Los ganadores de los Emmy son aburridos y previsibles. Tal vez sea la frase que se repite más a menudo cuando se hace balance de estos premios, y esto es válido igualmente para la edición de este año, por mucho que los fans de "Breaking Bad" estén contentos por su segundo Emmy consecutivo a mejor drama (merecido), y porque arrasó en las categorías de interpretación. La repetición de vencedores de un año a otro, por muy merecidos o justos que nos parezcan, o por muy alegres que nos pongan, es el epítome de lo que está bien y lo que está mal en estos galardones. Al premiar series de televisión, que tienen varias temporadas, que una misma gane a lo largo de varios años diferentes es lógico teniendo en cuenta la naturaleza de lo que se está reconociendo, pero al mismo tiempo, representa esa sensación de acomodo y de inercia que mueve a los votantes de los Emmy. Como dice muchas veces Alan Sepinwall, el modo más seguro de que te den un Emmy es habiendo ganado uno previamente (y Allison Janney lo sabe muy bien).
Dejar de lado gustos personales y las modas del momento a la hora de analizar estos premios es casi imposible. Los votantes también se mueven por ellos, pero hay que intentar ver todos los lados de la cuestión. Está claro, por ejemplo, que HBO se pasó de lista al enviar a "True Detective" a la categoría de drama, cuando en miniserie habría tenido opciones de llevarse algo. "Fargo" era la gran favorita, y aunque se llevó el premio gordo, en interpretación vio cómo, por sorpresa, la academia descubría de repente que habían nominado a Benedict Cumberbatch y Martin Freeman por "Sherlock", y decidieron premiarlos. Un duelo entre HBO y FX aquí habría estado mucho más igualado de lo que estuvo finalmente la contienda ante "Breaking Bad". En The Guardian apuntaban que la serie de AMC venía construyendo su momentum poco a poco a lo largo de seis años, hasta que llegó a su cima justo para sus últimos ocho episodios, y el hype desmedido que acompañó a "True detective" durante su emisión no podía competir con eso.
Lo interesante en drama llegará el año que viene, cuando "Breaking Bad" ya no esté y "Mad Men" se enfrente a su propio canto del cisne, uno en el que veremos si es capaz de recuperar el brillo en los Emmy que tuvo durante sus cuatro primeras temporadas. Así alguien que no sea Aaron Paul subirá a recoger el premio a mejor secundario de drama, y veremos una verdadera renovación en la categoría. ¿O no? Porque también parecía que en comedia estábamos ante un cambio de tendencia y, al final, "Modern family" igualó el récord de "Frasier" de cinco Emmys consecutivos. El problema que hay ahí es que no hay ninguna candidata igual de popular y que se marque una temporada estelar, los dos requisitos para desbancar a esta eterna ganadora. De "Veep" parece que sólo gustan sus actores (Julia Louis-Dreyfus es una favorita clásica de los Emmy) y "Orange is the new black" da la sensación de haber sido la "Girls" de este año (o la "Juego de tronos", llevándose varios premios técnicos, incluyendo el de Uzo Aduba como invitada, pero siendo ignorada en la gala principal). La academia presta atención a las comedias de estreno si hay algún viejo conocido en ellas, como pasó con Allison Janney y Andre Braugher, pero ninguna tiene después la suficiente fuerza para hacer ruido de verdad en los premios.
Resultado, que la lista de ganadores de este año parecía una mezcla entre las de 2013 y de 2012, y eso, por mucho premio que ganara "Breaking Bad", no anima demasiado a pensar que los Emmy pueden revolucionarse algún día. La renovación tiene que llegar en los ganadores, no en las nominaciones, aunque luego Jeff Daniels deje a todo el mundo con dos palmos de narices. Es cierto que, con bazas como "Ozymandias", "Breaking Bad" tenía una distancia casi insuperable frente a sus competidoras, pero no habría pasado nada por olvidarse de Paul (sus "bitches" ya casi cansan tanto como los "alright, alright" de Matthew McConaughey en la temporada de premios del año pasado) y haberse acordado otra vez de Peter Dinklage, o de Josh Charles. Pero claro, si luego hay innovación entre los ganadores, tenemos revueltas interneteriles como la que generó "Homeland" cuando ganó hace dos años. ¿O pensáis que, si "The Big Bang Theory" hubiera destronado a "Modern Family", no habría habido oleada de quejas? Con los premios, sólo estamos contentos cuando ganan nuestros favoritos. Por eso, la nominación de "Treme" a mejor miniserie fue para mí como si hubiesen ganado.
4 comentarios:
Creo que la mejor comedia estaba entre Modern Family y "Orange", pero la primera ganó pues es para un publico más abierto, clásica con su tema de familias, en cambio, la otra nos encanta por tener personajes tan ricos, una tematica más adulta, es por esoque su publico es mas sectorizado.
BTW, me encanta que True Detective escupio para arriba y le callo en la cara, seguro que si iba a miniserie como dices ganaban algo más.
OITNB puede ser demasiado "urbana" para los gustos de la academia.
Exacto y demasiada adulta tambien! Pero bueno, es así como funcionan los Emmys y no hay que quejarse sino disfrutar de la ceremonia que es como un mundial para los amantes de la TV, ver a tantas estrellas juntas
Aunque posiblemente sea imposible que la premien por el tipo de serie que es, para mi este año, la que merecia el premio de comedia, de lejos, era Louie. Se lo medio reconocieron con el de mejor guion, pero ahi quedo la cosa. Una pena. Orange... no se lo merecia ni de lejos, eso lo tengo muy claro. Es una serie con un tono que, para el tema que toca, es claramente desenfadada, y puede tener momentos que te hagan sonrreir, pero, comedia?? No. Puro intrusismo presentarla ahi.
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