápidamente a Peggy Carter como material para un spin off televisivo de las películas del Capitán América. Sin haber leído los cómics, sólo con la experiencia de "Capitán América" y "El soldado de invierno", son dos cintas en las que el tradicional rol del potencial interés amoroso, del personaje femenino que sí, vive esa aventura al lado del protagonista, pero su objetivo es ser puesta en peligro en el clímax final y salvada por el héroe, es girado hacia una compañera más a la altura de dicho héroe. Tanto Peggy Carter como la Viuda Negra se pasan media película vacilando a Steve Rogers (una sobre enseñarlo a bailar, la otra sobre posibles chicas a las que él puede pedir una cita), se meten en líos de los que son muy capaces de salir por ellas mismas y en la gran secuencia de acción que siempre cierra estas películas no son el objetivo principal de Rogers. Romanoff acaba en una situación de riesgo, pero es ella misma quien la desactiva.
Carter, por su parte, deja claro que puede perfectamente llevar el peso de esa próxima "Agent Carter" sin problema. Hayley Atwell tiene el suficiente carisma, sabe cómo decir esos one liners y cómo transmitir su independencia y se maneja bien en las secuencias de acción, como dejó claro aquel one shot incluido en el DVD de "Iron Man 3", y en la serie van a estar implicados también Christopher Markus y Stephen McFeely, guionistas de las dos películas de "Capitán América", así que es de suponer que tratarán a Peggy como se merece. Lo cierto es que en "El primer vengador" hay unos cuantos secundarios que merecerían su propio spin off, desde las diferentes innovaciones de Howard Stark (un trasunto de Howard Hughes al que sólo le falta producir películas) al comando que acompaña al Capitán en sus misiones desmantelando las diferentes bases de Hydra por media Europa. Pero aún es más interesante el cambio de tono que hay entre las dos cintas, en cuanto al género.
Aunque sean películas de superhéroes, formalmente, "Capitán América" es una cinta bélica, con su entrenamiento de los soldados, su reunión del grupo principal, sus misiones "de prueba" y el gran asalto final al verdadero objetivo, mientras "El soldado de invierno" es más una historia de espías a lo Jason Bourne, con traidores dentro de SHIELD, el Capitán tratado como un fugitivo y el intento por averiguar quién maneja realmente los hilos, y quién no es quien decía ser. Cuando se estrenó, la pasada primavera, bastantes críticos estadounidenses anotaban esos comentarios de rondón que hacían los malos sobre la "necesidad" de vigilar de cerca a todo el mundo, de espiarlos sin que lo supieran para poder detener posibles ataques terroristas, algo muy de actualidad con el escándalo de la NSA. No esperaban que un blockbuster de superhéroes se pusiera a hacer un comentario sobre el actual clima político de la inteligencia norteamericana (y a parecer a veces una versión de gran presupuesto de la trama de la Máquina de "Person of interest", lo que no es malo), y el contraste entre las creencias del secretario Pierce y los principios de Rogers se aprovechaban bastante.
Hay curiosidad por ver qué hara Marvel con esa "Agent Carter" que se emitirá durante el hiato veraniego de "Agents of SHIELD". Y también hay curiosidad por comprobar si el estudio decidirá darle una película para ella sola a la Viuda Negra. En "Los Vengadores", era uno de los personajes de los que te quedabas con ganas de ver más (como del Bruce Banner de Mark Ruffalo, y eso que él es, en buena parte, el centro de la cinta), y en "El soldado de invierno" aporta gran parte de la diversión y demuestra que es una compañera casi más resolutiva que el Capitán en bastantes aspectos. De hecho, es curioso que el círculo de confianza de Nick Fury en ese título lo formen Romanoff y Maria Hill.
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