Cuando tenemos cineastas con puntos de vista tan personales como los de Wes Anderson, es inevitable que surja la expresión de que "o entras en su mundo, o no hay modo de que te guste". Desde "Academia Rushmore", la película que lo dio a conocer, quedó muy claro que era un director muy personal, con una sensibilidad peculiar y cierta querencia por los inadaptados sociales que creaban todo tipo de problemas porque se tomaban muy en serio todo lo que les pasaba. Suzy y Sam, los dos niños preadolescentes que protagonizan "Moonrise Kingdom", son también así. Se sienten incomprendidos y aislados (un sentimiento muy típico de cualquier adolescente) y están dispuestos a tomar hasta las decisiones más dramáticas para escapar de sus situaciones vitales, así que no es raro que, cuando se encuentran, reconozcan en el otro algo así como un alma gemela.
La huida de Suzy y Sam (interpretados muy convincentemente por dos debutantes como Jared Gilman y Kara Hayward) es la columna vertebral de la película, una huida que está pasada por el tamiz de las ganas de ambos de vivir aventuras (no creo que sea casualidad que la isla de Nueva Inglaterra donde se ambienta la película se llame Nueva Penzance, recordando a esta opereta de Gilbert y Sullivan) y por la situación en 1965, lo que les permite algo más de inocencia e ingenuidad. Un crítico decía que, mientras los niños toman todas las decisiones en la cinta, los adultos se muestran indecisos y balbuceantes durante gran parte del tiempo, y la seriedad con la que Sam se toma la planificación de su escapada (aplicando todo lo que ha aprendido como scout) no deja de ser tierna.
No obstante, en "Moonrise Kingdom" hay cierta melancolía, presente en esos adultos que se saben atrapados en una vida que no es como esperaban, una melancolía que se contrarresta con esos toques de humor deadpan, como dicen los anglos, y con unos gags visuales construidos a partir de movimientos de cámara y de unos encuadres muy geométricos, además de una divertida parodia de las películas de indios y vaqueros a través de todo lo relacionado con los scouts. El tono de la película está perfectamente encapsulado en la canción de François Hardy que le gusta a Suzy, y esa sensación de recuerdo, casi de fantasía que Anderson ha expresado en alguna que otra entrevista.
"Moonrise Kingdom" está llena de detalles graciosos (como el megáfono que el personaje de Frances McDorman usa para llamar a sus hijos en casa), y buena parte de la comedia viene de cómo algunos personajes se toman muy en serio cosas que no son tan relevantes. Desde luego, los fans de Anderson la van a disfrutar mucho.
2 comentarios:
Me ha encoantado Moonrise Kingdom, tiene la inocencia de sus personajes, pero también una crítica escondida a nuestra sociedad, a ese mundo de adultos que se comportan como críos.
A mí también me ha encantado. Es veraniega, emotiva, melancólica y muy divertida.
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