07 abril 2015

El lado oscuro del Ministerio

ALERTA SPOILERS: ¿Cómo vais con "El Ministerio del Tiempo"? ¿Habéis caído en la ministeria? Si no es así, y no sabéis dónde estaba Julián en lugar de irse a una misión a 1844, no sigáis leyendo.

En "Torchwood" y "Warehouse 13", los agentes que trabajaban para esas dos organizaciones sabían que sobre sus cabezas pesaba la alta probabilidad de que sus vidas descarrilaran en cualquier momento o, lo que es peor, que fueran a morir jóvenes. A Gwen Cooper, a Pete y a Myka les recordaban a menudo que no sólo tenían un trabajo lleno de riesgos, sino que además era secreto y nadie de su entorno podía ni siquiera sospechar que no eran meros agentes de policía rasos, o miembros del Servicio Secreto. De todos modos, al menos ellos tenían unas profesiones "tapadera" un poco más acordes con su verdadera dedicación, porque, ¿cómo pueden justificar un enfermero del SAMUR, una universitaria del siglo XIX o una funcionaria normal del Ministerio de Asuntos Exteriores que lleven una pistola?

Desde la primera vez que Lola Mendieta se cruza con la nueva patrulla de "El Ministerio del Tiempo", Alonso, Julián y, sobre todo, Amelia son advertidos de que no deben creer todo lo que Salvador les cuente, de que el Ministerio también tiene sus propios secretos. En una serie de este tipo, la organización para la que trabajan los protagonistas tiene que guardar alguna sorpresa desagradable para darle más emoción al asunto. No es previsible que de repente se convierta en el SD-6, pero sí que da la sensación que el Ministerio va a romper algunos corazónes en el próximo capítulo, el último. Aunque el de Julián ya está bastante destrozado de por sí.

"Tiempo de venganza", el séptimo episodio de esta primera temporada, presenta lo que parece un paralelismo posible con la historia de Julián. El agente Armando Leiva intentó convencer a Salvador de que le dejara utilizar la medicina del siglo XXI para salvar a su hijo, enfermo de leucemia en el XIX, y como no obtuvo el permiso, lideró una revuelta y, más tarde, perdió la cabeza en sus ansias de venganza. Leiva juega el papel del terrorista de "24" (serie a la que el capítulo homenajea con sus pantallas partidas), mientras a Irene, su antigua protegida, le toca ser Jack Bauer, especialmente en la parte de que sus seres queridos acaben siempre como daños colaterales de sus misiones y sus secretos. Ambos son una moraleja para Julián, un ejemplo de lo que puede pasar si sigue enganchado a la posibilidad de regresar a 2012 a ver a su mujer, y de las consecuencias que puede tener que empiece a pensar en intentar salvarla.

Es una posibilidad de cara al cierre de la temporada, que Julián se obsesione, como Leiva con su hijo, con la salvación de su esposa. El trabajo en el Ministerio tiene el problema de que nunca dejas atrás del todo tu pasado; éste no sólo puede regresar para vengarse de tí en cualquier momento, sino que puede ser también un lastre que te impida seguir adelante, que te atrape en un bucle del que no puede salir nada bueno. ¿Cómo no vas a aprovechar la oportunidad de cambiar un trauma de tu pasado, y a la mierda con las consecuencias? ¿Veremos algún tulipán blanco en el último episodio?

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