Tampoco importa demasiado, ya que, al menos en España, la taquilla debe estar funcionando muy bien gracias al boca oreja. Y es que esta adaptación de la novela de W. Somerset Maugham no engaña a nadie y desde el principio se ve claramente lo que es; un drama rodado con gusto, siguiendo una línea y un estilo que hace tiempo que no se ven en las pantallas actuales, con dos actores sensacionales a través de los que vemos la sutil evolución de dos personajes con tendencia a la autodestrucción, uno por sus deseos de castigo y venganza y la otra por su egoísmo. La difícil situación a la que deben enfrentarse, con el cólera por un lado y los enfrentamientos entre el ejército británico y los nacionalistas de Chiang Kai-Shek por el otro, es el catalizador de su evolución, de la lenta toma de conciencia de que no están solos en este mundo ni pueden tomar decisiones pensando únicamente en ellos de forma individual.
Efectivamente, no es nada revolucionaria, ni lo pretende, pero es una pequeña película en la que se nota que todos los implicados creían en ella (tanto Norton como su compañera, Naomi Watts, figuran como productores). Buenas interpretaciones, una lograda ambientación y una historia que va fluyendo de manera natural (me pareció un acierto la manera de trenzar el presente con los flashbacks que muestran cómo se ha llegado a esa situación) hacen que "El velo pintado" merezca una oportunidad.
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