Es una de las frases más habituales cada vez que alguien empieza a ver una serie que le hemos recomendado, o se anima con alguna de las que más se discuten por Twitter. No es extraño que, después de haber visto los dos o tres primeros episodios, aparezca ea pregunta, ¿cuándo empieza a mejorar?, indicando que lo que se ha visto hasta ahora no les termina de convencer, pero que están dispuestos a continuar si quienes han seguido con ella les aseguran que, para el capítulo 10, aparecerá por fin la gran serie de la que todo el mundo habla. No es nada extraño que pase algo así; todos somos conscientes de que las series van "inventándose" sobre la marcha, que sus responsables van haciendo ajustes dependiendo de lo que ven que funciona mejor o lo que, de repente, no cuaja, y es algo bastante común en las comedias. Ahí está "Parks and recreation", por ejemplo; no comenzó a ser la serie que es ahora hasta la segunda temporada, y sus responsables necesitaron los ocho capítulos iniciales para darse cuenta de que, como supuesto spinoff de "The Office", no funcionaba.
También tenemos el caso de "Fringe", que arrancó siendo un procedimental de ciencia ficción con cierta mitología de fondo, sin que terminaran de encajar todas sus piezas y donde sólo Walter Bishop era realmente interesante. Pero, para la mitad final de esa primera entrega, esa mitología fue permeando más y más el tejido de la serie, y ésta fue adquiriendo más confianza en sí misma hasta para contar casos de la semana entretenidos y que aportaran algo a los personajes, al menos. Sin embargo, hay otras series que son así desde el principio, que lo tienen todo muy claro desde que empieza su piloto, y que lo único que hacen con el paso de las temporadas es evolucionar, crecer, dar más cancha a los aspectos que resultan mejor y, de vez en cuando, sacudir un poco su status quo para que el público no se aburra. "The good wife" es uno de esos ejemplos. Ya viene plenamente formada desde el piloto y no "mejora", no en el sentido que se le da cuando se hace esa pregunta.
Sus primeros capítulos no están buscando la identidad de la serie, no hay un protagonista central que lleve todo el peso de la historia mientras el resto de la serie tiene aún que ponerse a su altura, como pasa con los capítulos iniciales de "Life". "The good wife" sabe desde el principio lo que está haciendo y lo que quiere contar, y lo que ocurre es que va creciendo al mismo tiempo que lo hace Alicia Florrick. Al fin y al cabo, sus creadores, Robert y Michelle King, dicen siempre que la serie podría llevar el subtítulo de "la educación de Alicia". En estos casos, si los cuatro o cinco primeros episodios no nos gustan, lo más probable es que ello no vaya a cambiar cuando lleguemos al 20. Y en la misma situación está "Verónica Mars", otro título que mucha gente empezó a ver el año pasado, cuando se anunció el rodaje de su película, y que también suscitaba esa cuestión de si mejoraba, y cuándo lo hacía. El piloto ya anuncia qué tipo de serie va a ser y cómo es su protagonista principal, no es que Verónica necesite seis capítulos para ser el personaje el que todos sus fans se enamoraron sin remedio.
Esta pregunta aún tiene menos sentido cuando se aplica a títulos de HBO, títulos que renuncian conscientemente a la costumbre de presentarnos a los personajes y los elementos básicos en el primer capítulo. "The Wire" o "Deadwood" nos sueltan en medio de la situación, con la historia ya en marcha, y deja que seamos nosotros los que vayamos atando cabos. No es que "mejoren", sino que nosotros nos familiarizamos con ellas y sabemos qué esperar.
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