Hace ya algunas semanas, el blog Monkey See de NPR, la radio pública estadounidense, publicaba una curiosa entrada en la que intentaba diferenciar los siete tipos diferentes de escribir sobre televisión, así en general. Lo hacía hablando sobre el boom que ha habido en la última década de artículos dedicados a las series, sobre todo, y especialmente en el mundo digital, donde los blogs y las webs centradas en este tema han crecido exponencialmente desde el estreno de "Perdidos". La especie del crítico de televisión se ha hecho tan conocida como el cinematográfico, y las opiniones sobre los últimos estrenos o los clásicos son tan comunes como una charla sobre si el último blockbuster veraniego nos ha convencido o no.
En más de una ocasión hemos hablado sobre los recaps y las críticas semanales, capítulo a capítulo, y si tienen alguna utilidad, pero lo que Linda Holmes pretende es algo más académico, como si dijéramos, una clasificación de los tipos de críticos de televisión que hay en Estados Unidos, al menos, basada en las cosas en las que se fijan a la hora de reseñar las series. Está, por ejemplo, el modelo del oficio, que se fija en la calidad de la dirección, del guión, de la interpretación, del diseño de producción, de la fotigrafía, etc. Luego tenemos el ético, al que le interesa más hablar de la serie teniendo en cuenta las implicaciones sociológicas tanto de lo que cuenta la serie, como de su proceso de producción. El tercer modelo es el del puzzle. Su impulso es buscar significados ocultos e intentar descifrar la simbología del programa, algo que tiene siempre el riesgo de irse de las manos muy rápidamente, y que alcanzó su máxima expresión con "Perdidos".
Una cuarta opción es la del creador, la de centrarse en quién es el responsable de la serie y buscar el modo en el que uno y otra son indivisibles. En Monkey See dicen que es algo similar a la teoría del autor en el cine (impulsada sobre todo por los críticos franceses de "Cahiers du Cinema"). También puede seguirse el modelo de los comentarios ingeniosos, en el que las críticas se utilizan como excusas para hacer chistes de todo tipo, y uno muy curioso que es el de las viñetas. Éste se basa en utilizar un aspecto muy concreto de la serie como punto de partida, como si importa la bisexualidad de Kalinda, o si Olivia Pope debería seguir con el presidente, o si a Betty Draper nadie la entiende. a partir de ahí, se puede hacer todo un tratado sobre la política sexual de "Mad Men", por ejemplo, con lo que nos meteríamos en el modelo ético.
La última división es la del modelo de servicio, que es en el que entran los recaps y resúmenes de episodios, esos en los que se cuenta lo que ha pasado sin pretender ir más allá. Éste no es santo de mi devoción, así que no suelo emplearlo, pero es muy probable que gran parte de los que estamos a todas horas escribiendo sobre series lo hagamos mezclando los seis tipos anteriores. Puede haber quien esté más centrado en unos que en otros, pero como apunta la propia Holmes, lo más normal es que se salte de unos a otros dependiendo de lo que se quiera decir en cada momento de una serie, y que no se den en su "estado puro". Puede no ser más que un divertimento veraniego sin mayor importancia, pero lo cierto es que resume bastante bien lo que se suele comentar en la crítica televisiva actual. ¿Tenéis un modelo de éstos que os interese más?
P.D.: Por cierto, la foto corresponde a la quinta temporada de "The Wire", que por fin he empezado, y a su subtrama centrada en los periodistas del Baltimore Sun. En su momento, hubo bastantes críticas que apuntaban que ésa había sido una historia floja para los estándares de la serie, y creo que adivino el por qué. Le falta un poco de sutileza, y cualquiera que conozca la historia de Jayson Blair en The New York Times se hace una idea de por dónde van los tiros. Es una crítica muy válida hacia la situación actual del periodismo, eso desde luego.
2 comentarios:
Saluda a McNulty y Bunk de mi parte ;)
Y a Lester y a Kima, que ahora se emborrachan todos juntos :)
Publicar un comentario