Cuando "Sleepy Hollow" se estrenó, comentamos que la serie se lanzaba tan de cabeza, y sin pedir excusas, a su premisa loca y sin sentido, que podía funcionar mejor de lo que era de esperar. Y, por ahora, es justo lo que está ocurriendo. Es cierto que sólo hemos visto cuatro episodios y que aún ni ha llegado a la mitad de su primera temporada (de sólo trece), pero es realmente curioso ver cómo esta serie, que a priori era un completo despropósito, está mucho más segura de lo que quiere hacer y lo que quiere ser que otros estrenos de este año supuestamente más serios. ¿Que lo que es es una ida de olla? Pero lo sabe perfectamente, y por eso mete en la batidora templarios, demonios ancestrales, citas del libro del Apocalipsis, pseudohistoria de la guerra de Independencia de Estados Unidos y cualquier otra cosa que se os ocurra (y que probablemente "Buffy" o "Expediente X" ya tocaron antes); todo vale para mantener la trama en marcha y poner muchos obstáculos en el camino de nuestros héroes.
De todos modos, en lo que "Sleepy Hollow" ha acertado desde el piloto es en el retrato de Ichabod Crane y Abbie Mills. Tom Mison y Nicole Beharie han desarrollado una buena dinámica desde el principio, y tener un dúo protagonista con química y que es muy entretenido de ver ya permite anclar toda la locura y las tonterías que pueden tener lugar a su alrededor. Los chistes sobre la confusión de Crane al enfrentarse al mundo moderno, o las dudas de todos ellos sobre si no estarán volviéndose locos, ofrecen algo más real a lo que asirse en medio de las profecías de que es Sleepy Hollow, y no Sunnydale, donde se va a abrir la boca del Infierno. Si tienes personajes divertidos y cuya interacción salva cualquier escena, puedes permitirte el lujo de rodearlos de las cosas más alocadas que te puedas imaginar.
Probablemente, esa sensación de que no se parece a ninguno de los otros estrenos de esta temporada (aunque en los 90 estábamos hartos de ver series y películas de este estilo) haya contribuido a que sea, también, uno de los pocos éxitos reales del otoño. Ya está renovada para una segunda entrega (de otros trece capítulos) y en estos cuatro episodios no ha rebajado el nivel de entretenimiento sin muchas más pretensiones. Y eso que tener a una mujer negra como co-protagonista ya es casi una deeclaración de intenciones en el panorama seriéfilo estadounidense, pero no nos engañemos. Se ve mucho más formada y coherente, paradójicamente, que algo tan teledirigido (y tan esperado) como "Agents of SHIELD", y logra más diversión que algunas de las comedias nuevas, muchas veces preguntándonos qué más cosas van a meter ahí (¿cabrán los Canteros de "Los Simpson"?).
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