ALERTA SPOILERS: Aunque vayamos a hablar con un poco de retraso del final de media temporada de "The Walking Dead", si no sabes quién es Penny (y no, no es la Desmond), es mejor que no sigas leyendo. O que veas esa simpática tertulia post-capítulo de "Talking dead".
Los muertos que caminan del título de la serie de AMC, y del cómic de Robert Kirkman, siempre han sido los supervivientes del apocalipsis, los que siguen rigiéndose por las mismas desconfianzas, paranoias, mezquindades y maldades que antes de que los zombies lo invadieran todo, y que, de hecho, han amplificado todas las posibilidades de que alguien se convierta en un verdadero villano, en un tipo con menos corazón que un muerto viviente. El personaje del Gobernador y esa especie de Arcadia ilusoria que es Woodbury, muestra el camino por el que puede descender alguien que cree que está haciendo lo correcto, lo que se debe hacer, pero que al mismo tiempo se deja llevar por las paranoias de todo líder autoritario. Una mentira contada para ocultar una equivocación, como la de Merle al afirmar que se había ocupado de Michonne, y su genuina preocupación por el destino de su hermano lo convierten, a ojos del Gobernador, en un traidor, alguien que ya no merece su confianza. No hay tonalidades de gris en Woodbury, todo es blanco o negro, y se tiene la sensación de que muchos de ellos no viven en el mundo real.
Woodbury, de hecho, es un poco como la caverna de Platón. Sus habitantes están "presos" en su interior, viendo pasar las sombras de lo que creen que es la realidad. Por tener cierta seguridad y la ilusión de algo parecido a la normalidad, prefieren que el Gobernador domine sus vidas totalmente, una reacción muy humana y comprensible teniendo en cuenta que el mundo exterior no es precisamente una perita en dulce. Y el Gobernador actúa como un emperador romano, dándoles pan y circo (algo que he leído en alguna parte y ahora no logro recordar dónde), y eliminando a cualquiera que crea que representa una amenaza. Y la definición de amenaza es bastante flexible y amplia para él. Woodbury termina de cimentar el tema de la serie desde el piloto, que los realmente peligrosos son los vivos, y no los zombies, y presenta también el espejo del hombre en el que Rick puede transformarse (muy efectiva su alucinación Shane, por cierto).
La tercera temporada de "The Walking Dead" está más cohesionada y con un objetivo más claro que la segunda, pero ese largo periodo en la granja era totalmente necesario para que los personajes estuvieran en el punto en el que están ahora. Necesitaban estar a punto de implosionar como grupo para darse cuenta de que tenían que aprender a trabajar juntos y a dejar de quejarse, y aunque creo que la serie no es tan radicalmente diferente con Glen Mazzara a como lo era con Frank Darabont, es cierto que se han hecho unos poco retoques que han dado un salto cualitativo que se nota enseguida. Y eso que la construcción de personajes, en general, sigue sin ser lo suyo (Michonne no está aún bien dibujada, aunque sea toda una badass), pero sí que ha habido algunos que han adquirido algo más de interés (desde aquí me confieso fan no sólo de Daryl, sino también de Glenn y Maggie, y de las entrevistas conjuntas de sus intérpretes, Steven Yeun y Lauren Cohan). Como decía Alx no hace mucho, han conseguido algunas escenas que recordaban a los momentos más duros de "Battlestar Galactica", aquellos en los que te hacían preguntarte si realmente la Humanidad merecía haber sobrevivido al genocidio de los cylons. Lo que no es el tema más agradable para una serie de televisión, pero que es inevitable si "The Walking Dead" quiere trascender las barreras de su género.
La segunda mitad de la temporada, que llegará el próximo 10 de febrero, apunta a tener todavía más tensión y enfrentamientos entre el grupo de Rick y el Gobernador, que cada vez está volviéndose más y más loco, y a que veamos todavía con mayor detalle cómo la única manera de sobrevivir en ese mundo es endureciéndote como lo hace Carl, para el que tener que matar a su madre antes de que se transforme en zombie es, evidentemente, el momento en el que deja de ser un niño. Por cierto, que el odio que había en los fans hacia Lori ha planteado en algunos blogs estadounidenses una cuestión muy interesante, y es por qué son los personajes femeninos que cuestionan al protagonista (que no es ningún santo) los que reciben más quejas por parte de los espectadores. Es una cuestión a tratar en otro momento.
Música de la semana: La selección de canciones de "Vegas" es una de las mejores cosas de esta serie, que más o menos sigue en la misma línea del principio. Una de las últimas elecciones fue "Money", un tema de Barrett Strong que fue uno de los primeros éxitos de la Motown y que luego se hizo aún famosa gracias a la versión que hicieron los Beatles.
4 comentarios:
Ja, ja, debe ser que los zombies son unas dianas estupendas para practicar el tiro :)
¡Jolines, a los fans no les gustaba Lori porque era una mujer sensible que cuestionaba abiertamente al macho alfa de la manada! Sí, va a ser por eso...
David, te recomiendo que busques esos artículos a los que me refiero, porque no van en absoluto por esa ironía tuya. Va bastante más allá, y no sólo se restringe a Lori. Por ejemplo: http://www.technologytell.com/entertainment/3659/essay-skyler-is-such-a-bitch-and-other-unfair-breaking-bad-observations/
A todo esto, a veces tengo la sensación de que los fans de The walking dead sólo saben quejarse.
Amigos,
les presentamos la segunda edición del Podcast “El Stream Mató al Cable”, donde “destripamos” la tercera temporada de The Walking Dead. Además comentamos un tema polémico: ¿Por qué odiamos a las esposas/parejas de los protagonistas de las series?
http://www.ivoox.com/el-stream-mato-al-cable-segundo-audios-mp3_rf_1631421_1.html
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