Es posible que acierten en que “Masters of Sex” se quede sólo con candidaturas para actores invitados, pero “Hitting the fan”, de “The good wife”, no puede entrar entre los guiones de drama porque no lo han propuesto para ello. También mantienen la unión de miniseries y tv movies, que los Emmy han separado, y le dan en esas categorías una merecidísima nominación a Olivia Colman por “Broadchurch”. Sería interesante que los premios reales se acordaran de ella con “Gracepoint”, el remake de FOX, a la vuelta del verano. Habrá a finales de esta semana muchos artículos hablando de olvidos, de aciertos y de favoritos, pero no olvidemos que los Emmy tienen sus propias idiosincrasias. Así no nos llevaremos otro disgusto si Tatiana Maslany sigue sin aparecer entre las mejores actrices de drama, o Emmy Rossum entre las de comedia.
“La mentira de Lance Armstrong” y “The case against 8” son dos interesantes documentales no sólo por los temas que tratan, sino por la diferente manera en los que los abordan. En el primero, su director, Alex Gibney, es hasta más protagonista que su sujeto, Lance Armstrong, pues la película casi acaba contando más su desencanto al descubrir la trama de trampas, amenazas y mentiras del ciclista, que el ascenso y caída del ex heptacampeón del Tour de Francia. Gibney empieza a seguir a Armstrong mientras se prepara para correr de nuevo el Tour, cuatro años después de su retirada y cuando empiezan a surgir las acusaciones por dopaje contra él, y termina mostrando desde dentro la difícil personalidad del ciclista y cómo se desenredó toda la historia.
“La mentira de Lance Armstrong” y “The case against 8” son dos interesantes documentales no sólo por los temas que tratan, sino por la diferente manera en los que los abordan. En el primero, su director, Alex Gibney, es hasta más protagonista que su sujeto, Lance Armstrong, pues la película casi acaba contando más su desencanto al descubrir la trama de trampas, amenazas y mentiras del ciclista, que el ascenso y caída del ex heptacampeón del Tour de Francia. Gibney empieza a seguir a Armstrong mientras se prepara para correr de nuevo el Tour, cuatro años después de su retirada y cuando empiezan a surgir las acusaciones por dopaje contra él, y termina mostrando desde dentro la difícil personalidad del ciclista y cómo se desenredó toda la historia.
En el segundo, un documental de HBO, sus dos directores, Ben Cotner y Ryan White, optan por quitarse de en medio y dejar que sean sus protagonistas los que cuenten la historia. Ésta sigue el largo camino de la demanda que la Fundación Americana por los Derechos Civiles interpuso contra la Proposición 8 de California, que prohibía el matrimonio homosexual meses después de que una ley de ese estado lo hubiera aprobado. El centro del documental está en los abogados que preparan y defienden la demanda y en las dos parejas que dan el paso delante de convertirse en los demandantes; dos mujeres que estaban casadas cuando se aprobó la Prop. 8 (con lo que su matrimonio quedó anulado), y dos hombres que querían hacerlo.
Todos sabemos cómo termina la película (el Tribunal Supremo terminó derogando la norma en 2013), pero eso no quita para que no sea bastante interesante de ver. Se preocupa por ponerle cara y corazón a los afectados por esa proposición, al mismo tiempo que cuenta, del modo más claro posible, los vericuetos judiciales que los abogados tuvieron que pasar para poder llevar a buen puerto su demanda. En ese aspecto, a veces es como si estuviéramos viendo un caso de “The good wife” desde dentro de las salas de reuniones de Lockhart / Gardner después de que las cámaras dejen de rodar.
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