05 julio 2016
La clásica discusión de los Emmy
El próximo jueves 14, Anthony Anderson y Lauren Graham leerán las nominaciones a los 68º premios Emmy, unos premios cuya campaña está alcanzando las mismas cotas de gastos y circuitos de eventos, proyecciones con preguntas y respuestas y mesas redondas que la de los Oscar. Se nota también porque The Hollywood Reporter lleva ya un par de años cubriéndola casi al mismo nivel, con la diferencia de que, en la temporada de los Emmy, no hay sucesión de galardones menores que intentan aprovechar la sombra en el horizonte de los Oscar para conseguir algo de relevancia. Aquí están los premios de la TCA (la Asociación de Críticos de Televisión, que se entregan en agosto), y ésos nunca han intentado predecir lo que puede gustar a los académicos, sino justo reconocer lo que ellos suelen olvidar.
Lo que sí es común a ambas campañas son las listas de los críticos y los periodistas especializados intentando adelantarse a lo que la academia puede nominar, lo que tiene más probabilidades de ganar y lo que debería ser candidato en su lugar (y llevarse la estatuilla, claro). Con las series puede ser más fácil acertar, incluso aunque no haya esa retahíla de círculos de críticos dando sus premios, porque los Emmy llevan una inercia que cuesta más virar que al Titanic frente al iceberg. Si el año pasado arrasaron "Juego de tronos" y "Veep", lo más probable es que vuelvan a dominar, como mínimo, las nominaciones, y tal vez hasta repitan sus victorias a mejor drama y mejor comedia porque no parece haber surgido esta temporada ningún rival que de verdad pueda hacerles sombra.
Así que lo divertido está, otra vez, en especular con qué novedades puede haber entre los candidatos. Y novedades reales, no que "Supergirl", por ejemplo, se cuele entre las nominadas a mejores efectos especiales. Desde el estreno de la segunda temporada, a principios de abril, Starz está empujando con fuerza "Outlander" para que, al menos, Caitriona Balfe y el impresionante vestuario de Terry Dresbach estén en la gala de septiembre, y Lifetime está promocionando "UnREAL" todo lo que puede, enfatizando especialmente a Constance Zimmer. Si, además, USA logra que el Globo de Oro a mejor drama que se llevó "Mr. Robot" cristalice en una candidatura al Emmy, ya veremos unas nominaciones un poco más entretenidas de lo habitual.
Cada año hay más aspirantes intentando llamar la atención de los votantes, que tienen que estar atentos a networks, cable y plataformas de streaming, y que ya no tienen que justificar haber visto los episodios elegidos por los nominados para decidir quiénes se llevan las estatuillas aladas. La competición se está volviendo tan despiadada como la de los Oscar, aunque la gala no llegue todavía a esas cotas de espectacularidad, y donde los Emmy sí pueden sacar pecho, si continúan animándose a ello, es en la diversidad de sus candidatos. Muy mal tienen que dársele las cosas a Viola Davis para que no repita nominación en protagonista de drama.
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