La repentina muerte de James Gandolfini ha dejado a toda la comunidad televisiva y aficionada a las series pasmada. Con una miniserie para HBO en cartera para el otoño (el remake de la inglesa "Criminal justice"), lo que nadie esperaba es que, en lugar de celebrar su regreso a la cadena que lo lanzó a la fama, estuviéramos recordando su legado, sin posibilidad de verlo en algún otro proyecto nuevo. En todos los homenajes que han aparecido por ahí, es Tony Soprano el que se lleva la parte del león, pero es que es de rigor e inevitable que así sea. Gandolfini ya tenía una carrera antes de llegar a "Los Soprano", aunque en el cine nunca pasara de ser un secundario, pero fue esa serie la que cambió su vida y, de paso, revolucionó el panorama televisivo para siempre.
En su recuerdo del actor, Alan Sepinwall destacaba cómo la elección de Gandolfini para interpretar a Tony había sido tan instrumental en el éxito y la influencia posterior de "Los Soprano" como los guiones orquestados por David Chase, y que tanto el propio Chase como el que entonces era el presidente de HBO, Chris Albrecht (ahora en Starz), se dieron cuenta durante las audiciones de que tenían entre manos algo grande al ver al actor insuflar vida a ese mafioso de Nueva Jersey cuya familia real le da tantos problemas, o más, que su familia de los negocios, y el tono de la serie se adecuó a todo lo que Gandolfini podía hacer con ese papel. Reinventó el concepto que se tenía de los mafiosos en la pantalla (todavía muy influenciado por "El padrino") y, de paso, abrió la puerta para que las series se atrevieran a poner en su centro a eso que ahora llamamos un "antihéroe"; un personaje antipático y, esencialmente, que sería el villano en cualquier otra producción convencional, pero del que se exploran a fondo todas sus capas, tanto las buenas como las malas.
Es muy cierto que Don Draper, Walter White, Gregory House, Vic Mackey, Al Swearengen y otros cuantos más no podrían haber existido sin "Los Soprano" (que, por cierto, tenía un reparto en el había actores que no es que parecieran mafiosos italoamericanos de Nueva Jersey, es que lo eran), pero el legado de la serie y de su protagonista va más allá. Hay quien dice que permitió comprobar que podía hacerse cine en televisión, aunque igual lo que habría que plantearse es que Chase, Gandolfini y compañía lo que hicieron, en realidad, fue aprovechar al máximo las posibilidades de la televisión y las libertades creativas que les daban en HBO. Cuidaron todos los detalles, se esforzaron por presentar situaciones que no fueran fáciles, que tuvieran aristas y diferentes puntos de vista, y optaron por tener un protagonista que nunca pidiera perdón por las cosas que hacía, por muy brutales y desagradables que fueran.
A David Chase siempre le sorprendió que el público se identificara con Tony Soprano. Aseguraba que él nunca había buscado esa identificación y que por eso, cada vez que parecía que Tony iba a volverse más amistoso o vulnerable, le hacía cometer algún acto tan vil, que cualquier atisbo de amor del espectador hacia él quedara destruido. En esa identificación con Tony tenía buena parte de culpa, por supuesto, Gandolfini, que lo mismo podía ser amenazador que tener grandes momentos humorísticos bastante negros. De hecho, uno de los mejores trabajos post-"Los Soprano" del actor fue "In the loop", película de Armando Ianucci que satirizaba salvajemente las relaciones entre Estados Unidos y el Reino Unido (y los comportamientos de los políticos, en general), y en la que Gandolfini interpretaba a un general que parecía muy duro y muy expeditivo, pero que luego nunca hacía nada.
2 comentarios:
Creo que pronto veré the sopranos! una serie que pense en ver hace tiempo cuando empece a ver series por tv.
Yo la he visto muy a salto de mata, la verdad, pero está muy bien.
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