27 abril 2016
Abajo el placer culpable, arriba el lugar feliz
Hay dos términos en inglés que denominan cosas que nos gustan de una manera irracional, para las que no tenemos explicación: guilty pleasure y happy place. El primero hace referencia a algo que nos resulta placentero aunque sea malo, de ahí lo de culpable, y el segundo apunta a algo que nos hace sentir muy bien, que nos transporta a un sitio en el no tenemos preocupaciones durante media hora, o 45 minutos, a nuestro lugar feliz. El primer término, "placer culpable", está utilizándose quizás demasiado. A todo lo que no sean programas del cable premium o la BBC se le adjudica esa descripción, y no es ésa su razón de ser. De hecho, quizás hasta deberíamos dejar de utilizarlo, como se lleva ya un tiempo abogando desde las redes sociales. Si a ti te gusta "I am Cait" no tienes por qué sentirte culpable, y hasta si te da un poco de vergüenza reconocer que los gemelos de las reformas te entretienen un montón (aunque sus programas se parezcan más entre sí que las canciones de los Ramones, que decían los Petersellers), sigue sin ser razón para que te fustigues por ello. Ni estar enganchado a 'Sálvame'.
¿Por qué nos entretienen esos programas que nuestro cerebro nos grita que no deberían gustarnos? Quién lo sabe. La línera que divide el supuesto placer culpable del "lugar feliz" es bastante fina. Y la que separa ese happy place del fandom más obsesivo, todavía más. Cuando se empezó a hablar de este término, se hacía asociado a "Cougar Town" y las alcohólicas y absurdas reuniones de sus personajes en casa de su protagonista (unas reuniones inspiradas, al parecer, por la propia Courtney Cox). De ahí, pasó a "Parks and recreation" y, desde entonces, cada uno podemos tener nuestros personales e intransferibles lugares felices. Hace unos días, en Twitter, Luis F. Mayorgas decía que los suyos este año habían sido "Steven Universe", "The Flash" y "Supergirl", tres opciones que yo comparto también (especialmente la primera y la tercera), y se pueden añadir muchas más.
"Downton Abbey" fue uno de mis mayores lugares felices porque me resultaba divertidísima, y una serie que está empezando a entrar en esa zona es "Faking it", sobre todo cuando le da más cancha a Lauren y Karma y Amy son amigas sin tanto drama. Es curioso que la animación tenga ese poder para auparse enseguida al Olimpo de happy places, porque recuerdo también los grandes ratos que pasaba con "Gravity Falls" y "The legend of Korra". Y si cuando se acabe "The good wife" la echaré de menos no sólo es porque ha sido una gran serie (hasta con este bajón en su recta final), sino porque era un lugar feliz estupendo. Bastaba con que Eli Gold y su hija compartieran plano.
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