21 septiembre 2015
La gran noche de HBO
"Qué pasará, qué misterio habrá, puede ser mi gran noche". Alex de la Iglesia no es el único al que esta canción de Raphael ha inspirado. O que podría haberlo hecho, si los ejecutivos de HBO la conocieran, porque tal y como arrancó la gala de la 67ª edición de los Emmy, parecía que iba a ser la sintonía no oficial de la noche para ellos. Los primeros galardones que se entregaron, secundaria de comedia y guión de comedia, cayeron ambos de lado de "Veep", y no fueron más que el preludio de la lluvia torrencial de estatuillas que se llevó la cadena de cable. Después de años y años de decir que HBO había perdido el mojo en los Emmy, sobre todo en drama, y de que no conseguía dar con la tecla para arrebatar a AMC la posición de preminencia, anoche lo logró por todo lo alto. With a vengeance.
Habría que apuntar que, en esta edición, ha habido cambios en las normas de votación para elegir a los ganadores. En lugar de que lo hiciera un comité de expertos en cada categoría, lo hacían todos los académicos en sus apartados correspondientes, y no se les pedía ninguna confirmación de que hubieran visto los episodios enviados por los nominados. Es probable que eso se haya traducido no tanto en el signo de los premios, sino en que sólo tres títulos los hayan dominado con mano de hierro. "Veep", la miniserie "Olive Kitteridge" y, por supuesto, "Juego de tronos" no han dejado más que las migajas para otras series, incluido el merecido premio para Jon Hamm como mejor actor de drama (el primero, increíblemente, después de siete temporadas), que ha terminado siendo el único reconocimiento para la última temporada de "Mad Men".
Entre críticos y fans había, curiosamente, un convencimiento un poco extraño de que los Emmy iban a acordarse de la serie de Matthew Weiner en su despedida, y después de haberse pasado las cuatro últimas entregas de premios ignorándola sistemáticamente. En su momento ya dijimos que los académicos dejaron de reconocerla porque, seguramente, ya pensaron que la habían premiado lo suficiente, y llegaron otros dramas que les parecían más merecedores del Emmy o, simplemente, más cool, como "Homeland" y "Breaking Bad". A sus actores les ha perseguido siempre la preconcepción de que, como Weiner exige un seguimiento tan férreo de sus guiones, no actúan, sino que se dedican sólo a repetir los diálogos y las indicaciones incluidas en el libreto, y por eso Hamm no había logrado hasta ahora que un personaje tan irónico como Don Draper fuera galardonado con un Emmy (Hamm , por cierto, subió al escenario rodando, literalmente, y salió de él recibiendo un cariñoso abrazo de Tina Fey, que entregaba el galardón).
El derrocamiento de "Modern Family" a manos de "Veep" fue sorprendente sólo porque la comedia de HBO sacó el rodillo, como quien dice, y aunque el ruido de las plataformas de streaming fue menor del esperado, Amazon se apuntó un par de importantes tantos con los Emmys para Jill Soloway, en dirección, y el cantadísimo de Jeffrey Tambor por "Transparent". Y Uzo Aduba hizo historia siendo sólo la segunda persona que se lleva dos premios seguidos por el mismo papel, en la misma serie ("Orange is the new black"), pero como invitada de comedia y, después, secundaria de drama. Los otros ganadores que se salieron del guión fueron Regina King, que confirma que ABC acertó de pleno con "American crime", una Viola Davis que reivindicó más oportunidades para las actrices de color y hasta Peter Dinklage (porque lo de Allison Janney sí estaba previsto). Jonathan Banks era el gran favorito como secundario de drama, pero "Better call Saul" tendrá que esperar su momento.
Los Emmy fueron la consagración de Amy Schumer (que se llevó el premio de guión de programa de variedades, de lo poco que no ganó "The Daily Show") pero, sobre todo, fueron el momento "El retorno del rey" de "Juego de tronos". ¿Debería haber ganado el Emmy a mejor drama antes? Muy probablemente, como ocurrió en los Oscar con "Una mente maravillosa" y "La comunidad del anillo", pero esta estatuilla a mejor drama es muy merecida. El gran fenómeno de los últimos años se iba casi siempre sorprendentemente de vacío, con premios técnicos y nada en la gala principal, y eso parecía un correctivo demasiado duro para un título que siempre tenía un montón de nominaciones. Al final, "Juego de tronos" ha ejemplificado el cambio de régimen en los Emmy, un cambio en el que no han asaltado el escenario Amazon y Netflix, sino que se ha vuelto a una vieja conocida, a la que inició este frenesí por las series de televisión, a HBO.
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