Lo curioso es que, en los últimos dos años, funcionan mejor las películas estrenadas al principio de la temporada estival (en abril y mayo, cuando aún estamos en primavera) que las que llegan a partir de junio, y la taquilla estadounidense presenta una tendencia a la baja este año. Lo poco que se ha salvado de la debacle ha sido “X-Men: Días del futuro pasado”, “Maléfica” y uno de los sleepers del verano, “Bajo la misma estrella”, que en realidad sólo es un sleeper si únicamente se presta atención a la audiencia masculina y adolescente. Hollywood parece haber redescubierto este año que las cintas dirigidas al público femenino pueden funcionar igual de bien. Pero esa cinta venía ya avalada por los fans del libro de John Green y por esa ola de adaptaciones young adult; los verdaderos sleepers son esas películas independientes que encuentran su público en verano.
Es una táctica particular que algunos distribuidores llevan ya un tiempo poniendo en marcha; estrenan sus títulos en verano (en julio, por ejemplo), confiando en que llamarán la atención de los espectadores adultos que no tienen ganas de ir a ver “Transformers: La era de la extinción”, y escapando de los estrenos con posibilidades de Oscar que empiezan a llegar ya en septiembre. Woody Allen lleva siguiendo está táctica ya varios años, y con “Midnight in Paris” no pudo irle mejor. Mientras “Mil maneras de morder el polvo” ha sido un fracaso, “Boyhood” está repitiendo el éxito de “El Gran Hotel Budapest”, al menos inicialmente. Con una calificación R, según Box Office Mojo, la cinta de Richard Linklater experimentó una ganancia del 200% en su segunda semana en cartel, y el pasado fin de semana fue la 15ª más vista en Estados Unidos. Por constraste, “Sex tape”, la comedia con Jason Segel y Cameron Diaz, se quedó la cuarta ese mismo fin de semana, que era el de su estreno, lo que no augura nada bueno para ella.
El éxito en el circuito independiente de “Boyhood” puede posicionarla bien de cara a los próximos Oscar, aunque las previsiones pueden cambiar en cuanto se empiecen a ver las películas que se presentarán en los festivales de Telluride y Toronto, pero su buena acogida en taquilla confirma la táctica de algunas de esas distribuidoras alejadas del juego de los taquillazos, que saben que no sólo los adolescentes van al cine en verano, y que películas un poco más complicadas, como quien dice, pueden funcionar casi mejor en julio que en noviembre. El estío ha dejado históricamente algunos sleepers bastante notables en Estados Unidos, de “Ghost” a “District 9” o “Bridesmaids”, y hasta algunas ganadoras de Oscars como “Crash”.
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