Los años finales de la década de los 60 son muy interesantes en lo que respecta a la ficción televisiva estadounidense. El clima social y político de la época influenciaba unas cuantas de las cosas que se hacían, y aunque había que disfrazar los comentarios sobre cuestiones como la guerra de Vietnam para que pasaran el filtro de los censores de las cadenas, terminaban llegando a los espectadores. En ese contexto, resulta muy curioso acercarse a cómo respondía la televisión al movimiento en defensa de los derechos civiles de la comunidad afroamericana, que tenía una de sus cabezas más visibles en Martin Luther King y que alcanzó su punto álgido en 1968, cuando el Congreso de Estados Unidos aprobó una ley que garantizaba el acceso igualitario a la vivienda de cualquier estadounidense, independientemente de su raza, credo o nacionalidad de origen, e incluía un apartado concerniente a los crímenes de odio con motivaciones raciales. Ese año se recuerda también por las protestas callejeras que siguieron al asesinato del propio King, el 4 de abril, y en medio de todo aquel clima, una pequeña serie de ciencia ficción, a punto de ser cancelada por la NBC, ponía su granito de arena en todo este asunto al mostrar el primer beso interracial de la televisión estadounidense.
Es cierto que no fue exactamente el primero. En diferentes lugares (como Neatorama) se apunta a que tal honor les corresponde, en realidad, a Nancy Sinatra y Sammy Davis Jr. en un especial de la primera emitido en diciembre de 1967, en el que él le da un casto beso en la mejilla, pero lo que distingue al de "Star Trek" es que es un beso en los labios como Dios manda, aunque Gene Roddenberry y compañía tuvieran que rodearlo de circunstancias "atenuantes" para que pasara el filtro de NBC y no fuera recibido con animadversión por los espectadores (que para el capítulo 10 de la tercera temporada no eran tantos, siendo justos). El capítulo en cuestión era "Los hijastros de Platón", en el que la tripulación de la Enterprise se encuentra con una raza alienígena de humanoides con una idea retorcida del entretenimiento y que afirman haber moldeado su sociedad siguiendo los ideales de la Grecia clásica. Sin embargo, también tienen unos intensos poderes telequinéticos que obligan a Kirk, Spock, McCoy y Uhura a hacer todo tipo de tonterías que los humillen y sirvan para entretener a sus "maestros".
Una de esas "tonterías" es obligar a Kirk a besar a Uhura. Visto ahora, con 45 años de distancia, casi llama más la atención la completa locura de vestuario y peluquería, pero en un 1968 tan convulso, una escena así tenía el potencial de ser una bomba. William Shatner y Nichelle Nichols han contado en varias ocasiones el proceso de rodaje del beso (y la importancia que tenía Uhura por ser una mujer negra plenamente integrada en la tripulación de la Enterprise), y también recuerdan que la NBC les pidió rodar otra versión de la misma escena, en la que Kirk se resistía y no llegaba a besar a Uhura. Al parecer, los dos actores (y en especial Shatner) se dedicaron a arruinar las tomas de todas las maneras posibles, de tal modo que, finalmente, la cadena claudicó y consintió que se emitiera el beso, que era además el momento en el que Kirk empezaba a pelear y a liberarse de sus captores. El episodio se emitió en noviembre, y la respuesta inicial fue muy positiva. Que aquel beso se disfrazara de un "sacrificio" de Kirk para salvar la vida de su tripulación, y no tuviera tintes románticos de ningún tipo, contribuyó a que el público, y sobre todo la NBC, lo aceptara más fácilmente, y tampoco hizo ningún mal que "Star Trek" estuviera a punto de ser cancelada por sus bajas audiencias.
Desde entonces, se ha avanzado bastante en el retrato que las series hacen de las relaciones entre personas con diferentes colores de piel, pero todavía se mantienen ciertas separaciones. Es bastante curioso, por ejemplo, darse cuenta de que es bastante más habitual encontrar parejas interraciales en las series británicas que en las estadounidenses, y que en estas últimas no hay problema por mostrar parejas compuestas, por ejemplo, por una mujer asiática y un hombre blanco, pero es más difícil que dicha pareja la formen una mujer negra y un hombre blanco, o al revés. Eso sí, ahora ya no se encandaliza nadie si David Tennant le planta un buen beso a Freema Agyeman en "Doctor Who", que ya hemos dicho en varias ocasiones que es una de la series más desprejuiciadas que hay.
P.D.: Por cierto, el póster retro de "Los hijastros de Platón" que ilustra esta entrada es obra de Juan Ortiz y puede comprarse aquí, junto con otros pósters del mismo estilo de capítulos de la serie original de "Star Trek".
4 comentarios:
Me encantan tus artículos y la manera que tienes de plantear los temas. Este en especial ha sido muy interesante y comparto contigo la idea que las series británicas muestran el tema de la raza de manera mas coherente y normal, si no mira series como Merlin Robin o la actual Atlantis donde surgen personajes negros en todas las historias sea la mulata Ginebra de Merlin o cualquier caballero negro de la mesa redonda; al mismo tiempo esas mezclas raciales en las parejas se muestran con mucha mas normalidad y no como los americanos que ponen en sus series las razas para llenar los cupos de audiencia y contentar a todos como si de un anuncio de Benetton se tratara.
Excelente post, Un saludo
Ese capítulo lo ví hace años cuando no tenía ni idea de lo que había implicado y exceptuando el tema del controlo que tenían los antagonistas sobre los tripulantes de la Enterprise, no me había parecido nada tremendo...Es curioso cómo se ven las cosas con una mentalidad varias décadas posterior.
Muy interesante el contexto histórico (que muchas veces obviamos). Me alegra pensar que a veces la ficción tira un poco de la sociedad y nos ayuda a abrir la mente. :)
Supongo que en el retrato de las relaciones interraciales en UK y USA influye también que es más común ver parejas interraciales por la calle en Londres que en Nueva York, por ejemplo.
Gracias por los piropos :)
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