También es verdad que HBO suele dar dos temporadas incluso a sus series más minoritarias (cuestiones de amortización de la inversión), y que para que cancele alguna en su primera entrega, ésta ha tenido que ser fracaso de dimensiones cósmicas, tipo "John from Cincinnati". Si no atrae la curiosidad de los suscriptores y los críticos no le dan la visibilidad, ese proyecto es inútil para la estrategia de negocio de la cadena y su imagen de marca, que es lo que está vendiendo a través de sus series. Tomemos por caso "Tell me you love me", una serie de 2007 sobre varias parejas que iban a terapia para intentar solucionar sus problemas, y que tuvo mucha publicidad antes del estreno por lo explícito de sus escenas de sexo. En el cuarto capítulo, la serie estaba renovada a pesar de que era muy poco vista, pero cuando llegó el momento de decidir las tramas de esa segunda entrega, la creadora, Cynthia Mort, y la cadena decidieron darle carpetazo porque no encontraban una dirección adecuada que seguir. En otras ocasiones, 250.000 espectadores terminan por convertir en muy poco rentable una serie tan aclamada por la crítica como "In treatment", que aun así aguantó tres temporadas, y que "Treme" apenas llegue al medio millón tiene buena parte de culpa de que vaya a terminar en una cuarta entrega de sólo cinco episodios.
Evidentemente, el modelo de negocio de HBO le permite alternar series de audiencias millonarias, como "Juego de tronos" y "True blood", con otras como "Girls", cuyo final de la segunda temporada atrajo a 630.000 espectadores (bastantes más que los de, por ejemplo, "Treme", aunque perdiera audiencia con respecto a su estreno), y que genera tal cantidad de ruido mediático, que HBO tendría que estar loca para no concederle una tercera entrega. Pero llega un momento en que gastos e ingresos no cuadran, y por mucho que la crítica adore "Carnivale", los casi 1,7 millones de espectadores de su segunda temporada no eran suficientes para sostener su alto presupuesto, de unos cuatro millones de dólares por episodio. Si dejamos de lado "Luck", cuyo fin estuvo rodeado de circunstancias especiales, vemos que a HBO sí le importan las cifras de audiencia, aunque sólo hasta cierto punto. Si no ven claro que potenciales nuevos suscriptores vayan a verse atraídos por esas series, se opta por soltar lastre. Hasta "The Wire" estuvo a punto de ser cancelada en la tercera temporada (nadie la vio hasta que sus DVDs no empezaron a venderse con más asiduidad, allá por la cuarta temporada).
HBO da más oportunidades a sus series para que encuentren su público y enganchen a la crítica, pero consideran que dos temporadas son más que suficientes para ello. Si sigues sin entrar en el zeitgeist, como dicen los anglos, y tus audiencias no mejoran, la paciencia se acaba. Y si sales por un ojo de la cara y no tienes cinco millones de espectadores, tampoco van a seguir dándote cuerda. Como hemos dicho muchas veces, esto no es una caridad.
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