Tener una serie construida alrededor de su gran protagonista central es una táctica tan vieja como la propia ficción televisiva. "I love Lucy" existía por Lucille Ball, por ejemplo, y esa comedia se emitió entre 1951 y 1957.La personalidad de su estrella marcaba totalmente el tono de la serie, aunque sus argumentos pudieran variar, pero también es cierto que gran parte de esas series "personalistas", como quien dice, que llevaban el nombre de su protagonista en el título, eran comedias familiares. "The Dick Van Dyke Show" giraba en torno al matrimonio que interpretaban él y Mary Taylor Moore, aunque cuando ella tuvo su propia serie después, era más una comedia ambientada en su lugar de trabajo (lo que "Murphy Brown" sería después). En los 80 vimos "La hora de Bill Cosby" y hasta "El show de Carol Burnett" (que, en realidad, había terminado en 1977), y hasta Jennifer Lawrence hizo sus primeros pinitos como actriz en una serie de este estilo, "The Bill Engvalls Show".
Todas estas comedias buscan aprovechar el tirón que su protagonista tiene entre el público para llamar su atención sobre un proyecto en el que esa persona es su centro, y que hasta puede contar una versión ficcionalizada de su vida, pero que no es un reality tipo "The Osbournes", o los de Tori Spelling y su marido. Puede ser algo similar a "The Sarah Silverman Program" o algo más convencional, que recuerda más a las comedias familiares de los 90, como parece que ocurre con dos de las nuevas series de NBC para este otoño. Las dos intentan capitalizar la fama de dos actores de este género que hace tiempo que no aparecen en papeles regulares en televisión, Michael J. Fox y Sean Hayes, a los que se vio por última vez en personajes secundarios en "The good wife" y "Smash", y que van a comprobar si realmente sus nombres aún retienen parte de la magie que tenían "Enredos de familia" y "Will y Grace" (aunque ya sabemos que Fox también tiene toda una ristra de éxitos en cine durante los 80).
Las dos series tiran de parte de las experiencias de sus protagonistas para construir sus historias. "Sean saves the world", quizás no tanto, pues aunque Hayes interpreta a un hombre abiertamente homosexual (como Jack, el amigo de Will), aquí tiene que lidiar con su hija adolescente, que se muda con él. Por su parte, "The Michael J. Fox Show" sí utiliza el Parkinson que sufre el actor para construir las vivencias de su personaje, un antiguo presentador de un informativo local de Nueva York que regresa al trabajo veinte años más tarde. Por los trailers, da la sensación de que la primera es la clásica sitcom multicámara, mientras la segunda va a tirar más del formato "Modern family", y aunque aún no hemos podido ver nada de ninguna de ambas, las primeras opiniones de los críticos estadounidenses no son demasiado benévolas (tratan peor a "Sean saves the world", que ya está considerada una de las primeras candidatas a ser cancelada antes del capítulo 13).
Es curioso que NBC recurra a Fox y Hayes, y a dos vehículos personales, para intentar reflotar su parrilla de comedias, muy tocada tras los finales de "30 Rock" y "The Office" y después de que, el año pasado, ninguna de sus sitcom de estreno pasara de la primera temporada. Han pasado de la tendencia de buscar una comedia más amplia y menos sofisticada, a probar suerte con el viejo truco del "star power". Pero Fox y Hayes hace tiempo que no son las mismas estrellas que eran hace casi veinte años. El primero puede ser todavía de las personalidades más queridas en Estados Unidos, ¿pero será eso suficiente para que su serie funcione?
Música de la semana: Una de las cosas más comentadas de la última Comic Con fue el trailer de la cuarta temporada de "The Walking Dead", que finalizaba con "Serpents", de Sharon Van Etten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario