Los festivales cinematográficos suelen servir para acercar a determinados públicos películas que, de otros modos, no tendrían la oportunidad de ver. En concreto, algunas de las propuestas de género que pueden verse en la Muestra Syfy desde hace once ediciones (y que vienen en muchos casos del Festival de Sitges) ni siquiera llegan a conseguir distribuidor en España, y lo más que pueden aspirar es a convencer a algunas de las plataformas de VOD para que se estrenen ahí. En el caso de películas como "Almost human" (no la confundais con la serie de Fox), no se pierde nada porque no llegue a verse en cines en nuestro país, porque esa historia de abducciones y "monstruos" asesinos es de un amateurismo que duele, pero cosas como "Snowpiercer" (que sí tiene distribución en España, pero aún no fecha de estreno), "Coherence" (ganadora del premio al mejor guión en Sitges y que se vio en septiembre en el Fantastic Fest de Austin) y hasta "In fear" no tienen otro modo de llegar, por lo menos, al sector del público que iría a verlas seguro si se proyectaran comercialmente.
La Muestra, de todas maneras, alterna historias indies, el ya tradicional terror asiático o pequeños experimentos formales como "Maniac" con preestrenos podríamos decir que grandes, como el que siempre la inaugura el jueves, y que este año fue "300. El origen de un imperio", o como la nueva versión de "La bella y la bestia", esta vez de acción real y dirigida por Christophe Gans, alguien que termina supeditando casi siempre la historia o la tridimensionalidad de los personajes a un aspecto visual que suele ser digno de verse. Ya sucedía en "El pacto de los lobos" y le vuelve a pasar otra vez aquí, sin terminar de hacernos llegar el enamoramiento entre los personajes que interpretan Lea Seydoux y Vincent Cassell, y que en teoría es el centro de todo. La comparación con "La bella y la bestia" de Disney, que tiene ya más de 20 años y que se proyectó en sesión matinal infantil en la versión especial en 3D, no es demasiado positiva para la cinta francesa.
Esa táctica de juntar dos versiones de la misma historia ya funcionó el año pasado, cuando "Oz, un mundo de fantasía" compartió programación con el pase matinal de "El mago de Oz", y las proyecciones de clásicos con ya unos cuantos a las espaldas suele funcionar bastante bien. Desde luego, en esta 11ª edición, se puede decir que, con contadas excepciones, las mejores películas fueron precisamente las que tenían ya más de dos décadas, entre "La bella y la bestia" y "La mosca", que compartió sesión doble de Phenomena con "Depredador". La cinta de David Cronenberg sobrelleva muy bien los casi treinta años que tiene, mostrando perfectamente los riesgos que la ambición científica sin límite tiene para su protagonista. El momento Phenomena encapsula también un aspecto muy destacable de la Muestra, que es el ambiente festivo que preside las proyecciones. El público aplaude en los momentazos y, si la película no está convenciendo, no son raros los comentarios en voz alta y las risas del respetable, aunque también es verdad que, a veces, hay siempre algunos espectadores que no saben cuándo parar o cuándo sus bromas no están siendo bien recibidas, y terminan siendo un incordio.
El balance de la 11ª edición es irregular en cuanto a la calidad general de las películas, con alguna propuesta interesante pero fallida y otras que directamente eran un desastre, pero aparte de los clásicos (y de "Snowpiercer"), quizás la cinta que tuvo un mejor recibimiento fue la ya mencionada "Coherence", una historia que saca petróleo de su bajo presupuesto y su única localización para contar cómo varios personajes se ven afectados por el paso de un cometa. Es preferible no contar mucho más para no estropear el estupendo manejo de las revelaciones que va haciendo, y el retrato de cómo la relación entre los protagonistas evoluciona, y se deteriora, conforme avanza la noche en la que transcurre la película. No llega a ser tan complicada como "Primer", pero es igualmente interesante e imaginativa.
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