La manera más sencilla de explicar qué es "El Hobbit: Un viaje inesperado" es decir que es la precuela de "El Señor de los Anillos", la épica trilogía con la que Peter Jackson trasladó a la gran pantalla la saga de libros de J.R.R. Tolkien y cambió para siempre el modo en el que se representa la fantasía en cine y en televisión (sin ella, no habríamos tenido la serie de "Juego de tronos"). Y, sin embargo, es una afirmación que no es del todo correcta. A cualquiera que decide animarse a introducirse en el mundo literario de la Tierra Media, los fans siempre le recomiendan leer primero "El hobbit", un libro que Tolkien escribió inicialmente como una historia para contar a sus hijos a la hora de dormir, en 1937, y cuyo éxito le animó a escribir "El Señor de los Anillos". Su principio, de hecho, ese "En un agujero en el suelo vivía un hobbit" es uno de los más famosos de la literatura en inglés. Es cierto que Tolkien hizo después pequeñas correcciones en las siguientes ediciones de "El hobbit" para acomodarlo a la Tierra Media que estaba creando en su trilogía, pero eso no quita para que las aventuras de Bilbo Bolsón fueran las que dieron pie a todo lo que vendría después.
Sin embargo, en su traslado al cine, "El hobbit" llega unos diez años después de que Peter Jackson ganara Oscars y batiera récords de taquilla con sus tres primeras películas sobre las peripecias de la Compañía destinada a destruir el Anillo Único, y por eso es una precuela, una precuela en la que Jackson también ha tenido que incluir algunos "rellenos" para que se vea más como una parte integrante de esa Tierra Media épica puesta en pie por él para el cine. No es que el libro no tenga su parte de aventuras y batallas, y es realmente la presentación de Gollum y el Anillo, pero su escala no es tan grande como la de "El Señor de los Anillos". Ahí entra, por ejemplo, que veamos de nuevo Rivendel y que Gandalf tenga allí una conversación que augura lo que pasará en "El Señor de los Anillos", y también que el encuentro con los trolls tenga un lado algo más épico. Y también por eso vemos incluso una parte de "La comunidad del anillo" que no entró en su adaptación al cine. Jackson amplía "El hobbit" con fragmentos de los apéndices de "El retorno del rey" y es posible que hasta con alguna que otra cosa de "El Silmarillion", y así es como se saca tres películas de un libro que en realidad daría para una (larga) bastante entretenida.
"El hobbit" es una cinta para fans de Tolkien y de las películas de Jackson, una cinta que tiene a un Martin Freeman que es todo un acierto como Bilbo y a un Richard Armitage que da perfectamente la imagen de héroe orgulloso, valiente y terco como una mula. Los enanos aportan toques de humor y el encuentro entre Bilbo y Gollum es, probablemente, la mejor parte de toda la película, y esta crítica que publicó James Poniewozik en "Time" resume perfectamente la dualidad que hay en las reacciones hacia ella. Se nota que no hacía falta alargar la historia para contar el ascenso del Nigromante, pero para los fans fatales es un regreso a la Tierra Media en el que se pasa un buen rato.
P.D. podcastero: Esta semana empezamos en "Yo disparé a JR" un triple especial de resumen de lo más destacado de 2012. La primera parada son las comedias, contando con la participación de Adriana Izquierdo, de "Ohhh TV!" y "Esta peli ya la he visto".
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