No es raro encontrarse, buceando en Internet Movie Database o en Google, con que actores que ahora son conocidos por papeles en series o películas respetables, como quien dice, tienen en su pasado trabajos un poco menos del agrado de los críticos, o en los que debían llevar un estilismo no demasiado afortunado. Estos últimos son los más divertidos de encontrar, pero no siempre es sencillo hacerlo.
Ya comentamos hace tiempo que "Firefly" fue el primer trabajo serio, tanto en televisión como en cine, de Morena Baccarin, graduada en Juilliard. A partir de ahí, se la pudo ver en un montón de pequeños papeles aquí y allá, en una serie médica para TNT que no cuajó ("Heartland") y en "Stargate SG-1", donde era uno de los múltiples alienígenas que el equipo del coronel O'Neil se encontraba en sus viajes por las puertas estelares, y llevaba vestidos como el de la foto. Antes de llegar a "Homeland", Baccarin fue de lo poco salvable del remake de "V" como la reina de los "lagartos", Anna.
El look a lo Samuel L. Jackson a mediados de los 90 de la imagen corresponde a un fotograma de "Absolutamente fabulosas", y el actor en cuestión es Idris Elba, cuando participó en un montón de series de televisión en su Inglaterra natal. Elba se hizo famoso, como todos sabemos, en "The Wire", pero le costó todavía algunos añitos después de esa serie saltar definitivamente al estrellato. Elba forma parte de esa generación de actores británicos negros que se marcharon a Estados Unidos en busca de más oportunidades para ellos, algo que explicó este verano en la prensa inglesa David Harewood, que da vida a David Estes en "Homeland".
Una de las revelaciones de la temporada es Stephen Amell, el protagonista de "Arrow" (o más bien deberíamos decir sus abdominales), un joven actor que ha tenido, hasta llegar allí, una carrera plagada de episódicos en televisión (desde "Degrassi" a "Private practice", "New Girl" o "Hung") y alguna que otra película como la de la imagen, "Cerrando el círculo", que seguía a un joven que buscaba al dueño de un anillo que perteneció a un piloto americano que se estrelló en Belfast en la Segunda Guerra Mundial. No sé si perturba más el rubio de Amell o la pinta angelical de Mischa Barton.
Aquí vamos a jugar un poco a la agudeza visual. La rubia de la derecha es, efectivamente, Julia Stiles en "Espera al último baile", una película que fue un éxito sorpresa en Estados Unidos en 2001. A su lado está Sean Patrick Thomas, al que igual vísteis el año pasado en "Ringer" (si pasásteis del piloto), y al lado de él, con un pañuelo rojo en el pelo, nos encontramos a Kerry Washington, protagonista central de "Scandal" y que aqui participaba en su segunda película. Washington empezaría a llamar la atención más tarde en "Ray" y conseguiría que todo el mundo se quedara con su nombre en "El último rey de Escocia", y este año tiene pendiente de estreno "Django desencadenado". Olivia Pope no iría a trabajar con ese abrigo con el cuello de peluche.
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