15 febrero 2015

La leyenda de Aang


El primer contacto que muchos espectadores (yo incluida) pudieron tener con el universo de Avatar bien pudo ser "El último guerrero", la película de M. Night Shyamalan que adaptó al cine la serie de Nickelodeon. Estrenada en 2010, tenía que trasladar a la gran pantalla, y con actores reales, el mundo que Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko habían creado cinco años antes, un mundo muy influido por la filosofía oriental y por el anime en el que había cuatro naciones, cada una con personas que podían manejar su antojo alguno de los cuatro elementos fundamentales (aire, agua, tierra y fuego). Como comentamos al hablar sobre "The legend of Korra" (que es la continuación de esta serie), sólo una persona, el Avatar, podía dominarlos todos y, por tanto, tenía la responsabilidad de restaurar el equilibrio en el mundo. En "Avatar. The last airbender", el equilibrio se rompe porque la Nación del Fuego decide atacar a las demás y expandirse, segura de que su habilidad le otorga superioridad sobre los maestros del agua, de la tierra y, por supuesto, los del aire, a los que extermina casi por completo.

El único superviviente es un niño de 12 años llamado Aang, y que es el nuevo avatar tras Roku (que justo era un maestro del fuego), pero que se queda congelado durante los 100 años que dura la guerra contra el Señor del Fuego. Cuando despierta, Aang tiene que aprender a manejar los otros tres elementos y averiguar el modo de detener a los maestros del fuego. Para ello, le ayudan Katara y Sokka, dos maestros del agua que lo rescatan del iceberg en el que ha estado hibernando, como si dijéramos, y con ellos emprende un viaje en el que él tiene que asumir, además, su papel de garante del equilibrio y, por tanto, la paz en el mundo. "Avatar" arranca la primera de sus tres temporadas como una serie de aventuras para niños, sin más, pero que construye un mundo muy atractivo y a un nivel similar al de "El Señor de los Anillos" para chavales de diez años, o de "Star Wars". Tener 20 episodios le permite ir expandiendo poco dicho mundo, presentando a los maestros del agua del polo norte o a la Nación de la Tierra, al mismo tiempo que descubrimos las tareas del avatar y su ciclo; es decir, cuando un avatar muere, su espíritu se reencarna en otra persona, y ese nuevo avatar aparece cada vez en una nación diferente, empezando por la tierra y continuando por el fuego, el aire y el agua.

El libro 1, "Agua", introduce el universo y presenta a Aang y esa especie de culpa del superviviente que carga con él por ser el único maestro del aire que queda, y sólo porque estuvo desaparecido durante cien años. Si en "The legend of Korra" no es raro que le digan a ella que para qué sirve el avatar, a Aang le echan en cara no haber estado ahí para proteger a la gente de los ataques de la Nación del Fuego, que se ha extendido de tal manera, que se cree invencible. "Avatar" tiene un objetivo muy claro; que Aang detenga a los maestros del fuego enfrentándose a su líder, Orzai, antes del paso de un cometa, pero primero tiene que aprender a manejar todos los elementos. Así que lo que tenemos es un road trip, o algo más tipo "Kung Fu", en la que los protagonistas van recorriendo todo el mundo en busca de maestros que, en el caso del libro 1, enseñen a Aang a manejar el agua. Durante ese viaje van encontrándose con otros personajes que pueden ayudarles o no, y que sí contribuyen a profundizar en la mitología de los avatares y la relación entre los espíritus y el mundo de los mortales. Y, por supuesto, tienen que evitar los intentos de la Nación del Fuego por capturar al avatar, pues él es el único que se interpone en el camino hacia su victoria absoluta.

La primera temporada de "The last airbender" arranca con un tono, como decimos, de aventuras más infantiles, con Aang queriendo pasarlo bien más que aprender a desarrollar sus habilidades, pero el tono de los capítulos va volviéndose un poco más serio conforme se acercan al final de temporada. Allí tenemos una idea de hasta dónde son capaces de llegar los maestros del fuego por lograr sus objetivos, hay sacrificios personales que no parecían que fueran a pasar en una serie de Nickelodeon en 2005, y "Avatar" adquiere unos tintes épicos que no se habían visto hasta ese momento. Parece que, como ocurre con su secuela, la serie evoluciona lentamente en su tono con el paso de los episodios, sin dejar de lado su sentimiento de la diversión y la aventura y su humor, que seguramente contribuyó a que fuera un enorme éxito en su momento. Por cierto, Nickelodeon hizo un pequeño documental de media hora sobre "The last airbender" y sus dos creadores cuando la serie terminó, "Avatar spirits", que arranca en la ceremonia de entrega de los premios Peabody y que cuenta el proceso de creación de ese mundo y su final. Es bastante curioso de ver si sois fans.

Música de la semana: "Agent Carter" está teniendo buena mano a la hora de utilizar canciones de los 40 para ambientar algunas de sus escenas, especialmente las peleas. En el sexto episodio, por ejemplo, vemos a Peggy escapar del restaurante a los sones de "It's a good day", de Peggy Lee.

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