Pocos momentos del año hay en Hollywood más interesantes y entretenidos que la temporada de premios cinenatográficos. Empieza a calentar sus motores en septiembre, con los festivales de Toronto, Telluride y, en menor medida, Venecia, y se lanza sin frenos y cuesta abajo a partir de los premios de la National Board of Review (que se entregan el próximo jueves), aunque también puede decirse que comenzó oficialmente ayer con los Gotham Awards, los premios del cine independiente de Nueva York que, de algún modo, son los competidores de la costa Este de los Independent Spirit, que se entregan en la playa de Santa Mónica el día antes de los Oscars. No es que los Gotham sean un barómetro muy fiable de cara a la gran noche de Hollywood del 24 de febrero (su ganadora principal ha sido "Moonrise Kingdom"), pero con ellos las conversaciones sobre las posibles candidatas ya dominan definitivamente todos los blogs de cine estadounidenses, y elevan el tráfico de los que se dedican sólo a hablar de premios.
Un clásico de estas temporadas es que muchos estudios se reserven sus apuestas más fuertes de cara a los Oscars para este tramo final del año, concentrando sus estrenos en los últimos días de noviembre y el mes de diciembre, justo al final del periodo de elegibilidad de esos galardones, pero a veces surgen películas estrenadas en fecha tan temprana como mayo que demuestran tener una sorprendente resistencia en este maratón. Los casos de "Crash" y "En tierra hostil" son quizás los mejores exponentes recientes de esa excepción, mientras en el otro extremo aparecen a veces cintas estrenadas a ultimísima hora, con las que nadie contaba, que irrumpen como un misil en la temporada y en los Oscars, como "Million Dollar Baby". La táctica del debut en cines ya para Navidad (que el año pasado ayudó a "Tan fuerte, tan cerca" a rascar varias nominaciones) se reserva esta vez para una de las películas más esperadas de 2012, "Los miserables", la adaptación a la gran pantalla que Tom Hopper (el de "El discurso del rey") ha hecho del celebérrimo musical basado en una novela aún más famosa de Víctor Hugo. El enorme hype que acompaña a la cinta desde que se hizo público el primer trailer, antes de que nadie hubiera podido ver ni diez minutos, ya la situó la primera entre las predicciones de los periodistas de cara a las nominaciones a los Oscar (junto a "Lincoln", "Argo" y "Silver Linings Playbook", entre otras, y "Lo imposible" con un poco de suerte), y las reacciones tras los primeros pases no han hecho más que alimentar la bola de nieve.
Sin embargo, esos hypes desmedidos a veces no son buenos. A "Dreamgirls" le jugó una mala pasada en 2006, cuando todo el mundo la colocaba como la gran favorita a ganar directamente el Oscar a mejor película antes de que nadie la hubiera visto, y luego acabó viendo cómo ese galardón se lo llevaba "Infiltrados", y tenía que conformarse con el cantado premio (nunca mejor dicho) a la mejor secundaria para Jennifer Hudson. Es cierto que las críticas iniciales de "Los miserables" son mejores, pero no hay que perder de vista ese precedente para no llevarse después sorpresas. Y si el musical de Hopper tiene la sombra del de Bill Condon para atemperar un poco las expectativas, una película que parecía favorita en septiembre, "The master", tiene los recuerdos de "Up in the air" y "Brokeback Mountain" para justificar que su ascendente sobre la Academia parezca estar diluyéndose más rápido de lo que parecía. Los críticos la adoraron, y que no arrasara en los galardones del festival de Venecia por culpa de sus normas dejó a muchos quejándose de dichas normas, pero en cuanto llegaron a los cines "Argo" y "Lincoln", su visibilidad bajó bastante.
De todos modos, no se pueden hacer predicciones basándose en cuál sea el tema favorito de conversación de los medios estadounidenses durante una determinada semana. Estos últimos días, por ejemplo, podríamos pensar que "Los miserables" y "La noche más oscura" (título español de "Zero Dark Thirty", la cinta de Kathryn Bigelow sobre la captura y muerte de Bin Laden) son las máximas favoritas porque, al haber empezado a enseñarse a los críticos y los académicos, acaparan casi todos los artículos, pero sus posibilidades pueden haber disminuido, o aumentado, para cuando los círculos de críticos empiecen a publicar sus listas de lo mejor del año, los Globos de Oro y los sindicatos anuncien los nominados a sus premios y, el 10 de enero, los Oscars indiquen cuáles son los suyos. Pero, hasta entonces, siempre es divertido especular.
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