En 2003, el transbordador espacial Columbia, con siete tripulantes a bordo, se desintegraba en su reentrada en el atmósfera, tras haber pasado algo más de una semana en órbita terrestre realizando diversos experimentos. Era el segundo gran accidente de la NASA desde la explosión del Challenger, segundos después de su lanzamiento, en 1986, y llevó a la agencia a suspender el programa de los transbordadores hasta que se supieran las causas del accidente. Cuando éstas se conocieron (un desperfecto en el escudo térmico del shuttle, ocurrido durante el lanzamiento), se hizo necesario realizar nuevos estudios que redujeran las posibilidades de que algo así volvieran a repetirse y, mientras la NASA trabajaba en ello (y se veía asediada por las críticas), el administrador de entonces decidió que sólo se enviarían misiones del transbordador a la Estación Espacial Internacional (ISS), donde los astronautas podían refugiarse brevemente si su nave tenía algún problema. La última misión de servicio al telescopio espacial Hubble se canceló inicialmente porque su órbita, más alta que la de la ISS, impedía que los astronautas pudieran utilizar la estación como refugio.
Toda esta larga introducción sirve para apuntar un detalle en el que "Gravity" se toma ciertas licencias dramáticas (en The New York Times se extiende algo más al respecto), y para indicar al mismo tiempo que la película de Alfonso Cuarón utiliza uno de esos "peores escenarios posibles" con los que trabajan siempre los diseñadores de misiones y lo convierte en realidad, y no en un mero ejercicio de simulación. Sería algo así como una evolución de "Apolo XIII" (hasta usa a Ed Harris para poner voz al control de misión), que contaba un accidente real, y la lleva a las últimas consecuencias del modo en el que se llevan a cabo las misiones espaciales actuales y, sobre todo, del modo en el que la tecnología presente permite representar cómo sería la lucha por la supervivencia en el espacio si nos quedáramos solos e indefensos allá arriba. Porque, como bien explica la película en su arranque, el espacio es uno de los entornos más hostiles a los que puede enfrentarse el ser humano, que necesita todo tipo de protecciones ante "enemigos" de la más diverso; las temperaturas extremas, la falta de presión, la ingravidez, la radiación procedente del Sol y del espacio profundo y las toneladas y toneladas de basura espacial, de los más diversos tamaños, que se acumulan en la órbita de la Tierra.
Los astronautas Ryan Stone y Matt Kowalski se ven frente a un "peor escenario posible" (uno que es toda una pesadilla), y Cuarón procura que nos "sumerjamos" con ellos en su peripecia a través de un 3D que realmente es una parte importante de la cinta, de unos planos subjetivos que nos ayudan a entender por lo que están pasando y de una representación bastante realista de cómo es la vida en el espacio para los astronautas que volaban al Hubble o que pasan seis meses en la ISS (excepto por un par de licencias). "Gravity" transmite claustrofobia en el mayor espacio abierto que podamos pensar, y también tensión, y se sostiene sobre una Sandra Bullock contenida y estupenda (y muy teniente Ripley en algunos momentos). Las imágenes de la Tierra desde la órbita son un espectáculo, y la reproducción del Hubble (en una configuración que no es la actual) y de la ISS son muy fieles a la realidad. "Gravity" es una gran película que, por supuesto, incluye un toque humano que no vamos a desvelar y que es la verdadera historia de superación de la cinta.
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