Los concursos con famosos son un subgénero más complicado de sacar adelante de lo que parece. En España estamos acostumbrados al giro Telecinco, como quien dice; utilizar un concurso, a ser posible un reality show, que ponga a los participantes en alguna situación extrema y, simplemente, sueltan ahí a famosos, aunque sean de tres al cuarto. "Supervivientes", "La granja", "Hotel Glam", hasta una especie de "Hell's kitchen"; ninguno de ellos merece la pena para las cadenas españolas a no ser que Paquirrín (perdón, Kiko Rivera), María Patiño, Karmele Marchante y Alessandro Lecquio participen en él. Fuera de nuestras fronteras también hay casos así, como ese "I'm a celebrity... Get me out of here!" de la británica ITV, pero generalmente, se busca que los realities o concursos con famosos saquen partido exactamente a eso, a que son famosos, a que si vas a ver el programa, es porque sus concursantes son actores de Hollywood, por ejemplo.
Porque, ¿quién querría ver a seis amigos de Los Ángeles a los que no conoce nadie, con trabajos normales y corrientes, jugando a adivinar qué canción es ésa que están tarareando sólo con la palabra "doo"? Pero si esos "amigos" son famosos, la cosa cambia. Ése es el esquema de "Hollywood Game Night", un programa-concurso que NBC estrenó el verano pasado y que acabó funcionando tan bien, que regresó para esta midseason. Creado por Sean Hayes, la mecánica del concurso es muy sencilla; los seis famosos se dividen en dos equipos, cada uno capitaneado por un concursante anónimo que compite para ganar 25.000 dólares, y juegan a diversos juegos similares a los que podrían jugar las familias estadounidenses que organicen noches de juegos con su familia, o con sus amigos. Es muy fácil y, realmente, en principio no debería funcionar, pero lo cierto es que lo hace.
El truco está en tener a unos participantes dispuestos a pasarlo bien y comprometidos con el hecho de que, tal vez, en alguna que otra ocasión van a hacer el ridículo si no adivinan que esa foto distorsionada es la de Macauley Culkin saliendo de una discoteca en París. Los concursantes pueden beber, así que ya tenemos parte de la diversión al ver, por ejemplo, a Julie Bowen dándolo absolutamente todo, o descubriendo que Michael Chiklis, en el fondo, es muchísimo menos intenso que Vic Mackey y le gusta hacer chistes malos. Además, la presentadora, Jane Lynch, está totalmente en su papel, llevando el programa con ritmo y mejorando cualquier broma que le escriban los guionistas sólo por el giro especial que les da al leerlas.
"Hollywood Game Night" es un espacio ligero, sin ninguna pretensión, y en la que el buen rollo que llevan quienes participan en él suele notarse cuando se ve. Se puede jugar en casa, y lo único que se necesita es participantes que no tengan ningún sentido del ridículo y no se tomen demasiado en serio a sí mismos. Ése es el truco para hacer un programa con famosos que resulte entretenido y que funcione.
Música de la semana: El salto de un lado al otro de la frontera entre Estados Unidos y México que hace "The Bridge" queda muy claro en las canciones que suenan en los capítulos. En el primer episodio de la segunda temporada, por ejemplo, la policía de Chihuaha hace una redada en una casa en la que suena "Patada", de un trío multicultural de Texas llamado Master Blaster Sound System.
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