Hablar de las
nominaciones de los Emmy es mucho más divertido antes de que se anuncien las
nominaciones de los Emmy. Es algo que hemos comentado en más ocasiones, y las
razones no pueden estar más claras; a dos semanas de que Carson Daly y Mindy
Kaling lean los candidatos a la 64ª edición de estos premios, todavía podemos
emocionarnos pensando que Tatiana Maslany por fin conseguirá la única
nominación que se le escapa por ahora, que “Orange is the new black” entrará
con fuerza en las categorías de comedia, que los académicos abrirán al menos la
caja de los DVDs de “The americans” o que la fantástica banda sonora de “Penny
Dreadful” se verá reconocida. En cuanto sea la noche del próximo día 10,
tendremos casi una fotocopia de las nominaciones del año pasado y toda la
diversión se habrá ido por el desagüe.
Pero de momento, todavía
podemos especular (que es algo que hacemos en el último programa de Yo disparé a JR), y podemos pensar que si “The americans” no consiguió llamar la atención
el año pasado porque FX no tiene suerte en los Emmy, Showtime puede este año
dar la campanada con “Masters of sex”, que empieza además su segunda temporada
el día 13. Fue uno de los mejores estrenos de la pasada temporada, y aunque la
competencia con “Mad Men” puede terminar perjudicándola (¿dos series de época
con protagonistas cerrados emocionalmente? A ver si los votantes se van a
confundir…), realmente podría ser una de las renovadoras de la categorías de
drama. Éstas son, de largo, las más competidas de los Emmy desde hace tiempo,
por lo que conseguir meter la cabeza en ellas ya es un triunfo, pero el título
de Showtime tiene posibilidades.
La más clara es la de
Allison Janney como actriz invitada. “El ala oeste de la Casa Blanca” la
convirtió en una de las favoritas de estos galardones, y su devastador retrato
de Margaret Scully “robó” limpiamente muchos de los capítulos. Sus intentos por
comprender a su marido (un homosexual “armarizado”, pero con un chapero
habitual), por intentar comprender lo que Virginia Johnson le cuenta cuando
intenta presentarse al estudio de Masters, hasta sus caras en las reuniones de
juegos y cócteles con sus amigas figuran entre lo emocionalmente más intenso
visto en 2013/14, y si se une todo esto a su papel como la madre ex alcohólica
e irresponsable de “Mom”, le da una amplitud a su repertorio que podría ser su
mejor carta de presentación para, directamente, llevarse un Emmy. Aunque en
actriz invitada es probable que tenga dura competencia proveniente de “The good
wife”, que aquí va camino de ser la nueva “Ley y orden: UVE”.
“Masters of sex” podría
tener opciones de entrar en mejor drama, guiones y en actor y actriz principal
(además de las candidaturas técnicas que pueda lograr por su vestuario y
ambientación en los años 50), y aunque hay desnudos y sexo, realmente es una
serie mucho menos “escandalosa” de lo que su título podría hacer suponer. Su
interés está en las relaciones entre todos sus personajes, en el modo en el que
el sexo les sirve para lograr una conexión con otra persona que consiga
comprenderles y aceptarles. Evidentemente, es la dinámica entre Masters y
Johnson lo que mueve la serie (y Michael Sheen y Lizzy Caplan son perfectamente
merecedores de sendas nominaciones), pero no hay que olvidarse de la ética de
trabajo y las ambiciones, trágicas al final, de la doctora DePaul, o de esa
jovialidad que aportaba Jane. “Masters of sex” puede tanto amenazar el status
quo de la categoría como ser olvidada, o reconocida sólo marginalmente, pero es
la mejor baza de Showtime para sustituir el brillo desvaído de “Homeland” de
cara a los Emmy.
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