18 octubre 2013

Tres formas de hacer un culebrón

Qué es un culebrón, y si es algo malo o no, es algo de lo que hemos hablado en varias ocasiones. Puede decirse que el 95% de las series tienen componentes de telenovela (especialmente en lo que respecta a la continuidad emocional de sus personajes), y lo diferente es la manera en la que se manejan esos componentes. Las hay que pueden tratarlos de una manera realista y verosímil, o con clase y sentido del humor, o lanzándose de cabeza por el camino del camp y la exageración casi autoparódica. También hay diferentes maneras de realizar series que son directamente un culebrón, y esta temporada podemos encontrar tres ejemplos de esos modos distintos de contar historias de familias con secretos, amores imposibles, villanos que sólo quieren arruinar la vida de los demás y, si ya nos ponemos en plan ambicioso, muertos que no estaban muertos, sino tomando cañas, gemelos malvados y mucho vitriolo vertido en cenas de lujo con mucho whisky.

Por ejemplo, "Revenge" puede decirse que es la heredera de las soap operas de prime time de los 80, con sus suplantaciones de personalidad, tramas de venganza cuidadosamente planeadas y malas malísimas mujeres de hielo que podrían matar sólo con una mirada, y todo ambientado en medio de los ricos habitantes de los Hamptons. La manera en la que está rodada sigue la forma de aquellas series tipo "Falcon Crest" o "Dinastía", con todos muy bien vestidos y una fotografía muy glossy, que dirían los anglos. Aquí nadie está mal iluminado, ni siquiera los criminales; las imágenes son tan vistosas como las de un reportjae hiperproducido de casas de lujo en las primeras páginas del "Hola", y todo eso forma parte del tipo de serie que es "Revenge". No hace falta ver más que cinco minutos del piloto para saberlo; sabe perfectamente que es un culebrón de ricos y pobres armado alrededor de una venganza a la altura de la de "Kill Bill", y se presenta exactamente así.

En el término medio tenemos "Downton Abbey". Quizás ésta se escore más hacia el melodrama que hacia el culebrón, pero también hay que tener en cuenta que la estética de las telenovelas inglesas es más de clase trabajadora, de luz fría y de interior de pub, aunque sus tramas sean igual de locas que en cualquier culebrón colombiano que se precie. Lo curioso de la serie de ITV es, precisamente, la austeridad con la que muestra el mundo de escaleras abajo, el de los criados. La iluminación es más fría y las escenas están rodadas cámara en mano, de tal modo que, al subir a la parte noble de la casa, contrasta más con la luz más cálida, las tomas más amplias y la steadicam con la que se retrata a los señores. Y eso que en esta serie tampoco sale nadie feo (para los estándares de las islas británicas), pero esa diferenciación formal es bastante curiosa. De hecho, su apuesta quedó muy clara la temporada pasada, con el parto de Lady Sybill (sin música añadida y rodado también cámara en mano, creo recordar), y este año con cierto hecho inesperado y terrible en el tercer episodio, que se muestra haciendo uso del "plano Frenesí", como quien dice, optando por un fuera de campo que puede resultar mucho más efectivo que una escena más explícita.

El tercer ejemplo de esta temporada es una serie que es un culebrón, pero que aspira a no serlo, como "Betrayal", y que por el camino no es ni una cosa ni la otra, lo que es lo peor que le podría pasar. Es una de las novedades de ABC, emparejada precisamente con "Revenge" en la noche de los domingos, y su trama de infidelidades, familias poderosas con actividades delictivas y una muerte que lo pone todo en peligro podría ser, efectivamente, tema para un buen culebrón, pero la serie opta por una estética más de drama intimista indie y todo el conjunto pierde fuerza (hay más problemas en "Betrayal" que entre la forma y el fondo, pero es mejor que nos centremos en uno). Está claro que, precisamente, no quieren ser un culebrón, que quieren ser un drama de personajes con grises morales, pero se quedan en tierra de nadie.

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