19 abril 2016
El primer clon
ALERTA SPOILERS: No sigáis leyendo si no habéis visto el arranque de la cuarta temporada de "Orphan Black". Que estará disponible, completa, en junio en Netflix España.
Durante la tercera temporada de "Orphan Black", una de las quejas más habituales de los críticos estadounidenses es que su mitología se estaba volviendo descontrolada y demasiado compleja. Los clones del proyecto Castor y los experimentos de su responsable, la búsqueda del original, los intentos de Delphine por averiguar qué estaba pasando en Dyad, lo proleteanos... Había muchos frentes abiertos y, a veces, se diluía lo que siempre había sido el centro de la serie: los lazos que se habían formado entre Sarah, Alison y Cosima (y Helena) y cómo las tres peleaban no sólo por saber quiénes eran, sino por ser independientes.
El final de la tercera temporada, sin embargo, pareció ser consciente de que la situación estaba a punto de írseles de las manos a sus responsables (un poco como "Alias" en sus últimas temporadas) y volvía a lo básico, a los elementos con los que "Orphan Black" había iniciado su andadura sorprendiendo a todo el mundo. Y ese regreso al principio se mantiene, y hasta se refuerza, en el inicio de la cuarta temporada. Porque los nuevos capítulos empiezan siguiendo a Beth Childs en los días antes de que su suicidio, enfrente de Sarah Manning, ponga en movimiento todos los eventos de la serie. Es un vistazo al clon que lo inició todo, pero del que sólo sabíamos lo que Art había contado y lo que Sarah había descubierto haciéndose pasar por ella, y este "The collapse of nature" nos permite ver la pesada carga que soportaba sobre sus hombros.
Beth es elegida por otro clon, la misteriosa M.K., para recibir información sobre el proyecto Leda y sobre la Neolución, ese movimiento que aboga por la evolución dirigida por el individuo, pero que parece tener una agenda oculta bastante más siniestra. Y mientras va tirando del hilo, movida por su instinto de policía y por su necesidad de saber quién es, y por qué la crearon, su vida se va tambaleando cada vez más. La Beth que conocemos en este primer episodio es el nexo de unión entre Alison y Cosima, casi su hermana mayor, pero tiene serias dificultades para asumir que, en realidad, toda su vida hasta ese punto no ha sido más que un experimento científico. Para Leekie y sus secuaces, ellas no son más que sujetos (ya vimos en la primera temporada que las habían patentado y todo), y la sensación de no saber quién es, y de que el secreto de su naturaleza es demasiado grande (y demasiado increíble) como para compartirlo con alguien, erosiona poco a poco a Beth.
La decisión de empezar la cuarta temporada echando una mirada al pasado, al principio, no sólo recalibra las tramas de "Orphan Black" sino que, al mismo tiempo, da la sensación de que todo lo que Sarah está haciendo lo hace, un poco, por Beth. Su desafío a Dyad y la Neolución, su búsqueda incesante de la verdad y sus esfuerzos porque todos dejen al Club de los Clones en paz son una manera de honrar la memoria de la primera clon que conocimos, la que no pudo soportar la enormidad de la lucha, el terremoto que saber su naturaleza causó en su vida. M.K. sabe muchas cosas que Sarah y las demás desconocen, y toda ayuda va a ser pequeña ante los despiadados métodos de los neolucionistas. Y no, Alison y Donnie aún no tienen su propia sitcom.
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