El estreno y monumental éxito de "La guerra de las galaxias" (o "Star Wars") en 1977 contribuyó a cambiar Hollywood en más formas de las que son evidentes a simple vista. No pocos críticos le echan la culpa a esa película y a "Tiburón" de iniciar la época de los taquillazos del primer fin de semana y del Hollywood de las sagas y los muñequitos (de un modo un poco reduccionista), pero tal vez lo más interesante sea ver cómo la afición de George Lucas por las space operas y las historias de aventuras heroicas resultó determinante para relanzar la ciencia ficción ambientada en el espacio, pasada por un tamiz más aventurero que el lado cerebral y alegórico de "2001, una odisea del espacio". O mejor dicho, para dar pie a dos proyectos que después tuvieron una vida propia muy curiosa y de los que ya hemos hablado en este blog con anterioridad.
El primero de ellos en ver la luz fue la serie "Battlestar Galactica", que ABC estrenó en 1978 para aprovechar todo lo posible el fenómeno en el que se había convertido "Star Wars". Su creador, Glen A. Larson, había trabajado con anterioridad en "El hombre de los seis millones de dólares" y llevaba desde 1968 desarrollando un concepto de serie ambientada en el espacio que, originalmente, tenía el título de "Adama's ark" y que estaba muy influida por su pertenencia a la religión mormona. La serie tenía, como punto de partida, el más oscuro que podía imaginarse entonces; el genocidio de casi toda la raza humana por parte de los cylones, unos malvados extraterrestres. Los supervivientes se agrupaban en una flota de naves, lideradas por la Estrella de Combate Galáctica, y partían en busca de un nuevo hogar, un planeta mítico llamado Tierra. El piloto costó siete millones de dólares (el más caro hasta la fecha) y en algunos países se estrenó en cines, pero aunque arrancó bien de audiencia, no pudo sostener la suficiente para que a ABC le saliera rentable gastarse lo que se gastaban en ela serie, y fue cancelada al final de la primera temporada.
Un par de años más tarde, y después de una intensa campaña por parte de los fans, Larson la resucitaría bajo el título de "Galactica 1980", mostrando las peripecias de algunos personajes una vez que la nave ya había llegado a la Tierra. Tampoco tuvo éxito, pero el proyecto tuvo una vida posterior muy resistente, con convenciones de fans y uno de sus protagonistas, Richard Hatch, intentando producir una continuación dos décadas más tarde. Al final, ya sabemos que lo que se produjo fue un remake que llevó los conceptos manejados por la serie original a sus últimas consecuencias, libres de las imposiciones de finales de 70 de buscar una aventuras más en la línea de "Star Wars". Pero lo más curioso aún es el papel de la saga de Lucas en la resurrección de "Star Trek".
Cuando hablamos de "Trek Nation", el documental sobre Gene Roddenberry, ya comentamos las circunstancias en las que se creó y emitió la serie original de "Star Trek" a finales de los 60, y cómo no empezó a convertirse en una serie de culto hasta que no pasó a la sindicación. Eso permitió que Paramount, al comprobar el éxito de "La guerra de las galaxias", echara mano de ella para intentar subirse también a ese carro, pero aquella primera película de "Star Trek" se movía por unos derroteros diferentes. Estaba más emparentada con la ciencia ficción clásica de las décadas anteriores, en las que se había hecho un nombre su director, Robert Wise, que con las aventuras de George Lucas, y resulta un curioso contraste con el resto de cintas que la siguieron. Tiene un ritmo más pausado y es más reflexiva, buscando plantear preguntas al espectador más que embarcarlo únicamente en el viaje de su vida. La franquicia se mantuvo con tan buena salud en el cine, que a finales de los 80 hasta volvió a la tele, y aguantó en diversas encarnaciones hasta que J.J, Abrams la "reinició" en la pantalla grande en 2009. Curiosos caminos para dos proyectos que vieron la luz sólo porque sus estudios querían sacar provecho del éxito de Fox con "Star Wars".
P.D.: Sólo como curiosidad, y para comprobar hasta dónde llegaba la sombra de "Star Wars", es interesante ver las bandas sonoras de la "Galáctica" de 1978 y de aquella primera película de "Star Trek". La primera es obra de Stu Phillips, y el compositor de la reimaginación, Bear McCreary, la reutilizaría como himno de las Colonias. La segunda se decantó por Jerry Goldsmith, todo un clásico del cine de ciencia ficción, y que compuso un tema principal que se alejaba del de la serie original (aunque quizás la pieza más representativa sea la que le dedica al USS Enterprise).
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