El próximo estreno de "Los tres entierros de Melquíades Estrada" me ha llevado, por una asociación de ideas tipo "magdalena de Proust", a otro drama fronterizo también independiente y también ambientado en Texas, "Lone Star".
Es una de las mejores películas de John Sayles, paradigma total del director independiente, que cuenta con un reparto de lujo y que utiliza como macguffin el descubrimiento en el desierto del esqueleto del antiguo sheriff del pueblo, a la sazón padre del actual, Sam Deeds (Chris Cooper), para contar una bonita historia de amor y adentrarse en las complejas relaciones entre los inmigrantes mexicanos que atraviesan la frontera y la gente del pueblo, entre la que se encuentran algunos inmigrantes ya asentados, pero lejos de estar integrados.
Todo esto se va narrando de manera ejemplar mientras Sam investiga qué pasó con su padre, toda una institución en el lugar, pero una institución con bastantes puntos oscuros en su "hoja de servicios".
Esta película nos descubrió a Chris Cooper, que se ha consolidado como un secundario de carácter, y retomó a Kris Kristofferson, al que siempre se le han dado muy bien los westerns, o las películas con esa ambientación. Y presenta también a un John Sayles en plena forma, que unía muchas de las cualidades de sus títulos anteriores (como "Passion Fish" o "El misterio de la isla de las focas", las dos anteriores a ésta) y que continuó en la misma línea con "Hombres armados", un impresionante película, protagonizada por Federico Luppi, que ahondaba en los problemas de la Latinoamérica asolada por las guerrillas y estaba contada de una manera que, a veces, parecía una fábula muy cercana al realismo mágico.
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