ALERTA SPOILERS: Unos meses tarde, finalmente he visto "If-then-else", para muchos fans, EL capítulo de la cuarta temporada de "Person of interest". Si no habéis visto esa especie de "día de la marmota" dentro de la Máquina, no sigáis leyendo. Ah, no confundais el título de este capítulo con "If/then", un musical que también trataba diferentes posibilidades a partir un único hecho.
"Person of interest" empezó a mostrar sus verdaderas cartas, más allá del "número de la semana", en cuanto nos dejó ver algunos detalles del aprendizaje de la Máquina a cargo de Finch. El arranque de la segunda temporada, por ejemplo, nos enseñaba una de esas lecciones, realizada en un casino, al final de la que la Máquina salvaba a Finch de ser atropellado con un mensaje de texto al móvil que le hacía esperar en la acera, en lugar de cruzar la calle. Poco a poco, hemos ido viendo que, mientras Finch sigue sin estar muy seguro de si deberían confiar ciegamente en ella, la Máquina hace todo lo que está en su mano no sólo por su autoconservación, sino para garantizar la supervivencia de su administrador, de su padre, y por seguir todo lo que él le enseñó.
El flashback de la partida de ajedrez es clave. Continúa explorando el tema de la cuarta entrega, la necesidad de tener ciertos principios éticos, de no creerse por encima de nadie y de dar ciertas guías a esos dioses virtuales para que no se conviertan, en esencia, en Skynet, pero lo hace de una manera más personal y cercana. La relación que Finch tiene con la Máquina es mucho más paternofilial de lo que a él le gustaría admitir, y lo que le enseña en esa partida (que no hay que mirar el mundo, y la vida, como un juego en el que hay piezas importantes y otras que se pueden sacrificar) es aplicado en esa evaluación de escenarios para sacar a sus operativos del aprieto mortal en el que están metidos.
En el aspecto formal, "If-then-else" (que toma su nombre de una instrucción del lenguaje de programación Visual Basic) resulta imaginativo y fresco, dentro de la estructura de la serie, porque nos mete dentro de la Máquina, nos deja ver cómo piensa y cómo percibe a Finch, Reese y el resto del equipo (los diálogos genéricos de la última simulación son hilarantes y muy metarreferenciales), y también nos da una pista del sistema de valores por el que se rige. Ese sistema, en realidad, se aprecia mucho más al ver este episodio en conjunto con el siguiente, "Control-Alt-Delete", en el que vemos a Samaritan en una de sus eliminaciones de los peones que dejan de serle útil. La confrontación entre ambas inteligencias artificiales es una lucha de diferentes principios y objetivos: la Máquina está al servicio del bien común; Samaritan sólo se mueve por su propio beneficio.
Cualquier comentario sobre este episodio estaría incompleto si ignoráramos el sacrificio de Shaw. Probablemente, debe ser el embarazo de una actriz mejor aprovechado desde el de Gillian Anderson en la segunda temporada de "Expediente X", porque el efecto que tiene en Root es sumamente destacable. La propia Amy Acker ha comentado en varias ocasiones que la pérdida de Shaw completa la transformación de Root desde esa hacker despiadada, pero con carisma, cuyo único objetivo es liberar a la Máquina, caiga quien caiga, a la persona que es ahora, alguien que se preocupa enormemente por el bienestar de Finch y que tiene fuertes sentimientos por Shaw. La manera en la que el capítulo juega con el subtexto y con los shippers de esa pareja es también de lo más divertido, y emocional, de la serie.
Las pérdidas de integrantes del equipo siempre son duras en "Person of interest". La de Carter casi destruye a Reese, y la de Shaw todavía puede ser más devastadora, especialmente para Root. Pero como suele pasar en estos casos, lo que es malo para los personajes, tiende a ser bueno para la serie.
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