18 agosto 2013

Éxitos a fuego lento

El domingo pasado, casi seis millones de espectadores vieron el principio de la recta final de la quinta y definitiva temporada de "Breaking Bad". Es una cifra realmente impresionante para una serie de cable, y todavía más si tenemos en cuenta que esa serie debutó, en 2007, con 1,4 millones (por comparar, "Juego de tronos" terminó su tercera entrega con 5,5 millones, y todos sabemos que "Mad Men" roza los tres millones en sus buenos momentos). El crecimiento en audiencia de "Breaking Bad" ha sido progresivo año a año, experimentando el inicio de esta explosión a partir de la tercera temporada, cuando cada vez más críticos y más público se subían al carro de las metanfetaminas de Walter White, y ha concluido en todo un récord para iniciar sus ocho últimos capítulos. Esta lenta conversión de "Breaking Bad" en LA serie que todo el mundo debería ver ha llevado a que varios medios en Estados Unidos hayan querido extraer conclusiones y enseñanzas que podrían aplicar otras cadenas y, especialmente, las networks.

En Slate y en Vulture apuntaban, por ejemplo, la importancia que tenía muchas veces la paciencia de los programadores con las series que igual no se estrenan con grandes cifras, pero que gustan y que podrían ser descubiertas por nuevos espectadores durante sus hiatos. Es algo que ocurre con más frecuencia en el cable, donde algunos de sus títulos ganan audiencia recogiendo a la gente que se pone al día entre temporadas, viendo la serie en DVD o a través de Netflix o la sindicación (que ha sido importante, por ejemplo, para incrementar las audiencias de "Cómo conocí a vuestra madre" en sus últimas entregas). Hace algunos años, las cadenas utilizaban el verano para repetir las temporadas de algunas de sus series, y así lograban que títulos como "Expediente X" fueran creciendo poco a poco. Pero en cuanto el cable comenzó a aprovechar los meses estivales para estrenar sus propias series, esa práctica se fue abandonando en favor de realities más baratos, y la labor de "pescar" nuevos espectadores recayó en los servicios de streaming y en los DVD.

Sin embargo, la paciencia en cultivar estos posibles éxitos, en mimar estas series que al principio son más bien minoritarias, pero cuya buena recepción entre los críticos puede despertar la curiosidad entre un público algo más amplio, parece ser cada vez más escasa entre los responsables de las networks. Durante la última gira de la TCA, Jennifer Salke, una de las ejecutivas de NBC, afirmó ante los periodistas que "con audiencias que se deterioran, la tolerancia con una serie en dificultades es más corta de lo que era antes. Así que es frustrante para todos nosotros que no puedas tomarte el tiempo en cuidar una serie y aumentar su audiencia como nos gustaría hacer". ¿Pero realmente funciona la táctica de cancelar todo lo que se quede a medias entre la cancelación segura y la renovación automática? "Parenthood" es un ejemplo en la misma NBC de que la paciencia con una serie siempre "en la burbuja" puede dar frutos, pues ha terminado siendo una de las series que mejor les funciona en audiencias, y no hay más que recordar el caso de CBS con "Moonlight", una serie de vampiros que se adelantó un año a la moda de los "chupasangres" de "True Blood" y "Crepúsculo", y que la cadena canceló a pesar de que sus audiencias los viernes no eran del todo malas. Si la hubieran aguantado un año más, quizás habrían tenido un éxito mayor entre manos.

Música de la semana: La tercera temporada de "American Horror Story", apodada "Coven", ya está empezando a bombardear con teasers casi todos los días, todos con escaleras y cuerpos femeninos suspendidos sobre ellas, y unos breves versos correspondientes a "House of the Rising Sun", una canción muy popular de la que, tal vez, la versión más conocida sea la que The Animals hicieron a mediados de los 60.

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