El jueves se conocerán las nominaciones a los Oscar, cuya 88ª edición se celebrará el próximo 28 de febrero, y ahí finalizará una parte importante de la campaña en la que Hollywood lleva sumido casi desde octubre. La Carrera, como se la denomina coloquialmente, por ganar una de esas preciadas estatuillas se ha convertido en un género en sí misma, en un negocio que depende de las películas, sí, pero en el que entran en juego muchas otras variables. Es una campaña de relaciones públicas, al fin y al cabo, por lo que lo que se "vende" a la Academia de Hollywood es un paquete completo: una película con algo interesante (si es buenísima, mejor que mejor), un/a protagonista con carisma y talento (y que se le dé bien recorrerse los visionados con sesión de preguntas para los académicos, los talk shows y las diversas entregas de premios menores), una narrativa atractiva (sobre el tema de la película, sobre la historia de personal de su director, lo que sea)...
Las campañas a los Oscar se han sofisticado y encarecido enormemente desde los 90, y han ido fagocitando también el periodismo cinematográfico y la crítica de determinado tipo de películas. Con el cine más comercial dedicado casi exclusivamente a las superproducciones, y los títulos con posibilidades de ganar un Oscar "encerrados" dentro de los proyectos de prestigio (aunque tengan alma de crowdpleaser, como "The Imitation Game" el año pasado), es lógico que la oscarología haya ido ganando cada vez más terreno, sobre todo en internet, para poder hablar de más estrenos que no sean los superhéroes de turno de Marvel y DC. Sin embargo, esto tiene, como todo, sus pros y sus contras.
La máquina nunca puede detenerse, ni siquiera cuando los Oscar se acaban de entregar, y al día siguiente ya hay que ir lanzando una previa de los posibles favoritos para la edición de esos premios del año siguiente. En una cultura cinematográfica en la que las películas casi sólo interesan cuando se ven trailers y primeras fotos de ellas, y se deja de hablar sobre muchas al minuto después de que hayan llegado a los cines, se alarga todo lo posible la discusión sobre esas posibles nominadas. Como nadie ha podido ver nada de ellas, ducha condición se adjudica basándose en sus responsables, o en su temática, o en la fecha tentativa de estreno dada por el estudio (si es en noviembre-diciembre, todavía quiere decir que hay esperanzas de Oscar a su alrededor), o en su participación en festivales como Telluride, Toronto, Nueva York o, un poco, Cannes y Venecia. Es difícil, en otoño, no dejarse llevar por el arranque de las campañas de bastantes de esas películas y pensar que son "fijas" para la Academia. Es un poco el efecto "Dreamgirls", y no es raro que les termine pasando como a aquel musical con Beyoncé y se desinflen en el momento de la verdad, en enero.
La manera en la que funciona la Carrera actualmente lleva a que, a partir de esos primeros festivales del otoño y, sobre todo, de las primeras listas de los círculos de críticos, surjan rápidamente un par de favoritas que van concentrando toda la atención. También va surgiendo una narrativa, algo así como un común denominador que va uniendo los diferentes reconocimientos que se entregan en diciembre, y así se va despejando el panorama de la lucha por el Oscar final, en forma de duelo a dos: "Titanic" contra "L.A. Confidential", "Avatar" contra "En tierra hostil", "La red social" contra "El discurso del rey", "Birdman" contra "Boyhood"... Este año, sin embargo, se ha dado una circunstancia muy curiosa, y es que, hasta que no se han visto las películas, no se ha podido empezar a asignar favoritismos.
En uno de los programas de La sexta nominada, el podcast de Premios Oscar, comentaban que esa incertidumbre, el hecho de que se haya empezado a hablar de posibles nominadas una vez se han visto las películas, y no asumiendo antes su condición, ha vuelto mucho más entretenida una Carrera que, si no, puede llegar con todo el pescado vendido a las nominaciones a los Oscar (cuando lo más divertido es, justo, la especulación previa). Dejando a un lado que se ha entrado en otro bucle, el de criticar las cintas sólo en base a sus posibilidades de llevarse un premio de la Academia., que haya sido a partir de las críticas post-estreno cuando se han perfilado las favoritas ha abierto muchas más posibilidades para títulos, a priori, poco oscarizables como "Mad Max: Furia en la carretera" (que podría ser la más nominada de todas, según el Los Ángeles Times), o para cintas muy independientes como "45 años".
Sí, otras que sonaban desde el otoño han aguantado el tirón, tipo "Spotlight", "Carol" y "El renacido", pero es el ascenso de las películas que más han gustado a los críticos lo que puede dar cierta mordiente a los próximos Oscar. Es probable que, el jueves, toda esta parrafada se haya quedado anticuada, pero sí parece que la narrativa de esta Carrera es que no ha habido una narrativa clara.
Música de la semana: No se sabe si "Marte (The Martian)" será de las que se mantengan hasta los Oscar, pero merece la pena recordar una de sus bromas recurrentes más simpáticas; la afición de la comandante de la misión por la música disco. Y, ahí, es difícil resistirse a ABBA y "Waterloo".
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