En esto de la ficción, como en todo, también hay modas. Puede ser la de los vampiros, la de los protagonistas brillantes pero bordes o la de los cuentos de hadas; no es nada extraño que todas las temporadas haya un tema en concreto que llame la atención de los ejecutivos de las cadenas y los guionistas, que lo identifican como algo que interesa al público y, por tanto, creen que no van a cansarse de ver tres películas y cinco series tocándolo al mismo tiempo. Este año, ese tema son las brujas. Con la saga cinematográfica de Harry Potter, se intentó que los magos adquirieran la misma popularidad que los vampiros o los hombres lobo, sin suerte, pero lo que con ellos no funcionó, parece que sí lo hace con las brujas.
Sólo este año tenemos la subtrama de brujería en "Sleepy Hollow", "Witches of East End" en Lifetime, las brujas en "The Vampire Diaries" y en su spin-off "The originals", y éste, curiosamente, está ambientado en el mismo lugar en el que se sitúa la última serie en subirse a este carro, "American Horror Story: Coven", la tercera temporada de la antología de terror de Ryan Murphy y Brad Falchuk. La serie de FX, sin embargo, bien puede ser la única de todas ellas que se meta de lleno en el género del horror, incluso aunque sus reponsables hayan comentado que no va a ser tan oscura y sombría como "Asylum", la segunda entrega del título, y la que reconcilió a la crítica con la creación de Murphy después de haber despreciado la primera por su condición de pastiche sin sentido. En aquella temporada, la mezcla alucinada de exorcismos, nazis, monjas poseídas, extraterrestres y psicópatas acabó funcionando probablemente mejor de lo que nadie esperaba, así que las expectativas por comprobar lo que podían hacer con las brujas en Lousiana (un estado lleno de mitos y leyendas que mezclan las tradiciones africana y caribeña con las europeas), eran bastante altas.
Por ahora, sólo hemos visto el capítulo de introducción a este mundo, y aunque está algo más contenido que los primeros episodios de "Asylum" o de la trama inicial de la casa del terror, se las apaña para presentarnos una trama de brujería y esclavitud en el siglo XIX y una escuela para jóvenes brujas que necesitan aprender a manejar sus poderes. Entre las alusiones a "X-Men", Harry Potter y hasta a "Buffy" que hay con las cuatro adolescentes mágicas que centran este primer episodio, ya da la sensación de que, efectivamente, "Coven" no va a ser tan chunga, como si dijéramos como "Asylum", pero eso no impide que no vayamos a tener a Jessica Lange otra vez de mala, y que las brujas tengan que luchar por sobrevivir en un mundo en el que todavía corren el riesgo de ser quemadas. Hay menos locura de lo habitual en "American Horror Story" en el capítulo inicial de esta tercera temporada, o igual es que ya nos hemos acostumbrado. La evolución de las chicas y el plan del personaje de Lange (que parece guardar algún que otro secreto sobre su obsesión por la eterna juventud) son por ahora los principales cebos para que sigamos la serie (además de ver cómo se integra la trama del siglo XIX), y no son malos cebos, la verdad.
Música de la semana: Teniendo en cuenta el título de esta entrada, podríamos habernos quedado con "Season of the Witch", de Donovan, pero en su lugar lo haremos con la canción que sirve de sintonía para "Super Fun Night", esa "Don't stop me now" de Queen que Rebel Wilson y compañía cantaron como promoción de su comedia. La verdad es que la han versionado por todas partes, desde la ya inevitable versión de "Glee" al videoclip que hizo el equipo olímpico británico para celebrar su éxito en los Juegos Olímpicos de Londres.
2 comentarios:
De momento voy a aparcar American Horror Story este año para un poco más adelante. Creo que quedé muy saturada de su enloquecida temporada anterior.
No me extraña :). Esto no parece que vaya a ser tan loca, pero ya veremos.
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