El "héroe" del título de "Show me a hero" no es una persona concreta. No es únicamente Nick Wasicsko, un hombre que hizo lo correcto en un momento muy polarizado, y esa decisión lo persiguió toda su vida. De hecho, quiénes son los héroes de la miniserie va variando con el transcurrir de los episodios. En el primer tramo, la historia sí está más centrada en Wasicsko, en su ascenso al poder y en cómo, una vez se convierte en el alcalde de Yonkers, se da cuenta de que esa tozuda resistencia contra el plan de viviendas sociales impuesto por los tribunales es inútil. Wasicsko es ahí toda una figura de tragedia griega, alguien que lucha contra todo y contra todos por seguir, simplemente, el plan de acción más lógico y más pragmático. La manera en la que Paul Haggis consigue transmitir toda la tensión desplegada en aquellos plenos municipales es de lo más destacado que se ha visto este año en televisión.
En esos plenos comprobamos la utilización descaradamente electoralista de la polémica por parte de algunos políticos de Yonkers, y las casi revueltas que se montaron fuera de su ayuntamiento por parte de los vecinos (blancos) que protestaban contra el plan. Al mismo tiempo, en cuanto Wasicsko logra los apoyos suficientes para construir esas viviendas públicas, el foco de atención de la serie va variando. Él sigue siendo importante, sobre todo cuando pierde las elecciones y se da cuenta de que sigue estando solo, de que nadie quiere asociarse a él por las implicaciones polémicas que tiene todavía su nombre (un sentimiento que termina fermentando en su interior y llevándolo a hacer lo que hace al final). Pero quienes pasan a ser las heroínas de la historia son las madres que solicitaron esas nuevas viviendas, las mujeres que querían escapar de la violencia y la falta de oportunidades de los projects para buscar, al menos, un rayo de esperanza para sus hijos.
Todas esas mujeres sacan adelante a sus familias solas, bien porque los padres se desentienden por completo de los niños, o porque están constantemente entrando y saliendo de la cárcel, o porque han muerto, que también se da el caso. En ese aspecto, el personaje de Doreen Henderson puede ser uno de los más interesantes. De yonqui desesperada por un poco de crack, pasa a ser una mujer muy involucrada en el bienestar de su comunidad, y a través de ella se aprecia una de las máximas que presidían las viviendas de Yonkers: sus inquilinos tenían que sentirlas como suyas, tenían que preocuparse por ellas, y tenían que formar una comunidad en la que todos se apoyaran y en la que todos se sintieran importantes.
La relevancia de la comunidad es otro de los grandes temas de David Simon. Wasiscko acaba encontrándose tan aislado por las maniobras políticas del ayuntamiento, que se obsesiona con volver a ser importante y hace algunas cosas estúpidas, y otras bastante terribles hacia las personas que le rodean. Mientras tanto, las mujeres de esas viviendas sociales crean su propia comunidad hasta con la ayuda de Mary Dornan, cuya evolución a lo largo de "Show me a hero" es también de lo más destacable. Es una miniserie muy instructiva, muy interesante y, aunque no lo parezca, muy entretenida. Resulta muy sencillo ponerse del lado de Carmen, la madre soltera dominicana, o de Norma, la trabajadora social que está perdiendo la vista. Y también es fácil que te caiga bien Nick, y no sólo por esa lucha imposible que tuvo que pelear.
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