Más o menos desde el parón seriéfilo navideño, y últimamente cada vez más intensamente, la blogosfera se ha llenado de adictos a los realities. No me estoy refiriendo a los nacionales, en los que el concepto de "la vida en directo" y el voto del público hace que, muchas veces, se resienta el espectáculo, sino a los estadounidenses, que salvo contadas excepciones suelen estar ya grabados meses antes, y editados y emitidos como si fueran una serie cualquiera. Fans de "The amazing race", o "El gran reto", como se llama en España, siempre había habido (es de los programas que te enganchan con sólo ver cinco minutos), pero esta proliferación de seguidores acérrimos de "Survivor" y, en los últimos meses, "American Idol" es más que notable.
Con el concurso musical, comprendo que la proliferación de artículos, entradas en blogs tras cada programa y exposición mediática de sus concursantes tienen que acabar espoleando nuestra curiosidad por comprobar de primera mano qué tiene para que fuera apodado "la Estrella de la Muerte de las audiencias". Las críticas de Simon Cowell, las labores de presentación de Ryan Seacrest, los concursantes que apuntan a estrellas y los que están ahí sólo para convertirse en objeto de las iras del público, que vota por teléfono quién quiere que se marche... Es normal que, de tanto leer sobre todo eso todos los años entre enero y mayo, queramos verlo. Eso sí, no es rara la edición, entre las últimas, en la que no aparece el clásico artículo que apunta que el formato está gastado (ya van nueve temporadas) y que la audiencia no deja de caer, pero el de este año se desmarca apuntando que es "Glee", que se emite después del concurso los martes, la que le saca los colores y acentúa sus defectos, sobre todo de casting (como curiosidad, Amber Riley se presentó a uno de esos castings de "American Idol", pero fue rechazada).
En cuanto a "Survivor", no tenéis más que pasaros por alguno de estos blogs para daros cuenta de la pasión con la que es seguido. Sus fans apuntan que la sensación de imprevisibilidad y la libertad para la estrategia y la manipulación que da a los concursantes no depender del voto del público son las principales razones para engancharse a este veteranísimo reality, culpable de extender el formato en Estados Unidos a principios de la década de 2000. Cuando los guionistas se sientan a preparar cada episodio (porque todos los realities tienen guionistas, hasta "Gran Hermano"), juegan con la ventaja de que todo el programa se ha grabado meses antes y, conforme ven el material, van presentando la información, dosificando las grandes revelaciones como si de verdad fuera una serie, contando con sus buenos y sus malos, sus personajes revelación y sus sorpresas, sus tramas principales y secundarias.
Veo el tirón que tienen estos programas, pero confieso que no son para mí. Y eso que, si pillo "The amazing race" en la próximamente extinta SET, me quedo a verlo sin remedio (y que también confieso haber visto mi parte de "Gran Hermano", "Operación Triunfo", "Fama, ¡a bailar!" y una de las primeras ediciones de "Supervivientes", cuando sus jugadores aún eran anónimos). Pero no me acaban de enganchar. Incluso "Ace of cakes", que es más tipo docu-reality y que me entretiene cosa mala, lo tengo abandonadísimo. Supongo que mi capacidad de enganche tiene un límite.
10 comentarios:
Cuenta la leyenda que yo tenía vida productiva a pesar de las series de televisión. Hasta que llegó Survivor. XD
No había visto nunca Survivor (y es raro porque he visto muchos realities gringos) y desde el viernes no veo otra cosa. Ya he completado la temporada 16, la 20 la llevo al día... y empecé la 13 ayer en la noche. Como van las cosas, devoraré lo que me vaya encontrando.
Yo en principio ando a salvo de Survivor porque a mí eso de islas (fíjate tú que tuvieron que tirarse tiempo y tiempo intentando convencerme para que viera Lost) y pruebas y tal me tira un poco para atrás. Que luego a lo mejor lo veo y me encanta, pero sin que tiren de mí dudo mucho que vaya a verlo.
Con el que sí que estoy ahora mismo es con Idol.
Bufff, yo estoy enganchadísima a Survivor. En mi ignorancia bloggera, conocía el blog de las bytheway (me lo recomendó mi peluquera después de que aparecieran en BF, jeje), el de vayatele y poco más. Hace un par de semanas, mi novio pasó de vayatele al tuyo, del tuyo al de anade, de ahí al de critico y... nos hemos tragado las ediciones de China, Micronesia, All stars y Borneo, estas dos en español latino, llevamos al día HvsV, tenemos Cook Islands, Pearl Islands, Australia y Exile Islands en la carpeta de pendientes, y hasta nos hemos bajado de itunes el podcast que grabaron el otro día Pere e Irene!
Por "culpa" suya, la carpeta de pendientes cada vez es más grande, jeje
Desde luego, el virus de Survivor es más contagioso que el de la gripe asiática :)
Algún día mermaré tu voluntad, querida amiga.
Yo amo Survivor, pero ya sabes que mi corazón siempre será para The Amazing Race.
Survivor me tiene loco, tengo pendientes algunas temporadas para ver en verano, porque sino ya las hubiese visto todas del tirón.
Me enganché a A. Idol durante los castings, pero las galas me aburren soberanamente y las he dejado de ver. Creo que solo repetiré cuando vuelvan los castings, que es donde está todo el jugo del programa.
Me imagino que, si no fuera por Simon Cowell, AI sería tan entretenido como Operación Triunfo. O sea, no mucho.
Hombre, a mí en AI las actuaciones me entretienen (algunas, porque es verdad que alguno de los que hay es un remedio infalible contra el insomnio), pero como te pase lo que a mí con las islas (que hay que llevarme a rastras a cualquier cosa que tenga que ver con ellas), ni te plantees verlo.
Simon Cowell tampoco es que sea nada del otro jueves. Vamos, a mí no es que me parezca lo más entretenido del programa (y sus camisetas me dan verdadero mal rollo).
Por cierto, a mí los castings me acaban sacando un poco de quicio. Una cosa que no aguanto de American Idol es el constante bombardeo con el dramatismo, el sueño americano (de eso va el programa, ¿no?) y el esfuerzo y las penalidades por las que han tenido que pasar los concursantes hasta llegar ahí. Una vez empezado el programa en sí no es tanto (bueno, excepto cuando les da por llamarlos "el vendedor de pintura", "la camarera", "la madre" o "el obrero"), pero en los castings a veces se hace bastante cansino.
¡Que sorpresa verte hablando de realitys! Que voy a decirte a estas alturas, solamente que pocas series pueden llegar al nivel de giros "dramáticos" y sorpresas por temporada de las mejores ediciones de Survivor (como mucho Damages).
La próxima vez que aparezcas por Barcelona, Irene y yo te encadenaremos al sofá y no te dejaremos ir hasta que hayas visto Survivor: Fans vs Favorites (o más conocido como Micronesia). Eso sí, no te preocupes que te alimentaremos con comida basura mientras vas absorbiendo tanta grandeza teléfila ;)
Publicar un comentario